
Desde los tiempos más remotos, la relación entre el ser humano y la naturaleza en nuestro Planeta fue de colaboración y armonía, de equilibrio entre el uso de los recursos y su conservación. Durante los dos últimos siglos se creyó, no obstante, que el importantísimo desarrollo que nos llevó a alcanzar la luna, volar en veloces aviones, explosionar bombas atómicas, construir bárbaramente, alterar ecosistemas terrestres y marinos, extraer minerales y talar árboles sin mesura, respondía a una relación de poder antropocéntrico sobre los recursos de la Tierra, sin límites, sin control, sin evaluaciones y, sobre todo, sin conciencia de que esas actividades acabarían acarreándonos graves consecuencias.
Ahora, sin embargo, ya sabemos que por aquellas acciones y por aquellos logros, se alteró gravemente ese equilibrio. Empezó el deterioro de las aguas de los ríos y mares, a secarse las fuentes, a envenenarse el aire, a desaparecer enormes masas boscosas. Todo esto perturba el equilibrio natural de Gaia, y el efecto se multiplica por ciertas actividades humanas contaminantes y desestabilizadoras, ocasionando lo que hemos convenido en llamar cambio climático.

Hoy ya sabemos, de forma empírica, la relación incontestable del árbol con la transmisión de la vida y su profundo vínculo con el agua, el territorio y la sociedad.
Hoy conocemos con categórica certeza que los árboles son productores de riqueza medioambiental y económica, y consecuentemente nuestra línea de conducta, incluso en tiempos de crisis, es apelar y buscar soluciones alternativas y ofrecer las mejores posibilidades de recuperación ante el problema.
Una perspectiva transversal para la sociedad, con proyectos y actuaciones concretas de plantaciones de árboles, su cuidado y vigilancia, y preservación de los bosques existentes. Inducir, convocar y celebrar encuentros locales, comarcales, nacionales e internacionales para abrir debates y buscar socios a nuestros fines.
Una Nueva Cultura del Árbol que asumirá sus propuestas con una visión holística, inclusiva y respetuosa de las múltiples dimensiones éticas, medioambientales, sociales, económicas, políticas y emocionales integradas en los ecosistemas arbóreos.

Los árboles han estado vinculados a las vivencias, creencias y tradiciones de los pueblos. Han sido árboles de juntas, de parlamento, de pactos, de lindes entre pueblos y tierras. Han acogido besos y versos, generaciones de mozos y abuelas, millones de aves de unos siglos a otros. Fueron y son lugares de culto pagano y cristiano (tejos asturianos), hitos históricos (árbol de Guernica) o cimas de claustros religiosos (ciprés de Silos).
Quizás la mayor proximidad social a la cultura la marque los versos de Antonio Machado a su querido negrillo:
El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
O quizás nos acerquemos aún más a ese maridaje cultural en los versos de Gerardo Diego:
Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,
como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.
Del árbol a la palabra de la palabra al árbol.

Pero esta largo devenir de los árboles patrimoniales ha llegado al siglo XXI con un larga lista de sin sabores.
Aquellos que cayeron fruto de la edad, cumplieron su ciclo vital, descansen en paz y sean abono para otros.
Pero hay un gran grupo de ellos que han sido atropellados por la incomprensión, la indiferencia, la ignorancia, la premeditación o el mercadeo.
Eso debe ser humillante para el árbol.
El árbol representa una manifestación muy especial de las fuerzas y del poder divino. Fue venerado en todas las culturas y en todos los tiempos, y desde siempre estuvo íntimamente relacionado con el destino de los hombres.
¿Hay algunas implicaciones para los campos de la arquitectura y la arquitectura del paisaje? Hay una cierta responsabilidad que viene con el uso de un ser vivo para sus proyectos. El concepto – la dignidad de los seres vivos – está allí para recordar a la gente que los seres vivos no son «cosas» – y hay que manejarlas como materiales de una manera que es diferente de las cosas no vivas, como la piedra.
Si aceptamos que las plantas tienen una posición moral porque son seres vivos tenemos que evaluar cuidadosamente si este tipo de proyectos les afectan de una manera que no podía justificarse.

Carta Europea del Arbol Ornamental.-Charte Europeen du arbre ornamentel
Preámbulo
La presente declaración tiene como objetivo determinar las principales relaciones entre el individuo y el árbol ornamental.
Artículo 1.-El árbol es un ser vivo. Nace, se desarrolla y muere. No obstante, su existencia no está a la medida de la escala humana y puede dilatarse a lo largo de varios siglos.
Artículo 2.-En torno al árbol, el ser humano distingue generalmente:
El árbol del bosque que produce la madera y que le permite refugiarse, embellecer y mejorar su confort.
El árbol frutal que le alimenta.
El árbol ornamental que, por sus numerosas funciones juega un papel esencial en el equilibrio ecológico de los medios rurales y de la ciudad.
Artículo 3.-Los árboles ornamentales portadores de historia y de símbolos son los testigos de la evolución de las sociedades humanas. Constituyen un patrimonio vivo que hemos recibido, que debemos conservar y mejorar para transmitirlo. La perennidad de tales patrimonios, dada la diversidad de las situaciones de orden ecológico o cultural, sólo puede garantizarse con la elaboración de programas completos que contengan:
La información a la población, el desarrollo de la investigación, y todas las acciones de concepción, de gestión, de mantenimiento y de enriquecimiento de estas plantaciones, con una constante inquietud por la calidad.
Las autoridades municipales que son los garantes de esta perennidad y de la transmisión de este patrimonio, deben alentar la elaboración de tales programas a largo plazo y velar por su puesta en marcha.

Artículo 4.-El reconocimiento científico del árbol empieza a desarrollarse, pero permanece aún embrionario. Los progresos de la ciencia en este ámbito necesitan medios técnicos, financieros y humanos que deben asumirse por instituciones públicas o privadas, apoyadas por las comunidades nacionales, europeas e internacionales.
Artículo 5.-El árbol ornamental está sometido a dificultades específicas que implican aplicarle cuidados particulares con el fin de mantenerlo en un estado satisfactorio y asegurar la seguridad de los usuarios.
La organización y ejecución de esos trabajos, son portadoras de una actividad económica creadora de empleo y de riqueza, que hay que sostener.
Artículo 6.-Las competencias necesarias para una gestión dinámica de tal patrimonio requieren formaciones específicas en todos los niveles de la concepción, decisión y de la intervención.
La armonización de esas formaciones debe realizarse en el seno de la Comunidad Europea teniendo en cuenta las singularidades culturales.

Artículo 7…-La conservación de los árboles requiere buenas prácticas de arboricultura ornamental.
Una misma voluntad de intercambio y de cooperación deben animar a los responsables con el fin de hacer progresar los métodos y técnicas para alcanzar un mismo nivel de competencia en todos los países de la Comunidad Europea.
Artículo 8.-La información al público debe de ser sustentada por un constante interés educativo tanto para el niño en la escuela como hacia el adulto y hacia la familia en cualquier lugar.
Esta sensibilización debe permitir a la ciudadanía descubrir los árboles e implicarse en la preservación de este patrimonio.
Esta carta fue editada por la Société Française d’Arboriculture en 1995. Teniendo como vocación el ser difundida lo más posible a los propietarios, gestores y profesionales de los arboles ornamentales Muchas ciudades francesas la adoptaron y firmaron como gestiones del arbolado. Hoja de ruta en sus comunidades.
La ciudad de Lyon fue pionera en la redacción de las primeras Cartas del Árbol en Europa.
En Francia también se crea el Centro técnico y gestor de estudios sobre el árbol ornamental con el fin de:
La asociación de protección y defensa de los árboles ornamentales tiene como objetivo: poner fin al árbol en el centro de atención, el patrimonio vital. Promover nuevos métodos de diseño, gestión y mantenimiento de árboles. Valorar y apoyar proyectos innovadores y ecológicos árboles ornamentales. Acompañar a los árboles privados y gestores públicos de gestión responsable, respetuosa y ecológica diarias. Desarrollar propuestas concretas para cambiar las leyes y las normas de los años 70 y 90 en los árboles. La asociación pondrá un punto de participar del proyecto herramienta social que es «revolución ecológica del patrimonio árbol» y será el portavoz. Reunir todos los ciudadanos sobre este tema para el surgimiento de nuevas expectativas. También la asociación tendrá como objetivo establecer un diálogo constructivo entre los funcionarios electos y grupos de interés alrededor del árbol y poner en práctica todo lo que proporciona o facilita la consecución de su objeto, directa o indirectamente.

Declaración del Derecho al Árbol en la Ciudad CARTA DE BARCELONA aprobada en el Congreso «El árbol y la Ciudad». Barcelona, 2 de Junio de 1995
En el reconocimiento de que:
La ciudad necesita el Árbol como un elemento esencial para garantizar la Vida.
El desarrollo del Árbol en la ciudad debe darse en toda su plenitud, aprovechando cuanto nos ofrece y en toda su potencialidad, si dispone del espacio y las condiciones que requiere.
El sistema de Arbolado de nuestras ciudades es un sistema Básico. Y como tal, debe ser valorado, planificado y gestionado.
El Árbol contribuye al enraizamiento de la Cultura en el lugar y en la mejora de las condiciones de habitabilidad en el medio urbano, factores ambos, determinantes de la Calidad de Vida en la Ciudad.
Nos comprometemos. Como ciudadanos, como profesionales que desarrollamos nuestra actividad en torno a las estructuras, formas y dinámicas de la Ciudad, como profesionales del Árbol, personalmente y a través de nuestras instituciones a:
Situar el Árbol en su papel básico, como uno de los primeros Recursos Patrimoniales de la ciudad.
Desarrollar y promover, de forma integral y continua, informaciones, inventarios, técnicas de gestión, prácticas, procedimientos, productos, servicios y estándares, que posibiliten la implantación del Árbol en la Ciudad, en condiciones de Calidad y Dignidad.

Difundir, informar y formar al público en general, a los diversos colectivos profesionales, a los sectores industriales y de servicios, a las escuelas, a los institutos y universidades, sobre la importancia esencial del Árbol en la Vida de la Ciudad.
Establecer políticas, reglamentaciones, normativas y prácticas en la Administración y Gobierno de la Ciudad que garanticen las condiciones óptimas para la vida del Árbol.
Replantear todos los elementos que conforman actualmente el espacio urbano, y pensar los futuros en su concepción, planificación, producción, gestión, uso y reutilización desde la óptica de los requerimientos y sus potencialidades del Sistema de Arbolado Urbano.
Como Ayuntamiento firmante a que todas las consideraciones anteriores de respeto al árbol se incorporarán en nuestras normas municipales.
Por lo anteriormente descrito:
Nos comprometemos como Ayuntamiento firmante a que todas las consideraciones anteriores de respeto al árbol se incorporarán a nuestras ordenanzas, normas, disposiciones y acuerdos municipales.
Muchos municipios se han adherido desde entonces a la Carta de Barcelona con el compromiso de aplicarla en su territorio.

Observatorio Municipal del Árbol
El Observatorio Municipal del Árbol de Valencia (OMAV), dependiente de la Concejalía de Parques y jardines del Ayuntamiento de Valencia, fue creado en 2015 como un espacio de encuentro público que pretende trasladar a la ciudadanía una nueva cultura del arbolado (árboles y palmeras) este fue un paso más de un municipio en defensa de su arbolado ornamental.
La creación del Observatorio Municipal del Árbol es una acción pionera en España ya que no existe ningún otro Observatorio de estas características en todo el territorio nacional.
Esta actuación es la continuación de una serie de medidas adoptadas por el Ayuntamiento de Valencia en torno a la protección del arbolado urbano.
En el año 2000, Valencia firmó “La Declaración de los Derechos del Árbol en la Ciudad” como compromiso con los árboles, ya que éstos cumplen unas funciones esenciales en la ciudad.
En el año 2007, Valencia fue elegida por el Consejo Europeo de Arboricultura (European Arboricultura Council) y por la Asociación Española de Arboricultura (AEA), sede de “la Capital Europea del Árbol”.
En este contexto, Valencia ha optado por ser el escenario perfecto en el que el Árbol sea su gran protagonista, sirviendo de punto de encuentro para establecer un programa de actuación que nos permita alcanzar el objetivo de que las ciudades, los pueblos y los paisajes sean lugares donde el árbol tenga un papel representativo de especial interés.

Donde los arboles pierden su dignidad
Las podas representan la mayor parte del mantenimiento del arbolado urbano, sobre todo cuando se plantan árboles jóvenes en los parques , ya que el árbol joven para sombra debe ser podado regularmente hasta que alcance una altura de 6m; a partir de entonces el árbol sólo recibirá podas esporádicas de saneamiento ya que su estructura de copa habrá quedado definida
La poda del arbolado adulto plantado en el sitio incorrecto puede llevar al arborista a podarle más de la mitad de su copa, lo cual puede afectar su desarrollo y hasta perder su forma original.
Es probable que más de la mitad del arbolado de la ciudad requiera poda inmediata porque fue plantado en el sitio incorrecto o porque la especie no fue la apropiada para el sitio que esta plantado. La gran necesidad de podas del arbolado de la ciudad se debe básicamente a que se ha venido plantando, por décadas, el árbol incorrecto en los sitios incorrectos.

EL ARBOL Y SUS BENEFICIOS.-Apuntes
El árbol como ser vivo .
Nace, vive y muere…
Tiene un ciclo de vida y debe adaptarse a numerosos factores ecológicos en el medio en que vive…
Climáticos, atmosféricos o biológicos.
La vida en la ciudad no es un medio natural.
Nace en un vivero, crece durante 5-10-15 años durante su formación.
Cuando llega a la ciudad es objeto de cuidados que garanticen un buen arraigue y un desarrollo armónico en el lugar que le hemos escogido.
A diferencia de los animales, él no se podrá mover, allí tiene que cumplir todo su ciclo biológico.
Se riega, entutora y se le dan podas de formación y adaptación a su nuevo emplazamiento.
Durante los años que está en pleno crecimiento, el árbol no precisa ningún cuidado particular.
Contrario a las ideas tradicionales, un árbol en condiciones normales, no tiene necesidad de poda.
El corte de ramas es siempre una agresión.
Las podas mal realizadas deterioran y debilitan la estructura del árbol y lo hacen más sensible a las enfermedades.
Al fin de su ciclo, el árbol produce mucha madera muerta, deviene frágil, atrae parásitos y puede ser un elemento peligroso para los ciudadanos.
Entonces requiere cuidados especiales, con costes elevados, reducciones de copa, cirugía arbórea etc…
Vivir en la ciudad es sinónimo de numerosas dificultades para nuestro compañero.
El arbolado viario sufre fuertes agresiones.
El desconocimiento y la ignorancia sobre los árboles ha conducido poco a poco a su falta de respeto.

Inventario para la gestión
Es necesario un inventario del Patrimonio arbóreo para conocer y gestionar mejor.
Evaluar el número de árboles y su localización, su estado sanitario, su situación y sus necesidades.
Todas las informaciones en el inventario con base de datos cartográfica.
Plantaciones para el futuro
Uso del mayor número de árboles autóctonos, siempre que sea factible.
Biodiversidad.
Plantaciones correctas.
Un buen árbol en el sitio adecuado.
La carta del árbol.-Proteger, informar y sensibilizar al público de la importancia de los árboles en las ciudades.

Paleta vegetal
Selección de nuevas especies adaptadas a las características de cada lugar.
Luchar contra la banalización y uniformidad del paisaje urbano.
Especies resistentes a las plagas y enfermedades.
Daños al árbol
El hecho de su crecimiento relativamente lento, los hacen aparecer inmutables, robustos, su evolución en el tiempo poco perceptible.
Pero es bajo la corteza que los flujos vitales circulan dentro del árbol.
Cualquier alteración de la corteza, representa una puerta abierta a las enfermedades.
Las raíces pueden ser asfixiadas o mutiladas en suelos compactados que no dejan penetrar, ni el aire, ni el agua.
El vertido de líquidos nocivos, los golpes de los automóviles, la apertura de zanjas, las obras etc…contribuyen a debilitar y reducir su esperanza de vida.
Frecuentemente los vemos sometidos a podas radicales y repetidas, origen de muchos debilitamientos actuales.

Muchos de estos problemas como consecuencia de una defectuosa elección del árbol en el momento de la plantación.
La esperanza de vida de un árbol en la ciudad es de 50 a 100 años.
Se observa en general un debilitamiento del patrimonio arbóreo al conocer los problemas de envejecimiento y debilitación.
Un árbol que se debilita es frágil, atrae parásitos que hacen peligrar a los árboles sanos.
En el medio natural los árboles se reproducen solos, en la ciudad el hombre les asegura su renovación.

Algunos efectos beneficiosos entre otros
Los árboles son indispensables por el equilibrio biológico o de vida de nuestras ciudades, por sus funciones sociales, pedagógicas, urbanísticas, biofísicas y biológicas.
Participan en la depuración del aire, contribuyen a disminuir la tasa de gas carbónico y a neutralizar otros agentes contaminantes atmosféricos (ozono, pólenes, aerosoles…)
Contribuyen a refrescar el aire, aumentando la tasa de humedad por su transpiración…
Las alineaciones permiten reducir la reverberación de los ruidos de la circulación de los coches sobre las fachadas.

Permiten interceptando los rayos solares disminuir la reflexión luminosa y el ahorro de energía.
Las raíces retienen el agua y limitan los fenómenos de erosión y deslizamiento de suelos.
La naturaleza viviente dentro de la ciudad a través de los árboles marcan las estaciones y albergando la fauna urbana.
Porque el árbol es un ser vivo que se desarrolla en un largo periodo, el paisaje urbano está en continua evolución en el espacio y en el tiempo.
Seguridad en los árboles
La evaluación de la seguridad en el arbolado urbano debe ser realizada por profesionales.
Los árboles no viven eternamente. Hay que prever un reemplazamiento cíclico.
Sustituir árboles en la ciudad es una obligación del gestor del arbolado, debe dejar de ser un tabú.

Los árboles deber ser eliminados cuando:
Desequilibrio estructural.-Árboles inclinados por efectos negativos y con podredumbres.
Retirar Objetivos.-Dianas de caída
Abatimiento de árbol.-Antes evaluar y considerar alternativas.
Cableado.-Alargar el periodo de seguridad.
Desmochado.-Practica que no debería de realizarse nunca en el arbolado viario.

Razones para podar el arbolado viario
Su situación entra en conflicto con la edificación el tráfico, el alumbrado, la señalización etc….
Por las frecuentes agresiones que padecen…
Por el incremento del riesgo de fractura de las ramas.
En los árboles jóvenes para su formación.
Origen de los conflictos
La baja participación de los profesionales en arboricultura en los proyectos de urbanización.
La falta de campañas de divulgación dirigidas a educar e informar a los ciudadanos sobre las razones de la poda y sus bases técnicas
La falta de homogeneidad de los criterios técnicos que se aplican en los distintos municipios.
Esta gran cantidad de situaciones, crean un medio idóneo para la arbitrariedad.
Si los profesionales de la arboricultura son capaces de establecer bases comunes a todas las actuaciones de poda de arbolado viario, obtendremos el respeto y el reconocimiento necesario para entrar en dialogo con los responsables políticos y con los ciudadanos.

El árbol amortigua la lluvia
La copa de un árbol es flexible y está diseñada para atrapar la lluvia, causando que ésta se deslice a través de las hojas, ramas y el tronco hasta llegar al suelo.
Al amortiguarse el impacto de la lluvia en el árbol se abate la erosión y se protege al suelo superficial.
El árbol da sombra
La copa de un árbol está diseñada para captar la luz solar y al extenderse sombrea el piso, causando bienestar en un día soleado y protegiendo la fauna, la flora inferior y al hombre y sus bienes, del efecto dañino del impacto directo de los rayos solares.
El árbol filtra los vientos
Su copa está diseñada para que el aire pase a través de las hojas, filtrando los polvos, cenizas, humos, esporas, polen y demás impurezas que arrastra el viento. Las hojas pubescentes y la corteza rugosa en el tallo atrapa tales impurezas.
Los árboles abaten el ruido
Los árboles abaten el ruido
El tejido vegetal amortigua el impacto de las ondas sonoras, reduciendo los niveles de ruidos en carreteras, calles, parques y zonas industriales. Plantados en arreglos especiales alineados o en grupos, las cortinas de árboles abaten el ruido desde 6 a 10 decibelios.

El árbol secuestra el bióxido de carbono que contamina la atmósfera
A través de la fotosíntesis que realizan las hojas, el árbol atrapa el CO2 de la atmósfera y lo convierte en oxígeno puro, enriqueciendo y limpiando el aire que respiramos. Se estima que una hectárea con árboles sanos y vigorosos produce suficiente oxígeno para 40 habitantes de la ciudad.
Un bosque de una hectárea consume en un año todo el CO2 que genera la carburación de un coche en ese mismo período.
Los incendios forestales liberan mucho CO2 a la atmósfera por lo que el buen manejo forestal y la reforestación, reducen estos niveles de CO2 almacenando carbón en las raíces, el tallo y las ramas del árbol y liberando oxígeno puro en el aire a través de los estomas.
Los estomas son microventanas en las hojas que abren durante el día para que entren los gases se realiza la fotosíntesis en presencia de la luz solar.
El árbol es fuente de riqueza
Un bosque bien manejado rinde beneficios económicos a su propietario y genera empleos través de la industrialización de su madera, resinas, gomas, fibras, hojas y raíces.
El árbol es combustible
A pesar de la modernidad, la madera se usa como leña y carbón para combustible doméstico en la gran ciudad como cuando ésta se fundó, y prácticamente desde que el hombre primitivo inventó el fuego.

El árbol produce fibras
Las fibras de la madera se usan para fabricar cartón, papel, pañales y toallas desechables.
Más del 90% de estos productos a nivel mundial se fabrican con árboles.
Este manual, los periódicos y libros están escritos en papel hecho con fibra de madera virgen o reciclada, al igual que las bolsas de papel, cajas de cartón y otros materiales de empaque usados cotidianamente.
El árbol produce madera
El uso de la madera se remonta al hombre primitivo, quien la utilizó para herramientas, armas y construcción de techos.
Sin duda durante el próximo milenio la madera continuará siendo utilizada ampliamente debido a sus excelentes propiedades físicas, químicas y tecnológicas.
Primero se utilizó el trozo completo después se usaron tablones en la construcción, durmientes con la llegada del ferrocarril, tablas gruesas y delgadas, posteriormente chapa para muebles, astillas y fibras para tableros, todo esto para optimizar y desperdiciar menos los desechos del proceso tecnológico.

El bosque produce agua
Siempre se ha creído que el bosque atrae la lluvia. Esto es prácticamente cierto, porque el árbol transpira y genera vapor de agua que se convierte en niebla y nubes con la ayuda de la temperatura y los vientos.
Pero lo más valioso es que el bosque atrapa el agua de lluvia y la suelta lentamente, escurriendo hacia los arroyos y ríos que la devuelven al mar.
La captación de agua en las microcuencas arboladas asegura que los escurrimientos duren más tiempo o lleguen a ser permanentes, dando un beneficio invaluable a la vida silvestre animal y vegetal, así como al hombre mismo; luego entonces, los mejores productos del bosque son el oxígeno y el agua, ambos estratégicos para la vida del planeta azul y verde.
Los árboles mejoran las cosechas
Plantados en cortinas rompevientos en hileras sencillas dobles o triples forman una barrera protectora a los cultivos agrícolas, creando microclimas que favorecen el rendimiento.
Igual ayuda a las granjas, establos. con ganado lechero o de engorde.
En las praderas, los árboles solos o agrupados le proporcionan sombra a los animales, dejando al mismo tiempo que el pasto se desarrolle.

Los árboles revalorizan la propiedad residencial
Siempre una casa con jardín tendrá mayor valor que sin él y los árboles y los arbustos son el principal componente del jardín.
Los árboles y arbustos bien ubicados alrededor de la casa y manejándolos apropiadamente, elevan el valor de las propiedades.
Los árboles plantados en hileras dan privacídad, abaten el ruido externo de las vialidades y dan seguridad a la propiedad al servir de barrera.
El árbol urbano ahorra energía eléctrica
Los árboles bien ubicados alrededor de la casa filtran el aire cálido y lo refrescan al cruzar su copa, sombrean paredes, patios, techos y ventanas, bajando los costos del aire acondicionado.
Los árboles son reciclables
El bosque es un recurso renovable y con manejo sustentable genera riqueza permanente.
La materia seca que generan sus hojas, flores, frutos y ramas se convierte en materia orgánica, la cual enriquece el suelo abajo de sus copas, sin producir desperdicios.
Los bosques regulan el clima
A nivel global los bosques reducen el calentamiento de la atmósfera y regulan el clima de la tierra. En las ciudades, la pérdida de árboles eleva las temperaturas y la evaporación del suelo y de los estratos inferiores de la vegetación herbácea. La falta de árboles suficientes en la ciudad permite que las islas de calor sean más severas. Las temperaturas en las calles del centro de la ciudad en primavera y verano pueden ser hasta de 3ºC más en promedio que en las de los parques y alamedas de la ciudad; el equivalente a 200 m de elevación por cada grado centígrado.

El árbol produce alimentos
Además de los árboles frutales específicos que ayudan a la alimentación mundial, hay miles de especies arbóreas que producen frutos comestibles no comerciales, además de hojas y retoños que ramonea el ganado, la fauna silvestre y hasta el hombre mismo.
El árbol genera biodiversidad
Los bosques forman las comunidades más diversas de la tierra, porque éstas proliferan bajo su protección. Muchas especies arbóreas han coevolucionado con insectos y aves polinizadoras, dispersores de frutos y semillas y otros microorganismos del suelo, como la micorriza, con quien vive en simbiosis permanente. Los bosques ofrecen nichos diversos a la fauna mayor y menor, lo cual favorece la creación de nuevas especies animales y vegetales, aumentando la biodiversidad del planeta.
Los árboles combaten el estrés
Los bosques son relajantes, caminar en ellos libera energía y tensión corporal. El contacto con sus hojas, ramas y tronco descarga nuestra energía pesada, que acumulamos por el aislamiento del suelo causado por los zapatos. Es buena terapia caminar descalzo en el bosque y tocar los árboles. El bosque es tranquilidad y belleza escénica por el colorido de las flores, las hojas, la majestuosidad de sus troncos, el aroma que despide y hasta el trinar de las aves y el zumbido del aire que atraviesa sus copas en movimiento.
Los árboles son seres mudos y postrados que podemos colgarles columpios, hamacas, puentes y hacer casas infantiles y otras cosas recreativas, pero no debemos olvidar que también tienen dignidad y debemos respetarlos.

Los árboles reducen la velocidad del viento
Es cierto que no detienen un huracán, pero su presencia resta velocidad a las tormentas, disipando su fuerza y mejorando el ambiente. Los árboles enfrentan los remolinos y tornados y protegen las cosechas.
Así pues, el árbol siempre da más al hombre de lo que recibe de él. El árbol es rústico, poco exigente tolerante y se aferra a la vida; sólo demanda espacio para alcanzar su máximo desarrollo. Como todos los infantes vivientes, debemos cuidarlo más en su etapa juvenil.
Los beneficios tangibles e intangibles que otorgan los árboles al mundo viviente, así como al propio ser humano son de valor incalculable, lo cual lo convierte en casi un elemento insustituible del ecosistema.
Si el hombre sigue destruyendo los bosques, estará minando su propio bienestar para las generaciones futuras, amén de que la extinción masiva de especies se acelere antes de que se les pueda conocer.
El por qué debemos plantar árboles
Los árboles aparecieron en la tierra hace más de 250 millones de años y al hombre le ha tomado sólo 5,000 años acabar con más de la mitad de los bosques del planeta. Inglaterra por ejemplo, destruyó el 95% de sus bosques y algunos países africanos prácticamente extinguieron los árboles de su territorio.
En España la destrucción del bosque no ha sido la excepción.
Al igual que en otros países, en España se han estado destruyendo al bosque por diferentes justificaciones, los incendios, incluyendo la pobreza, la avaricia y la negligencia.
A principios del siglo que iniciamos no existen indicios de que pare la deforestación y los gobiernos se debaten fallidos y las acciones abortadas al nacer, por negligencia, ignorancia, falta de recursos, cultura forestal o combinación de todas éstas razones.

Pero ¿qué pasa en las ciudades?, ¿cuál es la realidad del bosque y los árboles urbanos?
Aunque las áreas verdes urbanas eran insuficientes, carentes de mantenimiento y mala planeación algunas de ellas, aquí se vislumbran soluciones reales a corto y mediano plazo, porque las nuevas generaciones están tomando conciencia rápida de este viejo problema.
Una buena programación de la plantación de árboles es crucial para completar las áreas verdes. En las ciudades existen más recursos que en el campo y los habitantes son más conscientes de su necesidad.
Se están haciendo esfuerzos gubernamentales serios, para que en la ciudad se apliquen técnicas viejas y modernas que garanticen el éxito de las repoblaciones urbanas.
Por todas éstas razones debemos plantar y cuidar los árboles para contrarrestar el enorme impacto negativo del concreto en la mancha urbana, para acercar de nuevo a la comunidad con los árboles y los bosques, regresando a la naturaleza, para que finalmente aprendamos a convivir con ella.
Modernidad no significa deforestar.
Como en otros problemas que abaten a la ciudad, la participación ciudadana con la autoridad debe ser estrecha y activa para lograr con éxito la arborización de la ciudad.
Debemos lograr que los árboles adultos alcancen su máxima longevidad, como en el campo y podamos verlos altos y frondosos en la ciudad.

Mitos y realidades sobre los árboles
De antemano sabemos que no dar crédito a los decires está basado en el conocimiento de causa, ya que los mitos son tradiciones transmitidas a través de las generaciones al igual que los cuentos y los prejuicios.
Las creencias, mitos, cuentos, decires y los prejuicios son verdades o mentiras a medias que sirven para iniciar, continuar o amenizar la conversación, ya que no tienen fundamentos científicos o técnicos.
A estas alturas del siglo XXI debemos erradicar los cuentos mitológicos sobre los árboles con la finalidad de conseguir árboles bellos, sanos y longevos y que a través de la ciencia de la Arboricultura, se logren las metas para la ciudad.
El Dr. Alex Shigo compiló más de 100 mitos (Shigo, 1993), la mayoría de los cuales se aplican a los árboles de nuestra ciudad.
El Dr. Shigo dice que “un mito empieza cuando la gente usa términos que no puede definir”.
Realmente no hay árboles malos, existen árboles plantados en sitios incorrectos y de la especie incorrecta para determinado sitio, pero al final es el hombre el que hace que un árbol se vea mal, sea un estorbo, cause problemas o represente un peligro. Los árboles son testigos mudos y alguien tiene que hablar por ellos para defenderlos, sin dejar de reconocer que algunos árboles también tienen limitaciones.

El árbol lo aguanta todo
El árbol ha tenido la fortaleza de sobrevivir en el planeta por más de 200 millones de años, adaptarse a los cambios ambientales. Sin embargo, el árbol urbano vive prácticamente fuera de su ambiente natural y no resiste siempre los malos tratos que recibe, como la poda de descopado, aceites bañados por los vehículos, la compactación excesiva del suelo, las podas abusivas, etc. Normalmente un árbol reduce su esperanza de vida a medida que se ubica más al centro de la ciudad, sobre todo si no recibe un mantenimiento apropiado.
Toda la gente quiere a los árboles
Así debiera ser, pero hay mucha gente que no le gustan muchas especies o simplemente detestan los árboles, sobre todo en sus propiedades. Todavía otros ven a los árboles como mero negocio y no les importa su bienestar, a pesar del gran beneficio que le dan al hombre.
La mutilación de la copa daña al árbol
El descopado es un atentado contra la dignidad del árbol y un crimen contra la naturaleza (Shigo, 1993), porque destruye su mecanismo de defensa y el árbol sin copa jamás será igual otra vez.
La poda rapaz de la copa del árbol afecta el equilibrio del árbol con la raíz y parte de ella muere después. La respuesta inmediata del árbol es rebrotar profusamente para recuperar el balance perdido y los brotes crecen muy rápido al principio hasta que se llenan de follaje.
La práctica de descopado se realiza para resolver un problema creado desde la plantación, pero genera otro problema peor ya que los rebrotes se convierten en ramas peligrosas por una débil unión con la corona del tallo decapitado, además de que el árbol demandará podas más frecuentes y continuas.

La poda es un gasto innecesario
La poda bien ejecutada es una práctica del manejo vegetal y se hace para sanear y rejuvenecer, promover floración, asegurar las ramas, configurar la copa, facilitar cosechas y como arte y estética del paisaje. La poda de árboles urbanos es una combinación de lineamientos científicos y artísticos. La poda es indispensable sobre todo en los árboles jóvenes desde su etapa de vivero y puede reducirse su costo, cuando los árboles han sido desarrollados con podas habituales.
Un árbol adulto requiere menos podas cuando de pequeño se le aplicaron, lo cual baja el costo de su mantenimiento.
Cubrir los cortes de la poda evita la pudrición
Por siglos se practicó pintar o empastar los cortes con sustancias impermeables y a veces con pesticidas para proteger las heridas expuestas al ataque de patógenos, insectos y pudriciones
Actualmente es aceptado que no hay evidencias de tales creencias y se confía en que el árbol está capacitado para aislar la herida y compartimentalizarla para que las pudriciones no invadan el tejido vivo.
A veces la pasta le sirve más de protección al patógeno que de prevención al árbol. Lo importante es hacer un corte limpio y correcto para que la herida cierre pronto

Los ganchos para escalar no dañan al árbol
Los árboles de corteza delgada son severamente dañados especialmente con desgarres de corteza lo cual causa resinación continua en los pinos.
Las perforaciones de los ganchos a través de la corteza favorecen la penetración de insectos, patógenos y pudriciones al tallo.
Durante años se ha practicado, ahora conscientes de los daños ya no se realiza.
Un árbol sano no tiene infecciones
Un árbol puede parecer sano y aun tener muchas infecciones. Las infecciones son separadas por una barrera compartimentalizada que las aisla y controla su contaminación (Shigo, 1993).
Un árbol vigoroso puede tener ramas rotas, raíces muertas, ataques de plagas, pudriciones, etc. y aprende a vivir con ellas por largas temporadas o por el resto de su vida.
Todos los árboles son peligrosos
Hasta cierto punto, como los seres humanos los árboles jóvenes son frágiles y ocupan menos espacio, pero a medida que crecen sus partes mueren o engruesan y pueden quebrarse por su peso o ligaduras mal conectadas.
Lo mejor es prevenir y plantar el árbol a cierta distancia para minimizar daños con su raíz, ramas o copa.

Los árboles muertos son preferidos por las aves
Bueno, la falta de follaje facilita el arborizaje de las aves, pero lo mismo ofrece un árbol caducifolio.
Las aves toman el sol en las ramas pelonas y se protegen del sol con el follaje, según sea el caso.
Sin embargo, por si las dudas, al podar ramas muertas hay que dejar una o dos para las aves.
La fortaleza del árbol está en su corazón
Los árboles no tienen corazón, pero el árbol desarrolla madera joven y madera madura. La primera tiene fibras con paredes delgadas y grandes cavidades que se van llenando de extractivos que le dan mayor rigidez al tronco para ir sosteniendo su ramaje a medida que desarrolla.
La estructura anatómica y fisiológica del árbol es heredable y su vigor lo determina la combinación de genes parentales.

Rellenar las cavidades de un árbol viejo le da más resistencia
Los huecos dentro del árbol viejo son parte de su fisonomía de la senectud, aunque a veces son provocados.
El rellenar con cemento y tabiques una cavidad no vigoriza su estructura aunque peligrosamente lo rigidiza.
A veces el tapar las cavidades acelera la pudrición y la muerte del árbol
Las heridas al descubierto sanan mejor.
La cirugía del árbol es lo máximo
El raspado de costras, quemaduras y tejido muerto dentro de una cavidad es práctico siempre y cuando no se destruyan las barreras fisiológicas de protección del árbol.
Si el raspado penetra hasta el fondo del tejido vivo el árbol puede morir sin remedio.
Los árboles sanan solos
Los árboles no pueden sanar una herida, por lo que reponen tejido nuevo en otra parte. Se dice que la poda para elevar la copa estimula el crecimiento, lo que pasa es que el árbol repone más arriba el tejido perdido abajo. Los animales sanan porque regeneran tejido nuevo y cierran sus heridas en el sitio de origen. Un árbol aisla su herida a través de una compartimentalización; proceso que forma una barrera protectora de células para detener el avance del deterioro. La herida puede estar abierta, pero aislada y no se contamina el tejido vivo (Shigo, 1993).

Si está publicado debe ser cierto
La verdad es transitoria y evoluciona con el conocimiento. No todo lo que está en los libros es correcto y menos lo que está en los diarios. Si no sabemos hay que buscar el consejo de un experto arboricultor, de lo contrario hay que usar el sentido común.
La Arboricultura en las grandes ciudades es un servicio más que recibe el ciudadano del gobierno de la ciudad, como el suministro de agua y la recolección de la basura, porque las áreas verdes son parte de los derechos del habitante urbano.
La Arboricultura tiene enormes beneficios tangibles e intangibles para la ecología urbana y la comunidad se beneficia de la interacción de todos estos valores. En el capítulo de los beneficios del árbol se detallan los valores principales del árbol y los bosques, así como el impacto que tienen en la ciudad y en la ecología del planeta. El árbol es parte de la cultura social y económica del hombre y es vital para la sobrevivencia de miles de especies que crecen asociadas o dependen de ellos.
Las siempre discutidas podas
La poda natural es un proceso desarrollado por el árbol para balancear su sistema fisiológico y corregir los daños de tipo físico y mecánico sufridos por el ambiente. Los árboles en el bosque se autopodan y desarrollan sus partes de acuerdo al espacio que tienen disponible. Tal vez al hombre le parezca poco estético ver ramas quebradas, rotas, secas o desgarradas en el bosque, pero eso es normal en los árboles. Ellos curan sus heridas a través de un proceso de aislamiento de los tejidos afectados por una barrera celular, para que el contacto del tejido Este proceso se le conoce como compartimentación (Shigo, 1991), algo que sólo los árboles tienen; por eso podemos ver un árbol con pudriciones y cavidades en el tronco por muchos años, sin un aparente debilitamiento o declinación del árbol
La poda artificial es la que el hombre le aplica al árbol con un propósito definido. Esta práctica es tan antigua como la sedentarización del hombre primitivo. dañado no contamine al tejido sano.

Se cree que la poda se empezó a practicar para estimular rebrotes tiernos para forraje, hacer leña con las ramas y eventualmente para estimular mayor producción de frutos. Ya en la Mesopotamia, más de mil años antes de Cristo se practicaba la poda de árboles según los registros antropológicos, pero el Rey Nabucodonosor II, medio siglo después debió haber utilizado la poda en sus jardines colgantes de Babilonia, para lograr la majestuosidad de tal maravilla del mundo antiguo.
Los mejores registros sobre poda en árboles se tienen en los palacios imperiales del oriente y en el Imperio Romano y después en las Monarquías europeas, con el advenimiento de los palacios medievales, en sus enormes y bellos jardines moriscos, barrocos, ingleses y mediterráneos.
Existen árboles con formas estructurales distintas, las coníferas tienen forma cónica con un tallo central dominante sobre las ramas laterales que salen de él en forma de verticilos y se les conoce como árboles excurrentes o monopódicos.
Los árboles como todas las plantas, se clasifican de acuerdo al Código Internacional de Nomenclatura Botánica. Todos los árboles tienen un nombre común y otro científico, el primero puede cambiar dependiendo de la región donde crezca, pero el nombre técnico o científico es invariable, se escribe en latín y debe ser reconocido en cualquier idioma y país donde se encuentre el árbol.

Los principios de la poda
La poda se define como la corta selectiva de las partes del árbol con un propósito definido.
Normalmente se podan las ramas y las raíces, pero hay otras prácticas de remoción parecidas en hojas, flores y frutos, para mejorar la producción en los frutales, que también le llaman podas.
La poda es una actividad costosa y delicada. Es una combinación de arte con técnica, basado en el conocimiento biológico del árbol.
El cultivo adecuado de un árbol en el jardín conlleva un principio filosófico, ético y cultural, que vincula al hombre con la naturaleza, ya que somos los responsables de poner el árbol en un sitio artificial, distinto al del bosque natural.
Los árboles responden a las podas de acuerdo a su edad, fisiología, fortaleza y estacionalidad.
Por esta razón, existe una época más idónea para podar cada especie, dependiendo de su sitio de plantación y objetivos de su desarrollo, dentro del contexto paisajístico.
Razones para podar los árboles
La poda se hace por cinco razones principales: Saneamiento,
Estética,
Seguridad,
Producción
Calidad.
La mayor prioridad se da a la poda de seguridad, después a la de saneamiento y al final a las otras tres.

Poda de saneamiento
Este tipo de poda tiene diversas connotaciones y se aplica a tejido vivo o muerto. La poda de ramas muertas es el primer paso que se da al iniciar la poda de un árbol o arbusto, sin importar su tamaño.
Es recomendable podar todas las ramas muertas (secas) o moribundas con la técnica correcta de cortes y retiro del material vegetativo, para minimizar los daños a la copa.
Se pueden dejar una o dos ramas secas en la parte superior de la copa para asoleadero de aves en algunos casos.
Las podas en tejido vivo se aplican a ramas quebradas, desgarradas, muñones dejados por ramas rotas, ramas entrelazadas, ramas puenteadas, horquillas débiles y con corteza hendida, ramas infestadas, etc., con la finalidad de sanear la copa y prevenir futuros problemas.
Las podas de saneamiento o sanitarias tienen como objetivo el vigorizar la copa del árbol al eliminar la carga que tiene, por mantener ramas inutilizadas o que representan un riesgo de cerrar demasiado la copa y evitar el paso de los rayos solares y del viento.

Poda estética
Esta no puede practicarse sin talento artístico, ya que la poda estética es una verdadera combinación de técnica científica y aptitudes artísticas. La poda estética o artística se practica en árboles y arbustos públicos y privados. La apariencia del árbol es la meta de esta poda, no sólo individual sino en conjunto, determinará el cuadro artístico del podador paisajista. Los tipos de poda estética incluyen los topiarios (figuras de animales o geométricas), los abanicos (sobre las paredes o espalderas de madera), los recortes (redondeo de la copa individual o formando túneles poliédricos continuos con la copa de árboles alineados; recortes cilíndrico o cónico, como árbolitos de navidad) y los setos (trapecios formados con todo el arbusto desde el suelo, puede ser ondulado, recto y continuo o interrumpido.
Poda de seguridad
Este tipo de poda es la más preocupante y debe ser impostergable por los altos riesgos que representa Esta poda se aplica a ramas muy bajas que obstruyan la visibilidad, ramas colgadas o inclinadas sobre techos, cables conductores, banquetas, camellones, arroyo vehicular; ramas tapando señales de tránsito o tapando la visibilidad de un inmueble y también se aplica a las ramas superiores de la copa para que no alcancen las líneas de energía eléctrica
Las podas de seguridad son las más comunes en el arbolado urbano y pueden reducirse considerablemente con buenas prácticas de plantación del árbol. Las podas de seguridad también son las más peligrosas y debe contratarse a expertos para su ejecución.
A veces, una poda excesiva es necesaria para minimizar riesgos, lo que puede convertirse en derribo total del árbol y el mejor juicio debe de prevalecer, para darle una muerte digna al árbol, sea este joven o decrépito.

Podas continuas del árbol joven y recién plantado
Las normas de poda de árboles de la Sociedad Internacional de Arboricultura (ISA, por sus siglas en inglés) establecen que si el árbol correcto es plantado en el lugar correcto y se le da buen mantenimiento, ese árbol requerirá pocas podas cuando sea adulto (Brennan, 1996).
En realidad, atrás del árbol correcto existen varias podas en el vivero, sobre todo en los árboles de sombra.
Las coníferas requieren menos podas que las latifoliadas, pero cuando se plantan fuera de su hábitat natural a veces modifican sus hábitos de crecimiento y crecen más rápido con fertiirrigación, sus entrenudos son más largos, etc. por lo que tenemos que podarlos para formar su estructura básica de ramas que conformarán su copa definitiva. La mayoría de latifoliadas necesitan podas frecuentes en el vivero, sobre todo para elevar su copa.
En una conífera se aplica poda de despunte para equilibrar la copa, pero en latifoliadas para sombra se podan ramas quebradas, entrelazadas, sobrepuestas, brotes de agua, ramas muy bajas o codominantes, dejando una sola rama líder.

Un árbol joven debe podarse para definir el desarrollo de su tronco y la estructura foliar). Se recomienda no podar más de un tercio de su copa, aunque los árboles jóvenes de algunas especies resienten menos las podas de mayor intensidad.
También se deben mantener ramas temporales y definir las ramas permanentes después de los 2 m de altura para árboles de sombra. Las ramas temporales a lo largo del tallo lo protegen de insolación y ayudan en la fotosíntesis. Es recomendable favorecer el desarrollo de un solo tallo con su yema terminal original, pero a veces éste debe podarse para equilibrar la copa. También se deben podar las ramas epicórmicas o brotes adventicios desde el vivero, así como todas las ramas con ángulo muy estrecho, siempre manteniendo una estructura básica de la copa.
A medida que el árbol joven rebasa los 3 a 4 m de alto, sus demandas de poda se van reduciendo y al llegar a adulto sólo se le aplican podas correctivas, dependiendo del sitio de plantación que le toque.

Tipos de poda en árboles adultos
Los árboles adultos ya maduros requieren podas de formación, más que estructurales, para mantenerse libres de ramas secas, muy pesadas y aligerar su copa para que filtre el aire mejor y penetre más luz a la copa, para que mantenga su crecimiento continuo. Los tipos de podas que requiere un árbol maduro son: saneamiento, aclareo de ramas, elevación de la copa, reducción de copa, restauración de la copa, poda direccional o lateral de copa para despejar cables de energía eléctrica o dar visibilidad a objetos específicos.
Poda de elevación de copa o refaldado
Este tipo de poda también es conocida como refaldado y se aplica en árboles y arbustos desde jóvenes, sobre todo en aquellas especies que tienen la tendencia a emitir brotes en el tronco, ramas inferiores o rebrotes desde el cuello radicular. Lo más común es usar poda basal para elevar la copa del árbol joven y mantener limpio el fuste. Este tipo de poda es para árboles de sombra o de alineación en calles y avenidas, donde las ramas deben tener una altura de 3 a 4 m para librar el paso peatonal y del tráfico automovilistico…
En algunos arbustos de tallos múltiples desde la base, se le debe podar los tallos más viejos en forma continua para mantenerlo vigoroso. La mayoría de las coníferas que se podan del fuste no regeneran verticilos nuevos en el tallo, por lo que debemos estar seguros al ejecutar la poda para no arruinar el árbol.
La poda basal es utilizada para convertir arbustos en pequeños árboles en sitios donde no cabría un árbol grande…

Poda de reducción de copa
Este tipo de poda es el más utilizado en árboles adultos. Ciertamente los árboles en el bosque desarrollan mayor altura y menos amplitud de copa que en el medio urbano, debido a la competencia por espacio y luz con los demás árboles.
Igual podemos observar que algunos árboles plantados entre edificios cercanos y altos, crecerán muy altos y esbeltos buscando la luz arriba. Las podas para rebajar o reducir la copa son ocasionales cada tres a cinco años y los árboles mantendrán su apariencia normal.
Existen varias técnicas de poda para achicar o reducir la copa: descopado (desmoche), rasurado, candelabro (pollarding) y rebajar a la horqueta.
La poda de descopado es muy drástica y consiste en eliminar la copa completa dejando el tallo como un poste. Esta práctica es ofensiva y grotesca, sin la mínima consideración ni respeto al árbol. Aunque algunos árboles logran sobrevivir esta mutilación, su apariencia jamás será igual después. La mayoría de las coníferas mueren con esta poda, sobre todo si ya no tienen ramas inferiores.
El descopado de un árbol elimina su mecanismo de defensa y le causa una descompensación brutal con su sistema radicular. Una variante del descopado es recortar todas las ramas laterales a corta distancia del tronco principal dejando medios brazos
En ambos casos, la reacción del árbol es emitir multitud de rebrotes débilmente conectados y de rápido desarrollo, buscando inútilmente restaurar el balance perdido entre copa y raíz a la brevedad posible.
Poda de aclareo de copa
Este tipo de poda consiste en eliminar las ramas laterales a partir del punto de unión con el tallo principal. También se le conoce como raleo de copa y el propósito es que deje fluir mejor el aire entre las ramas, sin perder la configuración o estructura o forma de árbol. El paso del aire y la luz solar a las ramas interiores favorece la rebrotación de hojas necesarias para la fotosíntesis y vigorización del árbol. También ayuda a filtrar más luz para otras especies del estrato inferior en los jardines.
La diferencia con la práctica de poda de rebaje hasta la horquilla, es que el aclareo de copa no necesariamente elimina las ramas líderes o mayores, sino las más próximas y en mala posición; ramas muy pesadas, entrelazadas, sobrepuestas, causando una saturación con ramas muy tupidas. Esta poda de aclareo de copa es muy recomendable en frutales, forestales y ornamentales, tanto arbustos como árboles, pero se aplica más en latifoliadas que en coníferas.

El aclareo de la copa se hace todo el tiempo desde que el árbol es joven, se podan las ramas más obvias y fáciles para ir dejando espacio a las más peligrosas, sin perder de vista las ramas estructurales permanentes que dejaremos al árbol.
Lo mejor es no podar más del treinta por ciento de las ramas en cada actuación, cuidando que las ramas queden bien espaciadas y libres para que fluya el viento y se vigoricen con el movimiento.
Cuando se están entresacando laterales en una rama mayor se debe hacer un esfuerzo para retener bien espaciadas las ramas laterales internas con follaje. Debe tenerse cuidado de no crear una cola de león, la cual es causada al podar todas las ramillas a lo largo de una rama hasta poco antes de llegar a su punta. Esto puede causarle quemaduras del sol al exponer la corteza o provocar la emisión de retoños de agua, doblado de la rama al concentrar más peso el año siguiente y hasta una quebradura, dependiendo de la especie.

Poda de limpieza de copa
Este tipo de poda se realiza en árboles adultos que tienen ramas en mala posición o en condiciones indeseables. Puede hacerse para prevención o combate de plagas y de la declinación del árbol. Se podan las ramas muertas, marchitas o moribundas, quebradas, rotas y estranguladas, cruzadas o sobrepuestas, así como los brotes y ramas con uniones débiles
Aquí se incluyen los árboles dañados por tormentas, rayos y el fuego, debiendo eliminar todas las ramas afectadas por estos percances.
La limpieza de copa puede convertirse en una poda erradicativa, sobre todo para sanear ramas enfermas con tumores o royas
En un árbol adulto podría podarse hasta la mitad de la copa, saneando ramas muertas y vivas, después habría que analizar si resulta mejor derribar el árbol y plantar uno nuevo y sin problemas iniciales.

Podas de restauración de copa
Las podas para restaurar la copa de los árboles se aplica en todos los casos en que un árbol ha perdido su forma natural por causas ajenas o factores externos, árboles dominados por largo tiempo, árboles mal podados y hasta dañados por el viento, causándoles desprendimiento parcial de las ramas. La poda se aplica con una visión de recuperar la forma perdida de la copa y a veces puede llegarse a reducir el tamaño del árbol para restaurar su apariencia normal.
Si el árbol está muy deteriorado, se deben practicar podas sucesivas en varios años, para no destruir el sistema defensivo del árbol al podarle todo en un solo evento. Se seleccionan de uno a tres retoños en los tocones de las ramas mayores para formar una apariencia natural en la copa.
Los retoños más vigorosos tal vez necesiten ser entresacados, cortados hasta laterales para controlar el crecimiento de la longitud, o para asegurar una atadura adecuada para el tamaño del retoño.

Poda alrededor de cables de servicios públicos
Los podadores que liberen cables de servicios públicos deben estar capacitados para trabajar alrededor de conductores de alto voltaje. Nunca las recomendaciones deben tener prioridad sobre las prácticas de trabajo seguras. La poda alrededor de cables eléctricos puede variar en áreas urbanas y rurales. La calidad de cuidado dado a un árbol debe ser balanceado con el ambiente del paisaje. La presión pública en algunas áreas puede requerir que se dejen más ramas adentro de la copa, las cuales pueden potencialmente contactar al conductor.
Esta práctica va a ser más costosa ya que requiere de podas más frecuentes. Todos los árboles deben ser cuidadosamente examinados para identificar problemas estructurales, antes de trepar. El Acta Ocupacional de Seguridad y Salud de los Estados Unidos (OSHA) y el Instituto Nacional Americano de Normas (ANSI), han establecido las distancias mínimas aproximadas que deben mantener los trabajadores de los árboles y los conductores eléctricos (ANSI.Z133,1994).

Cortes correctos e incorrectos
La clave de un buen corte está en ubicar el ángulo correcto y hacerlo con una herramienta bien afilada. El corte debe ser limpio y uniforme, sin dejar residuos o desgarres de tejido. La unión entre el tallo y sus ramas varía en cada caso y puede ser débil o fuerte, dependiendo del ángulo de inserción de la rama: ángulo cerrado es más débil que ángulo abierto, debido a que la corteza de la rama y la del tallo no sellan y se mantienen aisladas, aunque comprimidas, ésta corteza forma una costilla inclinada a la mitad del ángulo entre el tallo y la rama que se le denomina costilla inclinada de corteza abultada de la rama.
El corte perfecto es aquel que extirpa el tejido de la rama sin dañar el del tallo, protegiendo así el mecanismo de defensa del árbol. La mejor indicación del corte perfecto es la ausencia de pudrición en el tallo y el sellado rápido y efectivo del corte.

Bomberos
Los bomberos deben recibir capacitación permanente en el manejo de herramientas y equipos especiales para poda y derribo de árboles, así como de los principios básicos del árbol, la diversidad de especies, su estructura y función, la resistencia de sus ramas, flamabilidad del follaje verde y seco, las técnicas de poda, tipos de cortes y las técnicas de derribo y tratamiento a los residuos forestales.
Sus intervenciones en causas urgentes pueden destrozar muchos árboles.
La enorme ventaja de los bomberos en las tareas de emergencia con árboles es la disponibilidad de equipos para escalar alto y alcanzar la copa, hachas y motosierras para los cortes y derribo en caso necesario.
Sin embargo, no debemos esperar que los bomberos sean expertos podadores.
Sus intervenciones deben ser realizadas en evitación de accidentes pero dentro de las reglas del arte de la poda de los arboles ornamentales.

? A que responde la estructura de un árbol ¿
Antes se creía que la estructura de un árbol era la que se le confería con la poda.
Ahora, sabemos que las diferentes especies de árboles parten de un modelo estructural propio determinado genéticamente.
Por tanto las diferentes especies tendrán diferentes respuestas.
Esto es de sobras conocido por los profesionales ,ahora tienen una base donde sustentarse.
El conocimiento de las diferentes correlaciones de crecimiento que ordenan la estructura en cada etapa, nos permiten orientar las técnicas de poda.
Si una de las podas es la de contener el volumen del árbol, observando las diferentes etapas de su desarrollo, podemos encontrar la respuesta.
Si conseguimos llevar el árbol a su etapa madura, no será necesaria ninguna intervención para mantener su volumen.

La poda por etapas
Etapa juvenil.-Poda de formación Reequilibrar ramas
Etapa adulta.-Poda de selección. Seleccionar ramas estructurales.
Etapa madura.-Poda de mantenimiento Eliminar ramas debilitadas y secas
Etapa senescente.-Poda de reducción Eliminar ramas secas y reducir carga de las débiles.
Atenciones en las podas
Madera muerta.-La madera muerta no es “ negociable “.Debe ser retirada inmediatamente.
Uniones débiles de ramas.-Situación de peligro de fractura.
Pudriciones.-La presencia de pudriciones puede ocasionar fracturas. Evaluar la seguridad.
Grietas.-Hendiduras en el árbol que indican senescencia del árbol.

Tradiciones populares
La cultura popular va muy ligada al recuerdo de las tradiciones agrícolas o al ambiente rural, donde las costumbres de la explotación y gestión del arbolado hacen que se trate de una obtención de recursos para la conseguir maderas, frutas y energía.
Consecuencias de las podas mal ejecutadas
Las agresiones que se realizan en el arbolado viario, ocultan las consecuencias nefastas que se manifiestan años más tarde.
Por ignorancia en muchas ocasiones las podas aceleran la senescencia de los árboles, haciéndolos más inseguros.
En principio los árboles son elementos seguros.
Pero pueden pasar a no serlo con una gestión incorrecta.
La poda no responde a una necesidad del árbol, sino que responde a reducir las situaciones de saneamiento o riesgo de fractura de algunas ramas y consecuentemente aumentar la seguridad ciudadana.

Determinación de bases comunes.
Se disponen de los conocimientos necesarios para establecer unas bases comunes a las técnicas de poda del arbolado viario.
Hemos de exigir que las Administraciones consideren a sus profesionales dentro de sus instituciones en los proyectos de gestión del arbolado urbano.
Son necesarios recursos para promocionar campañas de divulgación que tengan como objetivo educar al ciudadano en el conocimiento y el respeto al arbolado viario, así como las razones de su poda y su abatimiento en algunos casos.
Vivimos en ciudades en las que la calle y el espacio público son muy utilizados por el ciudadano durante todo el año y requieren espacios sombreados en verano y soleados en invierno.
Ciudades densas, acerados estrechos donde confluyen múltiples factores, comercios badenes, mobiliario urbano y con viviendas y balcones que dan a la calle.
Ampliarlo, mejorarlo y divulgarlo los árboles os lo agradecerán.
Textos y fotografias bajadas de Internet
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