
Integrado en la trama urbana diseñada por Ildefons Cerdà, el parque de Joan Miró ocupa el solar del antiguo matadero de la ciudad, equivalente a cuatro manzanas del Eixample. Destacan las importantes plantaciones de pinos, encinas y palmeras, así como la escultura Dona i ocell, obra del gran pintor, escultor y ceramista Joan Miró. Éste es un parque que ofrece al visitante una sorpresa en cada una de las numerosas entradas, ya que dan acceso a espacios muy diferentes tanto en la factura como en los usos. Es un parque para estar, eligiendo la zona en función de lo que se quiera hacer.
En el pinar, cada día se reúne el vecindario para charlar en la terraza de uno de los quioscos bar, o mientras los niños se entretienen en una de las seis áreas de juegos infantiles del parque, una de las cuales , la mayor, es accesible. En el palmeral, los aficionados a la petanca disponen de pistas y los que tienen perro pueden llevarlo a desahogarse en una gran área de 720 m2.




También es el primero en el que se dio un nuevo uso a espacios urbanos con equipamientos obsoletos. Situado en los terrenos ocupados por el antiguo matadero de la ciudad,( escorxador ) es un buen ejemplo del nuevo modelo de estrategia urbana iniciado con la democracia, basado en la dignificación de la periferia y la recuperación del centro de la ciudad. El nuevo planeamiento del espacio urbano hizo posible el progresivo crecimiento de un espacio público extenso y de calidad, del que este parque es una pieza emblemática.




Si las palmeras de Canarias y datileras (Phoenix canariensis y Phoenix dactylifera) son las grandes protagonistas del parque por su abundancia, los pinos piñoneros, los pinos blancos (Pinus pinea y Pinus halepensis) y las encinas (Quercus ilex) configuran un espacio de vegetación característicamente mediterráneo, donde también se encuentran grandes eucaliptos (Eucalyptus camaldulensis y Eucalyptus globulus). Junto a la biblioteca, las adelfas (Nerium oleander) comparten espacio con las vallas de ciprés (Cupressus sempervirens) y, cerca del palmeral, se elevan, majestuosos, los álamos (Populus alba). Los olmos (Ulmus pumila) y los cedros (Cedrus deodara) son otras especies arbóreas presentes en este parque. En las pérgolas lucen las glicinas (Wisteria sinensis) y las buganvillas (Bougainvillea glabra).
Paisajismo y diseño
Es un parque organizado en distintos ámbitos. El primero, el de los jardines para la biodiversidad, un espacio dedicado a la mejora de la calidad del hábitat para la flora y fauna. Un lugar en el que se crea un nuevo ambiente para favorecer la fauna mediante plantaciones y la creación de refugios, que atraen a pájaros, mariposas y otra fauna beneficiosa. Junto a la plaza encontraremos una pradera de 6.000 m2 que cubre un aparcamiento y el depósito de aguas pluviales. Rodeándola por uno de los lados, plataformas de varias alturas se conectan por caminos sombreados con pérgolas cubiertas de trepadoras que conducen hacia la zona más extensa y rústica del parque, los bosquetes. Primero, uno de palmeras y, a continuación, uno de pinos.
Si accedemos desde el acceso al parque por las calles de Vilamarí y de la Diputació, encontraremos una biblioteca rodeada de agua. Un edificio elegante y acogedor, rodeado de canales de agua delimitados por franjas de cipreses recortados. Esta biblioteca pública se convierte en un complemento extraordinario de esta gran zona verde de Barcelona.




Arte y arquitectura
En uno de los extremos del estanque que hay en la gran plaza situada a la altura de las calles de Tarragona y de Aragón, la escultura Dona i Pájaro, de Joan Miró, de 22 m de altura, preside el gran espacio verde. Está hecha en trencadís y se ha convertido en uno de los grandes referentes del parque. Fue dada en Barcelona por su autor.
Extraído de www.barcelona.cat
Fotos digitalizadas de las visitas realizadas al jardín.-