

Siendo todavía propiedad de los Gimson visite el Pazo de la Saleta por indicación de Juan Pañella Bonastre entonces Técnico botánico del Servicio de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Barcelona del que fui ayudante unos años y de Antonio Lopez Lillo entonces Jefe de Montes de la Comunidad de Madrid quienes me hablaron de la importante colección de plantas de origen australiano y de Nueva Zelanda que habían introducido en España y allá que me fui para contactar con Robert y Margaret Gimson que con la amabilidad que les caracterizaba y donde aprendí de plantas que nunca había contemplado en cultivo en nuestro país.
Algunas de las fotografías que acompaño están digitalizadas de las diapositivas originales que todavía dispongo de aquel interesante viaje ,otras son del Pazo de la Saleta .com
El Pazo ha sido apreciado durante décadas por el público extranjero más por, visitantes de jardines, que no turistas. Pero ya se sabe, nadie es profeta en su tierra, y de ese dicho no se libran ni los jardines. Pero todo llega, tarde o temprano.
Hablamos de un pazo de labranza de construcción sencilla, sí, pero no podemos omitir que se encuentra en medio de un jardín de estilo inglés.
Y es que el Pazo de La Saleta es apreciado por su jardín y, muy especialmente, por sus camelios




Situado en San Vicente de Meis (Pontevedra), El Pazo de La Saleta es un paraíso escondido. En 1.721, Don Mateo Pérez de Caamaño, abogado con residencia en Cambados, recibió en herencia la finca y edificó en ella una casa.
El mayor de sus nietos construyó la capilla en 1.870 y se la dedicó a la Virgen de La Saleta, en honor a la localidad francesa La Salette, donde se la Virgen se apareció a los pastorcillos Melania y Maximino.
Pero si queremos hablar del jardín no es necesario retroceder tanto en el tiempo, tan solo tenemos que situarnos en 1967.
Fue entonces cuando el matrimonio británico Robert y Margaret Gimson adquirieron el pazo, que se encontraba en ruinas y en estado selvático. Robert Gimson era un fanático de la botánica y con su mujer, allí lograron crear un excepcional jardín botánico. Se afanaron en conseguir semillas procedentes de los cinco continentes e introdujeron en el jardín especies que hoy son una rareza en este país y que se alternan con especies autóctonas.




Lo interesante de esa época es que «con ayuda de la arquitecta paisajística Brenda Colvin, crearon este jardín de estilo inglés, a partir del año 1968, con especies traídas de todo el mundo
El jardín fue diseñado en 1970 por la arquitecta paisajista Brenda Colvin posee actualmente una de las colecciones botánicas más variadas de Galicia con especies de Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica, Sudamérica, Estados Unidos, Asia… que se extienden a lo largo de dos hectáreas ,creó en La Saleta un jardín con carácter propio con especies autóctonas y una gran variedad de semillas procedentes de Oriente, Australia, de Nueva Zelanda, Sudáfrica o Sudamérica. con un estilo típicamente inglés y pintoresco -salvaje, romántico y exuberante- que se integra a la perfección en el paisaje de Galicia. . Además, prestó especial atención a diferentes variedades de camelias, que desde entonces es otra de las particularidades por las que destaca este espléndido jardín.
La afamada paisajista británica, nacida en la India, es reconocida por una intensa trayectoria profesional y por ser la creadora del jardín del Campus de la Universidad galesa de Aberystwyth. .
Los Gibson introdujeron especies en Galicia como el Callistemon y sus jardines albergan hoy en día árboles con copas que parecen estar más cerca del cielo que de la tierra
El Jardín de La Saleta, posee «una de las más importantes colecciones botánicas privadas de España», según el Comité Español del Programa Hombre y Biosfera de la Unesco y está integrado en la famosa Ruta de la Camelia. Magnolias, rododendros, acacias y especies más raras procedentes de Australia, Sudáfrica, Nueva Zelanda dan vida a este lugar único y diferente en cada época del año.







Sus actuales propietarios han sabido mantenerlo e incrementar la riqueza de estas especies siguiendo la filosofía de sus creadores: flora de todas las partes del mundo integrada en un espacio gallego con espíritu inglés, sin caminos predeterminados, para que el paseante descubra sus rincones y se sorprenda con su poesía.
Tras la muerte de R. Gimson los jardines quedaron poco a poco en el abandono y ante la imposibilidad de su mujer Margaret para cuidar de tal magnitud de extensión, fueron divididos en cuatro partes y una de ellas, la que más árboles y especies diferentes alberga, es la que hoy nos muestra, tras haber llevado una ardua tarea de reconstrucción, sus nuevas propietarias, Blanca Coladas y su hija Silvia Rodríguez que lo abrieron al público y dirigen las visitas guiadas concertadas previamente por teléfono.
La propiedad estuvo 10 años puesta a a la venta, se interesaron instituciones y particulares pero como la finca era muy grande se dividió en cuatro partes de diferentes tamaños como se indicó anteriormente y la familia Rodríguez Coladas compró en 1996 a Margaret Gimson, que ya era viuda, una parte de 20.000 metros .
Margaret Gimson, la anterior propietaria, falleció en 2015 en Leicester a los 93 años y hasta el último momento mantuvo el contacto con la familia Rodríguez Coladas








Un jardín Botánico
En 1996 la familia Rodríguez Coladas adquirió una buena parte de la propiedad, que incluía la capilla y el pazo, que restauraron, y 20.000 metros cuadrados de jardín de estilo inglés. Un legado formado por 1.500 ejemplares de plantas correspondientes a 370 especies diferentes donde destacan 170 camelios de 18 variedades distintas.
Hoy en día, el jardín posee una de las colecciones botánicas privadas más importantes de España, según el Comité Español del Programa Hombre y Biosfera de la Unesco.
Entre las especies existentes e introducidas –todas debidamente clasificadas y etiquetadas- se encuentran, por ejemplo, robles, eucaliptos y alcornoques; rododendros y azaleas; proteáceas y mirtáceas australianas o ericáceas sudamericanas.
Pero la estrella del jardín son los camelios, dado que Robert Gimson dedicó buena parte del jardín a su cultivo, lo que le valió varios reconocimientos, entre ellos el de la Camelia de Oro. En el jardín cultivó diferentes variedades de camelia blanca, rosa, roja, violácea, jaspeada, reticulada, y más. Lógicamente, el Pazo de La Saleta, además, está incluido dentro de la Ruta de la Camelia.
Desde entonces se afanan en conservar ese valioso patrimonio botánico e introducir nuevas especies. Blanca Coladas y su hija Silvia Rodriguez, propietarias, dirigen el pazo,
“ El jardín es inglés, diseñado por una arquitecta paisajista inglesa y creado inicialmente por ingleses, pero no podemos olvidar que este trocito de paraíso se asienta en tierra gallega, con su pazo de labranza, su capilla y su palomar y eso imprime carácter, ¡mucho! Además, somos reacias a hacer una “plantación de especies raras” en lugar de un “jardín hermoso”. No queremos que esto se convierta en una simple colección por muy extensa que sea. El Alma del jardín es tan importante como cada una de las plantas que lo integran y no queremos renunciar nunca a ella. Mientras nosotros seamos los propietarios, ¡habrá “toxos” y “xestas” conviviendo con el árbol sagrado de la tribu Mapuche de los Andes y con el Bravejum stelatifolium de Sudáfrica “ asi se expresaba en una entrevista Silvia Rodríguez Coladas





La colección de Callistemon, que es la más antigua de Galicia ya que fueron nuestros predecesores los que introdujeron esta especie aquí.
La colección de camelias, algunas muy raras, gracias a la cual el jardín es uno de los integrantes de la Ruta de la Camelia, también las raras magnolias con curiosas, y a veces increíbles, flores, el bellísimo Arbutus andrachnoides, un árbol que cambia de color cuando llueve, los rododendros de la India etc.…
Esta colección que estuvo a punto de perderse y gracias a la la sensibilidad de la familia Rodríguez Coladas al restaurar, conservar y difundir un bien patrimonial de primer orden que hoy podemos disfrutar y que de otra manera hubiera desaparecido con el paso del tiempo.
Los amantes de los jardines les estamos sumamente agradecidos. El Pazo bien merece una visita más ahora en tiempo de camelios en flor.
Febrero 2019