Sevilla“Pila del Pato 1890 en la Plaza San Francisco

LAS PLAZAS PRINCIPALES DE SEVILLA

Las plazas que existían en Sevilla, urbanizadas con árboles y bancos, en la mediación del siglo pasado, fueron adornadas con jardincitos en el periodo de 1885 a 1895, siguiendo el sistema de elevar cuadros y tableros de tierra, rodeados y como protegidos por barandillas caladas de hierro fundido, resultando las flores y los macizos como sembrados en cestos de diferentes figuras.

Después se suspendió tal sistema, y desde 1915, se aplicó el que actualmente rige, de estilo sevillano, con asientos y arriates, fuentes y columnas, alternando la decoración de plantas y flores con el exorno de alicatados, de mármoles, hierros artísticos, estatuas y miembros arquitectónicos.

Restauradas algunas, otras desaparecidas, han tenido que adaptarse a nuevos conceptos de vida en la ciudad. Plazas recogidas y tranquilas en aquel entonces son ahora nudos trepidantes de circulación, invadidas por aparcamientos de vehículos, macizadas algunas de antiestéticos kioscos y kiosquitos. De lo elegante y monumental hemos pasado a lo vulgar -a la chuchería-.

Resaltar estar plazas que describimos en su historia y devolverles el carácter que nunca debieron perder, es un reto que tiene planteado el urbanismo sevillano, con equipamientos urbanos adecuados, pueden y deben volver a ser lo que fueron… el orgullo de Sevilla.

LA PLAZA DE SAN FRANCISCO.-LA PLAZA MAS ANTIGUA Y POPULAR DE SEVILLA

En el centro de Sevilla, en lo que podemos llamar corazón de la ciudad, se abre la plaza más antigua y que ha disfrutado de más nombres en el transcurso del tiempo, y que síntoma de los que alcanzamos no ostenta rótulo alguno que anuncie su nombre de «Plaza de la Constitución». Sevilla sin proponérselo, ha seguido dando testimonio de su historia social y política en esta plaza, la cual ha sido teatro de los más alegres y suntuosos festejos, y, al par, de las escenas más tristes y luctuosas. Fiestas reales, torneos, toros y cañas, procesiones, mascaradas, autos de fé, trágicas ejecuciones, fusilamientos, patíbulos, altares, todo ello en inconsciente sucesión, conmovía a la muchedumbre apiñada en el ámbito de esta plaza, donde se alzaba el tablado de las fiestas y el de la muerte. La historia de la ciudad desde la Reconquista ha pasado por ella, y ya en el siglo XVI decía el historiador Sigüenza que era «la más pública de Sevilla», y que su estructura es la misma que tenía antes de la toma de Sevilla por San Fernando.

El nombre primero que tuvo después de la Reconquista fue el de San Francisco, por el convento franciscano de este nombre, fundado el año de 1268, por donación de unas casas que hizo el Rey D. Alfonso X a los franciscanos. Ya este sabio Monarca, en documento fechado en Sevilla, miércoles 24 de agosto, era 1299, al conceder ciertas prerrogativas a los genoveses, dice: «Dánosle en otorgárosles una mezquita, en Sevilla, que es cerca del sobarrio, en la plaza de sant Francisco… e esta mezquita les damos para hacer palazo de ella…»

Con el nombre de San Francisco llegó hasta el siglo XIX, en que, proclamada en ella el 29 de Agosto de 1812 la Constitución promulgada por las Cortes generales y extraordinarias, reunidas en la Isla de León, se rotuló la plaza con el siguiente título, esculpido en una losa: «Plaza de la Constitución».

No duró mucho tiempo este nombre. La tarde del 6 de Mayo de 1814, los enemigos del nuevo régimen constitucional arrancaron y rompieron la supradicha losa, que fue sustituida por una tabla, que decía: «Plaza Real de Fernando VII».

«Habiendo obtenido -al decir de un historiador- una comisión de entusiastas realistas, del Cabildo Catedral la promesa de hacer grabar en mármol, a su costa, la que había de reemplazar a la de madera; lo que así se verificó, y en plazo tan breve, que en la tarde del día 11 de Mayo se llevó la nueva lápida al café de la calle de Génova, de donde en lucida procesión y en parihuelas, que sostenían al Gobernador Militar, D. Francisco Chaperón; el inquisidor D. Mariano Esperanza, D. Lorenzo Castaños y un fraile capuchino, fue transportada a las Casas Capitulares, en cuya fachada había de colocarse». Debajo del rótulo pusieron una losa con esta inscripción: «Sevilla; para nuevo testimonio de su lealtad, para futuro documento de sus hijos, el día 6 de Mayo de 1814».

1868 Francis Frith (Fondo Fotográfico Navarra 1865-1881) Sevilla Plaza de San Francisco

Poco más de un lustro ostentó la plaza en nombre del inicuo Fernando VII, puesto que en 21 de Enero de 1820 los patriotas, tras el levantamiento de Riego en las Cabezas de San Juan, derribaron la lápida de mármol en que se leía: «Plaza Real de Fernando VII» y pusieron en su lugar un cartel impreso que decía: «Plaza de la Constitución». Sólo unos meses duró este nombre. En 28 de Septiembre del mismo año, conocida en Sevilla la nueva de la rendición de Cádiz, el antiguo regimiento, reintegrado a sus funciones mandó descubrir una nueva lápida de mármol en la fachada de las Casas Consistoriales, en la que se leía: «Plaza del Rey».

Persiste más este rótulo, que los liberales, el domingo 2 de Marzo de 1834, tratan y no logran, de quitar, para sustituirlo por un cartelón, que decía: «Plaza de Isabel II», nombre que llegó a lucir.

Un año después, el miércoles 2 de Septiembre de 1835, «habiendo fraternizado las tropas y la milicia, que, formadas en masa en la plaza de San Francisco, saludaron con estrepitosas vivas al nuevo capitán general, que se presentó en un balcón de las Casas Capitulares, ondeando una bandera, en la que se leía: «Plaza de la Constitución».

… Y cuando el año siguiente la Reina jura la Constitución se le añade el de Isabel II, que se mantuvo hasta 1840 en el que queda sólo Constitución.

Fue Plaza de la Libertad en 1873 con el advenimiento de la I República, pero transcurrido un año volvió al de Constitución.

En 1931 vuelve a sustituirse Constitución por el de República.

En 1936, Plaza de la Falange Española, hasta que en 1980 recupera oficialmente el de Plaza de San Francisco, con la que se conoce hoy en día, denominación popular que nunca perdió.

Fisonomía muy distinta presenta este lugar del que tuvo antaño. Cierto que conserva sus dos más insignes edificios, pero, ¡Cuán cambiados! Solo una parte de la fachada del Ayuntamiento ha resistido a la mudanza de los tiempos.

Plaza San Francisco.-Sevilla 1900

La fachada de la Audiencia, de reciente construcción, salvó su portada de las llamas de un voraz incendio, y en ella se ve el escudo de Sevilla, tal vez el mismo que el regente de la Audiencia hizo quitar en 1588, y que fue repuesto después de un ruidoso pleito ganado por Sevilla, y que duró hasta 1607; si no es aquel otro que, en 1800, suprimió el regente Bruna y que restituyó a su lugar ante las vivas protestas del Ayuntamiento en defensa de su privilegio.

La fuente que desde el siglo XVI la decoraba, rematada por una figura de bronce, fundida por Morel hacia 1570, fue trasladada a la Alameda de Hércules. En los días en que la plaza se adornaba para las grandes fiestas, la fuente lucía muy variados artificios. Merece citarse el que estrenó en 1746, cuando la proclamación de Fernando VI, consistente, según un escritor de la época, «en tres cuerpos de ajustada arquitectura con sobrepuesto de plata labrada. Cuatro mascarones vertían por la boca vino blanco y tinto, y en todas ellas se leían poesías castellanas».

De las fiestas de toros y cañas que en ella se celebraron fueron famosas las de 1620, de las cuales dejó escrita una relación el tan docto como travieso historiador hispalense Morovelli de Puebla.

Estuvo rodeada de portales, muchos hemos llegado a ver, por los cuales es tradición, aunque sin fundamento, que Cervantes paseaba estudiando los asuntos de sus noveles inmortales.

Fué esta plaza predilecta de los curiales, tanto, que dijo de ella Mal-lara, en 1571, describiendo los lugares más famosos de la ciudad: «La plaza de San Francisco, para la justicia». El mayor número de las escribanías estaban alojadas en los pintorescos portales de ella; y a dos pasos, a la boca de la calle de las Sierpes, la calle sin noche, la Cárcel Real, con azoteas y galerías, desde las cuales los presos de posición veían los festejos que en la plaza se celebraban.

Tema de inspiración para los pintores románticos por lo abigarrado del conjunto, con la bella perspectiva de la Giralda al fondo, la reprodujeron grabados y litografías, siendo muy interesante el dibujo del inglés Levis (1838), que publicamos.

Dos días tiene esta plaza sevillana, de los cuales su espíritu palpita y alienta, al par que el de la ciudad toda. Mañana del Corpus, plena de sol, de ambiente embalsamado por el aroma de la juncia y del romero, alegría sana llegada de los campos, donde granan las espigas y verdean las uvas, que luce, como simbólicos airones, la Custodia de Arfe; noche de Jueves Santo, de blanca luna y rutilantes luceros, en que se sueña y añora la muerte de Jesús, que, con la cruz a cuestas, camina al Calvario, al mágico conjuro del genio de Montañés, famoso.

Quien visitó la metrópoli andaluza en esas fiestas no olvidará nunca el magnífico espectáculo de la plaza de San Francisco, de «la plaza», como antonomasia le llamamos los sevillanos.

En 1850 se sustituyó la fuente de piedra, rematada con un giraldillo de bronce, que construyó el maestro cantero Juan de Iglesias y que reproducen los grabados de los siglos XVIII y primera mitad del XIX, por la popularmente conocida «Pila del Pato», la pila nómada de Sevilla, ya que en 1881 fué trasladada a la Alameda de Hércules, con posterioridad a la Plaza de San Sebastián (actual Palacio de la Audiencia) y hoy en día en la Plaza de San Leandro.

Anteriormente en 1694 el Cabildo acordó colocar, junto al arco que daba acceso al Convento de San Francisco, hoy el «arquillo», una cruz de piedra de jaspe sobre peana y un farol, antes rodeado por una verja, más tarde sustituida por la actual.

Sevilla.-Adoquinado de la Plaza de San Francisco en 1960.                                  Hermandad pasando sobre los raíles de una adoquinada Plaza de San Francisco en el año 1900…

En el ángulo donde se ubica el Banco de España en confluencia con calle Hernando Colón se instaló en 1974 la fuente de Mercurio, que ya había existido en la plaza.

La figura de bronce de Bartolomé Morel, estuvo durante muchos años instalada en el estanque próximo a la que fue vivienda del jardinero Mayor, en los Jardines de las Delicias, trasladada posteriormente a la Casa de los Pineros y de allí a su emplazamiento actual en la Plaza de San Francisco.

En un primer intento de rescatar esta plaza de la invasión de vehículos, ésta ha sido peatonalizada.

El Ayuntamiento ha convocado un concurso de ideas para la recuperación de este espacio libre para devolverle su carácter, de punto neurálgico en la vida de la ciudad.

Es adoquinada por primera vez en 1866, dotándose de acerado en 1907 y 1918, actualmente con acerados de granito en el andén del Ayuntamiento.

Hoy en día es un amplio espacio abierto en el casco histórico, donde se viven momentos significativos de la ciudad; el Corpus Christi y la Semana Santa, recuperándose en el exorno oficial de la plaza con la instalación de toldos.

Distintas ferias, mítines y espectáculos diversos animan la plaza el resto del año.

La vegetación ha quedado reducida a una alineación de naranjos y dos laureles de Indias.-Ficus microcarpa, recortados frente al Banco de España.

Recientemente, en este mismo año, 1960, se ha procedido al levantamiento de la capa asfáltica que cubría su tradicional pavimento de adoquines en espera de una actuación inmediata de acondicionamiento total, al igual que sus contiguas, la Plaza del Salvador y la de Jesús de la Pasión (Plaza del Pan).

 

Sevilla.-Plaza Nueva 1860.

LA PLAZA NUEVA

Es la principal del circuito antiguo de Sevilla, comenzada en 1852, en el solar del exconvento de San Francisco, con el nombre de Plaza Nueva o de Isabel II, hasta el año 1875 que se llamó de San Fernando. Se reforma en 1921 y se termina el 15 de agosto de 1924 con la inauguración del monumento.

Elevado en amplio andén sobre el plano de los arrecifes embaldosados, sembrados con filas de ailantos y de altas acacias y palmeras que forman bóvedas de ramas y hojas alrededor del mismo, y el cuadrilátero marcado con balaustradas y asientos de piedra blanca; terminando el exorno con la distribución de doce farolas de forja de estilo sevillano sobre pedestales de jaspes y asientos semicirculares de mármol.

«En el centro de la plaza se encuentra el monumento al Santo Conquistador de la ciudad, acordado y proyectado en varias ocasiones a partir de 1862, pero que hasta 1924 no fue una realidad. Su traza es original del arquitecto sevillano Juan Talavera y Heredia. Joaquín Bilbao es el autor de la figura ecuestre.

Está inspirado en el estilo de transición del románico al gótico y se levanta sobre gradas de granito. El basamento, de planta estrellada que luego pasa a rectangular, lleva en sus cuatro frentes las figuras, en busto redondo y de tamaño mayor que el natural, de Alfonso X el Sabio, obra del escultor Enrique Pérez Comendador; del esforzado y casi legendario Garci Pérez de Vargas, tallada por Agustín Sánchez Cid, del primer arzobispo de Sevilla D. Remondo de Losana; debida a Adolfo López Rodríguez y del primer Almirante de Castilla D. Ramón Bonifaz, obra de José Lafita Díaz, todos ellos escultores sevillanos.

Sobre estar figuras y coronando los bellos doseletes góticos de alabastro que las cobijan, se hallan, alternativamente colocadas la Giralda y la Torre del Oro en su primitivo estado en el periodo almohade. Sobre una cornisa de canecillos románicos se levanta la estatua ecuestre de Fernando III el Santo, modelada por Joaquín Bilbao y Martínez» (2).

La reforma en la que desaparecen las balaustradas y asientos de piedra blanca, fue realizado en los años cuarenta del siglo actual, el actual pavimento de mármol y enchinados pertenecen a la reforma.

Lo que en un principio fue un calificativo de recién hecha, se transformó en el nombre propio y oficial con el que es conocida.

Los primeros planos fueron de Ángel de Ayala y modificados después por Balbino Marrón. Conserva hoy en día la estructura básica con que fue concebida.

Sevilla.-Monumento a San Fernando  en la Plaza Nueva                                                                Sevilla.-Plaza Nueva con kiosko de música

El espacio central fue concebido como salón y ya en los primeros años se plantaron naranjos y palmeras, rodeándola con tres hileras de bancos de mármol con respaldos de hierro en todo el contorno y en el centro un kiosco para la música.

El crecimiento del tráfico rodado ha llevado a que se hicieran varias remodelaciones. En 1924 se instalan artísticas farolas de fundición. En 1930 se rodea de parterres y se cierra con una balaustrada de mármol, desaparecida años más tarde. Se pavimenta con losas de mármol y enchinados.

A principios de siglo se la dotó de árboles de sombra, Platanus orientalis y ailantos, estos últimos desaparecidos, bordeadas sus aceras con alineaciones de naranjos amargos.

En 1880 es cuando se tiene conocimiento de la primera plantación de palmeras en la Plaza Nueva (Plaza de la Infanta Isabel en aquel entonces) fue la primera plantación de palmeras en un espacio urbano de la ciudad. Estas provenían del Reino de Elche y con ellas vino el hortelano que debía plantarlas. Hoy en día las palmeras, como lo han sido desde su plantación, son el elemento vegetal más destacable en la plaza.

Unos setos de arrayán enmarcan los parterres donde se sitúan las plantas de flor.

En la actualidad con las obras del Metropolitano ésta deberá sufrir nueva modificación.

La plaza no ha sido modificada en la actualidad. El Metro paralizado.

Sevilla-Plaza Santa Cruz .-Acca sellowiana.-Guayaba.-                                          Sevilla-Plaza Santa Cruz .-Cruz de Cerrajeria

LA PLAZA DE SANTA CRUZ

Con este nombre se ha designado al parecer desde la Edad Media, a la plazuela y espacio que rodeaban la antigua parroquia de Santa Cruz. En 1609 se la conocía también como plazuela del Campanario. La plaza estaba formada originalmente por un pequeño ensanche que pudiera corresponderse con el cementerio parroquial, en la confluencia de la calle Santa Teresa con la parroquia de Santa Cruz, después trasladada a su emplazamiento actual (antigua Iglesia del Convento de Clérigos Menores).

«Sobre el solar procedente de la antigua parroquia de Sta. Cruz derribada en tiempo de la invasión francesa, se construye esta plaza.

En el perímetro de ella descansan las cenizas del gran pintor de la Inmaculada, Bartolomé Esteban Murillo.

Transformada en 1918. Con la de Doña Elvira, Plaza de las Cruces, Alfaro, Venerables, son las plazas del barrio típico por sus calles estrechas y antiguo sabor de muchas de sus casitas, emplazadas en los lugares de parte de la Judería medieval.

Exornadas las fachadas de las casas al estilo sevillano, y abierta calle de comunicación con los jardines de Murillo, pavimentado el andén de la plaza con ladrillos y olambrilla de azulejos, y sembrados arbustos y flores en cuadros que forman entre sí radios solados para tránsito; en el centro, y sobre gradería de ladrillo cubierta con macetas de flores, se eleva la Cruz de la Cerrajería, magnífica obra de forja de elegante ornamentación barroca. Hecha en 1692 fue obra de Sebastián Conde, costeada por los vecinos para la plaza de la Cerrajería, hoy cruce de la calle Sierpes con las de Rioja y Cerrajería.

La Cruz fue quitada varias veces para facilitar el tránsito con motivo de visitas y fiestas reales, y otras tantas fue colocada, hasta que en 1840 se trasladó definitivamente al compás del exmonasterio de las Mínimas en espera de ser concluido en adjunto Museo Provincial: en el dicho museo estuvo la Cruz hasta el año 1918, que fue llevada a la plaza donde hoy se contempla»

Restaurada en 1978 por el artesano José Román Rodríguez, ante el estado de deterioro que se encontraban los hierros y parte de la forja.

La plaza, de planta rectangular, ofrece un espacio elíptico ajardinado sobre elevado y rodeado por una calle adoquinada. En el centro se eleva una peana con la cruz antes mencionada. Tiene grandes atractivos turísticos, siendo lugar de obligada visita en los recorridos por el barrio.

Naranjos agrios, setos de evónimos y plantas de flor forman su conjunto vegetal, destacando en una esquina de la plaza una Acca selloviana, Sin. Feijoa sellowiana, la guayaba planta tropical de frutos comestibles.

Sevilla.-Plaza de Refinadores con palmeras

PLAZA DE REFINADORES

La plaza de los Refinadores está situada en el distrito Casco Antiguo de Sevilla, en el barrio de Santa Cruz.

Se trata de una plaza de planta sensiblemente rectangular, que se presenta bordeada de casas y edificios residenciales de poca altura.

Adosada a los Jardines de Murillo, de los que la separa una simple verja de hierro, la plaza está dotada de los buenos espacios de sombra que le proporciona su arbolado de porte medio y alto existente a su alrededor. En el centro aparecen alcorques circulares y elevados a modo de bancos, de donde parten esbeltas palmeras, que ayudan a componer una agradable imagen de conjunto.

En el centro de la plaza se encuentra el monumento a Don Juan Tenorio, del año 1975.

Un monumento al personaje de Zorrilla se eleva desde 1975 en el centro de esta plaza, Se representa en una figura de pie con el atuendo clásico del siglo XVII, obra del escultor Nicomedes Díaz Piquero.

En el pedestal figuran la descripción del personaje, según los versos de Zorrilla, y el inicio de la La plaza recibe su nombre de los refinadores de cuero que se congregaban en la zona, junto a la muralla. famosa escena del sofá.

Las palmeras que existían han sido eliminadas después del ataque del ataque del Rhynchophorus ferrugineus especie de coleóptero que las mató. La plaza está rodeada de árboles de Sófora del Japón, Styphnolobium japonicum sin. Sophora japónica desde muy antiguo.

LA PLAZA DE DOÑA ELVIRA

Bajo el apelativo de Doña Elvira se han conocido desde el siglo XV varios espacios del Barrio de Santa Cruz que formaban parte de la Judería sevillana. En 1833 se rotuló como Arjona, siendo en 1845 cuando adquiere el nombre actual.

La plaza se formó por la demolición de unas casas en la época del Asistente Arjona en 1826, dentro del programa de saneamiento y ensanche de la ciudad

En 1924 fue Juan Talavera, con modificaciones del Marqués de Vega Inclán, el que remodeló la plaza elevándola ligeramente en su parte central y rodeándola de parterres y naranjos, en el centro colocó una fuente de mármol. En su perímetro bancos de ladrillos y azulejos.

«Reformada en 1924. Nombre derivado del antiguo Corral o Teatro del siglo XVI, que estuvo en el terreno del adjunto Hospital de los Venerables.

Las fachadas de las casas que forman el recinto han sido exornadas al gusto sevillano moderno, los arrecifes fueron pavimentados con cuadrícula de adoquines y rellenos de chinas, el andén tiene en su centro una fuente-surtidor, y en los bordes de la plaza hay arriates con asientos de ladrillos y azulejos.

Constituye uno de los extremos del típico barrio de Santa Cruz, parte de la Judería medieval, y en ella desembocan las calles de Rodrigo Caro, Vida, Susona y Gloria, y contiguas se hallan las de Agua, Pimienta, Justino de Neve, Venerables, en todas las cuales han sido restauradas algunas de sus casas para recreos y hospederías del turismo».

Su principal decoración vegetal son los naranjos agrios, que la circundan y los pequeños arriates silueteados con setos de arrayán y flores anuales.

El autor del proyecto de reforma de la plaza fue el arquitecto D. Juan Talavera Heredia.

En el año 1969, se reforma nuevamente esta plaza sustituyendo el terrizo de albero existente por el enchinado actual, reparándose los bancos, arriates y fuente ante el mal estado en que se encontraban.

Lamentablemente hoy esta invadida por locales de restauración, la plaza como todo el barrio se ha prostituido en harás a un desarrollo mal entendido…el turismo.

Sevilla.-Plaza de Santa Marta

LA PLAZA DE SANTA MARTA

Debe su nombre al antiguo hospital fundado en 1385 por el canónigo Fernando Martínez, arcediano de Écija. Se la conoce como calle, calleja, callejón y barreduela. Es menos que plaza, una placita que estuvo enladrillada en el siglo XVI. Hoy cuenta con pavimento de cantos rodados y piedra de Tarifa.

Al término del callejón del mismo nombre, se forma la reducida plaza de Sta. Marta, sin más salida que su propia entrada. Su pavimento, empedrado fino.

En el centro se alza, sobre peana de ladrillo y piedra, una preciosa cruz románica de piedra, apoyada en capitel y trozo de fuste. Tiene el Crucificado por un lado y una Piedad en el opuesto, obra de Diego de Alcaraz (1564). Antes estuvo en el Hospital de San Lázaro.

Sobre las puertas que dan a la placita, lucen enredaderas, jazmines y damas de noche, siendo su principal elemento vegetal los naranjos que dan sombra a la plaza.

En la entrada hay un azulejo dedicado a San José.

En un artículo aparecido en Blanco y Negro, Francisco Coves escribía así de la plazuela: «La placita sólo tiene en su centro una cruz, y en el aire un rezo… Y un único caminito al mundo, que es el callejón de Santa Marta… Y aunque la Giralda se asoma para verla, no la ve bien. Y le echa los besos de sus campanas por encima de la tapia blanca».

Destacando la placidez de este rincón sevillano, J. Muñoz San Román escribía: «Qué emoción la de nuestro espíritu al sentirse cautivo en aquella suave claridad de la noche discreta… Y qué inquietud la de nuestro corazón sintiéndose sólo tan cerca de las monjitas que nos miran detrás de las celosías o que duermen soñando con glorias y amores de los cielos».

En este lugar fija la leyenda el rapto de Doña Inés por Don Juan Tenorio.

Sevilla.-Plaza del Salvador con Populus alba var.pyramidalis.-Chopo bolleana  Sevilla.- Plaza del Salvador con Robinia pseudacacia.-Acacia blanca

LA PLAZA DEL SALVADOR

La plaza posee forma rectangular. Una parte de este espacio público fué utilizado como cementerio hasta el siglo XVII, durante siglos estuvo sin urbanizar. En 1840 se instala una fuente procedente del Convento del Carmen. En 1846 se construye con proyecto de Balbino Marrón un paseo salón en el centro de la plaza, se la rodea de árboles y bancos con respaldo de hierro. Las protestas de los comerciantes consiguieron que en 1861 se desmontara la plaza, sustituyéndola por otra de diseño elíptico.

Enladrillada hasta finales del siglo XV y empedrada desde entonces, la plaza no se adoquina hasta 1861.

Ha sufrido en el transcurso de los años diversas modificaciones, una nueva reforma fue la ubicación de nuevo del monumento a Martínez Montañés trasladado a la misma plaza de los aledaños de la Catedral en 1967.

«El monumento antes dicho se erigió por suscripción popular en 1923, siendo su autor, el escultor D. Agustín Sánchez Cid. Consta el monumento de un pedestal rectangular con ángulos achaflanados ocupados por cuatro ángeles en medio relieve, teniendo carteles de bronce en los frentes. La estatua sedente de Montañés, lleva en sus manos una figura de la Inmaculada de pequeño tamaño».

Los naranjos que actualmente la circundan, sustituyeron en el año 1968 a los chopos bolleana, Populus alba var. bolleana, que dañados en sus troncos por los automóviles y atacados por orugas taladradoras ofrecían peligro de caída ante cualquier agente atmosférico. Con anterioridad, en otra reforma fueron sustituidas las acacias plantadas en el terrizo de la plaza donde estaba ubicada la escultura de Martínez Montañés.

En la actualidad, al ser peatonalizada, está pendiente de nueva reforma que le devuelva su carácter de plaza, ya que se había convertido en un aparcamiento de coches. Hoy en día es peatonal y la invaden los bares de la zona.

Sevilla.-Plaza de Pilatos

LA PLAZA DE PILATOS

Conocida como Plaza del Marqués de Tarifa en la segunda mitad del siglo XVI, y como Plaza del Duque de Alcalá o del señor Duque de Alcalá a finales del siglo. Hasta finales del siglo XVIII que se consagra como Plaza de Pilatos, en la que se sitúa el palacio de los Marqueses de Tarifa, en la actualidad de los Duques de Medinaceli, conocido como Casa de Pilatos.

Sobre el proyecto del arquitecto municipal, D. Amalio Saldaña, se ejecutan obras de restauración. Al realizar la reforma de la plaza, que principalmente consiste en su pavimentación, se incorporan bancos de granito, ampliando las obras hasta la Casa de Pilatos, donde se pavimenta y se plantan naranjos agrios.

Actualmente la plaza se encuentra dividida en dos espacios de proporciones desiguales. El más pequeño, de planta triangular, frente a la Casa-palacio, posee pavimento de enchinado y adoquín, con naranjos plantados en sus alcorques y ha quedado como antesala de acceso al Palacio de los Medinaceli.

El segundo, la plaza propiamente dicha, de mayor amplitud, posee una planta rectangular que se estrecha en su fondo. Está pavimentado con losas de Sierra Elvira y chinos en damero, bancos de granito y farolas de fundición. En el centro se levanta una escultura en bronce del pintor Zurbarán, trasladada desde la Avda. de Portugal, donde estuvo originalmente instalada durante la celebración de la Exposición Iberoamericana del año 1929.

La plaza está plantada con Gleditsia triacanthus (acacia negra o de tres púas) y cuatro palmeras Phoenix canariensis, que son su principal ornato vegetal. Dada la vejez del arbolado, en el año 2.001 fueron sustituidos con árboles jóvenes de Gleditsia triacanthus var. inermis.

Las palmeras has sido atacada por el Rhynchophorus ferrugineus especie de coleóptero que elimino muchas palmeras en la ciudad.

LA PLAZA DE LA MAGDALENA

El espacio actual que conocemos es el amplio resultado de una operación urbanística realizada entre los años 1840 y 1850 sobre la antigua plaza y el solar de la vieja parroquia.

El ensanche de la calle Josefa Reina Puerto ha contribuido a cambiar la perspectiva de la plaza, dándole más amplitud.

La plaza se configuró como un paseo con árboles de sombra y bancos, con una fuente central fechada en 1844, posiblemente construida con restos de otras fuentes procedentes de la Alameda de Hércules, en su basamento se utilizaron mármoles del viejo palacio Arzobispal de Umbrete. La fuente representa una mujer vestida a la griega con una corona de laurel en la mano izquierda.

En 1882 se alteró este trazado romántico con la creación de amplias aceras laterales y sustitución de los árboles de sombra por palmeras y naranjos.

Anteriormente esta plaza formada en el solar de la antigua parroquia de la Magdalena, se denominó de la Libertad, en 1841, pasó a llamarse del Pacífico hacia 1869 en recuerdo de la guerra del mismo nombre, victoriosa para las armas españolas. En 1928 se denomina Cristo del Calvario, volviendo a llamarse del Pacífico en 1931. Ya en 1936 se la rótula con el nombre de General Franco, título que lleva hasta el año 1980 en que restaura su primitivo de La Magdalena.

Reformada en 1968, siendo autor del proyecto al arquitecto municipal D. Luis Recasens Méndez y Queipo de Llano, las obras de reforma consistieron principalmente en la restauración de la fuente central de mármol y de todo el pavimento de la plaza, ampliando éste a costa de sacrificar zona de jardines, dando el enorme tráfico peatonal de la misma, al emplazarse grandes almacenes comerciales en sus proximidades.

Su vegetación fundamental eran las palmeras datileras Phoenix dactylífera y los naranjos agrios que la circundan. Eliminadas las palmeras por el peligro que ofrecían con las turbulencias de viento que se producen en la plaza, la caída de una de ellas que estaba en buen estado produjo una muerte, fueron sustituidas por Magnolia grandiflora (Magnolios) en 1.999.

Bancos tradicionales de fundición y una fuente central de mármol, construida en el año 1844, componen el conjunto urbano.

LA PLAZA DEL DUQUE DE LA VICTORIA

Esta es, según el libro «Las calles de Sevilla», de D. Santiago Montoto, la historia de la plaza: «Fue en el siglo XVI la plaza más importante de la ciudad. En ella tuvo su casa principal el poderoso Duque de Medina Sidonia. Hablando de ello, en 1579, dice el escritor sevillano Francisco Sigüenza: «esta casa es del excelentísimo duque de Medina Sidonia, la cual, con el mayorazgo fundó el valerosísimo caballero don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, cuyo valor tan celebrado es por todo el mundo, así por haber dado tan singular principio a tan grande estado, como por sus grandes y valerosos hechos de armas; y ágora don Alonso Pérez de Guzmán el Bueno, onceno señor de esta casa, décimo conde de Niebla y séptimo duque de Medina Sidonia que hoy vive, las va labrando, dando anchura y más lugar a esta plaza y muy hermosa vista con tan suntuosa delantera, que después de acabada hasta la otra esquina que entra en la calle de las Armas (como se tiene acordado) será la mejor que hay en España».

Vélez de Guevara en «El diablo cojuelo», llama a esta plaza del barrio del Duque, diciendo: «Llegamos al barrio del Duque, que es una plaza más ancha que las demás, ilustrada de las ostentosas casas de los Duques de Sidonia…, aposento siempre de los Asistentes de Sevilla…»

Tenía el Duque en esta plaza un juego de pelota, que dio nombre a una calle próxima, del cual dice Lope de Vega en «El anzuelo de Fenisa»:

«Tiene el duque de Medina

(ya entenderá que es Sidonia)

Junto a su casa en Sevilla

Un corredor de pelota…

Tiene aqueste corredor,

No enfrente, sino en la popa,

Las armas de los Guzmanes…

Este corredor lo utilizaba el Ayuntamiento en las fiestas de los toros y cañas que se celebraban en la plaza.

Sevilla.-Plaza del Duque de la Victoria todavía luciendo las palmeras

En la época romántica la plaza del Duque fue el paseo más distinguido de la ciudad, el que, según el Duque de Rivas, preferían los sevillanos en su tiempo, dando de lado a la decrépita Alameda de Hércules: «Nadie la pisa de noche -dice el autor de «Don Álvaro»- porque todos prefieren ¡lo que es la perra de la moda! la estrechez, vapor y encajonado ambiente de esa mocosa coquetuela y presumidilla que llaman plaza del Duque…»

«En 4 de marzo de 1841 se acordó por el Cabildo, que la plaza del Duque se denominase del Duque de la Victoria, borrándose así páginas de la historia de Sevilla. Espartero bombardeó a Sevilla, y la generosa Isabel II concedió a la ciudad el título de invicta y otros honores, por haber resistido al que luego fue duque de la Victoria, llamándose entonces la plaza, como en los tiempos antiguos, del Duque. En 1868 la volvieron a nombrar del Duque de la Victoria.

Reformada en 1924, con cuarterones y tableros de jardín, arriates y pavimentación de mármol y arboleda de ailantos y fresnos y dos palmeras. En el centro se eleva el pedestal y la estatua del insigne Velázquez, erigido en 1892».

En 1936 pasó a denominarse Plaza del General Queipo de Llano, desde julio hasta septiembre del mismo año que pasó a su nombre popular.

Actualmente, después de haber sido objeto de varios proyectos de alineación, presenta una planta de forma casi rectangular, algo más estrecha en la zona norte. Basamento central elevado a dos niveles, aceras de terrazo y losas de mármol y enchinado la parte superior. En forma de crucero tienen en el centro erigido una estatua de Velázquez con pedestal neoclásico de sillones de piedra blanca, trazado por el arquitecto municipal D. Juan Talavera y de la Vega. La escultura es fundida en bronce en nuestra ciudad según modelo de Antonio Susillo.

La composición vegetal la forman una alineación de fresnos en el acerado y en los parterres destacan palmeras canarias,. -Phoenix canariensis árbol del fuego. -Grevillea robusta, árbol de Júpiter, Lagerstroemia indica, magnolios Magnolia grandiflora y un gran pitósporo.-Pittosporum tobira.

Fue la plaza el centro neurálgico de la ciudad en todos los tiempos.

Una plaza rodeada de grandes casas-palacio que poco a poco se fue desnaturalizando con el derribo de éstos, y apareciendo nuevas construcciones que la han transformado en centro comercial de la ciudad.

La última reforma llevada a cabo se realizó en 1976, ante el mal estado que se encontraba, se adoptó una nueva pavimentación con piedra de Sierra Elvira y enchinado. Restituyéndose los arriates elevados. Con esta reforma desaparece el arriate central que protegía el monumento, para dar más espacio peatonal al público, problema creado con la ubicación de grandes almacenes en sus alrededores. Nuevos bancos de fundición son instalados. Se conserva su arbolado, viejos fresnos, grevillea, palmeras y magnolia que ya existían, se bordean sus arriates con setos de boj y en el interior cambiantes macizos de plantas de sombra o flor

Las palmeras han desaparecido por el ataque del Rhynchophorus ferrugineus especie de coleóptero que elimino muchas palmeras en la ciudad al aparecer como plaga que ocasionaba la muerte a las palmeras de Canarias.

LA PLAZA DE LA CONCORDIA

Sobre parte del solar que ocupó el colegio de la Compañía de Jesús, bajo la advocación de San Hermenegildo, se conserva en estos jardines, la capilla de dicho colegio, iniciada su construcción en el año 1616, terminándose hacia 1620, sobre proyecto de Pedro Sánchez, su planta elíptica, es única en la arquitectura sevillana. Tras la expulsión de los jesuitas en 1767, tiene una vida insegura, convirtiéndose en cuartel a partir de la Guerra de la Independencia.

Al ser derribado en 1956 todo el conjunto del colegio, conservándose en la actualidad sólo la iglesia de San Hermenegildo, se restaura la capilla, bajo la dirección del arquitecto Félix Hernández, pasando desde entonces a ser Salón Municipal, en el cual se instala provisionalmente el Museo de Arte Contemporáneo, estuvo destinado a Sala Municipal de Teatro. Se proyecta por el arquitecto municipal D. Aurelio Gómez de Terreros unos jardines que en 1958 son inaugurados, se le denomina entonces Plaza del 18 de Julio por su proximidad al que fuera edificio de Capitanía General en el momento de la insurrección militar del año 1.936.

En el año 1974, y con motivo de las obras de construcción del aparcamiento subterráneo de unos grandes almacenes, se levantan estos jardines, realizándose un nuevo proyecto por el arquitecto D. Amalio Saldaña, dándole su aspecto actual, quedando inaugurada en el año 1976.

En el año 1.980 la plaza es denominada de la Concordia.

Todo el jardín se encuentra situado sobre la estructura del aparcamiento, pavimentos de losas de granito y enchinado blanco y cimeras del mismo material, componen su conjunto arquitectónico.

Actualmente el espacio central de la plaza incluye la ex-iglesia de San Hermenegildo, ahora centro de actividades culturales y durante un tiempo fue salón de plenos del Parlamento de Andalucía. El espacio ajardinado, organizado en tres ambientes distintos, uno de ellos en torno a un estanque rectangular y otro elevado sobre cuatro escalones al resto de la plaza, construida sobre un aparcamiento subterráneo.

La vegetación la componen las tipuanas. -Tipuana tipu como árboles de sombra en la parte elevada y magnolios. -Magnolia grandiflora y naranjo. -Citrus aurantium en las zonas de jardín rasantes con las calles que la circundan.

La plaza está pavimentada con losas de granito y enchinados, con farolas de fundición y bancos de granito y fundición.

La plaza goza de una gran animación al estar muy transitada en horas diurnas debido a la existencia de unos grandes almacenes y ser lugar de paso al barrio del Gran Poder.

Se instalaron últimamente unos juegos infantiles en la plaza.

Sevilla.-Plaza de la Gavidia.- Monumento a Daoiz

LA PLAZA DE LA GAVIDIA

En la década de 1830 se plantaron árboles que pocos años más tarde fueron arrancados, de nuevo fueron plantados en 1854, hasta que en 1880 sufre una profunda remodelación: las dos hileras de árboles que bordeaban la plaza fueron sustituidos por cuatro parterres que formaban una figura ovalada en el centro de los cuales se situó el Monumento al Dos de mayo de 1884 en memoria del héroe militar nacido en Sevilla, Luis Daoíz. El tamaño de los pies, exagerado en esta escultura, ha propiciado el dicho popular: «Más grande que los pies de Daóiz», cuando se quiere destacar algo de grandes dimensiones.

«El monumento a Daoiz inaugurado en 1889, se levanta sobre pedestal de mármol rojo según la traza del arquitecto municipal D. Francisco Aurelio Álvarez.

La estatua y los bajo relieves con escenas de la gesta del 2 de Mayo, que figuran en sendas caras del pedestal, fueron modeladas por Antonio Susillo en 1882, y realizadas en bronce en la Fundición de Artillería de Sevilla, así como la verja que rodea al monumento, representando cañones con escobillones cruzados y coronas, enlazados por fuertes cabos».

Una posterior reforma se ha realizado recientemente, en el año 1978 quedó terminada, consistiendo principalmente en la pavimentación de la plaza con losa de Sierra Elvira y enchinado, formación de arriates en los árboles existentes, Catalpa bignonioides, y colocación de bancos tradicionales de fundición, lo que la configura en su estado actual, en la que también están representados los naranjos agrios y las palmeras. En su perímetro plátanos y fresnos. Últimamente se han plantado magnolias. -Magnolia grandiflora.

«Anteriormente fue llamada plaza de la Gaviria 1771-1778, que por corrupción del idioma se convirtió en Gavidia.

En Cabildo de 23 de mayo de 1862 se acordó se denominase del Infante Don Felipe, en memoria del feliz nacimiento de éste, hijo de los duques de Montpensier. En 1868 se dedicó a D. Ramón García Calatrava, hasta que en 1875 los concejales de la Restauración le volvieron el antiguo nombre de la Gavidia, sin embargo, Sevilla para solemnizar la proclamación del rey D. Alfonso XIII acordó el 2 de mayo de 1902 darle el nombre de este monarca, plaza de Alfonso XIII, en la actualidad sigue con su nombre primitivo corrupto, plaza de la Gavidia».

 

Sevilla.-Plaza del Museo   Monumento a Bartolome Esteban Murillo                Plaza del Museo.-Ficus macrophylla.-Higuera de Moretón

LA PLAZA DEL MUSEO

«Sobre la parte del noviciado del exconvento de la Merced, comenzaron en 1840 las obras de la plaza. En 1846 se inauguró con bancos y cestas de flores, una fuente en su centro, y en el contorno bustos de mármol y pedestales de piedra traídos del palacio arzobispal de la Villa de Umbrete con ricas estatuas y cabezas que la decoraban, posadas sobre caprichosos pedestales. Los bustos eran de emperatrices, emperadores romanos y estaba plantado con dos hileras de árboles.

En 1852 se hizo la fachada del edificio destinado a Museo. En 1864 fue reemplazada la fuente por el pedestal y la estatua del pintor sevillano Bartolomé Esteban Murillo, trasladándose fuente y bustos a los jardines de las Delicias de Arjona. Y en 1921 se exornó el andén de la plaza con arriates y bancos de estilo sevillano»

El 15 de junio de 1900 se llamó del Conde de Casa Galindo. En el siglo XVI se la llamaba de la Merced por el convento de este título, ahora Museo de Bellas Artes.

«El diseño del pedestal del monumento a Murillo que preside la plaza, se debe al arquitecto sevillano D. Demetrio de los Ríos, esculpiéndose en mármol de Carrara por los artistas Vanelli, Caniparoli y Giemiguiani, siendo la escultura fundida en bronce en París, según el modelo del escultor madrileño Sabino Medina».

Rodean la plaza naranjos agrios. -Citrus aurantium que sustituyeron a unas envejecidas acacias, destacando en la plaza dos Higuera de Bahía Moreton. – Ficus macrophylla, junto con altas y esbeltas palmeras. -Phoenix dactylifera.

La plaza ha sufrido varias remodelaciones, la última según proyecto de la arquitecta Inés Campos. viendo alterada su estructura original con la creación de una pequeña rotonda circular en torno a un solitario magnolio (Magnolia grandiflora). El resto de la vegetación se centra en jacarandas (Jacaranda mimosaefolia) plantadas como consecuencia de esta remodelación relativamente reciente de la plaza y de la vía de acceso al Museo. También existen palmeras (Phoenix dactylifera) y un encintado perimetral de naranjos (Citrus aurantium) bordean la plaza.

Sevilla.-Torre Don Fadrique

LA TORRE DE DON FADRIQUE (CONVENTO DE STA. CLARA)

«Edificada en 1252 por el Infante D. Fadrique, hijo de San Fernando.Fué donada por Sancho IV en 1289 a las monjas Clarisas.

En 1920 el Excmo. Ayuntamiento adquiere la huerta con las torres y otras dependencias del Convento, y establece allí la Colección Arqueológica Municipal, llevando a cabo obras de adaptación, se practica una profunda excavación hasta encontrar el nivel antiguo del basamento de la torre. Lo que se aprovechó para realizar una alberca alargada ante ella, en la que se refleja el monumento, salvándose el desnivel resultante con amplias escaleras y rodeándolo de jardines»

Destaca en estos jardines un viejo ejemplar de Laurus nobilis (Laurel salsero) sin duda el más antiguo de Sevilla, naranjos y setos de arrayán forman el conjunto vegetal que enmarca el monumento.

EL MONUMENTO A SANTA ANGELA DE LA CRUZ

«Con la aportación de personas y entidades devotas de la abnegada labor de caridad que realiza la Fundación de las Hermanas de la Cruz (en el siglo Angela Guerrero González), se ha erigido este monumento a la entrada de la calle que lleva su nombre, en el pequeño jardín adosado a la fachada lateral de la Parroquia de San Pedro.

La escultura, que se levanta sobre pedestal de no mucha altura y sencillos volúmenes, es obra del profesor de la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, D. Antonio Gavira Alba. Se inauguró el 6 enero de 1966″

El pedestal, igualmente sencillo y en piedra, es un prisma en cuya parte delantera figura la inscripción «A / SOR ANGELA DE LA CRUZ / MADRE DE LOS POBRES/ SEVILLA AGRADECIDA / 1965». Sobre éste y a los pies de la escultura siempre se encuentran flores, que se reponen diariamente por los floristas del mercado de la Encarnación.

Jardín bordeado con seto de aligustre y plantado de rosales, un ciprés, un jazmín y pacíficos, componen el sencillo entorno.

LA PLAZA DEL ALTOZANO. MONUMENTO A JUAN BELMONTE

El 30 de septiembre de 1972 se inauguró en Sevilla este monumento escultural al torero Juan Belmonte apodado “El Pasmo de Triana”, barrio donde vivió desde niño, aunque en realidad nació en la calle Feria, en Sevilla. Tuvieron que pasar once años desde la muerte del torero, hasta que el Ayuntamiento, por iniciativa del Ateneo, decidiera construir un monumento en este popular barrio que recordara al torero de Triana.

Triana.-Monumento a Juan Belmonte
Sevilla.-Plaza del Altozano.-Ficus elastica var. decora

En las confluencias de las calles Betis y Pureza con la plaza del Altozano. Todo un símbolo de la Triana de siempre. Se ha alzado un monumento a la memoria de Juan Belmonte en bronce obra de Venancio Blanco. Sobre pedestal de ladrillo limpio, mirando a la Real Maestranza que se asoma al Guadalquivir, la estatua de Belmonte, modernista, preside estos pequeños jardines.

El entorno del monumento y el basamento de ladrillo fueron obra del arquitecto y aparejador municipal Luis Recasens Méndez y Queipo de Llano y José Lupiáñez Álvarez respectivamente.

La escultura y un magnífico Ficus elástica var. decora, un drago. -Dracaena drago y damas de noche y arrayanes componen este pequeño jardín.

LA PLAZA DE SANTA MARIA LA BLANCA

Sacamos del estimable libro «Las calles de Sevilla» de D. Santiago Montoto, la historia de esta antigua plaza: «Por el templo de esta advocación sito en ella. El nombre más antiguo que conozco de esta vía es el de Acuayca. Está mencionado en el dote de la Iglesia de Santa María la Blanca, constituido en escritura del 2 de agosto de 1391, ante el escribano González» (Arch. de la Catedral).

El Acuayca está nombrado en la Replicación de Juan Alfonso contra Ferrán Manuel, según se lee en el Cancionero de Baena:

«Fernand Manuel, a los de Zadique

O del Acuayca d’alla de Sevilla,

O algunos gallegos de la Costanilla,

Porniedes vos miedo con vuestro replique«.

Acuayca, según nota de Ochoa de dicho Cancionero, es «voz arábica y diminutivo de as-soc, que significa el zoco o mercado, como si dijéramos los mercadillos».

La anchura de delante de la Iglesia se denominó plaza de Santa María la Blanca, y la parte desde el templo a la terminación Ancha de Santa María la Blanca. En esta plaza, según se lee en el Entremés de los Mirones, atribuido a Cervantes, «suele juntarse infinidad de negros y negras”.

El último trayecto se llamó Puerta de la Carne, por la que se entraba en la ciudad del próximo matadero, donde nació Berganza, el compañero de Cipión, y, según algunos, antes Puerta de Minjoar, corrupción de Bad el Chuar (Puerta de las Perlas). Rodrigo Caro, en sus Antigüedades de Sevilla, dice que el nombre de Minjoar lo tomó de un judío rico que cerca de ella vivía. González de León afirma que se llamó -no sé dónde tomaría la noticia- de Ahoar o Vib Alohar por el que la construyó reedificándola.

En el siglo XVI su principio se llamó indistintamente plaza de Zúñiga, del Duque de Béjar, de Villamanrique, por el apellido y títulos de la casa ducal de Béjar, cuyo palacio aún se conserva.

Situada en la calle de la iglesia del mismo nombre en la Puerta de la Carne.

En el año 1976 se restaura esta plaza bajo la dirección del arquitecto municipal D. Amalio Saldaña García, pavimentándose su solar con losas de piedra de Sierra Elvira y enchinando, colocándose bancos clásicos de fundición y plantándose naranjos en la misma.

Sevilla.-Plaza Santa Isabel.-Comendadoras_de_San_Juan,

LA PLAZA DE SANTA ISABEL

Las primeras referencias históricas aluden a ella como la plaza que está detrás de San Marcos y, desde finales del siglo XVI (1586) es nombrada como plazuela de Santa Isabel.

Ubicada en la confluencia de las calles Sta. Paula y Vergara, a espalda de la Iglesia de San Marcos, toma el nombre de Santa Isabel por el convento de monjas que se halla frontero a la plaza, con el título de la Visitación de Nuestra Señora a su prima Santa Isabel, fundado por doña Isabel de León y Farfán.

Se debe la restauración al proyecto redactado por el arquitecto municipal D. Luis Gómez Estern, ejecutado en la década de los años 60 del siglo XX.

Actualmente la mayor parte de la plaza está ordenada como espacio de recreo, con el fin de proporcionar esparcimiento a la población infantil de aquella zona.

Una fuente y entorno a ella cuatro bancos de ladrillo y cerámica con respaldo de hierro. Naranjos en los alcorques de la plaza, un almez y un gran granado de flor,.-Punica granatum fl Pl,

LA PLAZA DE MOLVIEDRO

En el libro de D. Santiago Montoto «Las calles de Sevilla» al referirse a la plaza de Molviedro escribe así: «En memoria de don Miguel Prudencio de Molviedro, que en beneficio del barrio de La Laguna edificó la capilla de Nuestra Señora del Mayor Dolor, y cedió a la ciudad parte de la calle de la Laguna, la plaza llamada hoy de Molviedro, la antigua calle del Palenque, hoy del Padre Marchena. En el plano de 1771 se titula de Molviedro a la actual calle de Castelar.

El nombre de la plaza de Molviedro se le dió en 1845, a la que se llamaba compás de la Laguna y plaza de La Laguna, se equivocó González de León (Bosquejo de las variaciones…) al afirmar que las modificaciones hechas por Molviedro en estos lugares fueron en 1612. No es de extrañar el error, ya que ni supo el nombre de pila de tan insigne patricio.

En estos lugares pensó la Ciudad erigir una estatua al Rey Carlos III, ya que en su reinado se había llevado a cabo el embellecimiento de estos parajes. Mas su Majestad declinó la honra, en carta del Marqués de Aguilar (1760), felicitando a Sevilla por la reconstrucción del barrio de La Laguna, y manifestando al par que no aceptaba la dedicación de la estatua por no gravar los fondos del Ayuntamiento»

La Plaza de Molviedro es un pequeño rincón a medio camino entre el barrio del Arenal y el centro histórico de nuestra ciudad. Esta plaza es conocida principalmente por estar situada allí la Capilla de Nuestra Señora del Mayor Dolor y la Hermandad de Jesús Despojado.

En medio de dicha plaza hay una pequeña cruz de hierro sobre una columna de piedra

Últimamente, año 1996, ha sido reordenada según proyecto de la arquitecta Inés Campos, plantando jacarandas.-Jacaranda mimosifolia como principal especie vegetal.

Sevilla.-Plaza de las Mercedarias

LA PLAZA DE LAS MERCEDARIAS

Construida sobre el solar del antiguo Monasterio de la Visitación de Santa María de las Salesas, se denominó de San Bartolomé, cambiándose por el actual de las Mercedarias, para evitar confusiones con la inmediata a la parroquia de dicho nombre.

En esta plaza, estuvo en su momento la Iglesia de San Bartolomé, que posteriormente se trasladaría a su emplazamiento actual, en la Calle Levíes.

Una vez trasladada la parroquia, y en el solar que quedó vacante, establecieron sus casas los Marqueses de Villanueva del Fresno. Los cuales, en el siglo XIX, dejaron su lugar al Convento de las Salesas. Este convento se mantiene, hoy día, a pesar de los hechos acaecidos durante la Guerra Civil.

Lo mismo se podría decir del vecino Convento de las Mercedarias, que durante la Guerra Civil sufrió mucho más que el de las Salesas. El de las Mercedarias es el que da nombre a la plaza que nos ocupa, el cual data de 1625.

A parte de estos dos conventos, debemos fijarnos en otro elemento destacado de la plaza, una cruz de forja. Cruces como esta, eran muy habituales para recordar que en ese lugar había habido un cementerio, para marcar los límites de las collaciones, etc.

El pavimento inconcreto de losas de Tarifa y unos Brachychiton populneum componen el conjunto de esta diminuta plaza, remodelada recientemente con la plantación de laureles de Indias, naranjos y árbol de Júpiter muchos desaparecidos. Colocándose bancos de piedra en la misma

LA PLAZA DE CARMEN BENITEZ

En la antigüedad se tituló de San Roque por estar frontera la parroquia del mismo nombre cambiándose poco después por la del Santo Tutelar para no confundirla con la calle de San Roque que existía en el barrio del Museo.

Por el Ayuntamiento se acordó en sesión del 3 de julio de 1896, darle el título actual de plaza de Carmen Benítez, «para perpetuar la memoria de dicha señora, y como testimonio de gratitud por la donación que ha hecho al Municipio de un edificio para escuelas públicas, construído a sus expensas en la vía antes citada».

Circundada por Melia azedarach, Paraíso, es la única aportación vegetal, junto con los bancos modernos de cerámica, componen la plaza en la actualidad.

Unos Platanus híbrida, Plátano de Indias, se encuentran plantados en el acerado delante del colegio existente.

El 10 de septiembre de 1915, se aprueba el proyecto de jardines redactado por el ingeniero municipal D. Luis Estrada para esta plaza.

Esta plaza fué restaurada en el año 1964, sustituyendo el pavimento terrizo por el actual, construyéndose bancos de mampostería con escuadras y azulejos de Triana. En esta fecha se dotó de farolas de alumbrado.

LA PLAZA DE LA ALIANZA

Según dice D. Santiago Montoto, en su libro «Las calles de Sevilla», tomó el título de la Alianza por un establecimiento mercantil del mismo nombre que se encontraba en ella emplazado.

Anteriormente se denominó Plaza del Pozo Seco por uno que existió en su ámbito.

Por los años 60 con motivo de la apertura de la nueva calle, en la actualidad Joaquín Romero Murube, que enlaza la plaza del Triunfo con esta de La Alianza, para dejar vista la zona de murallas y torreones del Alcázar colindantes, se reforma ésta, pavimentándola de guijarros y adoquín, situando en el centro de la misma una artística fuente, procedente de los jardines de Las Delicias.

La plaza comunica así mismo el paso a la cercana plaza de Doña Elvira a través del Rincón de Rodrigo Caro.

Se plantaron en el arriate adosado a las murallas del Alcázar, cipreses.-Cupressus sempervirens y granados en espaldera.-Punica granatum fl.pl., jazmines y damas de noche, que junto con una alineación de naranjos completan la estructura vegetal de la plaza.

En una de sus fachadas existe colocado un retablo de azulejos con la reproducción del Cristo de las Misericordias de la Hermandad de Santa Cruz, enmarcado por una gran bouganvillea roja, que llama poderosamente la atención ennobleciendo el conjunto, en el momento de su abundante floración. Con el tiempo la bouganvillea ha desaparecido.al igual que la hiedra invadiendo el Torreón del Alcazar.

LA PLAZA DEL DUQUE DE VERAGUA

«En el año 1899 se denominó con el nombre de Duque de Veragua en reconocimiento y gratitud al excelentísimo señor D. Cristóbal Colón y de la Cerda, duque de Veragua, «por haber accedido gustoso a que dentro del recinto de la gran basílica se conserven las cenizas veneradas del insigne navegante descubridor de la isla de Cuba» (3)

Anteriormente se denominó del Carmen por el convento frontero de los Carmelitas Calzados y en el siglo XIX se tituló de Cuba.

En la década de los 60 del actual, se reformó esta plaza según el proyecto del arquitecto municipal D. Luis Gómez Estern, pavimentándose y colocando bancos de ladrillo y azulejería modernos, siendo sustituidas las envejecidas acacias negras, Gleditsia triacanthos, por los naranjos que ahora existen. Tres fuentes bajas de granito se retiraron en otra remodelación y se encuentran ubicadas en la Glorieta a Concha Piquer en el Parque de María Luisa.

Sevilla .-Plaza San Juan de la Palma

LA PLAZA DE SAN JUAN DE LA PALMA

Llamada en la antigüedad esta plaza de San Juan Bautista, fue sustituido este título por el actual de San Juan de la Palma en 1875, por una que crecía en dicha plaza. Situada en la confluencia de las calles Feria, Regina y Espíritu Santo.

Con las reformas realizadas en el caserío que la compone, la plaza como tal ha desaparecido, derribándose unas pérgolas que existían con bouganvilleas y los bancos deteriorados por completo.

Permanecen el grupo de palmeras existentes y las acacias, Robinia pseudoacacia, que la enmarcan.

Un conjunto urbano tradicional degradado en la actualidad, que exige un adecuado estudio de planeamiento en función a devolver a este sector de la ciudad su carácter y a la plazoleta el encanto de un lugar de reposo para el ciudadano en el casco antiguo de la ciudad.

Tiene forma de triángulos, más estrecha en su arranque y muy ancha en la parte central, ocupa el espacio delantero de la fachada lateral de la parroquia. Lo que hoy se designa como plaza es la unión de ésta con el eje viario que tiene todas las características de calle.

Con pavimento de losas, bancos y algunos árboles, acacias, palmeras y naranjos, configuran este espacio urbano.

Considero desafortunada la instalación de un área de juegos infantiles en la Plaza.

Sevilla.-Plaza Teresa Enriquez

LA PLAZA DE TERESA ENRIQUEZ

En el libro de D. Santiago Montoto «Las calles de Sevilla», al referirse a esta plaza dice así: «Por acuerdo capitular de 24 de octubre de 1919, a la plaza de Gunderico se dio el nombre de Doña Teresa Enríquez «Loca del Sacramento» por su encendido amor a la Eucaristía, amiga y confidente de Isabel la Católica».

En el antiguo y curioso libro «Carros de las donas» se leen las siguientes palabras: «Edificio en la Villa Torrijos una Iglesia Colegial de maravilloso edificio de bóveda, dotóla de rentas y calidez, cruces ornamentos: llamóse «Corpus Christi» porque esta señora era muy devota del Santísimo. E porque le ficieron relación que en Roma, cuando llevaban el Sacramento a los enfermos, no lo llevaban con aquella reverencia que razón, hizo edificar una capilla muy suntuosa en una parroquia de lo más público de Roma, que se llama de San Clemente in Damaso, la cual dotó de muchos ornamentos, muchos cálices y custodias, así para estar el Sacramento en el altar, como para cuando lo llevasen a los enfermos… y procuró de nuestro Santo Padre una bula del Sacramento para toda España; lo cual ha placido a Dios, que en cada parroquia de la mayor parte de España, hay una cofradía del Sacramento».

A través del tiempo ha tenido distintos nombres, como el de Gunderico, de los Godos, Cementerio de San Vicente y Chica de San Vicente.

Hoy la plaza de Teresa Enríquez es una de las que prioritariamente debe ser rescatada, su cruz sobre columnas de mármol ha desaparecido, sus plantaciones desde años arrasadas, es una plaza más de las que no ha podido evitar ser convertida en un aparcamiento de vehículos, sólo los naranjos que la enmarcan en el acerado que la circunda y su nombre, nos dan una idea de que aquel lugar podría haber sido una plaza.

El pavimento de adoquín ha sido cubierto con una capa de asfalto, convirtiéndolo en una vulgar calle. Sólo la sensibilidad y la voluntad de rescatar la historia de Sevilla, pueden devolver a esta plaza su antigua fisonomía.

En 1970 se restauro el crucero y años después de reurbanizó la Plaza a su estado actual.

Sevilla.-Plaza de San Leandro.-Pila del Pato                                                            Plaza de San Leandro.-Ficus microcarpa.-Laurel de Indias

LA PLAZA DE SAN LEANDRO,

En la confluencia de las calles Alhóndiga, Imperial y Francisco Carrión Mejías, se encuentra la plaza de San Leandro.

Recibe esta denominación desde 1572 por el convento de religiosas agustinas allí levantado en el siglo XIV.

En 1853 fue dotada de una fuente de hierro fundido y en fecha imprecisa con árboles, pero en 1906 se procedió a la corta de los mismos salvo uno, porque éstos estorbaban al tráfico.

Actualmente posee una calzada perimetral y está pavimentada con adoquines y enchinado. Un sólo laurel de Indias y unos naranjos agrios dan verdor a la plaza.

En el centro de la misma se encuentra una fuente conocida vulgarmente por «La Pila del Pato», fuente muy popular en Sevilla, que en el transcurso del tiempo ha conocido diferentes emplazamientos, como fueron la plaza de San Francisco, Alameda de Hércules, y por último la plaza de San Sebastián frente a la actual estación de Autobuses.

La plaza fue reformada en los años 60, instalando la fuente de referencia procedente de la plaza de San Sebastián al construirse el nuevo Palacio de Justicia en el Prado, pavimentada con adoquín y chinas, la plaza era de terriza y existía un buen ejemplar de Laurel de Indias.

En la reforma citada, la plaza, que era terriza, se pavimentó con adoquines y enchinado. Al mismo tiempo, se respetó el magnífico Laurel de Indias que ya existía y se plantaron los naranjos del perímetro.

La pavimentación de la Plaza asfixio el sistema radicular del árbol creándole problemas de subsistencia, hubo que construirle perforaciones drenantes y retirar pavimento del tronco del árbol.

Sevilla.-Plaza Cristo de Burgos.-Ficus macrophylla                                                Monumento dedicado a “Niño Ricardo», guitarrista flamenco.

LA PLAZA DEL CRISTO DE BURGOS

Al principio del siglo XVII se denominó de los Descalzos, por estar enclavada en ella el convento hoy desaparecido de los Padres Trinitarios Descalzos. En esta plaza se encontraba una mezquita del barrio desaparecido llamado del Adarvejo.

Figuró en su solar la primera fábrica de Tabacos que se edificó en España, posteriormente transformado en cuartel, una vez derribado este edificio se convirtió en la actual plaza, esto ocurría en el año 1840.

La fisonomía actual no responde, al proyecto que en 1865 realizará el entonces arquitecto municipal Balbino Marrón. Se ha visto rectificadas las alineaciones de su perímetro en numerosas ocasiones, la última en 1958 en la esquina de la calle Imagen –propiamente en la Plaza de San Pedro- con motivo del ensanche de ésta.

Disponía de unas pérgolas y amplias zonas de jardín que se han ido reduciendo con el tiempo.

En la actualidad se han efectuado obras de reformas consistentes en la pavimentación de toda su superficie a base de ladrillo y olambrillas, así como la reconstrucción de los bancos, todos ellos de azulejos trianeros modernos.

Esta plaza tomó su actual nombre en 1950, anteriormente se denominó de Argüelles en homenaje al insigne orador D. Agustín de Argüelles.

Principal atractivo vegetal de la plaza son los cuatro grandes Higueras de Moretón. – Ficus macrophylla, plantados en las cuatro esquinas del rectángulo que la conforma. Mucha gente los confunde con magnolios.

Estos árboles fueron plantados en 1925-1930, traídos del macetero del parque de María Luisa.

Completaban la vegetación de la plaza unas palmeras de canarias. -Phoenix canariensis, ahora desaparecidas por el ataque del Rhynchophorus ferrugineus especie de coleóptero que elimino muchas palmeras en la ciudad y unos magníficos plátanos orientales..-Platanusx hibrida que todavía subsisten.

En el 2005 se colocó sobre un basamento una escultura dedicada al “Niño Ricardo», guitarrista flamenco. con una dedicatoria 2 Monumento dedicado al genial guitarrista Manuel Serrapi Sanchez “Niño Ricardo “iniciativa de la peña que lleva su nombre y del Excmo. Ayuntamiento de Sevilla” Sevilla 2004 en el centenario de su nacimiento.

La colocación de juegos infantiles en esta plaza tradicional a mi juicio un desacierto.

Sevilla.-Plaza de San Lorenzo.Luciendo palmeras,ahora desaparecidas.                                  Plaza San Lorenzo.-Foto antigua

LA PLAZA DE SAN LORENZO

Situada en las confluencias de la calles Cardenal Spínola, Conde de Barajas y Juan Rabadán, la plaza de San Lorenzo, le da nombre a este señorial barrio, cuna del insigne poeta Gustavo Adolfo Bécquer, que vivió en la frontera calle conde de Barajas, alberga esta plaza la parroquia del mismo nombre así como el templo en el que se venera la popularísima imagen de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder, una de las devociones más arraigadas en los sevillanos, que abarrotan el templo los viernes de todo el año para postrarse antes sus plantas.

Se encuentra pavimentada la plaza con ladrillos, enchinado y tiras de piedras graníticas, distribuidos por su entorno varios bancos de granito con respaldo de hierro forjado y faroles de fundición.

Su estructura verde la forman una plantación perimetral de Platanus x híbrida, Plátano de Indias, y dos palmeras Phoenix canariensis desaparecidas en el año 2016 por el ataque del picudo rojo. – Rhynchophorus. El acerado de los templos está plantado de naranjos agrios.

Por caída de ramas y ante su mal estado se han cortado Platanus x hibrida de los plantados originalmente en la plaza, sustituyéndolos por almeces. -Celtis australes.

LA PLAZA DE FERNANDO DE HERRERA

La primera denominación conocida fué la de plazuela del Cementerio de la Iglesia de San Andrés, alternando con la de Plaza del Cementerio. Más tarde se conoció como plazuela de la Cruz. Desde 1875 se conoce como Fernando de Herrera, gran poeta sevillano (1534-1597).

Delimitada por las calles Fernando de Herrera, Angostillo y Daóiz, se forma esta plaza, está construida sobre el solar de antiguas edificaciones, que al ser derribadas para su posterior reconstrucción, siendo Alcalde D. Juan Fernández Rodríguez y García del Busto, y viendo la perspectiva que ofrecía la fachada trasera de la contigua parroquia de San Andrés, acordó el Ayuntamiento que presidía, incoar expediente de expropiación para llevar a cabo las obras de la nueva plaza, obras que se iniciaron en el año 1976, según proyecto del arquitecto municipal D. Amalio Saldaña García, finalizándose en 1977.

La plaza fué pavimentada, se construyeron elevados arriates de ladrillos y azulejos, instalándose una farola en el centro. Y se plantaron naranjos en la misma. En la actualidad esta pavimentada y desaparecidos los arriates construidos.

Con la expropiación de este solar edificable, se inició una política, que no se ha continuado, de encontrar soluciones a la falta de espacios verdes públicos en el centro de la ciudad, que palíen en lo posible la desaparición de tantos y tantos patios que actuaban como reguladores de la falta de zonas verdes. Un mayor aprovechamiento de la edificación en el casco ha producido una pérdida de escala entre el suelo público y el crecimiento demográfico en las propiedades particulares.

PLAZA DE LA ENCARNACIÓN

Planta de trazado sensiblemente rectangular, resultado de las alineaciones a que ha sido sometida y de distintas operaciones urbanísticas que se prolongan desde el siglo XVI hasta nuestros días.

Sevilla.-Plaza de la Encarnación recién plantada presidiendo la fuente            Plaza de la Encarnación.-Ficus microcarpa.-Laurel de Indias un peligro en la plaza.

La plaza se dispone con un basamento circular ordenado en torno a la histórica fuente de mármol instalada originariamente en la plazuela de la Encarnación en 1720, trasladada al interior del Mercado cuando éste fué construido un siglo más tarde y de nuevo recuperada como elemento central de la plaza que se construye entre 1948 y 1950. En torno a la fuente se disponen varios bancos con asiento de piedra y respaldo de hierro, cuatro parterres en forma de crucero componen este espacio urbano.

«Con motivo del ensanche de la calle Imagen, se derriba parte del mercado de la Encarnación, construyéndose en el solar resultante, la actual plaza de la Encarnación, en su centro se encuentra una antigua fuente que existía en el mercado y que data del año 1720, la cual abastecía de agua a los distintos puestos ubicados en el mismo”. Rodean la plaza bancos curvos de piedra con respaldos de hierro forjado.

Destaca en la vegetación de la plaza cuatro Syagrus romanzoffianum, Coco plumoso, y tres Laurel de Indias, Ficus microcarpa, uno de ellos fué abatido por un temporal y los existentes deben ser controlados para evitar caídas de ramas en un lugar tan transitado, junto con Platanus x híbrida, Plátano de Indias, y naranjos, forman la estructura vegetal de la plaza, complementada con cuatro arriates simétricos al pie de los árboles, que son plantados sucesivamente con plantas de sombra y de flor. Existían dos álamos blancos, Populus alba, de gran porte uno fué abatido por pudrición de raíces en el invierno de 1982, y el otro ha desaparecido en las ultimas obras de reforma de la plaza.

La Plaza tradicional ha desaparecido queda solo en el recuerdo, la construcción del Metropol Parasol, vulgarmente “Las Setas “han desvirtuado la plaza tradicional, la fuente sigue presidiendo, no se sabe el que, ya que lo que presidia ha desaparecido totalmente. Para arreglarlo solo falta que alguien se le ocurra poner una zona de juegos infantiles, como ha ocurrido en otras plazas históricas.

Sevilla Enero 2018