El almez (Celtis) del cual hay unas 80 especies pertenece a la familia de Ulmácea. El Celtis australis es un árbol que crece espontáneamente en las regiones mediterráneas de Europa y Asia Menor. Este elegante árbol con follaje caducifolio tiene un tronco delgado cuyo diámetro puede alcanzar 1m. Su corteza gris marcada con protuberancias se asemeja a la del árbol de haya. Sus hojas son ovales, dentadas y rugosas. A medida que se desarrolla, toma un hábito redondeado y extendido y puede tener entre 15 y 25 m de alto y entre 8 y 10 m de ancho. En regiones frías, forma un árbol pequeño. Sus frutos, las almecinas son drupas carnosas negras que solían usarse para producir alcohol.
Los mas antiguos aparecen en los Jardines de las Delicias de Arjona y en el Parque de María Luisa, pero no se habían utilizado como arboles de calle.
Ha aparecido en los últimos cincuenta años en plantaciones de calles y avenidas de la ciudad, calles José Galván Merino, Mata de Carriazo, Alfonso Lasso de la Vega, en Avda. Ronda del Amarguillo Y Avda. Rey Juan Carlos I y otras calles, los últimos en la Alameda de Hércules sustituyendo los caducos olmos.
El almez americano (Celtis occidentalis), cuya corteza gris se hincha con la edad, tiene pequeñas hojas de color verde brillante que se vuelven amarillo pálido en otoño y da frutos que son de color púrpura cuando están maduros. Mide en promedio 20 m de altura, pero los sujetos de edad pueden elevarse hasta 40 m. Anteriormente muy apreciado por su madera muy dura con la que se fabricaban mangos de herramientas, hoy en día se usa en el sur como árbol de alineación en sustitución del Platano de sombra, por las enfermedades y plagas que tienen en la ciudad. Se ha convertido en un excelente árbol de sombra.
Esta especie esta representada en el Parque de Miraflores donde se plantaron por primera vez en Sevilla, formando en la actualidad bellos paseos sombreados.
Tanto uno como el otro requieren suelos húmedos, ligeros y bien drenados, soporta los secos cuando está bien asentado. Es indiferente al sustrato, se cría tanto en suelos calizos como silíceos. Requieren una exposición soleada. Soportan bien el ambiente contaminado de las ciudades.
El almez es poco exigente en podas, se recomienda situar los árboles en un marco de plantación adecuado (10-12 metros) en paseos y de (8 a 10 metros) en acerados y solo admite podas de formación necesarias hasta que alcanza su forma y desarrollo natural de por si el árbol adquiere su forma redondeada u ovoide, solo podar cuando sea imprescindible por conflictos con elementos que configuras el espacio aéreo, farolas, señales semafóricas, líneas eléctricas etc.….
Son longevos y pueden vivir bien mantenidos en la ciudad hasta 500 años, lo que los hace excepcionales en los desarrollos urbanos.