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Sevilla.-Paseo de la Palmera

GENERALIDADES

Su nombre ya sugiere algo exquisitamente bello, su principal atractivo consiste en la variedad de su belleza. Para la mayoría son unas plantas con un tallo recto, coronado con un penacho de hojas más o menos bonitas, pero cuando te introduces en su mundo descubres otras bellezas en sus tallos, sus hojas y sus foliolos, sus inflorescencias, así como las curiosidades de sus hábitats.

La palmera datilera se cultiva hace más de cinco mil años, y como género aparecen en el Cretáceo, desde entonces un gran número de géneros y especies se han distribuido por todo el mundo.

Aunque se consideren árboles, no tienen ramas, ni tejidos leñosos. Tiene un sólo punto de crecimiento, la yema terminal o apical, situada dentro del penacho, mientras este punto de referencia permanece intacto, la palmera sigue desarrollándose, si por alguna razón se daña o desaparece, toda la planta morirá. El sistema circulatorio es muy diferente al de otros árboles, el agua y los elementos nutritivos no se desplazan por la zona más exterior, sino a través de toda la parte fibrosa, su corte nos demuestra los anillos de crecimiento característicos de los verdaderos árboles, las palmeras no tienen corteza.

Su sistema vascular presenta unas determinadas características que los distinguen de otras plantas leñosas.

Haciendo un corte seccional del tronco diferenciamos:

–          Unos vasos vasculares que pasan por el eje.

–          Parenquima, sistema de fibra muy dura que hace que las palmeras sean muy resistentes a los vientos fuertes.

–          Zona mesófila, donde se produce la fotosíntesis dispuesta de tal forma que hace soportar a las palmeras los malos tratos que se le hacen en los troncos.

Las palmeras son destacadas entre las especies cultivadas en los jardines egipcios, principalmente la Phoenix dactylífera. No aparecen entre las plantas cultivadas en los jardines romanos y sí en los hispanoárabes.

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Palmeras.-Le_Jardin_de_Nébamoun

En Mesopotamia, Senaquerib (704-681 a.c.), hijo de Sargón II (722-705 a.c.) construyó un palacio que, según él no había otro igual, lo rodeó de un parque plantado de palmeras traídas de Caldea que crecían mejor en sus jardines que en su tierra originaria.

La palmera era el símbolo del dios de la vegetación. Su importancia en la economía del país ya era muy grande. De ella se sacaba la bebida, alimento, se utilizaba para fábricar muebles y techados, y de sus fibras se hacían escobas, esteras, etc… Para este pueblo uno de los actos más vengativos era talar los árboles del enemigo.

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En Persia tenemos su descripción en hermosos tapices. Durante el esplendor de la civilización griega aparece por primera vez el jardín público. La invasión islámica encontrará en la Península Ibérica el tipo de casa y jardín romano. Entre las almunias construídas se cita la mandada construir por Abd-ul-Rahman I a 3 kilómetros al noroeste de Córdoba. La trascendencia popular de esta residencia está motivada en el canto del emir a una palmera que allí había. Sin embargo su mayor interés estriba en haber sido lugar de aclimatación de numerosas especies exóticas que él mandó traer de Siria, siendo el primer jardín botánico del que hay referencia en Europa.

La palmera ha sido árbol-oráculo en Eridu, donde la leyenda situaba el Jardín del Edén. Estas convicciones religiosas han demostrado a los mahometanos ortodoxos que los dátiles de El Medinah (Arabia) son los mejores del mundo, porque esta fué la patria de Mahoma que conocía los buenísimos frutos de la palmera de dátiles.

Para los griegos, la palmera era símbolo de victoria. Las hojas de la palmera dieron la bienvenida a Jesucristo en Jerusalén.

Para los caldeos y árabes era «el árbol de la vida» y «el árbol bendito», respectivamente. Para los egipcios «Phoenix» era símbolo de fertilidad.

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Lodoicea maldivica

Los frutos de la Lodoicea, espontánea de las Islas Seychelles desde tiempo inmemorial continúan estimulando las fantasías del hombre.

Las más importantes, económicamente hablando son los cocoteros (Cocos nucífera), las del aceite (Elaeis guineensis y Metroxylon sagu) y la palmera de dátiles (Phoenix dactylífera), la más conocida entre nosotros.

Pero realmente no es hasta fines del siglo XVIII cuando se introducen las palmeras en Europa y se expansionan por todo el mundo, a través de las expediciones botánicas y el interés de los jardines botánicos de todo el mundo.

En España a pesar de las muchas especies ornamentales que poseemos, son escasas las de palmeras que utilizamos en nuestros jardines, hemos podido contemplarlas acudiendo a jardines botánicos o temáticos, en el Jardín Pinya de Rosa, en el Jardín Botánico de Valencia, Marimurtra en Blanes de Gerona, en las Islas Canarias, en Málaga, el Huerto del Cura de Elche, y últimamente en el Parque del Majuelo, parque de palmáceas construido en Almuñécar (Granada) o en Madrid en el Palacio de Cristal en la Arganzuela, y ahora esperamos poder verlas en el Palmetum que se está construyendo en Santa Cruz de Tenerife.

Aparte de estos lugares, sólo ejemplares aislados introducidos por particulares en algunos jardines privados nos demuestran las posibilidades de su cultivo y plantación.

El espectacular desarrollo turístico de los últimos años ha propiciado la construcción de numerosas zonas verdes como equipamiento de urbanizaciones e instalaciones hoteleras en las zonas de litoral, con climas templados y cálidos, donde se han plantado cientos de miles de palmeras. Si bien siempre ha sido difícil encontrar palmeras en el mercado, aclimatadas a las zonas a plantar, sobre todo si se buscaban géneros y especies que se salían de las que normalmente eran comercializadas. PHOENIX DACTYLIFERA, CHAMAEROPS HUMILIS, TRACHYCARPUS FORTUNEI, WASHINGTONIA, FILIFERA y W. ROBUSTA y PHOENIX CANARIENSIS, algunas SABAL y últimamente los SYAGRUS. Gracias a algunas empresas catalanas, alicantinas y andaluzas, en los últimos años se han introducido nuevos géneros, con lo que ha crecido el interés en su utilización y cultivo.

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Las palmáceas con más de 200 géneros y 2.800 especies forman una de las más interesantes familias de plantas ornamentales para climas tropicales y subtropicales, aunque algunos géneros resisten bajas temperaturas cuando están aclimatadas, así pues no nos extraña ver Jubaea y Butia en Madrid o Trachycarpus en Oviedo.

En las regiones tropicales viven en todo tipo de lugares, desiertos, bosques húmedos, altas montañas de las selvas tropicales lluviosas, en unos ambientes de gran humedad. Es decir les gustan los lugares áridos pero en zonas con humedad, vaguadas o arroyos donde hay aguas freáticas o corrientes de agua.

Son xerofíticas en su parte aérea e hidrófilas en la subterránea.

Las palmeras en contraste con lo que sucede con los árboles, sólo crecen por una yema apical o terminal, vulgarmente la llamamos «el cogollo», si ésta se deteriora la palmera muere. Pocas palmeras resisten heladas de varios grados bajo cero, pero en nuestros litorales, donde aunque haga frío no existen fuertes heladas que dañen «los cogollos», tenemos muchos géneros para poder plantar y otras a introducir; ARECASTRUM ahora SYAGRUS, ERYTHEAS, JUBAEAS, BUTIAS, LIVISTONIA CHINENSIS y AUSTRALIS, PHOENIX ROEBELINII, PH. RECLINATA, TRACHYCARPUS, WASHINGTONIAS, SABAL, CHAMAEROPS, RAPHIS, HOWEAS, etc…

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Palmeras.-1874

En algunos países han sido representadas en sus sellos de correos, entrando a formar parte de las colecciones numismáticas: Chile con sus JUBAEA, las LODOICEA MALDIVICA como endemismo de las Islas Seychelles. Los COCOS NUCIFERA en la Guayana Francesa y Congo Belga, las PHOENIX CANARIENSIS en la Riviera Italiana y en España en 1.973, PHOENIX RECLINATA en el Congo Francés y el PHOENIX DACTYLIFERA en 1.928 y 1.933 en el Marruecos español, el ARECASTRUM, representada en sellos, en 1.935, las WASHINGTONIAS en los Estados Unidos de Norteamérica en 1.954, las ROYSTONEAS del Jardín Botánico de Río en 1.937.

Para los antiguos griegos y romanos las palmeras eran símbolo de victoria. En un sello emitido en Grecia en 1.937 figura un vencedor olímpico y hojas de palmera.

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SU DISTRIBUCION EN EL MUNDO

Para poder comprender la actual distribución de las palmeras sobre la superficie terrestre es necesario tener presente tres factores: las mutaciones geológicas, las posibilidades de difusión de los frutos y las condiciones climáticas.

Sólo resisten temperaturas de pocos grados bajo cero, salvo excepciones. A tal propósito hay que tener presente que cuando aumente la altura sobre el nivel del mar, la temperatura disminuye. En los trópicos del nuevo mundo el límite se sitúa a los 2.000 metros de altitud, clima fresco y húmedo, con temperaturas que no bajan de los 0º centígrados donde viven las CHAMAEDOREAS.

Podemos encontrar palmeras en los cinco continentes, la mayoría en zonas tropicales y sub-tropicales, sin embargo existen varios géneros que pueden cultivarse en climas fríos (TRACHYCARPUS).

Europa es la zona más pobre en palmáceas, con sólo dos especies autóctonas: el CHAMAEROPS HUMILIS en el Mediterráneo y el PHOENIX THEOPHRASTII en la Isla de Creta y también en el Este de Turquía.

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Chamaerops humilis

En Africa nos encontramos con géneros adaptados a climas y situaciones próximas al mar, palmeras en desiertos y otras en la altitud de las montañas, siendo en Madagascar donde se encuentran con mayor difusión, siguiéndole en importancia en cantidad y variedad Nueva Guinea.

Son entre las especies más conocidas los Phoenix dactylífera (palmera de dátiles), Phoenix reclinata (palmera del Senegal), Chrysalidocarpus lutescens (Arecas), Elaeis guineensis (palma del aceite), etc… las más difundidas, sin olvidar las Phoenix canariensis (palmera de Canarias), existentes en la Isla de Gomera y en el archipiélago canario, españolas pero geográficamente situadas en Africa.

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Phoenix canariensis en el Puerto de Santa Maria,casi desaparecido por el ataque de picudo

En América del Norte aparecen las conocidas Washingtonias robusta y filífera, muy difundidas en nuestra ciudad, el Paurotis wrightii (palmito de Florida), recién introducido con motivo de la EXPO´92, palmera muy resistente a la salinidad, el Sabal palmetto, la Brahea, etc…

América Central y Sudamérica nos ofrecen en sus zonas climáticas más favorables las Roystonea regia (palma real), plantada en el Jardín Americano de la Expo y junto a la Cartuja de Santa Mª de las Cuevas, las Jubaea chilensis (palmera de Chile) de las que existen unos magníficos ejemplares en la casa palacio de Villamanrique de la Condesa, la Butia capitata (elegante palmera de hojas grisáceas plantadas recientemente en la Expo), los Syagrus, Arecastrum romanzoffianum, coco plumoso, de la que existían unos pocos ejemplares en la ciudad y se ha visto aumentada su representación con nuevas plantaciones en los jardines y paseos del recinto de la Exposición Universal, los Trithrinax campestris que en la actualidad se están importando de Argentina, pueden engrosar nuestras plantaciones de esta familia de las Arecaceae.

En Asia encontramos los Trachycarpus y las Livistonas y de Australia en su zona norte y noroeste la Livistona australis, ejemplares que existen en la casa-palacio de Villamanrique de la Condesa, la Ptychosperma alexandrae, palmera elegante pero delicada en el transplante que se encuentra plantada en el patio interior de unos grandes almacenes en nuestra ciudad.

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MORFOLOGIA

Las palmeras pertenecen a la familia Palmae o Arecaceae y poseen un tronco o falso tronco llamado estípite, en algunos géneros son multicaules con varios o muchos troncos, otras producen hijuelos en su base y acaban formando grupos. Las hemos visto en el Huerto del Cura (Elche) la «palmera imperial» o en el jardín botánico de Valencia, un ejemplar con más de 30 troncos. Las palmeras no se bifurcan. Existen algunas rarezas debidas a lesiones de la yema apical en las Livistonas y otros géneros.

Los troncos son variados, gruesos, finos, muy altos, muy bajos, etc… Hay estípites finos entre 5 y 25 centímetros de diámetro. Uno de los más gruesos son los de la palmera chilena Jubaea chilensis, los de la Washingtonia filífera y los Phoenix canariensis. La mayoría poseen peciolos espinosos que protegen su yema apical.

Ejemplares con sesenta metros de altura baten el récord de la planta no ramificada más alta del mundo: Ceroxylon quindinense.

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Troncos de palmera

FUNCIONES DEL ESTIPITE

La fundamental y más importante es la de soportar la cima y el brote terminal, acumular las sustancias de reserva (almidón y agua) y servir de unión entre las raíces y la copa. La función de reserva es muy importante y condiciona en gran manera el éxito de un trasplante.

La médula da resistencia y elasticidad.

Un corte transversal de un estípite deja aparecer tres zonas: la médula, el periciclo y la corteza.

La médula está constituída por tubos conductores, fibras, células denominadas «estengunata» o «estegmata», y células parenquimatosas, está formada por un gran número de haces conductores que se desarrollan longitudinalmente en el interior del estípite, rodeado de fibras que dan al tronco su gran resistencia y elasticidad características.

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Corte transversal de un tronco de palmera

La circulación de la savia se establece en la parte interna del estípite al contrario de los árboles que lo hacen por su corteza, lo que les proporciona mayor resistencia a los fuegos, siendo sin embargo incapaces de regenerar los tejidos externos, por lo que cualquier herida que se les produce no cicatriza como en los árboles.

Los haces conductores poseen en el interior de los tubos xilema y floema que aseguran respectivamente la circulación de la savia bruta y elaborada. Se encuentran igualmente cuerpos silíceos llamados células «estegmata» o «estengunata» que refuerzan la resistencia mecánica del tronco, sobretodo en la Phoenix dactylífera. Esta presencia de sílice explica el desgaste prematuro de las herramientas de poda (hachas, motosierras, calabozos, etc…).

En la médula se encuentran igualmente cavidades (debidas en gran parte a pudriciones) es prudente golpear el estípite a diferentes niveles con un martillo de madera antes de trepar, con el fin de cerciorarnos de la solidez real del mismo así como para conocer los puntos de debilidad potencial de la palmera.

La madera es fibrosa y contiene gran cantidad de agua que la mantiene prensada cuando está en vegetación. El estípite y la base de las hojas es donde están las mejores reservas de agua y nutrientes.

Un déficit parcial de los elementos de reserva de una palmera transplantada, unido a las malas prácticas de plantación, pueden explicar la muerte de muchas de ellas.

El tronco puede presentar formas cónicas o estrangulamientos, debido a «stress» nutricionales o de podas muy severas y continuas.

En el tronco puede haber alteraciones de la madera, que se enquistan o se descomponen, que le hacen perder su flexibilidad, convirtiendo la planta en frágil y rompedora, suponiendo un riesgo real para los ciudadanos que frecuentan los parques y jardines de la ciudad. Es necesario un requerimiento del estado sanitario de las palmeras, teniendo en cuenta que estas heridas no se recuperan como se ha indicado anteriormente, y su no cicatrización abre puertas de entrada a parásitos y enfermedades.

DIFERENTES TIPOLOGIAS EN LAS PALMERAS MAS USUALES

UNICAULES                                                                       Palmeras con un solo estipite

MULTICAULES                                                                Palmeras con varios estipites

ACAULES                                                                           Palmeras sin estípite:

ENANAS                                                                               Palmeras enanas:

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Raices fasciculadas de las palmeras

SUS RAICES

Las palmeras disponen de un sistema radicular fasciculado, su diámetro es igual en toda su longitud, puede ser ramificado o no, con la particularidad que a medida que la palmera se desarrolla mueren unas raíces y se producen otras nuevas.

Producen raíces adventicias cuando están plantadas en lugares secos y poco profundos, o al estar cultivadas en contenedores

Su sistema radicular no es agresivo

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Palmeras .-Clase de hojas

LAS HOJAS

Si observamos los distintos géneros de palmeras cultivados en la ciudad, veremos la diferenciación en la forma de sus hojas, unas pinnadas (parecidas a una pluma de ave con muchos foliolos), otras palmadas en forma de abanico.

Las primeras, con un eje longitudinal denominado raquis, una vaina o base foliar y el peciolo, que es la prolongación de la vaina hasta donde se inicia el primer foliolo. El conjunto del limbo lo forman el raquis y los foliolos. Ejemplo: Phoenix.

En las hojas palmadas observamos la vaina, el peciolo, pero éstas carecen de raquis ya que la hoja se abre en segmentos. Ejemplo: Trachycarpus.

Con menos profusión observamos otra forma de hojas, las costapalmadas, en las cuales el peciolo presenta una prolongación que se introduce en el limbo. Ejemplo: Washingtonia, Livistonas, Sabal, etc…

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Phoenix canariensis con hojas matizadas

Palmeras con hojas pinnadas más corrientes

ACHONTOPHOENIX CUNNINGAMIANA

ARECASTRUM ROMANZOFFIANUM (SYAGRUS)

BUTIA CAPITATA

CARYOTA URENS

CHAMAEDOREA ELEGANS

CHRYSALIDOCARPUS LUTESCENS

HOWEA BELMOREANA

HOWEA FORSTERIANA

JUBAEA CHILENSIS

MASCARENA VERSCHAFELTII

PHOENIX

ROYSTONEA REGIA

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Washingtonia filifera

Palmeras con hojas palmiformes

PAUROTIS WRIGHTII

ERYTHEA ARMATA

LATANIA SPEC.

LIVISTONA SPEC.

SABAL SPEC. PALMETTO y S. UMBRACULIFERA S. MINOR

WASHINGTONIA ROBUSTA y FILIFERA

CHAMAEROPS HUMILIS

TRACHYCARPUS FORTUNEY

RHAPIS EXCELSA

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Jardin marimurtra.-Blanes Floracion de Brahea armata

LAS FLORES

Las flores son generalmente insignificantes, pero en algunos casos las espigas resultan llamativas. Brahea glauca.

La mayoría de las especies son monóicas con los dos sexos en las mismas inflorescencias o por separado. Otras son dióicas, es decir, con flores masculinas y femeninas en distintos pies. Algunas hermafroditas.

Las inflorescencias suelen estar protegidas por espatas o espadices, generalmente nacen en el estípite, si surgen entre las axilas se denominan interfoliares o si es entre el tronco y el capitel, intrafoliares.

En el caso de las Corypha umbraculífera las inflorescencias terminales pueden ser de siete metros de alto por tres de ancho y albergar veinticuatro millones de flores. La característica de esta palmera es que su floración anuncia su muerte.

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Frutos de Phoenix dactilifera

FRUTOS

Los frutos son muy variables, desde pequeños coquitos hasta cocos grandes. Pueden ser baya, drupa o nuez, con forma, color y tamaño muy variable. El fruto de la Lodoicea maldivica, de cuarenta centímetros de ancho, un metro de perímetro y puede pesar treinta kilos.

La familia de las Palmáceas (Arecaceae) viene siendo considerada símbolo de la vegetación tropical, bien entendido, lo mismo al norte que al sur, dentro del trópico. Africa ecuatorial es menos rica en especies muy abundantes en América central, las Antillas, Brasil central o meridional, las islas Mascarena y las Seychelles. En la India y en la parte sur del Himalaya y la zona tropical de Australia septentrional, las especies son ligeramente más numerosas, como antes hemos indicado.

Algunas palmeras son endémicas de la isla donde se encuentran, Cocotrinax en Cuba, Pritchardia en las islas Fiji, la Clinostigma en Samoa.

En Europa sólo crecen dos especies de palmera de forma autóctona, el Chamaerops humilis en España y Phoenix theoprasti en Creta.

LAS PALMERAS COMO PLANTAS UTILES

En las regiones donde son espontáneas pocas plantas tienen tanto aprovechamiento. No sólo son utilizados sus frutos, sino todos los órganos excepto las raíces. Se usa el tronco, las hojas y los frutos de muchas especies.

El ejemplo claro es el de la Roystonea regia en Cuba: el tronco se usa para la construcción de casas o cabañas, sus hojas pinnadas para los techos de las casas y cabañas, revestimentos murales y para el embalaje de los famosos puros cubanos las vainas de sus inflorescencias. Con las hojas se confeccionan vestidos, cestos y sirven como materiales de embalaje. Los frutos se dan a los enfermos y de ellos se extrae un aceite que es alimentario.

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Cocos nucifera.-Cococnut Palm

En Europa se conocen en particular los frutos del cocotero Cocos nucífera y los de la palmera datilera Phoenix dactylífera, aunque existen otros frutos de palmeras comestibles: Braheas, Butia, etc… Otras palmeras vienen siendo utilizadas para extraer vino de palma, perforando o realizando incisiones en los troncos de las que están para florecer, se obtiene un zumo azucarado que gotea durante mucho tiempo sin interrupción, se fermenta y deviene el vino de palma. Esta bebida alcohólica se puede obtener de los géneros y especies siguientes: Raphia vinífera y otras de este género, de algunas especies de Arenga, Caryota, Jubaea, Cocos, Phoenix, Hyphaene, etc… Destilando el vino de palmera se produce el ARAK, condensándolo se obtiene un azúcar.

La palmera de aceite Elaeis guineensis es extremadamente útil para fines alimenticios para los habitantes de la zona donde éstas crecen espontáneamente.

La palmera de Sagú o Sagu (Metroxylon sagu), que crece en Asia oriental es una de las más importantes plantas tropicales para la producción de almidón. Este se obtiene por decantación de la madera del árbol antes de la floración.

Las palmeras son también importantes para la producción de fibras. A este propósito mencionamos la palmera de coco, la fibra del revestimiento externo del fruto toma nombre comercial y de la cual se obtienen alfombras, esteras, también cepillos, escobas y cordajes. De la Raphia farinífera, de cuyas hojas pinnadas con largas fibras de 2 cm. se obtiene la rafia, del Chamaerops humilis se extrae un crin vegetal utilizado para almohadas y colchones.

El fuste de numerosas palmeras es utilizado para la construcción de casas y cabañas en sus lugares de origen donde las especies crecen espontáneas. También las hojas de numerosas especies de palmera son utilizadas para la cobertura de techos. En Cuba, las hojas de Sabal. De la Areca catechu, importante planta del Viejo Mundo se obtiene de sus frutos una sustancia estimulante usada por muchos habitantes de Asia sur-oriental.

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Roystoneas en Miami

 

LAS PALMERAS EN LOS PARQUES Y JARDINES TROPICALES Y SUBTROPICALES DEL MUNDO

En las regiones tropicales y también en las subtropicales, las palmeras son cultivadas con fines ornamentales. Son características del ambiente mediterráneo y en general de los Estados Unidos meridionales, Sur de Japón y zonas tropicales asiáticas y australianas, donde adornan jardines privados y públicos, avenidas y paseos, tanto como ejemplares aislados como en grupos, dando gran carácter a sus paisajes.

Las palmeras deben su propio valor ornamental a su aspecto. Algunas sólo son cultivadas con fines ornamentales en determinadas zonas, pero las más estéticas son difundidas a escala mundial: Roystonea, Caryota, Arecastrum, Washingtonia, Howea, Chrysalidocarpus, etc…

Son famosas las que configuran el paseo de acceso al Jardín Botánico de Río de Janeiro, Roystonea olerácea, o las del Jardín Botánico de Paradenia en Ceilán, Sabal palmeto de más de 40 metros de altura, la doble hilera de Washingtonia robusta en el campus de la Universidad de Arizona, Coconut growe en Florida destaca por albergar la mayor colección de palmeras del mundo, el Jardín Botánico de Adelaida, Australia. En Italia los jardines botánicos de Nápoles, Palermo y Roma. En España el Jardín Botánico de Valencia, el de la Orotava en Tenerife, el Jardín de la Concepción y parques de Málaga y Almuñécar, y cómo no, Elche y Alicante con el Huerto del Cura.

Las podemos ver en Europa como colecciones botánicas dentro de invernaderos en Francia, Alemania y sobre todo en el Palmarium del Jardín Botánico de Kew, en Inglaterra.

En el Mediterráneo forman parte de su flora ornamental característica.

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Kentia forsteriana

PALMERAS DE INTERIOR

Otras muchas palmeras crecen en Europa como plantas de interior, se adaptan bien, toleran las exigencias y tienen gran longevidad… Se tienen conocimientos que los Raphis eran utilizados en Japón como plantas de interior del siglo XVIII a finales del XIX. Los Chrysalydocarpus, las Howeas, los Phoenix, las Chamaedoreas, los Acanthophenix, etc… son palmeras utilizadas para interiores.

Con algunas consideraciones, teniendo en cuenta su lugar de orígen, podemos mantenerlas en estos ambientes, para ello es necesario:

1º        Conocer las condiciones de cultivo para una buena aclimatación.

2º        Conocer las temperaturas a que van a ser sometidas, corrientes de aire, aire acondicionado, calefacción… Por lo general toleran bien de 18º a 24º durante el día y entre 15º y 18º por la noche, siendo más sensibles a las bajas temperaturas que a las altas. Cuando las temperaturas alcancen los 5º sólo podrán emplearse géneros como Phoenix, Livinstona, Trachycarpus, Raphis, Chamaerops.

3º        La luz es un factor primordial para la producción de la clorofila, control de apertura de estomas, fotoperiodismo, fototropismo, fotomorfogénesis. Puede ser el factor más limitante si no disponen de los mínimos necesarios. Tenemos que tener en cuenta que han sido cultivadas al aire libre. Puede utilizarse «luz blanca» artificial con intesidad lumínica suficiente, 2000 lux-12 horas al día = 24000 lux= 1500 lux/16 horas al día. Tendremos que cuidar en la disposición de las luces que las plantas la reciban tanto de arriba como lateralmente.

4º        Humedad ambiental y riegos. El cambio de humedad ambiental puede ser en su cultivo 85-95% y en los interiores reducirse a un 40-50%. Este cambio supone un incremento de la transpiración y por ello una mayor demanda de agua, favorecido muchas veces por las corrientes de ai  Los usos de calefacción o aire acondicionado pueden fluctuar considerablemente la humedad ambiental. El empleo de humidificadores de aire es aconsejable o la pulverización de agua sobre las hojas  por «mixt-system».

La frecuencia del riego dependerá de las condiciones ambientales de las especies y tamaños de las plantas, del tipo de sustrato, del contenedor, su volúmen y porosidad, etc… se aconsejan sustratos húmedos, no encharcados, sino que mantengan la humedad y tengan buen drenaje, comprobar los niveles de humedad, procurar que se puedan «duchar» las plantas y limpiar el polvo y la suciedad acumulada. La costumbre de utilizar abrillantadores no es aconsejable, podemos bloquear un gran número de estomas.

5º        La calidad del sustrato es fundamental, poroso y bien drenado, debe tener capacidad para el anclaje de las raíces. Será uniforme y puede estar formado por dos partes en volúmen de tierra vegetal franca, dos partes de arena o vermiculita, tres partes de turba o bien un 33% de tierra vegetal franca más un 33% de turba y un 33% de perlita.

Pueden utilizarse otros componentes: corteza de pino, carbón vegetal, etc… Evitar los orígenes calizos de las arenas.

Las palmeras en general precisan una fertilización nitrogenada. Pueden emplearse muchos tipo de fertilizantes minerales siempre y cuando incluyan N.P.K. y Mg. además de microelementos. Para las palmeras, los mejores fertilizantes contienen igual proporción de nitrógeno y potasio y un tercio de esta cantidad en magnesio. Abonar en la época de crecimiento activo (cada 3 o 4 semanas en verano) regando a continuación. Son preferibles los abonos de liberación lenta. Se fertilizarán foliarmente cuando se desee provocar una rápida respuesta de las plantas. Los análisis foliares son aconsejables antes de la aplicación del abonado.

Las palmeras de interior cultivadas en macetones o recipientes cerámicos y de madera o que dispongan de un contenedor, no establecidas en suelo cada dos o tres años, o deben ser pasadas a contenedores más grandes o efectuar la reducción del cepellón con poda de raíces, renovando en la operación el sustrato del contenedor o maceta. El sustrato deberá ser rico en nutrientes, drenante y ácido (PH entre 6 y 6,5).

SU REPRODUCCION Y CULTIVO CON FINES COMERCIALES

Es fundamental obtener las semillas después de su maduración, semillas «frescas». Algunas especies mantienen la facultad de germinar sólo muy poco tiempo, en particular si han sido conservadas en un lugar seco.

Es importante retirar el revestimiento externo de la semilla, algunas contienen sustancias que tienen un efecto negativo para su germinación, se pudren o enmohecen, poniendo en peligro la pequeña plántula.

Para eliminar este revestimiento pueden colocarse en agua y después refregarlas hasta eliminarlo. Después de esta operación, la semilla debe ser inmediatamente plantada, no se debe enjuagar.

La germinación aparece en un tiempo comprendido entre 2 ó 3 semanas o 2 y 3 años según las especies. En general son 3 meses pero de manera irregular. El sustrato será turboso, perlita o vermiculita con temperatura constante del terreno entre 24º y 30º; sólo para especies subtropicales la temperatura debe ser más baja, cerca de 20º-25ºC.

La humedad del sustrato debe ser constantemente mantenida, en particular durante y después de la germinación.

Las semillas deben ser colocadas en albeolos y después cubiertas con un estrato del doble de grosor que la semilla, o puede ser plantada directamente en pequeñas macetas.

En sucesivos trasplantes, será necesario no separar la semilla de la plántula para que siga alimentándose de las sustancias nutritivas que ésta posee.

Para las especies en mata o «touffe», se colocan 3-5 semillas en una sóla maceta para obtener en breve un grupo de jóvenes plantas. Para enmacetar o el primer trasplante, un sustrato a base de 3/4 de turba abonada y 1/4 de tierra vegetal franca, puede ser utilizado.

En interiores puede aumentarse la proporción de tierra vegetal. Para la mayor parte de las especies la temperatura en la primera fase será de 20-25ºC durante el día y puede descender a 18ºC por la noche. Es importante con el fin de conseguir un rápido crecimiento una fuerte humedad y sombreamiento.

Antes de la venta de las plantas jóvenes y útiles, disminuir ligeramente la temperatura, humedad y sombra, forma de robustecer la planta. Algunas de las palmeras cultivadas en grupo pueden ser multiplicadas por separación de mata. Chamaedorea, Raphis, etc… aunque el sistema es más adecuado para aficionados que para profesionales.

Duración aproximada de la germinación de algunas palmeras

(Según Blomberry y Rodd)

Acanthophoenix                                 2-3 años

Archonthophoenix                             6 semanas a 3 meses

Areca                                                 6 semanas a 3 meses

Arecastrum                                        1-2 meses

Arenga                                               2-12 meses

Butia                                                   6 meses

Caryota                                              6 meses

Chrysalidocarpus                              2-3 meses

Elaeis                                                 2-5 meses

Erythea                                              2-3 meses

Howea                                                                                   A veces durante los primeros 2 meses, otras a 8-9 m. variable.

Hyophorbe                                         50-60 días

Jubaea                                               3-6 meses

Latania                                               1-2 meses

Licuala                                               3-6 meses

Livistona                                            6 semanas a 3 meses

Microcoelum                                      2-3 meses

Phoenix                                               2-3 meses

Ptychosperma                                   35 días

Raphis                                                 2-3 meses

Roystonea                                          2 meses

Sabal palmetto                                   55-60 días

Trachycarpus                                   45-50 días

Washingtonia                                    15-30 días

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Trasplante de palmera

 

EL TRASPLANTE: Métodos, operaciones, técnicas y recomendaciones

La palmera se ha puesto de moda por su inegable belleza y sus múltiples cualidades paisajístas, por sus razones de marketing comercial y otras de órden político.

La necesaria e imperativa racionalización y optimización de las operaciones de jardinería, la modernización y aplicación de nuevas técnicas y métodos, exigen un conocimiento muy profundo del medio y también del individuo a la hora de realizar su trasplante.

La rentabilidad y la reducción de costes hace que se tengan que reducir exageradamente los tamaños y volúmenes de los cepellones y, por si fuera poco, hay que disminuir los riesgos en el porcentaje de marras, con la crítica y fiscalización del cliente, en nuestro caso los ciudadanos.

Consideremos las bazas más importantes a tener en cuenta:

1º        El ambiente urbano y sus condicionantes físicos y climatológicos

2º        El urbanismo y sus actuaciones.

3º        El trasplante en general.

4º        Las técnicas y el método.

5º        El desconocimiento de las palmeras.

6º        El marketing y la moda: un boomerang.

7º        La imagen pública.

  1. a) El estudio del medio
  2. Suelo y Subsuelo.- Propiedades y características. Si es importante la plantación será conveniente un análisis físico-químico para conocer si hay que corregir el suelo.

No debemos olvidar que todo trasplante provoca un «shock» en el que intervienen muchos aspectos que hay que atenuar, para posteriormente devolver al individuo su estabilidad fisiológica y habitual.

Procuremos que dispongan de un sustrato que drene bien.

   El sistema radicular.- Disposición, extensión, crecimiento y regeneración.

Algunas especies toleran mal el trasplante cuando son jóvenes, no presentando problemas cuando son adultas; grandes ejemplares de muchas especies se pueden trasplantar con éxito si cuidamos su sistema radicular.

Las raíces de las palmeras presentan una ventaja sobre otro tipo de árboles, su sistema es fasciculado, carecen de raíces pivotantes, su superficie activa en funcionamiento debe ser respetada

El sistema radicular varía según las especies.

El sistema radicular de las palmeras se regenera de dos formas: desarrollándose las que forman el cepellón, según sea su longitud, y/o formándose a partir de la base del tronco.

Con el objeto de favorecer la formación de nuevas raíces, el mejor sistema es proceder a un repicado previo antes del trasplante abriendo una zanja alrededor de la palmera y rellenarla con arena, turba y musgo o materia orgánica descompuesta, para provocar la aparición de nuevas raíces.

El tamaño del cepellón se realizará en función de las dimensiones de la planta y tipo de suelo donde esté desarrollándose la palmera.

Las plantaciones generalmente se realizan en medios artificiosos, degradados y llenos de tuberías de servicios que alteran el normal desarrollo.

            El análisis de riesgo. La valoración, como herramienta básica de gestión y arma técnica en todo trasplante.

La elaboración del programa. Métodos y técnicas. Protección física del individuo frente a agresiones externas, maquinarias o personas.

Saneamiento y fitosanidad. De su buen estado sanitario depende la decisión de un trasplante inmediato y, cómo no, de su éxito futuro.

Poda y cirugía. Limitemos su corona de hojas. Craso error. Si es cierto que debemos controlar el déficit hídrico y la evapotranspiración, no es menos cierto que la palmera deberá iniciar su nuevo proceso de rizogénesis a partir de unas reservas en las que un precoz agotamiento puede poner en serios problemas su supervivencia.

Tenemos que llegar a una solución de compromiso por el tema de la carga y el transporte que se hace más complicado a medida que el volúmen de «cabeza» aumenta, así como su estabilidad una vez plantada.

Existe un compromiso entre transpiración, evaporación, necesidad de agua, pocas raíces y fotoasimilados.

En el caso de la palmera datilera reducir la mitad de su corona, aún a sabiendas de que muchas hojas de las que dejamos amarillear se secarán y afearán el ejemplar, pero habrán cumplido con ello el último y más noble servicio, el de ceder sus elementos nutritivos al resto de las hojas vivas.

Si nos preocupa la evapotranspiración, utilicemos elementos antitranspirantes que la palien, es más ha sido práctica habitual en las P. canariensis disponer sobre la corona un difusor o microaspersor que proporcione un ambiente húmedo a la corona. Mas barato que la funda de cañizo.

En el caso de que disponga de tronco vestido por los restos de vainas y peciolos, hay que dejarlos hasta que esté situado en su nuevo emplazamiento, así evitaremos heridas y huellas del embragado y carga.

La práctica habitual de atar durante largo tiempo las hojas del penacho con intención de evitar la deshidratación es equivocada, ya que con ello evitamos que reciban la luz solar, así no fotosintetizan, por lo tando no producen hidratos de carbono. Este hecho junto con la falta de raíces hace que no haya ninguna entrada de nutrientes ni agua, por lo cual la palmera sólo vive de sus reservas mientras éstas duren.

Por descontado que, previo al trasplante, suprimiremos inflorescencias y fructificaciones para evitar un desgaste innecesario a la planta.

            Cirugía radicular– Son los zanjados y repicados parciales antes descritos.

Cortes limpios de raíces. Evitemos los desgarres, seamos pulcros y desinfectemos frente a organismos de naturaleza fúnguica.

            Tutoraje, anclaje, entibados– Desde un simple tutor a los cableados y trípodes con punto de conexión a la planta a dos tercios de su altura…

            Mantenimiento y pre-trasplante– Riegos, tratamientos, abonados para tenerlas en las mejores condiciones posibles. Especial atención a las técnicas y productos que mejoren y estimulen la producción de raíces: hormonas, aminoácidos, vitaminas, perlita para airear el sustrato más próximo al sistema radicular, etc… que pueden ser aplicados.

Preparación del cepellón y encepellonado Los mismos sistemas que se dan para el arbolado convencional ni más ni menos.

  El arranque y la carga– Las palmeras adultas no crecen en grosor, aunque algunas padecen engrosamientos y reducciones son un expansionamiento o reducción de sus tejidos parenquimosos más que un crecimiento secundario. No se puede degollar con la braga, pues sus huellas en el estípite no serán nunca disimuladas ni cicatrizadas. El corte de raíces requiere menos esfuerzos por su sistema radicular fasciculado; el desgarro es siempre nefasto.

Transporte– El adecuado, en espacio y condiciones de protección ante una excesiva insolación, vientos y todo lo que pueda provocar una fuerte transpiración.

Trasplantadoras mecánicas– No siempre son aconsejables. En honor a la verdad hay que decir que para algunas especies ofrece muchas posibilidades y alta rentabilidad, pero en el caso de ejemplares ésta es más que dudosa.

  1. b) Operaciones post-trasplante

El trasplante no termina al poner la palmera en otro sitio, debemos ayudarla a superar el «shock» lo más rápido y mejor posible.

Las palmeras aunque en general viven bien en suelos pobres, son exigentes en manganesio y hierro, más en manganesio que en hierro.

No olvidemos el riego. No encharquemos. En los primeros síntomas de arraigue, apliquemos abono complejo rico en microelementos cada tres o cuatro meses, o pulverizaciones con aminoácidos. Mejor si aplicamos en el momento de la plantación, junto con el abono orgánico, abonos de liberación lenta.

El riego es fundamental durante todo el proceso de trasplante y primer año posterior al mismo. Los riegos deben ser abundantes y espaciados.

El orígen de las especies es la mejor guía para conocer sus necesidades hídricas y de abonados. Debemos tener en cuenta su orígen y la calidad del suelo receptor.

Las raíces no deben quedar nunca al aire. Las raíces no engruesan con la edad, es sobre las adventicias (primarias, secundarias, terciarias y cuaternarias) donde se sitúan los numerosos pelos absorventes que ejercen la función nutritiva.

Algunas especies tienen poca capacidad de ramificación, el corte o la rotura de raíces provoca la muerte completa… Puntos que hay que tener en cuenta a la hora de hacer el cepellón:

+          Mantengamos la misma orientación inicial

+          Mejoremos la estructura y textura del suelo

+          Aportemos la suficiente cantidad de materia                           orgánica

+          Tutoremos la nueva planta

El crecimiento de las raíces es contínuo a lo largo del año, excepción hecha en los meses de frío. El período más propicio para la operación de trasplante es primavera-verano. Pueden realizarse repicados previos para garantizar el trasplante. Son sumamente beneficiosos.

No tratemos todas las palmeras como las datileras, el saber popular dice de éstas que quieren «los pies en el agua y la cabeza en el fuego».

En plantas en container evitar la espiralización. Un mal desenvolvimiento radicular puede ser perjudicial. Una supresión parcial del sistema radicular puede ser llevado a cabo con posibilidades de regeneración. Si se efectúa en el momento oportuno y la época es adecuada según la especie, generalmente al final de la primavera cara al verano.

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Phoenix roebellini.-Palmera de Florida

LAS PALMERAS SEGUN SUS DIFICULTADES DE TRASPLANTE

Trasplante difícil

Con arranque de cepellón: Howea belmoreana (Kentia) y Howea forsteriana (Kentia).

Trasplante complicado

Butia capitata, Jubaea chilensis, Phoenix canariensis, Livistona chinensis, Roystonea regia, Sabal vars. y Brahea armata.

Trasplante sin dificultad

Caryota spec., Chamaerops humilis, Trachycarpus fortunei, Phoenix dactylífera, Phoenix reclinata, Phoenix roebelinii, Syagrus romanzofiana, Raphis excelsa, Washingtonia filífera y Washingtonia robusta.

Las condiciones del lugar de procedencia, su sistema de cultivo, su edad,  la época de realizar el trasplante y la forma de ejecución serán básicos para el éxito de la operación, como hemos expresado.

Las palmeras en cepellón, con sistema radical compacto, se trasplantarán mejor que las que tienen pocas raíces.

Si las palmeras han sido repicadas con anterioridad nos ofrecerán mejores garantías. En algunos géneros el repicado es imprescindible antes del trasplante. Ejemplo: Brahea armata.

En el mercado encontramos palmeras cultivadas en contenedor que nos ofrecen total garantía de arraigue.

Al definir el porte y altura de una palmera, deberemos tomar como base la altura del estípite, desde el cuello de la palmera hasta donde se inicia el cogollo. En palmeras de varios brazos, deberá especificarse la suma de la altura de todos los estípites, o en su defecto, el número de estípites y su altura total.

Con frecuencia, y como consecuencia de los gastos de transporte, las palmeras suministradas con cepellón tienen unas dimensiones mínimas. Las dimensiones del cepellón deben ser proporcionadas a la altura de la palmera y, como mínimo, de 30-40 cm. por cada lado del estípite y 100-120 cm. de profundidad.

Debemos cuidar evitar en lo posible la traspiración y desecación en el transporte, la utilización de antitraspirantes y la estimulación de emisión de nuevas raíces con la aplicación de hormonas. Es conveniente que viajen cubiertas con lonas, debidamente atadas y protegidas.

En el momento de la descarga, evitaremos los golpes que puedan ser mortales si afectan el cogollo, utilizar eslingas anchas que no dañen el estípite, en ningún caso metálicas.

Las inflorescencias deben ser suprimidas, así como las hojas dañadas en el transporte. Proteger el cogollo contra la insolación y la desecación.

La mejor época para su trasplante en nuestro clima es en época de fuerte actividad biológica, al inicio de la primavera-verano, aunque en años templados éstas fechas pueden ser ampliadas dependiendo de su lugar de emplazamiento. Dentro de la ciudad, difícilmente existirán fríos fuertes que puedan dañarlas.

Las de contenedor o repicadas con anterioridad pueden ser plantadas en cualquier época del año.

Debemos evitar que tengan estrangulamientos en el estípite. Deben estar sanas, sin heridas aparentes que afecten su calidad.

Una vez plantadas, colocar vientos para evitar la movilidad del cepellón y regar abundantemente para que el agua se introduzca en el cepellón.

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Veitchia merrilli.-Christmas Palm

LA REGENERACION RADICULAR Y EL TAMAÑO DEL CEPELLON

Según el tamaño de la planta, así como la especie a la cual pertenece, obtenemos más o menos cantidad de raíces en función de la distancia al tronco (el 50% de las raíces se encuentran a 60 cm. de profundidad desde su tronco, las palmeras pequeñas Raphis a 15 ó 20 cm., Chamaedoreas así como los Phoenix a 30 cm.)

Debemos considerar tres grupos según su comportamiento radicular:

  1. a) Especies que no ramifican sus raíces una vez cortadas, emitiendo un nuevo y completo sistema radicular.
  1. b) Especies que ramifican sus raíces una vez cortadas, pero que no emiten nuevas raíces.
  1. c) Especies que ramifican sus raíces en un % variable en función de su longitud de corte y que además emiten nuevas raíces en % apreciables.

Los cepellones deberán tener una altura comprendida entre los 3/4 y los 4/5 de su diámetro total. Los Phoenix dactylífera emiten nuevas raíces por el cuello de la planta y acaban sustituyendo al verdadero sistema radicular. Como media, un cepellón de 90x90x70 permite respetarlas.

El Phoenix canariensis exige mayores cepellones al menos 1´30 m. de ancho por 1´10 m. altura. La ramificación sobre las raíces cortadas es menor y su emisión es más lenta y menos numerosa.

En el caso de las Washingtonias las raíces cortadas no ramifican o muy poco, sin embargo emiten abundantemente nuevas raíces, aceleramos el proceso si hacemos un repicado previo. Sufren un «shock» fuerte pero se recuperan rápidamente. Para exportar al Próximo Oriente se preparan a raíz limpia, con turba y envoltura textil.

Para el Sabal la ramificación de raíces es nula, una vez son éstas cortadas, la planta necesita una regeneración total en base a las nuevas raíces emitidas por el cuello de las plantas.

Es preferible hacer un repicado parcial previo para asegurar la emisión de raíces, algo similar ocurre con las Livistona.

En los Arecastrum, ahora tan de moda, la regeneración es más sencilla pero también se aconseja un repicado previo.

Para el Chamaerops y el Trachycarpus el trasplante no resulta excesivamente difícil.

El éxito final depende de una serie de operaciones concatenadas, las operaciones deben conjugarse lo más armónicamente posible.

TRABAJOS POST-TRASPLANTE

Las palmeras, aunque de orígen tropical, les gusta ser regadas los primeros años de arraigue.

A los cuatro o cinco meses de la plantación puede ser aflojado el cogollo, al encontrarse ya en periodo de crecimiento, abriéndolo totalmente una vez esté garantizado el arraigue. Existe la mala costumbre de tener atado el cogollo durante largo tiempo, uno o dos años, lo que perjudica notablemente su desarrollo o acaba asfixiado o con fuertes quemaduras en las hojas al aflojarlo del todo.

La poda de las palmeras debe limitarse a la eliminación de hojas, hijuelos e inflorescencias, procurando no dañar el cogollo (insistimos en ello).

Existen varios estilos de poda según las tradiciones de cada región, dándole formas a los estípites con los cortes de las hojas o formando valonas, su función es meramente ornamental.

Asegúrese de que la poda la realiza personal capacitado y, sobre todo asegurado, y que realicen los trabajos con equipos de seguridad.

Los restos de poda deben ser retirados.

La mejor época para la poda es después de la fructificación, si las palmeras no producen dátiles comestibles. Es conveniente tenerlas limpias o podadas antes de la llegada de las primeras lluvias y tormentas otoñales, ya que con la eliminación de hojas secas y frutos descargamos de peso los cogollos y evitamos la inclinación de las mismas, orígen de su decaimiento, y las liberamos de un peso innecesario para sufrir los embates de los vientos o tormentas que pueden producir su caída y los consiguientes daños, así como la suciedad que producen las caídas de los frutos.

En caso de que se detecten deficiencias en el suelo donde la hemos plantado, podemos aportar arena gruesa, materia orgánica o escarificar el alcorque.

En caso que sea necesario fertilizar, es preferible hacerlo con abonos orgánicos compostados. Un análisis de suelo siempre será aconsejable para detectar las carencias y restituir el nivel de nutrientes según el resultado del análisis.

Como antes hemos indicado, es falso que a las palmeras no haga falta regarlas. Su estado sanitario y su apariencia será mejor si disponen de agua durante los meses de su crecimiento activo. Las dosis y las frecuencias dependerán de la especie de palmera, de su ubicación y del tipo de suelo donde está ubicada. Los riegos deberán ser abundantes, espaciados, evitando los encharcamientos.

 

PODAS Y CUIDOS CULTURALES

El concepto de poda en palmeras no debiera ser utilizado, lo que realizamos es fundamentalmente una limpieza eliminando los foliolos que pueden nacer en la base del tronco, según la especie y si no nos interesan, la eliminación de las fructificaciones y las hojas secas o enfermas.

La eliminación de hojas verdes es una cuestión totalmente subjetiva y ornamental, o para evitar excesivo peso en la corona como medida de seguridad y así evitar caídas accidentales que pueden causar daños a personas o propiedades.

Debemos evitar el sistema de trepa con ganchos clavados en el tronco en algunos géneros, sin querer, producimos heridas que pueden dañar gravemente la palmera. Existen técnicas de trepa que debemos implantar: la bicicleta alemana o la silla de trepar, etc..

Los cortes deben ser limpios y al cortar las hojas debemos hacerlo a una distancia constante del tronco, por estética y pensando en que posteriormente tendremos que volver a subir.

Existen varios tipos de poda, unos dejando el tronco uniforme y otros dejando una «valona» bajo la corona para soportar el resto de las palmas. Según las zonas se aplica uno u otro sistema.

Las herramientas utilizadas deben ser desinfectadas para evitar trasmitir enfermedades.

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Parque de Maria Luisa.-Avda. de Pelayo.-Phoenix canariensis

LA PALMERA DATILERA PHOENIX DACTYLIFERA

De todas las palmeras que existen en la ciudad, la que más destaca por su profusión es la palmera datilera.

Esta palmera que procede de Arabia y los desiertos africanos era conocida en Egipto hace miles de años. En distintas civilizaciones ha tenido significados, símbolos y creencias; para los egipcios «Phoenix» era símbolo de fertilidad, de triunfo para los griegos y los hebreos; para los árabes «el árbol de la vida» o «el árbol bendito», sagrada para los fenicios, representándola como «dios palmera».

Mencionada así mismo tanto en la Biblia como en el Corán, fue bendecida por Jesucristo a la entrada en Jerusalén y Mahoma dijo: «el hombre debe ser recto, justo y generoso como la palmera».

En la dominación árabe y, a través de los siglos, se desarrolló su plantación y cultivo en todas las regiones aptas para su cultivo, la palmera era «el pan del Sahara»

En el «Libro de Agricultura» escrito, según se cree en el siglo XII, por el doctor sevillano Mohamed Ben Ahmed Ebn El Awan y traducido al castellano por orden real en el año 1.802 por Josef Antonio Bangueri; con respecto al cultivo de la palmera se hace referencia a <<Otra semejante manera de introducir el cuesco del dátil en la raíz de la chirivía para que mediante Dios, nazca «mussa»>>, según Abu-Abdalah Ebn-El-Fasel y Abu-El-jair <<La operación es ésta: plántese las raíces de la chirivía en solana donde puedan regarse continua y copiosamente y donde no dominen los vientos y regadas frecuentemente hasta nacer, retíreseles del pie la tierra cuando se descubrieren los ramos y haciendo en él con un trinchete de oro una hendidura, introdúzcase en ella (ocultándole de manera que no se descubra) el cuesquecillo del dátil blando de la especie llamada «casbat» u otras especies más delicadas, y atándole apretado con hojas de papiro o con hilo de lana, embárrese con barro que, por amasado, con cebada tenga alguna viscosidad y cubierto de tierra unos cuatro dedos de espesor, désele hasta nacer y descubrirse sobre la tierra copiosos y continuos riegos de agua dulce diariamente o cada tercer día, con cuyo régimen, y plantándole en enero o febrero hecha el fruto de la musa a fines de verano, lo que es extraño y peregrino. Dícese que el dátil ha de entrar cascado en la hendidura, pero Haj afirma que habiéndolo ejecutado así, no prevaleció. A mi me ha referido persona de crédito haber visto ejecutar esta operación en el Oriente, y que el cuesquecillo del dátil procuraban que fuera hembra, el cual es pequeño y no puntiagudo y que plantado en la raíz de la chirivía (semejante al nabo o la alcachofa) cubierto con poca tierra y regado con copiosos y continuos riegos vino a nacer la «mussa». Mas esta especie de chirivía es rara o no existe en España>>.

Complejo y complicado el sistema de hacer nacer una palmera datilera que nos narra la historia.

La producción de dátiles es uno de sus principales cultivos en regiones de clima cálido y seco.

Se estima en ochenta millones las palmeras en producción distribuidas principalmente en los continentes asiático y africano, con una producción aproximada de dos millones de toneladas métricas anuales.

Egipto, Irak, Irán y Arabia Saudita producen más de un millón de toneladas; Argelia, Túnez y Estados Unidos producen dátiles de mejor calidad. Israel desarrolla su cultivo en el Valle del Jordán.

En Europa los únicos palmerales explotados comercialmente se encuentran el Elche y Orihuela en España, provincia de Alicante, donde parece ser fueron los fenicios los que introdujeron los primeros huesos de dátil, ya que utilizaban los frutos como alimento en sus largas travesías. Posteriormente los árabes perfeccionaron su cultivo, aumentando las plantaciones y dándole gran impulso. Rodearon las ciudades de frondosos bosques de palmeras datileras que, además de proporcionarles alimentos, constituían una verdadera barrera defensiva ante posibles desembarcos enemigos.

Se calcula que en 1.265, cuando el rey Jaime I El Conquistador reconquistó Elche, existían unas 500.000 palmeras plantadas.

Las plantaciones en huertos siguieron a través de los años hasta que a principios del siglo XX, con motivo del desarrollo industrial en las ciudades, se precisan solares para construcción de edificios para viviendas e instalación de fábricas. Ante la búsqueda de solares, comenzó la tala masiva de palmeras.

Un grupo de ilicitanos, a la vista de la desaparición de muchos huertos de palmeras, realizó gestiones para salvar el palmeral que a lo largo de los años iba desapareciendo. Huertos completos o parte de los mismos eran arrasados, el valor de los solares creó una situación de odio a la palmera a pesar del gran aprecio que había tenido hasta entonces.

La palmera datilera ha estado siempre presente en la vida de Elche y en sus tradiciones de «Misteri» o en la «Nit de Alba».

Al fin y después de muchas vicisitudes se prohíbe terminantemente la corta y arranque de palmeras bajo ningún pretexto (1.924). Diferentes decretos declaran de interés social la conservación de los palmerales (1.933); en 1.942 se crea un Patronato para la defensa de este patrimonio con inoperancia total y fue en 1.943, el 27 de Julio, cuando se decretó la declaración de «Jardín Artístico» al palmeral ilicitano.

El Ayuntamiento redacta ordenanzas municipales que regulan cualquier construcción en el palmeral.

En 1.962 se considera la palmera como árbol forestal sujeto a protección y regido por la Ley de Montes de 18 de Junio de 1.957.

En 1.972 un nuevo Plan Especial de Ordenación de Palmerales promovido por el Ayuntamiento regula la construcción en los palmerales.

En 1.973 se reestructura el Patronato de los Palmerales de Elche, como vemos se han ido sucediendo los Decretos y Leyes que afectan a la palmera: 1.980, 1.982, etc… sin que hayan sido derogados ninguno de los precedentes pese a existir contradicciones sobre ellos.

En la actualidad existen problemas de obtención de palmeras ornamentales para su plantación, realizándose importaciones de países africanos principalmente e incluso asiáticos.

Gracias a estas legislaciones, ordenanzas y Patronatos, el mayor bosque de palmeras datileras de Europa ha podido preservarse con este paisaje tan singular.

Hoy en día las palmeras utilizadas con fines ornamentales provenientes de esta zona proceden de viveros donde, a pesar de su lentitud de crecimiento, son cultivadas para su venta posterior.

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Palmeras datileras en Egipto

Factores climáticos

La palmera datilera tolera grandes diferencias climatológicas, soporta regiones con clima muy cálido. En el umbral de climas fríos donde vegeta no fructifica.

Su crecimiento máximo es cuando se sobrepasan los 32ºC, por el contrario, su crecimiento cesa por debajo de los 10ºC. Su principal desarrollo es desde abril a octubre. No tiene reposo absoluto pero en invierno su crecimiento es insignificante.

La palmera datilera es una planta de sol, donde se desarrolla en mejores condiciones.

En muy tolerante en cuanto a suelos, viviendo y desarrollándose en los salinos y alcalinos.

Las palmeras, por tener las flores masculinas y femeninas situadas en pies diferentes, sometidas a polinización natural, se hace muy difícil seleccionar variedades de frutos que trasmitan todos los caracteres de su progenitor. Sólo con la multiplicación vegetativa por hijuelos podremos propagar una planta de los mismos caracteres y variedad.

Para el cultivo como frutal se han seleccionado variedades de buen desarrollo, fructificación y calidades del fruto. Es una labor llevada a cabo a través de muchos años, siglos a veces, con reproducción vegetativa de las variedades seleccionadas.

Las mejoras genéticas se realizan como en otras plantas dióicas con cruzamientos controlados y polinizaciones artificiales.

La multiplicación por semilla es la forma más sencilla de reproducción, no produciendo descendencia igual a la planta madre. Así se reproducen las plantas ornamentales.

Si optamos por la reproducción a través de hijuelos basales debemos escoger una época que no sea de calor excesivo ni fuertes fríos. La primavera es la mejor época. Si los inviernos son suaves, las plantaciones de otoño dan buenos resultados.

Durante el periodo comprendido entre la separación y la plantación se tomarán las precauciones útiles para evitar la desecación de las raíces de los hijuelos.

Su plantación se realizará en hoyos con dimensiones suficientes para alojar con holgura el cepellón o sistema radicular. Se plantarán procurando que el brote terminal no se encharque con los riegos, ya que éste debe mantenerse seco para evitar que se pudra.

La poda que se realiza en zonas urbanas a la palmera datilera consiste en la supresión de hojas secas e inflorescencias para evitar que éstas fructifiquen, ensucien las aceras o con caídas de hojas sean un peligro para el ciudadano, al mismo tiempo que descargar de peso la corona para que los vientos no hagan peligrar su estabilidad y se tronchen ocasionando daños a personas, vehículos o edificios.

Cuando son cultivadas por sus frutos, se recomienda conservar las hojas verdes donde se fabrican los hidratos de carbono que se acumulan en los frutos. No obstante, éstas se reducen para permitir que el sol y el aire lleguen a los racimos para una perfecta maduración.

Las podas se realizan después de las floraciones en zonas urbanas y en septiembre-octubre cuando pretendemos recolectar los frutos, que en algunos casos sufren antes un aclareo para conseguir mejores dátiles, de mayor tamaño y calidad.

En zonas de cultivo se protegen los racimos de dátiles con plásticos transparentes contra la lluvia, dejando la parte inferior abierta. Las bolsas de plástico hacen sudar al dátil, por esto conviene que tengan ventilación.

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Datiles frutos de la Phoenix dactilifera preparados

Aprovechamientos de los frutos

Los dátiles rara vez maduran por igual en el racimo, sabiéndose que cuando más cálido sea el clima menor será el tiempo que trascurra entre la maduración del primer dátil al último.

Normalmente se corta el racimo entero, pero si los dátiles son de gran calidad se recolectan escalonadamente según vayan madurando; al cortar el racimo entero se bajan al suelo con la ayuda de una cuerda, una vez en el suelo se seleccionan los que van a estar dedicados al consumo humano, el resto puede utilizarse para alimentación del ganado.

La fecha de maduración depende de las condiciones meteorológicas de cada lugar, cortaremos el racimo cuando esté completamente maduro. Cuando adquiere el  color amarillo intenso, procurando que no tenga humedad, puede consumirse y es apetitoso inmediatamente de la pérdida de color, cuando se mantiene hinchado y el contenido de humedad es alto.

Cuando las condiciones meteorológicas no son favorables para que el dátil madure en la palmera los frutos se recolectan para completar su maduración artificialmente.

De todos modos los dátiles deberán haber comenzado su curación natural en la palmera, si no es así la maduración artificial no tendrá efecto alguno, que es cuando aunque el dátil se haya separado de la palmera, la maduración prosigue normalmente siempre que tengan temperatura y humedad suficiente. Los que no maduren los separaremos como desechos.

Los dátiles deben ser desinfectados, con fumigación o con inmersiones en agua hirviendo, donde serán lavados. Para impedir la fermentación se les añade una sustancia conservadora.

Los frutos completan su maduración exponiéndolos al sol o en lugares protegidos, aunque es mejor la maduración por calor artificial ya que es más rápida y regular.

El calor acelera la conversión del almidón en sacarosa y en azúcares reductores.

El tratamiento térmico elimina hongos y bacterias y al reducir la humedad, impide la fermentación, al agriado, el enmohecimiento y la pudrición.

Las temperaturas recomendadas son entre 27º y 49ºC para los frutos con escasa maduración, para los maduros 35ºC.

El efecto del calor sobre el dátil depende en gran medida de la humedad relativa del aire. Cuando mayor temperatura, menor será el tiempo necesario para la maduración.

Una práctica muy extendida en todo el levante español es la del empleo de vinagre (ácido acético) en la maduración de dátiles.

Los dátiles maduros se remojan en vinagre sumergiéndolos en un lebrillo de barro o porcelana, se secan y se dejan escurrir, depositándolos después en un barril de madera. Una vez lleno se cubre con una tela. El tiempo de permanencia en el barril depende de la madurez alcanzada por el dátil inicialmente (a mayor madurez, menor tiempo). Influye también la temperatura durante el proceso. Generalmente maduran a los dos o tres días; los que no lo hacen son desechados. Los dátiles así tratados se denominan adobados. Tienen poca conservación (pocos días).

Otro sistema es la hidratación de los dátiles extendidos en bandejas abiertas y sometidos cinco minutos a temperaturas de 130º a 140ºC con un ventilador en el horno para conseguir un movimiento rápido y contínuo del aire.

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OTROS APROVECHAMIENTOS DE LA PALMERA DATILERA

  La obtención de la palma blanca.

Es una curiosa práctica que se efectúa desde tiempos remotos en la provincia de Alicante. De orígen litúrgico, la palma se utiliza el Domingo de Ramos para conmemorar la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén.

El «capuruchado» es la operación mediante la cual se priva a las hojas de la palmera de la luz solar, con el fin de hacer desaparecer la acción clorofílica y así obtener palmas blancas (amarillentas) exentas del color verde.

La primera operación es «liar» abrazando las hojas verdes y liándolas con hilo de esparto, enrollándolo y formando un cono, sobre el cual se sitúan palmas secas para dejar desprovistas de luz las palmas centrales. También se utiliza el plástico negro para cubrir el «capurucho». Es un trabajo que exige especialización para conseguir los efectos perseguidos y las calidades que exige el mercado.

Las primeras operaciones se realizan entre los meses de enero a junio, recolectándolas el mes de enero hasta marzo del año siguiente.

Algunas palmeras mueren después de esta operación.

Las «palmas blancas», para que desde que son cortadas hasta su comercialización se mantengan frescas, se someten a un tratamiento en cámaras de azufre, herméticas, sin luz natural, donde se someten las palmas a un lavado de agua con lejía en una proporción de 0,75 l. de lejía por 100 l. de agua, manteniéndose en este baño unas 48 horas, dependiendo del estado que lleguen desde el campo.

El lavado se realiza con el fin de resaltar el color amarillo y limpiar las manchas producidas por hongos tras las lluvias o periodos de excesiva humedad, que desaparecen consiguiéndose una limpieza casi perfecta.

Las palmas que han de rizarse se dejan secar a la sombra y, una vez rizadas, se las somete de nuevo al baño.

Una vez bañadas, se meten en la «cámara de azufre» donde se quema azufre aproximadamente 4/6 Kg. por cada 100 m3, dependiendo de la cantidad de palma. Operación peligrosa por las emanaciones de gas (SO2) que se produce al combustionar el azufre. El azufre, o mejor dicho el dióxido de azufre, aparte de conservarlas, les de una tonalidad amarilla brillante.

La cámara herméticamente mantiene las palmas blancas hasta una o dos semanas antes del Domingo de Ramos, antes ha habido que airearlas para que pierdan el olor a azufre.

El rizado es una labor artesanal que se está perdiendo por falta de artistas jóvenes.

Obtención de alcohol, azúcar, licor de dátil, licor de palmera, etc… son productos artesanales que se han extraído de la palmera datilera. Otro aprovechamiento letal para la palmera es el «palmito», que es la parte interna del cogollo de la palmera. Es de color amarillo pálido y posee un sabor dulce, agradable, muy característico, sobretodo si se recolecta en enero, cuando la palmera está inactiva.

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Palma blanca para el Domingo de ramos

Cada vez que extraemos un palmito matamos una palmera.

El tronco o estípite se utiliza para vigas o pilares en construcciones rústicas, así como para la fabricación de sillas, mesas, bancos, jardineras, etc…

Los dátiles que se desechan para el consumo humano son utlizados para alimento del ganado: cerdos, ovejas, cabras, etc…

Los desechos de las palmas blancas se utilizan como materia prima en la fabricación de sombreros, cestos, bolsos, tapices, etc… Las hojas secas en construcción de sombrajos o cortavientos.

Utilización turística

Entre los huertos plantados con palmeras datileras destaca en Elche «el Huerto del Cura», con gran densidad de palmeras y constituído un jardin que visitan miles de turistas. Se llama «del Cura» porque había pertenecido al sacerdote Jose Mª Castaño, quien le tomó gran afecto y cariño. El mismo lo cuidaba. En él se encuentra la «palmera imperial», miles de veces fotografiada. En 1.870 le nacieron los siete brazos desde la misma altura del tronco y con igual desarrollo. Dedicada a la emperatriz Sissi (Elizabeth) cuando ésta, de forma accidental, visitó el huerto.

El nuevo dueño del «Huerto», Juan Orts Román, completó la obra del cura Castaño plantando colecciones de cáctus, mejorando el arbolado, las flores, los arbustos, combinándolos con tal habilidad, delicadeza y acierto que hoy constituye una visita obligada para contemplar uno de los jardines más singulares de nuestra geografía nacional.

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Huerto del Cura.-Palmera Imperial

Hemos destacado en este capítulo el orígen de las palmeras datileras en Elche, ya que desde esta ciudad se transportaron las primeras palmeras plantadas en jardinería urbana de nuestra ciudad, dándole desde principios de siglo XX un carácter paisajístico especial.

Muchos otros géneros de palmeras han sido introducidos, pero la palmera datilera es la más representada en todos los espacios urbanos y jardines de la ciudad, habiendo llegado a dar nombre a uno de sus paseos más importantes: El Paseo de la Palmera.

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Phoenix canariensis en grupo

LA PALMERA DE CANARIAS

Phoenix canariensis hort. ex chab.

               Vulg. Palmera de Canarias

Se trata de una palmera muy extendida en la ciudad aunque no tanto como la Phoenix dactylífera, por ello la describimos en este apartado.

Palmera de estípite muy esbelto, que puede crecer hasta los 10 ó 12 metros de altura. Unicaule, sin ramificaciones ni hijos basales, presentando cara al exterior las bases secas del raquis de las hojas, de tonos canelos o cenicientos.

Las hojas, normalmente arqueadas de un color verde intenso, cuando se secan permanecen colgados alrededor del estípite durante bastante tiempo. Pueden alcanzar hasta 7 metros de longitud y casi un metro de anchura, dando lugar a una copa ancha elegante y armoniosa. Los foliolos lanceolados, agudos, subcoriáceos, flexibles y vueltos normalmente hacia arriba, en forma de V, en cantidad de hasta 150 pares, en la base del raquis se hacen más pequeños convirtiéndose en «espinas» cortas y duras de color marfil-amarillento.

Florece de mayo hasta julio.

Sus inflorescencias paniculadas, con flores masculinas en manojos densos protegidos por una especie de vaina (espata). Las femeninas densamente ramificadas y de hasta 1,5 m. de longitud están situadas cerca del cogollo. Es planta dióica.

Sus frutos son un pericarpo membranoso de color amarillento en su madurez, mesocarpo de poca pulpa, que suele ser de color anaranjado, endocarpo pardo y poco consistente donde se encuentra la semilla de color blanco-cremoso con hendidura longitudinal marcada, embrión como en la mayoría de las monocotiledóneas, lateral.

Se realiza una siembra normal, con buen sustrato. Cuando la radicula sale, suele hacerlo con gran fuerza, forma una raíz axonomorfa con raíces secundarias débiles que la nutren en los primeros estadios de su desarrollo. Así produce las primeras hojas acintadas, de nervios paralelos de hasta 20 cm. de largo y 2 cm. de ancho. Poco después empieza a emitir las verdaderas y futuras raíces, que son mucho más gruesas que las anteriores, y que surgen del punto de arranque de la radícula del tallo, sumándosele después otras adventicias provenientes de la base, con lo que llegan a formar un gran conjunto de raíces fasciculadas de un grosor más o menos uniforme.

Cuando las hojas están formadas, se realiza su primer trasplante en contenedores con sustrato adecuado.

Sus frutos no son comestibles.

Esta especie es muy utilizada como planta en maceta para decoraciones y exornos, plantada en paseos marítimos, la vemos con mucha frecuencia en las zonas costeras.

Su crecimiento es lento y su trasplante, en ejemplares desarrollados, mucho más difícil que la Phoenix dactylífera, siendo difícil encontrar ejemplares mucho más generosos con cuidados post-trasplante más exigentes.

Sin embargo, en trasplantes efectuados de palmeras existentes en en solares a urbanizar, se han conseguido buenos resultados realizando los trabajos de trasplante de forma adecuada.

En los jardines y plazas antiguas de la ciudad existen bellos ejemplares plantados con plantas en contenedor que en la actualidad tienen un gran desarrollo.

La avenida más característica de esta especie se encuentra en la Avda. de Don Pelayo en el Parque de María Luisa y ejemplares aislados en los jardines de las Delicias y los jardines de la Lonja.

 

EL CULTIVO EN MACETA O CONTENEDOR

Es muy usual, sobretodo en Andalucía, cultivar palmeras en macetas para decoración de patios, terrazas… Prácticamente todas las palmeras pueden ser cultivadas en maceta, aunque las más utilizadas son las de menor desarrollo o las que por condiciones climáticas deben ser guardadas en invierno en lugares protegidos del frío y las heladas.

Los crecimientos de las palmeras cultivadas en maceta son más lentos y exigen contínuos cuidados de mantenimiento si queremos mantenerlas en buen estado.

Además de un recipiente adecuado, las plantas deberán disponer de un buen sustrato para su plantación que sea permeable, poroso, bien drenado y aireado, pero que al mismo tiempo tenga capacidad de retención de agua.

Un buen sustrato puede componerse de:

*          Con tierra vegetal

40 % tierra vegetal, 40% turba y arena no caliza, 20% tierra volcánica o perlita.

*          Sin tierra vegeta

20% turba, 40% arena no caliza, 40% materia orgánica descompuesta, 15% turba, 15% arena lavada sin cal, 35% corteza de pino triturada y 35% de tierra volcánica

Incorporar abonos de liberación lenta en las mezclas, procurar que el PH esté sobre 6 ó 6,5. Los abonados sólo se efectuarán cuando las palmeras estan en periodo de crecimiento activo, generalmente primavera-verano, si son necesarios.

En el cultivo en maceta las palmeras deben ser trasplantadas cada uno o dos años, cortando el collar de raíces que normalmente producen, con cortes limpios a los que debe seguir una pulverización con un funguicida de amplio espectro existente en el mercado y proceder a la renovación del sustrato.

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Palmeras en el interior

CARENCIAS

En el cultivo en maceta principalmente nos pueden aparecer síntomas carenciales, como en las demás plantas, que podemos significar como sigue:

1)        Pérdida gradual de color en las hojas, crecimiento lento.- Deficiencia de nitrógeno importante para la formación de la clorofila y síntesis de los aminoácidos. Una falta de fósforo nos puede hacer coincidir las carencias.

2)        Manchas necróticas en las hojas inferiores.- Deficiencia de potasio. Aplicar sulfato potásico o cloruro potásico.

3)        Palmeras achaporradas, hojas deformadas y foliolos necróticos.- Falta de calcio. Aplicar al suelo carbonato cálcico 2,5 a 4 gr/m2.

4)        Clorosis en hojas adultas, planta amarillenta.- Falta de magnesio o hierro. Aplicar sulfato magnésico 50 gr/m2 o por vía foliar. Utilizar quelatos de hierro directamente al suelo. Fáciles de aplicar y de gran efectividad.

5)        Necrosis al borde de las hojas con apariencia de marchitez, disminución de tamaño.- Falta de cobre. Puede ser aplicado a través de algún fungicida que lo contenga o a base de cobre quelatado aplicado directamente al suelo.

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La otra plaga.-Huelva .-venta de palmitos

ENFERMEDADES Y PLAGAS

Nos podemos encontrar también con algunos problemas fitosanitarios con ataques producidos por insectos y por hongos.

La falta de ventilación cuando se cultivan en el interior y el calor seco, aumenta el riesgo de las plagas.

Algunas de las plagas más usuales:

Araña roja (Tetranychus urticae)

Aparece con mucha frecuencia en plantas jóvenes. Son diminutas y dejan unas finas telarañas. Son ácaros extremadamente polífagos.

Tratar con acaricidas existentes en el mercado cuya materia activa sea el Bilentrin, el Clofenterín o el Tenpiroximato.

Atender las dosis que indica la casa comercializadora y los productos autorizados en todos los casos.

Cochinillas de escudo (Chrysonphalus dyctiospermi, Aspidiotus hederae, etc…)

Se presentan formando agrupaciones, localizándose en los nervios de las hojas, tanto en el haz como en el envés, apareciendo manchas amarillas circundantes producidas por la succión de la savia. Muchas de ellas segregan una «melaza» que favorece la aparición del «tizne» o «fumagina» (negrilla) que impide el normal proceso de la fotosíntesis.

Combatir con productos insecticidas a base de materia prima de Acetato, Clorpiritos, Etil, etc…

Cochinillas algodonosas (Pseudococcus atri, P. longispinus, etc…)

Aparecen con mucha facilidad sobre los raquis de las hojas procedentes de cítricos y otras plantas que atacan. Producen los mismos daños que las anteriores, llegando a atacar algunas raíces, sobretodo en plantas jóvenes. Son de mayor persistencia que las cochinillas de escudo, aunque se pueden eliminar aplicando productos cuya materia activa sea Diazinon, Dimetoato, Acetato, etc…

Lagarta parda (Spodotera littoralis)

Es una mariposa que actúa sólo por las noches, alimentándose de las hojas a las que produce importantes daños.

Son muy polífagas, y se refugian de día bajo la tierra o escondidas entre los restos vegetales.

Se las puede tratar con insecticidas sistémicos de ingestión a base de Piretrinas o Clorpiritos.

Trips (Heliothrips haemorrhoidalis, Hercinopthrips femoralis, etc…)

Pequeñísimos insectos que se posan en las axilas y en el envés de las hojas produciendo manchas al succionar la planta, provocando deformaciones en el ápice.

Son difíciles de combatir. Debemos efectuar tratamientos preventivos con insecticidas cuya materia prima sea Acetatos, Malathion o Diclorios.

También los hongos atacan a las palmeras siendo los más conocidos:

Antracnosis.- Manchas de color marrón oscuro o negras con una aureola clórotica. Ataca a plantas jóvenes. Tratamientos preventivos a base de Mancoceb o Benomilo.

Podredumbre basal del estípite (Ganoiderma zonatum).- Marchitez y desecación de hojas adultas, llegando a caer la corona o romperse el estípite.

Para combatirla es recomendable utilizar productos a base de Metem-sodio.

Fusariosis (Fusarium oxysporum).- Se detecta por la muerte inhabitual de las hojas. Este hongo ataca las raíces de la planta destrozando el sistema de conducción de agua y nutrientes. Evitar heridas en las raíces. Utilizar fungicidas tipo Benomilo mezclados con el agua de riego.

Aconsejo para no tener problemas de plagas un tratamiento preventivo (antes de que éstas aparezcan) a base de una mezcla de Lindano con un fungicida sistémico de amplio espectro, incorporando así mismo abonos foliares a base de aminoácidos en el periodo de crecimiento activo.

Algunas veces los desórdenes vienen producidos por trastornos fisiológicos, los más normales pueden ser:

Daños producidos por salinidad.

Desecación de las hojas. Más significativa en las palmeras que no se adaptan a las condiciones de ambientes marinos.

            Toxicidad por herbicidas.-

Distorsión y reducción del tamaño de las hojas, quemaduras de los foliolos o necrosis en raíces. Utilizar herbicidas no residuales a base de Glyfosfato o Paraquat.

            Exceso de sales solubles.

Una concentración excesiva de sales puede provocar quemaduras en los extremos de las hojas. Si el agua de riego contiene una concentración elevada de sales, debemos buscar especies resistentes o realizar frecuentes abonados a base de quelatos.

            Asfixia de las raíces.

En plantaciones que se haya realizado muy profundas en suelos o macetas mal drenadas podemos provocar la asfixia radicular, y con ello la muerte de la palmera. Establecer drenajes o utilizar sustratos muy permeables.

            Quemaduras producidas por el sol.

Frecuentes en plantas cultivadas a la sombra y expuestas repentinamente a pleno sol.

Las palmeras destinadas a pleno sol deben cultivarse sin ninguna protección. Hay algunas especies tropicales que no se adaptan fácilmente a pleno sol en nuestro clima, por ejemplo las Kentias.

Falta de agua

Las palmeras, al contrario de lo que piensa mucha gente, son exigentes en riegos, sobretodo cuando son jóvenes. Una vez establecidas y enraizadas, toleran la sequía.

Cuando están faltas de agua reducen su crecimiento y necrosan los extremos de los foliolos. Regar abundantemente y cerciorarse de que el terreno está bien drenado.

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Sevilla .-Ataque de picudo en Phoenix canariensis

UNA PLAGA QUE PREOCUPA

Recientemente detectada en Almuñécar (Granada), y con peligro de expansión, se encuentra el curculiónido ferruginoso de las palmeras (Rhynchophorus ferrugíneus Olivier). Se trata de un gorgojo de la familia de los Curculiónidos, originario de las áreas tropicales del sudeste asiático y Polinesia, con rostro alargado y curvado, de tamaño de 2 a 5 cm. de longitud de color pardo rojizo.

Las larvas pueden superar los cinco centímetros. Son de aspecto amarillo-blanquecino con cabeza color marrón rojizo. Actúa directamente sobre el capitel o corona directamente al tronco, produciendo amarillez y marchitamiento de las hojas hasta que caen y se pudre la corona.

Si aparecen estos síntomas aconsejamos llamar a la Delegación Provincial de Agricultura y Pesca, Departamento de Sanidad Vegetal, de la Junta de Andalucía, para facilitar el control de la plaga.

Las palmeras muy afectadas deben quemarse.

Tratamientos preventivos con Lindano en el capitel son aconsejables.

Antes de adquirir palmeras infórmese de su procedencia y sanidad vegetal. El mercado está invadido de «especuladores», más que de verdaderos profesionales especialistas en la materia.

PONENCIA EN EL CURSO DE XEROJARDINERIA

DIPUTACION PROVINCIAL DE SEVILLA

CORTIJO EL CUARTO. DÍAS 8 Y 13 DE OCTUBRE 2000