Parc Güell.-Plaza con bancos

El Park Güell, más que un parque, es un símbolo de Barcelona. El Park Güell, una de las obras más emblemáticas de Antoni Gaudí, es único en el mundo porque fue concebido como un recinto monumental donde el entorno natural es inseparable de los elementos arquitectónicos.

Su singularidad fue reconocida en 1969, cuando fue declarado monumento histórico-artístico de interés nacional y, sobre todo, en 1984, al ser declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO.

Su consideración como espacio monumental de reconocimiento internacional no le resta importancia como parque público equipado con todas las instalaciones y los servicios que lo hacen adecuado para el recreo del vecindario y de todos los visitantes en general.

Desde la finalización de la rehabilitación integral realizada en el 2006, se ofrece un servicio de guía con el que se facilita el conocimiento del parque a las personas con discapacidad visual y auditiva.

Parque Güell.-Detalles de la entrada

Historia

Fue inaugurado como parque público en 1922; sin embargo, fue concebido por Gaudí como una ciudad jardín por encargo del aristócrata Eusebi Güell, quien en 1895 compró una extensa finca rural situada en el Turó del Carmel con la intención de construir una ciudad jardín como las que había conocido en Inglaterra. El proyecto de Gaudí consistía básicamente en la edificación de viviendas unifamiliares y tenía que incluir espacios de uso público, como una gran plaza cubierta (que sería el mercado), una plaza teatro al aire libre, una capilla, un pabellón de conserjería, un pabellón de servicios (con recepción y teléfono público) y otros servicios comunes. Se eliminaba expresamente la ubicación de fábricas, clínicas, talleres o industrias porque desvirtuarían los principios de retorno a la naturaleza del proyecto.

El proyecto no tuvo éxito y se interrumpió en 1914, cuando ya estaban construidas algunas de las dependencias colectivas. En 1922, seis años después de la muerte de Eusebi Güell, el Ayuntamiento de Barcelona compró la finca para convertirla en parque público.

Biodiversidad

Aunque la naturaleza parece quedar en un segundo plano, lo cierto es que el arquitecto la tuvo muy en cuenta para alcanzar una perfecta simbiosis entre la piedra y el verde. Hay dos zonas diferenciadas en el Park Güell: la zona Gaudí, en la que se preservó la vegetación espontánea del lugar, que hoy constituye una extensión forestal donde abundan algarrobos, robles, pinos y encinas, rodeados de un sotobosque espeso; y la zona monumental, la más famosa hoy en día.

También encontramos el jardín de Àustria: un antiguo huerto donde se tenían que cultivar las especies que se pondrían posteriormente en el parque. Sin embargo, durante muchos años se plantaron especies foráneas, lo que lo convirtió en un jardín no mediterráneo. Estos últimos años se han introducido plantas más aptas: olivos, pinos, robles, retamas, durillo, magnolias y plantas aromáticas.

Paisajismo y diseño

En el diseño del parque se pone claramente de manifiesto la mano de un arquitecto, y el estilo peculiar de Gaudí resulta evidente en cualquier elemento, por pequeño que sea. Los ángulos rectos no aparecen por ningún lugar: las columnas están inclinadas como palmeras y tienen formas variables, que sugieren troncos de árboles, estalactitas y cuevas naturales, y formas onduladas, parecidas a los ríos de lava.

Muchas de las superficies están cubiertas con trencadís, trozos de cerámica o de cristal a modo de mosaicos de colores.

El punto central del parque está formado por la plaza de la Natura. La plaza está parcialmente sostenida por la Sala de les Cent Columnes, compuesta por ochenta y seis columnas parecidas a estalagmitas gigantes en una cueva.

Hasta este lugar llega la escalinata de la entrada principal del parque, de peldaños dispuestos simétricamente en torno a la escultura de una salamandra que se ha convertido en el emblema del jardín. Representa la salamandra alquímica, que simboliza el elemento fuego.

Fuera del área monumental, en dirección a la salida de la carretera del Carmel, nos cruzamos con el primero de los tres viaductos proyectados por Gaudí de la red de caminos que conectan las diversas partes del parque

Arte y arquitectura

El Park Güell tiene múltiples espacios emblemáticos y de alto valor arquitectónico. La entrada principal por la calle de Olot está vigilada por dos pabellones construidos al estilo propio de Gaudí, con formas redondeadas y un estallido de luces y colores. A la derecha se encuentra la casa del Guarda, ideada y diseñada por Gaudí como vivienda para el portero del Park Güell.

Aquí se inicia la escalinata del Drac, monumental, presidida por la salamandra acabada en trencadís, que subraya la importancia del acceso para viandantes a las dependencias colectivas de la ciudad jardín, el mercado y la plaza. La gran escalinata conduce a la Sala Hipòstila, que debía alojar el mercado de la ciudad jardín y que está formada por 86 columnas de estilo dórico.

En mitad de la zona monumental, se encuentra la plaza de la Natura, que nace en la montaña, sobre tierra firme, y se extiende por encima de las columnas de la Sala Hipòstila. Destaca el banco de trencadís que delimita su perímetro y cuyo borde sirve de banco y ondula como una serpiente de ciento cincuenta metros de longitud. Este banco está recubierto también de trencadís hecho de pequeñas piezas de cerámica y cristal y es obra de Josep Maria Jujol, un colaborador de Gaudí. Al lado de la plaza encontramos una antigua masía señorial que desde 1931 es un colegio.

 Extraído de www.barcelona.cat

Fotos de diapositivas digitalizadas de distintas visitas al parque.-