Charles Jencks.-Cells of life at Jupiter Artland.-                                                             Charles Jencks’ Landform at the Scottish National Gallery of Modern Art

Los parques y jardines han evolucionado a lo largo de la historia del hombre adaptándose en cada momento al uso que eran destinados, así como al carácter y la idiosincrasia del grupo humano por el que y para el cual fueron creados.

La concentración de la población en zonas metropolitanas y el despoblamiento acusado de zonas rurales, ha creado grandes desequilibrios territoriales que han agravado los problemas medioambientales y su relación con el entorno.

En algunas zonas turísticas la población de hecho llega a triplicarse debido a la afluencia veraniega o el acusado desarrollo de las conocidas como ciudades dormitorio. Las previsiones demográficas para este siglo son de reducción de la población, sin embargo, las migraciones desde núcleos rurales a núcleos urbanos continuarán, ampliándose con la llegada de inmigrantes de otros países.

La ciudad tradicional ha sido de poblamiento denso, heterogénea en cada barrio con áreas compactas, sin embargo esta compacticidad se ha roto con el desarrollo en las últimas décadas de urbanizaciones discontinuas con la ocupación extensiva del territorio y la congestión en áreas centrales, un gran aumento de la movilidad y longitud de desplazamientos, la congestión de tráfico, el aumento de consumo de energía y agua, la mayor producción de residuos, etc… y la degradación de los espacios naturales…

Las grandes ciudades y muchos pueblos han consumido más suelo en los últimos 40 años que en toda su historia anterior.

Los procesos históricos de urbanización y desarrollo han producido y están produciendo fuertes impactos ambientales en los sistemas naturales. Aunque se está actuando en materia de medio ambiente, son escasas las estrategias adoptadas de cooperación con visión de futuro.

Por otra parte no podemos olvidar, en líneas generales, unos hechos que son evidentes: la precarización generalizada del mercado de trabajo, sus dificultades de acceso, principalmente de los jóvenes, el envejecimiento de la población, el descenso de la fecundidad, la incorporación de grupos étnicos poco integrados en la vida de la ciudad, el incremento de la marginación, el amplio desarrollo de la economía de la delincuencia ligada al tráfico de drogas, las formas chapuceras de economía, ventas ambulantes, contrataciones informales y otras muchas más que son la base de gran parte de la pobreza, marginalidad y delincuencia de la actual sociedad que se manifiesta en mayor grado en las ciudades y de la que no escapan los parques y áreas verdes.

 

Alain Provost.-The Thames Barrier en Londres

Qué duda cabe que, a esta sociedad, con problemas específicos distintos a los que a lo largo de la historia han venido produciéndose debe darles respuestas.

No creo que sea solo de una ciudad el problema de las movidas, también en las zonas verdes. Ahora, so pretexto del «ambiente nocturno», un sector juvenil noctámbulo toma por asalto las zonas verdes para sus «botellonas». Hielo, cerveza, alcohol y una animada conversación, que dura hasta la madrugada, congrega esta «movida» en los espacios en la penumbra, generalmente en climas benignos en los parques y jardines públicos durante casi todo el año. La fuerte música apaga la voz del jardín, que no pasa de ser un pretexto, un punto de encuentro. La mañana siguiente se ilumina con un paisaje desolador de bolsas de hielo, latas de refrescos, botellones de cerveza, vermouth, ginebra, whisky, multitud de vasos de plástico y cartones. Son los peores usuarios de la zona porque sólo buscan un lugar de reunión y en grupo son capaces de arrasar este equilibrio sutil entre cultura y naturaleza.

Se han querido, en los últimos años, buscar soluciones a estos problemas con intentos de actuaciones específicas cuyos resultados han sido irregulares.

Los responsables del urbanismo municipal estaban empeñados en construir las nuevas plazas de la ciudad bajo unas características arquitectónicas perfectamente definidas.

La mayoría de las plazas terminadas en esta época eran calificadas de «duras».

Se defendían los técnicos como que «se encuentran dentro de la línea de vanguardia más avanzada de la actualidad». Con este juicio se pretendía defender la calidad de su diseño.

Coincidían en el criterio de que «estas plazas estaban hechas para soportar el desgaste que sufren normalmente con la presencia de las personas que habitualmente acuden a ellas: niños y ancianos en especial», pero…

Que van a durar parece fuera de toda duda.

Una razón objetiva que avala esta afirmación es que son muy poco frecuentadas. El implacable sol, la falta de sitios para resguardarse, a veces la dificultad de acceso, etc.… no constituyen un aliciente o invitación a permanecer en ellas. Algunos de los argumentos con que se defienden los técnicos y políticos municipales es que se han construido respetando los criterios de los ciudadanos o propios vecinos del lugar en que posiblemente nunca hayan sido consultados…

Aceptando que se integran dentro de una línea urbanística vanguardista, las losas colocadas como pavimento, la ausencia de arbolado, la carencia de fuentes, no obedece obviamente a diseños presentados por los ciudadanos o peticiones de éstos cuya participación ha sido nula.

Olympic Park in London.-Queen Elizabeth.-

A la hora de las críticas, nadie quiere aceptar la responsabilidad del probable, y en algunos casos cierto, desaguisado arquitectónico que perdurará muchos años, desgraciadamente.

Las plazas fueron víctimas de la «manía del cemento y la dureza».

¿De qué puede servir tener unas plazas hechas para durar si el ciudadano, a quien deben servir, no las frecuenta porque no se siente a gusto?

Hablar de una política de recuperación de espacios urbanos sin mencionar los ejes fundamentales de la política urbanística se hace difícil.

La reconstrucción y revitalización de la ciudad ha sido y es uno de los objetivos fundamentales de cualquier equipo de gobierno. Este objetivo pasa por hacer más habitables nuestros centros históricos y conseguir una mejora de la calidad de vida en los barrios.

El protagonismo de la ordenación urbanística se concreta en la política de los Planes Especiales de análisis de detalle de cada barrio, que se materializa en la realización de proyectos urbanos.

Los proyectos de detalle deberán de satisfacer las demandas y las características propias de cada barrio, su ordenación viaria, política de aparcamientos, reordenación del transporte público, política de vivienda, que son ejes que acaban conformando esta ciudad del futuro que todos deseamos.

El espacio público debe aumentar la superficie para peatones recuperando calles y espacios incontrolados o utilizados indebidamente para la circulación, aparcamiento u otros fines no peatonales.

Debe primar el uso social de estos espacios, procurando que no sean sólo zonas para «mirar», sino para «utilizar», lo que hace necesario que haya espacios de usos múltiples flexibles para cualquier manifestación ya sea deportiva, cultural o asociativa.

En muchas ocasiones las demandas de los vecinos se orientan sobre «zonas verdes», es decir zonas de pavimentos blandos con abundante vegetación y con elementos tradicionales de mobiliario urbano, funciones que a veces no son resolubles en espacios de pequeña dimensión y centralidad, son lugares de encuentro para funciones colectivas, manifestaciones culturales, espectáculos, mítines, etc… De aquí que su piso deba ser «duro», característica fundamental de los cascos históricos.

Las plazas «duras» nacieron en Barcelona, ciudad de vanguardia en muchas facetas entre ellas el urbanismo. La cultura avanza y el urbanismo es cultura.

Durante demasiados años los arquitectos de este país han gozado de pocas oportunidades para ejercitar sus conocimientos en la creación de plazas y jardines. Un vacío producido por esta carencia de «cultura del espacio público» no impidió que, en una experiencia sin precedentes, desde 1981 a 1983, se crearán más de cuarenta plazas y una quincena de jardines de la mano de arquitectos barceloneses de reconocido prestigio.

De esta experiencia, forjada a través de contratos directos y por ello muy criticada, surgieron muchos espacios ganados por la ciudad. Parque de L’Escorxador, Plaza de Soller, Plaza de la Estación de Sans, Plaza Real, Plaza de la Palmera… así como la remodelación de pequeños espacios en el casco antiguo y algunos puntos muy concretos de los barrios.

BCN.-Plaça dels Paissos Catalans.-Sants.

Los «urbanitas», los acérrimos partidarios de la ciudad como único cuadro ambiental civilizado, hacen frente a ataques de muy diversa procedencia, por una parte, el de los «ruralistas» y por otra el de los «vialistas».

«Ruralizar la ciudad» ha sido una desgraciada afirmación programática acompañada a menudo por una paralela «urbanizar lo rural», que con intenciones diversas aparece a lo largo de toda una línea histórica del urbanismo.

«Ruralizar» en estos contextos significa llevar a la ciudad una aproximación a la «sana» y natural estructura física y consecuentemente social del campo, es decir «disimular» los pretendidos defectos de la vida urbana.

Con esta ideología se ha logrado suburbializar, es decir hacer suburbanos -menos urbanos- muchos sectores nuevos de nuestras ciudades, que fueron concebidos como construcciones aisladas en medio de unos parajes verdes que nunca existieron y que han acabado siendo unos monstruos impersonales, sin ningún parentesco con la tradición urbana, ni la tradición rural.

Frente al slogan de «ruralizar la ciudad», los urbanitas esgrimían el de urbanizar la ciudad. Es decir, rehacer los elementos típicamente urbanos: la calle, la plaza, el jardín, en estos sectores donde la ciudad «pierde su nombre».

Si paralelamente se hubiera adoptado el también negativo slogan «ruralizar y no urbanizar lo rural», no hubiéramos arruinado tantos paisajes naturales con el tristísimo instrumento de las mal llamadas urbanizaciones.

Otro depredador nato de la ciudad son los «vialistas», enemigos más solapados, que pretenden resolver los problemas urbanos sin negar la ciudad, pero despreciando o ignorando los reales entresijos de su estructura.

Se han crucificado muchos barrios con vías rápidas con criterios que proceden de carreteras y autopistas y no el análisis de las reales estructuras físicas y sociales de los barrios afectados.

Es decir, con criterios de «desurbanización».

Los viales constituyen unas barreras insalvables, ruidosas, puntos de acumulación de tráfico que deshomogeneizan la ciudad y destruyen la integridad social de los barrios sin resolver los problemas circulatorios, ya que únicamente canalizan.

La creación de estas «autopistas-urbanas», por sus enormes costes, han provocado el retraso o abandono del mejoramiento de las redes urbanas existentes que en muchos casos podrían haber resuelto el problema. En muchos casos los viales planificados han creado una tremenda degradación de las barriadas afectadas, ya que con la prohibición de edificar y transformar se frena la propia dinámica de rehabilitación y se colapsa físicamente el sector.

Son las «nuevas murallas» de la ciudad, la conversión en autovía anula cualquier posibilidad de circulación peatonal. Hemos puesto en evidencia ocupaciones ilegales, barriadas clandestinas, vertederos de escombros, etc.… en grandes sectores.

Los problemas de la ciudad -que evidentemente los tiene- no se resuelven con mentalidad antiurbana, la ciudad no es un instrumento para ser circulado, sino para ser vivido con unidades urbanísticas a escala y tamaño accesibles, con soluciones eficaces, considerando los barrios como unidades indestructibles de lo urbano, una ciudad coherente que resuelva sus grandes problemas a partir de sus posibilidades, analizando en su autonomía el espacio público ordenado.

Sólo así los «urbanitas» de vocación volverán a ser felices viviendo sobre la piedra y el asfalto, bajo los ordenados árboles del jardín y sentados en los bancos de la plaza sin la avasalladora prioridad de la máquina circulatoria, pero al mismo tiempo, lejos de una ruralidad peligrosamente artificial.

High Line New York.-

Hemos de ser conscientes de que los procesos de degradación nos afectan a todos y en todas partes, hemos de tomar conciencia de las posibles soluciones a adoptar para generar un mejor nivel de vida, sin hipotecar los recursos para las futuras generaciones.

Debemos de comprender y hacer comprender que las ciudades como están planteadas hoy en día tienen efectos depredadores sobre el planeta y su propia subsistencia, la ocupación del territorio, el consumo del agua, de energía, la producción de residuos, el transporte, la degradación de la naturaleza, son problemas que crecen de forma alarmante.

Medio ambiente, calidad de vida, biodiversidad, sostenibilidad, etc.… son palabras de difícil definición sino son entendidas como procesos inteligentes de lucha contra los problemas medioambientales; no son discursos teóricos, ni dogmas, ni fórmulas mágicas; y en los que nosotros los ciudadanos tenemos mucho que decir.

El ansia urbanizadora de los gestores del territorio, catalizados por los grupos de presión de la construcción y las entidades financieras, refleja una gran falta de sensibilidad y desconocimiento de los ecosistemas, ya sean locales, regionales o globales.

Las decisiones sobre medidas que afectan al medio ambiente se toman como actividades sectoriales, sin analizar los impactos que éstas producen en otras áreas.

Debemos concebir las ciudades como ecosistemas, los ecosistemas son comunidades de viviendas en los que habitan organismos vivos entre los que predomina el ser humano; ocupan un medio físico que se va transformando a resultas de una actividad interna y funciona a base de intercambios de energía, materia e información. El sistema no puede sobrepasar su capacidad de carga, ni la población máxima que pueda soportar indefinidamente el hábitat sin perjudicar la productividad del ecosistema en el que nos asentamos.

Pero la ciudad, no debemos olvidarlo, desde una perspectiva local es también fuente de riqueza, civilización y cultura, productora de bienes y cultura para las personas.

La ciudad no se constituye de espacios homogéneos, sino que dentro de ellos conviven individuos que se enfrentan a condiciones muy dispares. La ciudad se fragmenta en barrios ricos y barrios pobres aislados entre sí.

La ciudad es el lugar donde se concentran la mayor parte de los problemas medio ambientales.

La sostenibilidad de nuestras ciudades depende en primer lugar de nuestra propia acción, una acción solvente que debe ser dotada de recursos, de recursos económicos y, sobre todo, de autoridad moral y legal para poder llevarla a cabo.

Chicago.-Millenium Park,.Lurie Garden.-Piet Outlof

PARTICIPACION CIUDADANA

La gestión de nuestras ciudades no puede desarrollada por antojos u oportunidades, la ciudad debe estar planificada, consensuada en su desarrollo, equilibrada en sus problemas y gestionada con políticas sostenibles.

La Constitución Española señala en su art. 45 «que todos tienen el derecho a disfrutar de un medio ambiente adecuado para el desarrollo de la persona…» no solo unos cuantos, así como el deber de conservarlo y que los poderes públicos velarán por la utilización nacional de todos los recursos naturales, con el fin de proteger y mejorar la calidad de vida y defender y restaurar el medio ambiente.

Siendo los ciudadanos los claros destinatarios de la gestión, es fundamental articular formas globales e integradoras de ver los problemas y proponer soluciones, será solo entonces cuando podremos tener diagnósticos equilibrados de lo urbano, lo natural, lo rural y estar en condiciones de proponer objetivos y formular políticas de actuación en el marco de la sostenibilidad con vocación de futuro.

La información y la participación en la educación del ciudadano con vistas a mejorar, la comprensión de problemas, y el concienciarlos de su resolución, es una de las facetas más importantes, así como una exigencia fundamental. La participación de éstos en la toma de decisiones a todos los niveles, con nuevas fórmulas en la evaluación de impactos y los mecanismos de adopción de soluciones es fundamental, ya que la mayoría de las veces afectan a las comunidades donde viven y trabajan.

Campañas de sensibilización para que los ciudadanos reconozcan y comprendan la importancia de la ordenación del suelo y sus recursos, así como el papel que los mismos pueden desempeñar al respecto son fundamentales, fomentando un sentido de responsabilidad personal con respecto al medio ambiente y una mayor motivación respecto a su desarrollo.

Si se asegura la participación del público, se favorece un apoyo continuado de las acciones que se lleven a cabo.

Es verdad que existe escasa cultura de participación ciudadana en el diseño de lo público, a nadie parece preocuparle, y menos aún a las distintas administraciones, que a veces lo justifican con acciones aisladas.

Parc-Catalunya-de-Sabadell Barcelona

Se anuncian por ley exposiciones públicas de proyectos que son irreconocibles o inidentificables, se anuncian con lenguaje tecnocrático poco asequible, con nombres burocráticos o administrativos (Zona TR-13- del P.P.RT-46 promovido por GUMASA S.A.). Es evidente que, con escasa información, incomprensible ésta por el ciudadano, éste ni participe, ni se movilice.

La participación es necesaria en todas las fases del proyecto, generalmente se conocen las planificaciones cuando ya han sido aprobadas con la única posibilidad para el ciudadano de protestar o recurrir ante los tribunales, todo ello complejo y caro.

El ocultismo y el secretismo no son buenos aliados de la gestión de sociedades democráticas, por el contrario, la información y la transparencia deben guiar la actividad pública, más donde se mueven muchos y poderosos intereses que tan relacionados están con los casos de corrupción.

PLANEAMIENTO FUTURO DE NUESTROS ESPACIOS VERDES

Serán en el planeamiento urbanístico donde se recojan las medidas dispositivas normativas y reguladoras de los sistemas de espacios libres y sus medidas de protección que deben ser objeto del desarrollo, con la redacción de un Plan Especial Verde para la ciudad.

Su principal objetivo debe ser propiciar que sus proyectos sean racionales, con una concepción unitaria en la planificación, el diseño, su carácter, la ejecución y su gestión.

La planificación exige que exista una programación coincidente. Un plan sin programa no es más que una declaración de intenciones.

Como objetivos principales se deben fijar:

  • Diseñar una trama verde integral intercomunicada entre sí.
  • Controlar y regular los espacios verdes privados mediante convenios.
  • Aumentar el valor del árbol en las plantaciones urbanas.
  • Adecuar las plantaciones con criterios paisajistas y estéticos.
  • Cuidar los espacios urbanos más atractivos.
  • Evitar tipologías de jardines que nos exijan un gran consumo de recursos.
  • Potenciar los aspectos naturales con utilización de plantas autóctonas.
  • Reciclar los residuos vegetales para producción de compost cerrando su ciclo biológico.
  • Gran respeto y protección de los elementos patrimoniales históricos ligados a la tradición, con valor cultural o de identidad y la utilización de elementos naturales como factores de diseño en el control del confort urbano y de los microclimas de cada espacio urbano.

Debemos reflexionar antes de actuar, independientemente de las presiones de los grupos políticos, económicos, culturales, hemos de evaluar las consecuencias sobre nuestro medio ambiente en cada una de nuestras actuaciones, es innegable que nuestras maneras de actuar, crear, mantener, tendrán múltiples incidencias sobre la calidad de vida de los ciudadanos.

La diferencia entre los jardines de antes, su mantenimiento y su conservación con los de ahora existe desde hace tiempo, cada jardín es un ecosistema propio que necesita una intervención diferente, pero las presiones políticas, económicas o las condiciones climáticas nos hacen actuar de distinta forma.

Si nos adentramos en lo que ocurre en Europa, nos daremos cuenta que se hacen notar fuertes reflexiones sobre la jardinería del futuro.

En Alemania, con corrientes políticas verdes activos, existe una gran voluntad de limitar los gastos públicos, en la zona norte de Europa: Noruega, Suecia, Dinamarca, la toma de conciencia del medio ambiente se erige como religión, en la zona mediterránea con sus particularidades climatológicas conducen a los responsables a muchas reflexiones sobre cómo actuar en las zonas verdes, cómo gestionarlas.

 

 

Madrid.- Rio Manzanares

¿Cómo abordar los problemas tan variables y aportar soluciones o informaciones que sean reproducibles en los distintos ámbitos de nuestra geografía?

Es imposible adoptar un núcleo único.

Sin embargo, hay algunos factores esenciales que influencian en los costos de mantenimiento y que deben ser tenidas en cuenta:

1º)          La superficie del espacio verde. Cuanto mayor sea la superficie, los costos serán más

bajos.

2º)          El sistema de mantenimiento

  1. a)                     Mantenimiento intensivo
  2. b)                     Mantenimiento extensivo
  3. c)                     Mantenimiento «ecológico» o de gestión diferenciada

3º)          La localización

  1. a)                   En el centro urbano
  2.  b)                  En la periferia
  3. c)                   Parques suburbanos o forestales

4º)          La dificultad del trabajo, los diseños complicados no son de recibo.

5º)          Las tasas de frecuentación, tipo de frecuentación, tipo de población, barrio.

6º)          La climatología

Para abordar a efectos prácticos la implementación de planes de gestión y ampliación de la red de espacios verdes, debe actuarse a varios niveles: primero el de la investigación, otro fundamental, el de la participación y concienciación del ciudadano y finalmente, el de la asunción de estrategias concretas de intervención dentro de una programación global, para así coordinar y desarrollar planes globales que articulen premisas, objetivos y estrategias de superación de obstáculos, en forma de programas viables operativa y económicamente, abrirnos paso al concepto de malla verde que supera a los convencionales cinturones verdes y que implica a todos los espacios verdes existentes y por crear, públicos o privados de la ciudad, los ordena, los conecta y trata de manera sistemática e integradora. La implementación de este concepto cobra la forma de rigurosos estudios de inventario y diagnóstico y la elaboración y puesta en práctica de un Plan Verde especial donde se recogen todos los instrumentos específicos, Ordenanzas, Normas y Especificaciones Técnicas, unido a extensos planes de Educación Ambiental.

Nos hace falta definir lo que podrán o deberán ser los espacios públicos verdes del futuro, que respondan a las necesidades de los ciudadanos, no sólo los que viven en la ciudad, sino los que acuden a trabajar o residen en los alrededores y los numerosos turistas que buscan igualmente sus atractivos.

¿Qué espacios verdes y dónde?

Los coeficientes de espacios verdes por habitante marcan ciertamente las grandes prioridades. Paliar insuficiencias en número y superficie no siempre es posible, muchos han sido creados donde la historia los ha situado, desarrollados donde la renovación urbana los ha posibilitado, en principio cerca de los usuarios potenciales, pero no siempre con capacidad de responder a las exigencias de éstos o a veces hasta contradictorias al uso deseado.

Pero esto no es solamente de hecho el tipo de espacios verdes que busca el usuario, si la elección no es posible, el resultado es de cierta frustración, no hace falta crear superficies que no sean frecuentadas, simplemente por el hecho de mejorar las estadísticas.

 

Sevilla.-Parque del Alamillo.-Quercus suber                                                                                    Parque del Alamillo.-Fraxinus excelsior

REFLEXIONES SOBRE LA JARDINERIA DEL FUTURO

  • Utilización plena y entera de la sensibilidad, el crecimiento, la cultura y la inteligencia del hombre a fin de no proseguir hacia la construcción de espacios estereotipados.
  • Voluntad de una modificación del aspecto paisajista de algunos de nuestros espacios acercándonos más a la ecología con incidencias no despreciables sobre la fauna, la flora y la interdependencia de la naturaleza con la ciudad.
  • Toma de conciencia de las dificultades económicas en las colectividades locales que ven que sus posibilidades económicas no crecen al ritmo de sus necesidades.
  • Integración de las nociones de evolución de la sociedad con un desarrollo de la civilización y el ocio, pero igualmente la noción indispensable de asegurar un trabajo a todos los hombres.

Desde hace algunos años la jardinería municipal viene siendo confiada a empresas de servicios para su mantenimiento, los equipos de jardineros de los servicios municipales son mantenidos para ciertas tareas específicas o zonas de particular atención, las tareas se reparten entre las tareas que ejecuta el personal propio y las que realizan las empresas privadas.

Toda actuación debe poseer la información precisa, su medición, sus instrucciones bien definidas, plazos de ejecución, frecuencias, etc.… precisando el Ayuntamiento para su control de personal cualificado y formado para estos menesteres que haga cumplir los pliegos de condiciones establecidos.

La gestión informatizada ha de ser un soporte técnico fundamental para el control de los trabajos de mantenimiento y el conocimiento de los trabajos ejecutados.

La gestión de los espacios verdes debe ser orientada hacia una gestión más respetuosa con el medio ambiente.

En Europa se ha pasado, en algunos casos por decisión ministerial, a la fase de «herbicidas prohibidos», los parques son mantenidos sin la aplicación del menor uso de herbicidas, funguicidas e insecticidas. Las binadoras desbrozadoras han reemplazado a los pulverizadores, consiguiendo espacios limpios que responden a los deseos de los usuarios.

La educación general del público sobre la necesidad del compostaje, junto con la campaña de valoración de los detritus y una recolección selectiva de los mismos ha dado sus frutos.

Sevilla.-Pergola Muelle Nueva York                                                                                           Pérgola jardines de Cristina

La formación del personal en tecnologías suaves de mantenimiento de los jardines, tanto en lucha integrada, compostaje de detritus, podas de mantenimiento, etc.… son indispensables.

La concepción de espacios verdes con nuevas filosofías de mantenimiento ha sido fundamental.

En períodos de crisis económica, el mantenimiento de los parques parece forzosamente demasiado costoso, sin embargo, a pesar de la degradación de los medios, hace falta cuidar la imagen de los espacios verdes, motivar a las personas implicadas, especialmente en su «rol» público.

El empeño concreto para el mantenimiento de los jardines de la ciudad debe ser la más hermosa de las motivaciones.

La desmesurada ampliación de las zonas verdes sin un programa o un plan de gestión, ha creado y está creando problemas financieros para su mantenimiento y conservación, los ciudadanos quieren tener espacios verdes cerca de ellos «útiles y utilizables» como concepto de una mejor calidad de vida.

Un nuevo «saber técnico» tiene que resolver estas demandas, se trata de buscar entre el jardín tradicional clásico y el medio rural, una tercera vía de un jardín, concebido para cumplir las funciones que exige la sociedad actual, menos costoso de conservar y mantener y con ahorro importante de agua a través de sistemas integrales adecuados.

Los jardines tradicionales e históricos naturalmente deben ser conservados. Son arte y cultura que hace falta revalorizar, pertenecen a nuestra historia y a nuestro patrimonio.

La formación clásica del jardinero tradicional no debe desaparecer.

Para la creación de estos nuevos espacios verdes, hace falta que, entre los políticos, los ciudadanos y los servicios de gestión de las zonas verdes existan puntos de vista comunes, marcados por el cambio de conceptos y el intercambio de intereses y sensibilidades. Lógicamente cada espacio, con un nivel de mantenimiento en función de su naturaleza, de su situación y de sus funciones.

La satisfacción del público será el «aval de la gestión».

Los centros de las ciudades históricas, han estado construidos en una época donde el hombre tenía que luchar fuertemente contra los elementos naturales. La ciudad era un espacio de seguridad. En este aspecto quedaba poco espacio para la naturaleza, los cascos antiguos eran muy arquitecturados, hasta que las ciudades rompieron sus murallas y se abrieron al campo circundante, donde aparecieron espacios verdaderamente naturales, donde la intervención humana ha sido nula o casi nula. Más cerca del ciudadano encontramos conjuntos biológicos cultivados, espacios «naturales» que han sido construidos por el hombre con muchas especies introducidas u obtenciones hortícolas, con utilización de especies «indígenas» y «naturalizadas» como sean, todos estos tipos de espacios albergan una biodiversidad vegetal y animal con interés hortícola, ecológico y pedagógico.

Burle Marx.-Kuala Lumpur.

Es necesaria una política dinámica, que se traduzca y concrete, englobando ideas e intereses, que sirva de canalizadora de los grupos de presión a través de acciones políticas que respondan a las exigencias de los ciudadanos y al marco legal en el que nos movemos.

La voluntad política será la expresión del poder ejecutivo que, habiendo salido de una elección popular, su legitimidad será absoluta y tendrá un peso preponderante.

Nos hace falta definir lo que podrán o deberán ser los espacios verdes del mañana que respondan a las aspiraciones y necesidades de los usuarios que no sólo son los residentes, sino las personas que vienen de los pueblos cercanos e incluso turistas. Un público multiforme que a priori parece poco fácil de satisfacer.

Hablamos de «parques urbanos polivalentes», «jardines de barrio polivalentes», áreas de juego polivalentes, etc.… pero cada una de estas tipologías exige una superficie adecuada para que responda a las exigencias físicas y morales de los usuarios.

La satisfacción de las necesidades, siendo las deseadas, siempre tendrá como ambición que esté próxima al domicilio.

La calidad de los jardines es también la de su entorno, su participación activa en el paisaje urbano, igualmente su animación es decir los acontecimientos de los cuales ellos son la base.

Los espacios verdes deberán estar bien distribuidos, en número suficiente, donde su superficie permita la polivalencia, es decir todas las funciones que se atribuyen a estos tipos de equipamientos públicos con un ambiente y una animación que responda a los deseos de los usuarios.

Los ciudadanos prefieren espacios simples, privilegiando el contacto con la naturaleza en vez de espacios más decorativos. Es evidente que ésta no es la política que se aplica actualmente en todas las ciudades.

Sin embargo, disponiendo de poco espacio, la ciudad no tiene ninguna alternativa. Son mejores los jardines exiguos pero ricos sólidos y construidos, ya que se sabe que sobre superficies exiguas el tipo de espacio verde soñado por los usuarios se puede degradarse enseguida.

En el plan económico, las superficies pequeñas son más costosas por su estructura más compleja y sofisticada, el usuario se encuentra más violento, pero debe comprender que las renovaciones son caras, sobre todo si deben ser sin cesar renovadas.

Debemos ser conscientes en fin de que el espacio verde ideal y universal no puede existir, pero si uno quiere acercarse implica por igual nociones de calidad y cantidad a las que continuamente deberá profundizarse, incluso en el futuro.

No debemos olvidar buscar en las concepciones futuras un equilibrio entre la funcionalidad y la atmósfera del jardín, definiendo ésta como un trozo de naturaleza a transportar en la ciudad. Construir jardines con alma…

Los espacios verdes situados en los límites de la ciudad han de jugar un papel importante para atender el ocio cotidiano.

Sevilla.-Huerta de las Moreras.-Parque Miraflores.-Huertos de ocio

PARQUES PERIURBANOS

El actual fenómeno urbano lleva aparejado un monstruo devorador de suelos generador de una auténtica tensión entre el campo y la ciudad, motivada por la competición de este suelo.

Construir parques en los centros de las ciudades es hoy en día una falacia, a no ser que se aprovechen zonas industriales, militares o de infraestructuras obsoletas.

La configuración de los parques periurbanos, figura intermedia entre las áreas verdes urbanas y el medio natural que rodea la ciudad, ya sean terrenos forestales o agrícolas, son valores ecológicos dignos de preservar y proteger.

Dado que el tiempo de ocio ha aumentado de forma generalizada y de que los ciudadanos han ido adquiriendo una mayor conciencia del valor y la importancia de estos espacios en las proximidades de las ciudades, estimo que serán éstos los espacios esenciales para cubrir las necesidades lúdico-recreativas y de contacto con la naturaleza que no pueden satisfacer las zonas verdes urbanas tradicionales.

Estas zonas deberán ser el primer escalón en la educación medioambiental, dada su elevada potencialidad científica y educativa para la comprensión y respeto de las relaciones con el medio rural y natural. La conocida como «out door education» concede una atención específica al uso de estos espacios.

La gestión de estos espacios va más allá que la del simple mantenimiento, su gestión implica: planificación, organización, control y dirección, y gestión diferenciada de mantenimiento en función de cada zona.

Sevilla.-Parque Miraflores Norte .-

Estos parques o áreas lúdico-recreativas deberán ser equipadas y a la vez gestionadas de forma integral.

Será necesario establecer:

  1. Un programa de actividades, y en base al mismo, programar su diseño y posterior funcionamiento.Será necesario integrar a los diferentes colectivos de usuarios para potenciar el uso del mismo. Si es posible, crear un centro de actividades.
  2. La gestión de las actividades no implica que éstas deban ser regladas, lo que se debe pretender es su potenciación, lo que aumentará las posibilidades de ocio.
  3. La gestión integral debe pretender coordinar las diferentes actividades y las necesidades de mantenimiento que impliquen las mismas.

Esto no se consigue cuando son varios los departamentos que se encargan de la gestión. Cada uno buscando sus fines y que en ningún momento intentan unificarse.

Las actividades que se pueden integrar en parques y zonas verdes de estas características son múltiples, sólo enumeraré algunas más comunes:

  1. La existencia de lagos, lagunas o estanques puede propiciar planes de pesca   deportiva para la tercera edad, escuelas infantiles de pesca o celebración de concursos. Por supuesto pesca sin muerte o prácticas de remo, embarcaciones de paseo, etc…
  2. Instalaciones predeportivas, campos de futbol, pistas polideportivas, de patinaje, de monopatín, mesas de tenis, circuitos biosaludables, circuitos en bicicleta, bici-cross, etc… Siendo de gran interés que las actividades sean organizadas e impulsadas desde los diferentes colectivos usuarios.

En lo referente a la educación ambiental es importante preverla desde el diseño. Planificando las zonas específicas y sus objetivos, que pueden ser:

  1. a) Dar a conocer y valorar:

+             La flora y fauna de la zona

+             Las características fundamentales del suelo, sustratos rocosos.

+             Su importancia en la calidad de vida y en el medio ambiente urbano del

patrimonio verde de las ciudades.

+             La biodiversidad de la tierra representada por especies de los distintos

continentes.

+             Las relaciones existentes entre suelo, clima, agua, vegetación y fauna.

+             La influencia de la actividad humana en la naturaleza y en el patrimonio verde urbano, así como los problemas derivados de la misma.

+             Potenciar el fomento de actitudes conservacionistas y respetuosas con el   medio

La reproducción de elementos de la naturaleza próximos al lugar donde está emplazado el parque, como bosques de ribera o galería, dehesas, vegetación autóctona o jardín geológico, ofreciendo muestras de los tipos de rocas más características de la zona puede ser otra de las apuestas.

A la vez posibilidad de diseñar jardines temáticos que pongan de relieve el valor de algunas especies botánicas y de su biodiversidad, como pueden ser un arboretum de especies de árboles de todo el mundo, jardín de plantas medicinales y/o aromáticas, jardín botánico, jardín de aromas y jardines de colores utilizando la gama de coloridos que nos brinda el mundo vegetal o, por contra, el jardín siempre verde, jardín de cactáceas o palmáceas, sin olvidarse de cuidar la fauna existente.

Sin olvidar que existan zonas para …

Sevuilla.-areas de juegos.-Parque del Alamillo y Parque del Tamarguillo

EL JUEGO

Si contemplamos la historia de la humanidad y las diferentes culturas, comprobamos que los niños siempre han jugado.

Cuando la sociedad era fundamentalmente rural, el niño/a tenía cerca la naturaleza, donde encontraba elementos que posibilitaban sus juegos (con ramas, palos fabricaba juguetes, armas, casitas, barcos, etc.…).

Hoy en día en las ciudades masificadas, la nueva estructura y dimensiones de las viviendas, la invasión de las calles por los automóviles, ha creado la necesidad de equipar zonas donde los niños/as puedan evadirse, los parques de juegos como una opción donde poder jugar.

Sin embargo, hay que considerar el juego no sólo como una actividad lúdica o recreativa, sino como una faceta que permite el aprendizaje de muchas facetas de la vida.

El juego debe ser considerado como una actividad seria y como tal debe ser planificada y gestionada.

La Asociación Internacional por el Derecho del Niño a Jugar (Internacional Association for the Child’s Right to Play) redactó en 1977 en Malta la «Declaración del Derecho del Niño a Jugar» que se preparó con motivo del Año Internacional del Niño y se revisó en Viena en 1982 y que es la siguiente:

Los niños son la base del mundo del futuro. Los niños han jugado siempre a través de la historia y todas las culturas.

El juego, junto con las necesidades básicas de nutrición, salud, protección y educación, es esencial para desarrollar el potencial de todos los niños.

El juego es instintivo, voluntario y espontáneo. Es natural y exploratorio.

El juego es comunicación y expresión, combinación de pensamiento y acción: brinda satisfacción y sentimiento de logro.naturaleza,

El juego está relacionado con todos los aspectos de la vida.

El juego contribuye al desarrollo físico y mental, emocional y social del niño.

El juego es un medio de aprender a vivir, no un mero pasatiempo.

 

Areas de juego

El diseño de un área de juegos, con un medio ambiente de calidad, es algo más que colocar juegos infantiles. Un buen diseño debe proporcionar a los niños entre otras las siguientes oportunidades de desarrollo.

  1. a) Para el desarrollo de sus habilidades motrices
  2. b) Para toma de decisiones
  3. c) Para aprender
  4. d) Para jugar con la fantasía
  5. e) Para el desarrollo social
  6. f) Para divertirse

Se debe dar al juego de los niños la importancia que tiene en su desarrollo, no se deben escatimar esfuerzos en su acondicionamiento y creación, bien diseñados, bien equipados, bien gestionados y sobre todo seguros.

LA NATURALEZA PUESTA AL SERVICIO PARA MEJORAR EL MEDIOAMBIENTE URBANO

El clima de la ciudad y el del campo de los alrededores es diferente; las propiedades térmicas y otras del hormigón y el asfalto no son las mismas que la de los espacios naturales.

Aquellos absorven calor que liberan lentamente mucho más tarde (durante la noche generalmente) mientras que en el campo se desprende parte de este calor durante el día gracias a la evapotranspiración del agua de las hojas y otras superficies húmedas. Los edificios urbanos reducen el enfriamiento radiactivo nocturno del aire de los espacios verdes y de los árboles, repartidos perniciosamente en medio del hormigón de las ciudades. Ellos pueden ser muy beneficiosos y además agradables a la vista, desprenden mucho más frescor que las zonas construídas y puede ser una fuente de brisas refrescantes y favorables para la ventilación de las calles próximas.

Nos proporcionan sombra, un bien preciado en regiones cálidas, refrescan el aire gracias al proceso de transpiración, son muy eficaces por filtrar algunos polulantes del aire, convenientemente emplazados en forma de pantallas pueden atenuar ruídos, ocultar vistas no deseables.

Bien dispuestos alrededor de una vivienda, protegen con su sombra las horas más calurosas del verano. En ciertos climas, con este medio tan simple, se economiza un tercio de la energía necesaria para la climatización. De ello saben mucho los expertos en climatología urbana.

Los árboles tienen propiedades particularmente preciosas si se saben aprovechar.

 

Sevilla.-Jacaranda mimosaefolia                                                                                                       Bahuinia variegata

¿Cómo no hacer uso de estas propiedades?

EL ARBOLADO VIARIO

Los nuevos conceptos de la arboricultura moderna han mejorado su conocimiento de forma considerable, se han reconocido la importancia que estos tienen como configuradores de la calidad ambiental de los espacios urbanos, siendo necesario que los responsables de su gestión impongan criterios enfocados a acabar con todas aquellas formas de utilización inconsecuente, erradicar las prácticas que menoscaban los beneficios ambientales proporcionados por los árboles sanos en las ciudades, fomentar entre la población actitudes que propicien su cuidado y permitan asegurar su disfrute a futuras generaciones.

Es necesario redescubrir enunciados decimonónicos entre los que se destaca la revalorización del arbolado como principal elemento para asegurar la calidad ambiental de los espacios urbanos en nuestras ciudades.

La comprensión de cómo viven los árboles nos permite establecer los objetivos de una política de arbolado consecuente; tanto con su capacidad de aumentar la calidad de los espacios urbanos como los logros de la cultura tradicional.

En nuestro clima la utilidad de los árboles se pone de manifiesto fundamentalmente en verano, cuando la sombra favorece su estancia y el desarrollo de actividades al aire libre que serían impensables bajo los rayos solares intensos.

Los árboles utilizados como elementos de composición urbana permiten modulares espacios desproporcionados, estableciendo la unidad paisajística de espacios desequilibrados, diversifican y dinamizan los espacios uniformes y monótonos, cierran perspectivas excesivamente profundas o abiertas, ocultan y disimulan vistas degradables y fachadas desafortunadas, aumentando la intimidad entre huecos de edificios, al que se une un valor evocador y didáctico inestimable. Nos recuerdan como naturaleza más próxima la presencia de los ciclos naturales en estas ciudades cada vez más mineralizadas donde hemos perdido relación con el paisaje natural.

Esto sólo lo podemos conseguir mediante una política de arbolado urbano que sea consecuente con las necesidades del conjunto de la población, especialmente con aquellos ciudadanos que tienen menor capacidad de elección, configurando un sistema de espacios abiertos que sean realmente públicos, destinados a crear condiciones ambientales adecuadas para todos los ciudadanos, especialmente los que disponen de menos movilidad y recursos o más tiempo disponible para que puedan desarrollar su vida al aire libre en condiciones satisfactorias el mayor tiempo posible.

Utilizaremos soporte informático para su gestión, realizando un inventariado de los árboles de la ciudad para crear una base de datos de la posición que ocupa el árbol en la vía urbana, la determinación de su índice de peligrosidad, incidencias que le afecten, labores culturales aplicadas, tratamientos de podas específicas, arranques y reposiciones, etc… El inventario deberá ser cuantitativo y cualitativo, y deberá ser seguido y evolucionado en el tiempo para poder programar todas las intervenciones. Aplicaremos aun cuando nos movemos próximos al mundo de los autóctono, una buena selección de especies mediterráneas o subtropicales de marcado carácter xerofítico adaptables a nuestro clima, teniendo en cuenta la biodiversidad como mejor medio de lucha contra las enfermedades, considerándola como la sola respuesta eficaz, económica y duradera sobre un largo periodo de todos los problemas de patologías vegetales para todas las especies en todos los medios.

Berlin.-Unter den Linden                                                                                                                        Aesculus hippocastanum en otoño

Los árboles pueden encontrar en la ciudad un biotopo adaptado a su buen desarrollo y su larga vida si disponen de luz y espacio, si están bien plantados con distancia y amplitud suficiente, si son protegidos y conservados conforme a técnicas adecuadas y si son elegidos adecuadamente.

Debemos cuidar su demografía, evitar la concurrencia con otros árboles y cuidar la persistencia. La ciudad es permanente. Noche y día, verano e invierno, bajo el sol y bajo la lluvia su corazón no deja de latir.

La durabilidad debe ser una constante en la gestión del arbolado prolongando su vida en la ciudad en la que, y perdonad que insista, la escasa densidad, la falta de espacio aéreo y subterráneo suficiente, un programa de poda reducido, la plantación de ejemplares sanos y jóvenes, y realizar un mantenimiento adecuado, deben ser las líneas a seguir.

Y por último un principio de economía: hace falta plantar mejor y menos caro. Aplicar la arboricultura moderna es desde el primer momento mejorar la rentabilidad de las inversiones y mejorar la productividad de la gestión.

Plantar un buen árbol, de una buena especie, en el buen lugar, es iniciar desde la plantación una reducción de gastos de gestión a costos modestos o nulos (podas).

Con acciones de investigación y desarrollo sobre los árboles de la ciudad, verdaderos lazos de unión entre la naturaleza y aquélla, conseguiremos una vez establecidos sobre bases científicas los conocimientos adquiridos, divulgados a través de los medios de comunicación y enseñanza aumentar el rendimiento, la calidad, el precio de las inversiones y así optimizar el funcionamiento de la gestión.

Un Plan de Gestión del arbolado será el instrumento básico y fundamental para garantizar la calidad y perennidad de la vegetación y los espacios, así como para racionalizar las inversiones, presupuestos y recursos disponibles.

El éxito de esta gestión, aplicando todos sus condicionantes, dependerá de la participación y comprensión de los ciudadanos previamente informados y concienciados de estos nuevos sistemas de gestión y los beneficios que les reportan.

Las claves en conseguir sustanciosas economías residirán en el esfuerzo de planificación global del mantenimiento y en limitar aquellas tareas realmente necesarias a aplicar con esta nueva filosofía.

Es importante que los espacios verdes públicos no se alejen demasiado de los sutiles equilibrios de un ecosistema viable y sostenible.

Aireado de cespedes                                                                                                                             Recorte de arbustos

EL FUTURO DEL MANTENIMIENTO Y CONSERVACION DE NUESTROS PARQUES

Rebajar los costes del mantenimiento es una obligación del proyectista y el diseño.

La rebaja de costes no lo será a costa de sacrificar calidades, sino a consecuencia de un más cuidado diseño ajustado a un mantenimiento razonable.

La razón y la sensatez en su justa medida son primordiales para atender las necesidades de los ciudadanos dentro de un planteamiento global de actuación en la ciudad.

Diseñar pensando en el mantenimiento, eligiendo materiales adecuados, instalaciones de riego y eléctricas a propósito, elementos de mobiliario y construcciones, pavimentos, etc.… así como, sin duda el capítulo más importante del mantenimiento, eligiendo las especies en relación con el medio, su disposición entre sí y su relación con los restantes elementos del espacio…

El mantenimiento no debe ser un factor limitante del diseño, pero si un condicionante a tener en cuenta; el mantenimiento siempre se admitirá cuando su carga sea lógica y razonable en consonancia con el nivel de diseño elegido, si no es así nos abocamos al fracaso.

Casi siempre las buenas ideas pueden hacerse más económicas.

Todas las ciudades europeas están actualmente preocupadas por sus dificultades presupuestarias.

Llegado este momento, debemos hacer una reflexión en común sobre los nuevos sistemas de gestión de los espacios verdes urbanos.

Nuestra meta será encontrar un sutil equilibrio entre nuestra tradición jardinera y las nuevas técnicas de gestión diferenciada de nuestras zonas verdes o lo que se conoce como «una gestión de mantenimiento ecológico de los espacios verdes».

«Mantener tanto como sea necesario, pero también tan poco como sea posible».

Mantenimientos más económicos, que no sean percibidos por el público como signos de negligencia, sino como muestra de un mayor interés hacia el medio ambiente y la sostenibilidad.

Planta de Compostaje en Madrid

RECICLAJE

Se impone en un planteamiento de ciudad sostenible llevar a cabo una solución ecológica o tratamiento de residuos vegetales y orgánicos completando su ciclo biológico.

El reciclaje y compostaje permite un aprovechamiento de los residuos vegetales, reduce su volumen y se posibilita su posterior aprovechamiento.

En una gestión moderna de los espacios verdes de una ciudad, cada vez más incrementados por las nuevas políticas medio ambientales, el incremento acelerado de la producción de residuos vegetales producidos por los trabajos de mantenimiento en los jardines, podas, residuos agrícolas y forestales, etc.… exige disponer de una planta de reciclaje y reutilización de los residuos evitando los costes de su eliminación y los problemas de los vertederos e incineraciones.

El tratamiento industrial de estos residuos con la producción de compost utilizados de nuevo en la creación de espacios verdes, es agronómicamente efectiva, económicamente atractiva y, sobre todo, medioambientalmente sensata y socialmente aceptada.

Jardines xerofiticos

LA XEROJARDINERIA. – UNA TECNICA A IMPLANTAR

En el ámbito de la aplicación concreta de técnicas, modos de proceder, materiales y herramientas encaminadas a optimizar el consumo de agua en las plantaciones paisajísticas, encontramos bajo la denominación genérica de xerojardinería a un sistema de planificación,

implantación y conservación alternativo o complementario a los tradicionalmente más convencionales.

Su interés radica no sólo en su intrínseca eficiencia en el consumo de los escasos recursos hídricos, sino también desde una perspectiva económica.

Ello unido a la potencialidad de las especies autóctonas adaptadas y la extensa relación de las naturalizadas o por introducir desde otras regiones con clima mediterráneo distribuidas por el Planeta, conforman unas técnicas a aplicar para economizar el recurso agua en la gestión y creación de espacios ajardinados sostenibles en nuestras ciudades con vistas al futuro.

La adaptación y el aprovechamiento de las características físicas y biológicas del territorio, la coherencia con el acervo cultural o la practicidad en el diseño de jardines asumibles económicamente, son premisas desde y hacia las que partir en la conformación de una ciudad que, en todo caso, debe atestiguar una fe inteligente en los beneficios de cohabitar con las plantas.

CONCLUSION

Nuestras competencias deben ser claras, hemos de superar la barrera de la tradición, las exigencias actuales superan con creces las vetustas organizaciones y burocracias anteriores, nuestra gestión debe ser de dinámica creciente en respuesta a las necesidades de los ciudadanos, con una oferta continua e innovadora, con desarrollo constante de la imaginación para la puesta al día de los espacios verdes urbanos en una ciudad sostenible.

El desarrollo de las ciudades es mutante, las exigencias sociales cambian con velocidad en nuestros días, o nos adaptamos a ellas o nos quedamos desfasados.

La planificación de los espacios públicos, su mantenimiento, su animación, su equipamiento, exigen nuevos diseños, nuevas formas de concebir, nuevas formas de gestionar.

Todo ello sin olvidar, proteger, restaurar y conservar los valores legados de nuestra historia, diría más, mimar estas obras, de un valor cultural inapreciable, obras testimoniales de una forma distinta de pensar y vivir de toda una sociedad. Pero la nuestra, queramos o no, es distinta, su forma de proceder, pensar, actuar y desarrollarse no es aquella, nuestra forma de actuar también ha de ser distinta.

Algunas ciudades así lo han comprendido y han evolucionado con los tiempos, otras han quedado anquilosadas en el pasado, sin imaginación, sin iniciativa, sin poder de adaptación, carecen de futuro, viven un día a día sin horizontes de progreso, sin modernización de sus sistemas adecuados a las necesidades reales de sus ciudadanos.

La jardinería urbana en una ciudad sostenible debe ser un planteamiento racional englobado en el de toda la ciudad, que potencie los efectos ambientales de la naturaleza y la biodiversidad, reduciendo el consumo de recursos naturales y los costos de mantenimiento para que sea posible continuar aumentando nuestras superficies verdes.

Sevilla, FLORAURBANA septiembre del 2.000

José Elias Bonells.-Adjunto a Jefatura del Servicio de Parques y Jardines en el Ayuntamiento de Sevilla