Ponencia: El valor de los parques urbanos de Barcelona como catalizadores sociales por D. Marc Montlleó Balsebre Director Técnico y Director de Proyectos Ambientales de Barcelona Regional  y   Dña. Coloma Rull Sabaté Técnica del Programa de Biodiversidad de la Dirección de Espacios Verdes y Biodiversidad del Ayuntamiento de Barcelona, desarrollada en el  44 Congreso Nacional De parques y Jardines Públicos PARJAP 2017 en Córdoba.

Por su interés  la he incluido en el blog como  experiencia sobre el tema  del Ayuntamiento de  Barcelona

EL VALOR DE LOS PARQUES URBANOS DE BARCELONA COMO CATALIZADORES SOCIALES

RESUMEN

En el despliegue del Plan del Verde y de la Biodiversidad de Barcelona 2020, se avanza en las líneas estratégicas para aumentar el conocimiento del patrimonio natural y para fomentar la implicación ciudadana en su conservación, disfrute y gestión. En el año 2015 se identifica por primera vez cobertura vegetal de la ciudad a través del índice NDVI. Se hace necesario entonces establecer un sistema de análisis y valorización de los servicios socioambientales o ecosistémicos de esta infraestructura verde, que permita mejorar la planificación, el diseño, la gestión y la promoción de los espacios verdes con el mínimo coste ambiental y económico y que proporcione los máximos beneficios directos a la población.

Con este objetivo el Ayuntamiento de Barcelona inicia un estudio en colaboración con Barcelona Regional que tiene en cuenta que no todos los espacios son iguales y por lo tanto contempla la diversidad de funciones y la complementariedad entre ellos. En él se pone de manifiesto la importancia de los parques urbanos como lugares de encuentro, de integración y de intercambio que promueven la diversidad cultural y generacional de la sociedad, además de generar valor simbólico, identitario y de pertenencia. Paralelamente, cada vez son más las iniciativas y demandas ciudadanas y de diversos colectivos interesados en implicarse en algún tipo de gestión de estos espacios.

CURRICULUM VITAE

Marc Montlleó Balsebre

Nacido en Barcelona 1971, licenciado en Biología por la Universidad de Barcelona. Máster en Ingeniería Ambiental por el ICT y la Universidad Politécnica de Cataluña.

Desde 1999 trabaja en la empresa pública Barcelona Regional, Agència de Desenvolupament Urbà S.A. Director de Proyectos Ambientales desde 2011.

Profesor asociado del BIArch en el workshop Productive Land Programe. Y profesor del Máster de Gestión de la Ciudad de la UOC desde 2008. Coordinador del módulo

«Metabolismo Social, Sostenibilidad» del Máster en Desarrollo Urbano y Territorial de la UPC.

Desde Barcelona Regional, ha participado en: La coordinación de la Evaluación Ambiental Estratégica del Plan Territorial de la Región Metropolitana de Barcelona, durante tres años trabajó en el proceso de recuperación del tramo final del río Besòs (Proyecto cofinanciado por la Unión Europea), Criterios ambientales del sector litoral Besòs, proyecto de arrecifes artificiales en el litoral de Barcelona, redacción del proyecto básico y ejecutivo del Zoo Marino, directrices ambientales del Ecobarrio de Vallbona, redacción de informes ambientales de las modificaciones urbanísticas de la ciudad de Barcelona (MPGM Sant Andreu, La Marina del Prat Vermell, Vall d’Hebron, Sagrera, Sants, Pau de Pedralbes, Porta Trinitat, etc.). Ha sido miembro de las comisiones de seguimiento ambiental del Aeropuerto de Barcelona, Depuradora del Baix Llobregat y Desvío del río Llobregat. Ha trabajado en numerosos proyectos de planificación territorial y urbana.

Desde 2014 Director Técnico y Director de Proyectos Ambientales de Barcelona Regional. Los últimos años ha trabajado en el Plan de Sostenibilidad del Área Metropolitana de Barcelona (PSAMB),

Evaluación Ambiental Estratégica de varios planeamientos de escala metropolitana y modificaciones de planeamiento de Barcelona y su entorno. Y work group leader del Proyecto Europeo para barrios  neutros en carbono CLUE Interreg IV. En la actualidad trabajando sobre los efectos del cambio climático en la ciudad de Barcelona, Infraestructura Verde y los Servicios Ambientales de Parques Urbanos.

Coloma Rull Sabaté

Barcelona, 1968. Ingeniera Técnica Agrícola, Postgraduada en Jardinería y Paisajismo y Licenciada en Ciencias Ambientales. De 1990 a 1998 ejerció su profesión en empresas privadas del ramo de la construcción (Cubiertas y Mzov, Medio Ambiente Dalmau y Acciona), como responsable de estudio de costes y dirección de obras públicas de jardinería.

Desde del año 1998 trabaja en el Instituto Municipal de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona, principalmente en la coordinación y/o participación de estudios estratégicos relacionados con la gestión de los espacios verdes y de los árboles urbanos. En 1998 redacta el primer Plan de gestión de arbolado viario de

Barcelona, concretamente el del distrito de l’Eixample. A partir de entonces coordina la Comisión de arbolado de la ciudad participando activamente en proyectos como “La diversificación de especies”, “Diseño del procedimiento del Plan de riesgo”, “Regulación de las distancias de plantación”, el “Inventario cartográfico”, la campaña de comunicación “Los árboles tienen nombre” y en la redacción del “Plan director de arbolado 2017-2037”. Entre el 2010 y el 2013 participa en la redacción del Plan del verde y de la biodiversidad de Barcelona 2020, y desde entonces trabaja como Técnica del Programa de Biodiversidad, impulsando el despliegue de las 68 acciones del Plan. Las líneas estratégicas en las que más interviene son las que se refieren a la planificación, al diseño, a la creación y a la gestión del verde urbano para obtener los máximos servicios socio ambientales, y a la de aumentar el conocimiento para la gestión del verde y de la biodiversidad.

Texto de la ponencia.-EL VALOR DE LOS PARQUES URBANOS DE BARCELONA COMO CATALIZADORES SOCIALES

Desde el mes de enero del año 2013 la ciudad de Barcelona trabaja en el despliegue del Plan del Verde y de la Biodiversidad 2020, el instrumento estratégico que permite planificar e impulsar las actuaciones necesarias para conseguir una infraestructura verde capaz de proporcionar los máximos servicios ambientales y sociales, de insertar la naturaleza en la ciudad, de generar «espacios de vida» en el ámbito urbano, de conectar la ciudad con el territorio del entorno, de hacer la ciudad más fértil y de dotarla de mayor resiliencia ante los retos de futuro.

Así pues, el Plan del Verde y de la Biodiversidad de Barcelona es un instrumento estratégico que concreta el compromiso municipal respecto a la conservación del verde y de la biodiversidad, y que promueve que la población conozca el patrimonio natural, lo disfrute y lo cuide. En otras palabras, lo que se pretende es lograr una infraestructura verde que ofrezca el máximo de servicios en una ciudad donde naturaleza y urbe interaccionen y se potencien en beneficio de las personas, para que disfruten del patrimonio natural y participen activamente en su protección y en su mejora.

El Ayuntamiento de Barcelona presentó el Plan en el Congreso del PARJAP de Oviedo en marzo de 2015.

En esa ocasión Margarita Parés, responsable del despliegue del Plan, citó las 10 líneas estratégicas y las 68 acciones que contiene. Las líneas abordan todos los aspectos de la biodiversidad y del patrimonio natural relacionados con la conservación, la planificación, el diseño, la creación, la gestión, la preservación, el conocimiento, la divulgación, la participación y la posición internacional y la colaboración. Más tarde, en el mes de mayo del mismo año, publicó en la revista de la Asociación de Parques y Jardines Públicos Española unas reflexiones sobre el avance del Plan y los retos en los que se trabaja (ver artículo en la revista núm. 78 primavera 2015).

En esta ocasión vamos a centrarnos en las acciones del Plan del Verde y de la Biodiversidad que giran entorno al conocimiento de la infraestructura verde y de sus servicios ecosistémicos o socioambientales, y a la participación e implicación ciudadana, como catalizadora de un movimiento social entorno a los parques y jardines urbanos.

Avanzar en el conocimiento. Identificación de la infraestructura verde de Barcelona

Recordemos la línea estratégica número 7 del Plan: aumentar el conocimiento para la gestión y la conservación del verde y de la biodiversidad. Profundizar en el conocimiento del verde y de la biodiversidad, del comportamiento y las necesidades de las especies en el entorno urbano y de los beneficios ambientales y sociales que estas especies generan, es el camino para planificar, gestionar y mantener con rigor científico y técnico el patrimonio natural. La conservación de la biodiversidad en el medio urbano es hoy un nuevo reto que se plantean los gobiernos locales de todo el mundo y sobre el cual aún se necesita conocimiento teórico y aplicado. En especial, hay que prestar atención al proceso de transformación que el cambio climático está provocando en el medio y llevar su seguimiento.

Anualmente el Ayuntamiento de Barcelona publica el Anuario estadístico de la ciudad, donde aparece la superficie de espacio verde público mantenida por el Institut Municipal de Parcs i Jardins: 1.128 ha en el 2016, al cual se añade la superficie forestal del Parque de Collserola que se encuentra dentro del ámbito municipal de la ciudad: 1.698 ha. Paralelamente se publican datos del número de árboles del entramado urbano, 240.000 ejemplares en 2016.

En el año 2015, en el despliegue del Plan del Verde y de la Biodiversidad de Barcelona se identifica por primera vez la infraestructura verde de la ciudad a través del NDVI (Normalized Difference Vegetation Index). Este índice permite detectar la vegetación de la ciudad de forma automática mediante imágenes satélite o vuelos con sensores multiespectrales que captan la banda del rojo y el infrarrojo próximo. Contabiliza todas las áreas con vegetación desde una perspectiva cenital. Facilita el reconocimiento de la distribución de espacios verdes en grandes extensiones de terreno. Además el índice determina la vitalidad y densidad de la vegetación, de manera que es válido también para hacer un seguimiento de su estado a lo largo del tiempo.

 Esto equivale a todas las áreas de vegetación presentes en los parques públicos urbanos, a la copa de todos los árboles de la ciudad, a todos los jardines institucionales, de entidades y equipamientos, sean públicos o privados, a balcones, terrazas, cubiertas verdes…es decir, a toda la vegetación presente en la ciudad.

Cabe esclarecer que en el caso de un árbol, por ejemplo, su identificación equivale a todo el perímetro de la proyección de la copa, independientemente de si la copa se sitúa sobre espacio urbanizado o permeable. El índice tampoco puede detectar la estructura vertical de esta vegetación, es decir, los estratos arbustivos y herbáceos bajo cubiertas arbóreas, aunque sí detecta aquellas zonas donde el verde es más o menos denso. Tampoco se detectan los espacios permeables sin vegetación que en muchas ocasiones forman parte de los parques y jardines como caminos de arena, estanques, y otros, que se consideran también infraestructura verde.

Des de este momento el Ayuntamiento se plantea este indicador como dato complementario de la contabilidad del verde urbano. Así se asegura un seguimiento más amplio de la evolución de la totalidad de vegetación. Podremos evaluar si la ciudad gana globalmente espacios verdes más allá de los que gestiona directamente el Institut Municipal de Parcs i Jardins; con nuevos espacios que también realizan servicios ecológicos, de regulación térmica e hídrica, de aumento de biodiversidad, en definitiva de aumento de la habitabilidad y calidad de vida de la ciudad. En esta primera identificación del NDVI, en el año 2015, hay una cobertura vegetal de 1.866 ha en zona urbana y 1.597 ha en Collserola, con un total de 3.463 ha.

Avanzar en el conocimiento. Infraestructura verde urbana, provisión de servicios para los ciudadanos

En una ciudad como Barcelona, compacta y densa y de verde más bien escaso, los parques, jardines, el arbolado y cualquier elemento de naturaleza contribuyen al bienestar de las personas la infraestructura verde urbana nos provee de servicios ambientales. Conocer el verde real, tanto público como privado y poder analizarlo resultará muy útil para proyectar nuevos espacios, calles, plazas o parques y para valorar los servicios que nos aportan.

Los servicios ambientales, también llamados servicios ecosistémicos, son los beneficios que los humanos obtienen de los ecosistemas (Reid 2005), y que contribuyen directa o indirectamente al bienestar de las personas (TEEB 2010).

Uno de los estudios más relevantes en este ámbito es el estudio de evaluación de los ecosistemas del milenio (MEA 2005), que define 21 servicios ambientales y los clasifica en cuatro categorías: servicios de suministro, servicios culturales, servicios de regulación y servicios de apoyo. En los servicios de suministro, se incluyen disponibilidad y calidad de agua dulce, producción de alimentos, o uso de materias primas; en los servicios de regulación, la polinización, la protección de suelos, atenuación de las temperaturas extremas y los desastres naturales, o fijación de CO2; como servicios culturales, el recreo o de salud, turismo y educación y valor histórico o patrimonial. Los servicios de apoyo son servicios transversales de los otros servicios y son principalmente la diversidad y calidad de los hábitats y diversidad genética (TEEB, 2010).

Esta nueva visión de los ecosistemas tiene como objetivo hacer más visible los servicios que la sociedad recibe de los espacios naturales, pero que la economía no expresa, olvidando su valor. Así por ejemplo, la polinización es responsable de una gran parte de la producción agrícola, pero la economía no incorpora este servicio, que nos es dado como «gratuito». La nueva visión, en lenguaje económico, incorpora las externalidades tanto negativas como positivas. Es un concepto cada vez más estudiado por científicos y utilizado en los discursos políticos.

Esta incorporación se deberá tener en cuenta, ya que la definición del valor es diferente de la formulación de los precios y más si se habla de servicios culturales, que son mayoritariamente inmateriales.

La definición del valor es una construcción compleja que tiene parámetros objetivos, vinculados a variaciones de la demanda y oferta y utilidad, pero también subjetivos.

Los espacios verdes urbanos son también ecosistemas que aportan servicios ecosistémicos (también  llamados servicios ambientales) de forma muy directa, ya que a su alrededor vive una gran cantidad de población. Sin embargo, en entornos urbanos los servicios de aprovisionamiento se reducen notablemente y aumentan los servicios culturales, esparcimiento y descanso, deporte y salud, identidad y sentido de lugar, vínculos con el pasado o educación ambiental, todos ellos servicios con una creciente demanda en territorios densamente poblados.

Así, los servicios ambientales pretenden ampliar la concepción de la función de los espacios verdes urbanos y visualizar todos los beneficios que puedan dar a la ciudadanía y tener un conocimiento mucho más amplio y complejo de las interacciones entre ecología y economía.

Una ciudad resiliente, es aquella que ya no separa los sistemas en ecológicos y sociales, y establece relaciones dialécticas de forma que sean sólo un único sistema integrado.

Los espacios verdes, como espacios heterogéneos con diferentes funciones y características, se pueden considerar como una red con la función de ofrecer la mayor parte posible de servicios socioambientales en que varios espacios tengan funciones complementarias entre sí. En este sentido una visión territorializada de los servicios socioambientales que ofrece cada uno de los espacios, nos permite  detectar complementariedades, puntos fuertes y deficiencias existentes en diferentes zonas del tejido urbano, por lo que será de mucha utilidad a la hora de planificar, gestionar, promocionar y diseñar estos espacios.

La evaluación de los servicios socioambientales de los parques urbanos, plazas e interiores de manzana de diferentes distritos de Barcelona, nos ofrece información que puede sernos de utilidad para que se tengan en cuenta en futuras medidas en la gestión, planificación, promoción y diseño de este tipo de espacios.

Analizando las características de las diferentes tipologías de espacios verdes, se puede decir que los parques históricos generalmente son espacios verdes que prestan de manera importante los servicios  ecológicos y de regulación, y los de inspiración artística e historia, pero por el contrario no prestan otros servicios como el de “ir en bicicleta”, las actividades deportivas en grupo, o los juegos al aire libre (con la excepción de la Ciutadella y el Turó Parc). En cambio los interiores de manzana suelen tener una prestación baja de los servicios ecológicos y de regulación pero son importantes en servicios como los juegos al aire libre, o la reflexión y descanso. Los parques grandes no históricos suelen prestar una buena parte de los servicios, aunque algunos prestan más que otros.

A nivel de complementariedad, por ejemplo el Parque de Joan Miró presta muchos servicios (juegos infantiles y actividades deportivas, por ejemplo) pero en determinados servicios ecológicos y de regulación, como la mejora de la calidad del aire, no tiene una prestación alta, debido a su baja densidad de vegetación y a su menor complejidad de la estructura de la vegetación. En el mismo distrito, encontramos los Jardines de la Universidad, que no prestan el servicio de juegos al aire libre o actividades deportivas pero sí el de mejora de la calidad del aire. Otro ejemplo, analizando la complementariedad del paseo y las actividades deportivas para dos barrios contiguos como son la Villa Olímpica del Poblenou y el barrio del Poblenou, denotamos que el paseo obtiene valores elevados de este servicio para la Villa Olímpica, y menos prestación en Poblenou. Justo lo contrario ocurre para las actividades deportivas, que se presta en mayor medida en el Poblenou mientras que en la Villa Olímpica se produce una menor prestación. Así, no es necesario que ambos barrios obtengan valores altos para el mismo servicio, sino que la complementariedad de ambos hace que se presten ambos servicios en zonas cercanas.

El sistema de parques debe comprenderse como una red que debería ofrecer una complementariedad de servicios, especialmente allí donde se concentran varios espacios verdes. De esta manera podemos encontrar espacios verdes que ofrezcan un determinado tipo de servicios y otros espacios que no les presten pero en presten otros, completando la oferta global de servicios de un determinado territorio.

No se trata de que cada espacio verde ofrezca todo el abanico de servicios socioambientales, esto es prácticamente imposible ya que existen servicios que pueden ser contradictorios con otros como por ejemplo la potencialidad de realizar grandes eventos en un parque y el servicio de reflexión y descanso.

Se trata de que dentro de una misma zona, ya sea barrio o distrito, los habitantes tengan a cierta distancia varios espacios verdes que globalmente ofrezcan la máxima gama de servicios ambientales posible. El objetivo es conseguir una complementariedad de estos servicios en el territorio, para que la población pueda disfrutar de todos los beneficios que los espacios verdes son capaces de proporcionar, evitando así que haya partes de la ciudad en que la población pueda tener varios espacios verdes cercanos, pero no puedan realizar una determinada actividad para que sus características sean redundantes.

Este trabajo nos ofrece una metodología que nos da una visión sobre la potencialidad de los servicios ambientales que nos brinda el sistema de parques urbanos, es una estimación cualitativa, que debe cruzarse con el uso real que hacen los ciudadanos de los parques.

Tenemos muy poca información sobre la cantidad de personas que utiliza los parques, a qué horas utilizan el parque, qué hacen en el parque, qué les ofrece el parque, qué mejorarían.

 Para ello  realizamos una prueba piloto en 6 parques históricos de la ciudad de Barcelona y se analizaron los usos que se producían a lo largo de un día laborable, un día festivo y en qué zonas del parque se producían los distintos usos. Eso nos permitió establecer un perfil de uso diario de los distintos parques y comparar los usos entre laborable, festivo y entre inverno y primavera.

Cruzar la información sobre potencialidades de servicios ambientales y usos reales es un paso crucial, ya que nos aportará una visión de los beneficios que obtienen los ciudadanos y como poder mejorarlos. Por otro lado la divulgación de los servicios ambientales que nos ofrecen los parques es también fundamental, generar conciencia ambiental sobre los beneficios del verde urbano para poder construir entre sociedad civil y gestores públicos una infraestructura verde más robusta.

Participación y conexión de los ciudadanos con la naturaleza para mejorar la salud, el bienestar y el compromiso social

La línea estratégica número 9 del Plan planteaba fomentar las zonas verdes como espacios para la salud y el ocio, y promover la implicación ciudadana en la creación de zonas verdes y en la conservación de la biodiversidad. Hablábamos en ese momento que el gran reto consistía en fomentar la implicación ciudadana, que tiene un papel clave en la conservación, la gestión y la divulgación de la biodiversidad.

Las circunstancias sociales y demográficas han propiciado que la naturaleza se haya convertido en una demanda social creciente en la ciudad.

En los últimos años el Ayuntamiento de Barcelona ha ido implementando iniciativas para favorecer la implicación ciudadana y de las entidades en la gestión de los espacios verdes. En la actualidad se trabaja en una estrategia en esta línea.

En los últimos tiempos ha habido un aumento significativo de la demanda de diversos colectivos interesados en implicarse en algún tipo de gestión, más o menos intensa, destacando principalmente la petición de plantar en los alcorques de los árboles y la petición de espacios o solares, y de asesoramiento para cultivar huertos urbanos .

La labor de los espacios y equipamientos públicos merecen una dedicación y atención especial, para que puedan garantizar unos resultados satisfactorios a largo plazo. La administración tiene más posibilidades de garantizar una gestión adecuada de los espacios y equipamientos de titularidad pública, si lo hace con la colaboración ciudadana y la sociedad civil organizada.

Nos encontramos en un momento de un creciente interés por la cuestión y de una gran profusión de casos de gestión colaborativa, y de denominaciones y debate sobre fórmulas de gestión de espacios públicos con la participación y colaboración de agentes sociales, entidades y personas. Se han unido esfuerzos entre la Dirección de

Espacios Verdes y Biodiversidad, junto con los departamentos de Educación Ambiental, de Participación y de Comunicación, para iniciar procesos participativos en diferentes aspectos de la gestión del verde.

Como ejemplos podemos citar el proceso participativo que tuvo lugar antes de la redacción del Plan del Verde y de la Biodiversidad y la participación de más de 750 personas en el Plan director del arbolado de Barcelona 2017-37, de las que 550 eran técnicos y jardineros de Parcs i Jardins. Citar también los procesos de participación en la redacción del Compromiso Ciudadano por la Sostenibilidad, en el Compromiso por el Clima, en la medida de gobierno para la prohibición del usos del glifosato, o la participación ciudadana en grandes proyectos de modelo urbano como Supermanzanas, el parque de Canopia, en la Pl. de les Glòries, Tres Turons y Corredores verdes.

La participación es también muy elevada en los talleres y actividades relacionadas con la naturaleza en los parques y jardines y en los espacios naturales (casi 3.000 participantes en 4 años), en actividades físicas que se realizan al aire libre en los parques como espacios de salud y en los equipamientos ambientales. También en los proyectos de ciencia ciudadana como la experiencia de la elaboración del Atlas de aves nidificantes de la ciudad, realizado a través de 318 colaboradores voluntarios y la participación en el mapa Barcelona mes sostenible, un mapa virtual interactivo vinculado al Open Green Map, que incluye datos municipales y datos introducidos por la ciudadanía.

Estamos ante un gran reto para los próximos años. Se inicia un proceso de identificación de las iniciativas municipales existentes de implicación de la ciudadanía en el verde urbano, y la valoración de su funcionamiento. Hay tres preguntas clave en este proceso: Qué ofrece el Ayuntamiento?, Qué pide la ciudadanía?, Dónde tiene sentido la implicación ciudadana?. A partir de aquí, se hará necesario adaptar la organización interna del Ayuntamiento para facilitar la implicación ciudadana en el verde urbano, dar respuesta a las demandas existentes, capacitar las entidades existentes para la gestión del verde urbano, y si cabe, favorecer la creación de nuevas entidades, establecer instrumentos y procedimientos que ofrezcan una elevada seguridad jurídica y un modelo unificado y más estable para este tipo de gestión, considerar y favorecer la implicación ciudadana en la gestión de espacios verdes de titularidad privada.

El Gobierno Municipal tiene la voluntad de seguir adelante con el proceso iniciado y avanzar en este modelo donde los espacios verdes urbanos actúan como catalizadores sociales, en un modelo de conexión de los ciudadanos con la naturaleza como garantía de la calidad de vida.

Marc Montlleó, Director Técnico y Director de Proyectos Ambientales de Barcelona Regional. Y Coloma Rull, Programa de Biodiversidad de la Dirección de Espacios Verdes y Biodiversidad, del Ayuntamiento de Barcelona

Abril 2017

Barcelona.-Edificio Planeta

En el  Plan del Verde y de la Biodiversidad de Barcelona 2020 encontraras más información, así como  en el Plan director del arbolado de Barcelona 2017-2037.