Charla pronunciada con motivo del XXXIII Aniversario de la Fundación de la Asociación Amigos de los Jardines de la Oliva
Jean Claude Nicolas Forestier ( 1861-1930 )
Politécnico de l´Ecole Forestiere de Nancy.-Profesional arquitecto paisajista francés especializados en las formas de transformación de las ciudades.
Paralelamente a sus trabajos en el servicio autónomo de Plantaciones y Paseos de la ciudad de Paris.
Realiza trabajos de jardines privados en Francia ,Marruecos, España y lleva a cabo trabajos de embellecimiento en la ciudad de Buenos Aires y La Habana.
En Sevilla, Barcelona Madrid, Santander, Ronda y Palma del Rio se le reconocen actuaciones
Con motivo de la Exposición Universal de 1889 a Paris se crea una nueva organización agrupando jóvenes arquitectos con un nuevo saber del urbanismo y una nueva problemática de la ciudad., EL propone su teoría “Grandes Villes et systemes de Parques “
Presenta dentro del arte de los Jardines el “Carnet de plans et dessins “
Francia lo olvida hasta 1990 cuando España lo enaltece como gran figura de la historia del arte de los jardines españoles y de América Latina como paisajista.
Fue cuando durante tres días, historiadores del arte, arquitectos paisajistas europeos y latino americanos analizan cada una de las obras de Forestier en un congreso organizado en Paris a tal efecto cuando resurge su figura.
La carrera administrativa de Forestier es compleja en 1889 reemplaza a Lepaute al jubilarse este y se hace cargo del Bois de Vicennes y toma la dirección de l´Ecole d´Horticulture de Breuil.
En 1898 deja sus funciones en el Bois de Vincennes y le nombran responsable del Sector Oeste de la ciudad que se corresponde con el Bois de Boulogne.
El servicio de Parques se reagrupa en dos sectores bajo el mando de un Servicio de Arquitectura de los Paseos y Plantaciones donde la autoridad máxima es el arquitecto Jean Formigué.
A partir de este momento y hasta su jubilación durante veinticinco años no cambia en sus funciones.
En 1904 crea la Rosaleda de la Bagatelle y su Concurso Internacional de Rosas en 1908.
Forestier no coincide con las teorías de Jean Formigué su jefe ,siendo este un obstáculo hasta su jubilación, ya que este continuo en su cargo hasta 1920.
Forestier irrumpió en España en 1911 con la Exposición hispano Americana, que después fue Iberoamericana de Sevilla y después con la Exposición Internacional de Barcelona ambas celebradas en el 1929,después vinieron encargos de ilustres personajes de la vida española con los que gustaba de relacionarse.
Para Forestier un jardín era una obra de arte ,auxiliado por la técnica. Lo concibe no solo como una concepción estética, sino también como espacio funcional.
Para Forestier el trazado del jardín era muy importante, simple, dinámico, fruto de la imaginación, pero lejos de parecer un decorado.
Era partidario de la geometría, pero con una interpretación libre.
En su eclecticismo se descubren una serie de influencias y estilos diferentes.
En los jardines realizados en España revela el respeto que tenia a las tradiciones y costumbres locales.
Forestier ama las perspectivas abiertas, pero también las abandona en algunos casos.
Forestier llega a Barcelona en 1915 a petición de Francesc Cambó comisario de la Junta Organizadora de la Exposición Internacional de 1929.
Empezó con el arreglo del Parque Laribal ( 1916 ) de terreno empinado donde ubico sus maravillosas pérgolas, bancos de ladrillo y cerámicas.
Hizo descender al agua a través de escaleras y una cascada central, instauró una rosaleda junto al Teatro Griego.
Forestier tenia varios modos de interpretar el clasicismo.
En Miramar realizo el ajardinamiento delante de lo que fue Restaurante Miramar ,después Radio Miramar y ahora edificio de una cadena hotelera.
En los trabajos realizados en Barcelona tuvo como colaborador a Nicolau María Rubio arquitecto después Director de los parques y jardines de Barcelona.
Forestier diseño el ajardinamiento de la Plaza del Museo de l Parque de la Ciutadella, una organización geométrica radial a partir de un estanque central oblongo presidido por la escultura Desconsol de Josep LLimona.
Realizo jardines para el Marques de Alella en ( 1916 ),la propiedad de Juan José Ferrer Vidal Güell,( 1919 ) en Pedralbes.
En Madrid fue el parterre trasero del Palacio de Liria para los Duques de Alba, de trazado sinuosos estilo francés del siglo XVII y XVIII. En Santander la Terraza de las Caballerizas del Palacio La Magdalena en 1917 de trazado geométrico y el jardín para la propiedad de Ángel Pérez en Valdenoja de carácter norteño.
En Ronda la Casa del Rey Moro e intervino en Moratalla.-Palma del Rio proyectando la entrada principal unida al jardín que ya existía.
Jardines que vamos a ver con más detalle, no he incluido el Parque de María Luisa y los jardines de Castilleja de Guzmán que por ser más próximos han aparecido en otros artículos.

JARDINES DE LARIBAL
Historia
La parte alta de los actuales jardines pertenecía a la finca de Josep Laribal, un prestigioso abogado cuyo nombre se ha perpetuado en los jardines. Allí se hizo construir un chalet neoárabe, rodeado de unos jardines eclécticos, con grandes árboles.
Tras la muerte de Laribal en 1908, la finca fue adquirida por el Ayuntamiento que fundó en ella la Escola del Bosc, que todavía existe. Simultáneamente, se iniciaron los estudios para urbanizar y ajardinar la montaña, con un proyecto global que inicialmente se encargó a Josep Amargós.
A principios del siglo pasado, en la zona que hoy ocupan los jardines Laribal se celebraban encuentros populares, sobre todo en la Font del Gat, o reuniones selectas, como las que hacía la Colla de l’Arròs, un grupo medio gastronómico medio político que tuvo una cierta influencia en la Barcelona del final del siglo XIX y principio del XX y que se reunía en un pequeño edificio situado donde ahora se encuentra el Museo Etnológico
Los jardines de Laribal, terminados en el 1922, también están vinculados con un acontecimiento posterior: la Exposición Internacional de Barcelona de 1929. Este acontecimiento representó la culminación de un proyecto iniciado en 1905 para organizar en Montjuïc una exposición sobre las industrias eléctricas, la energía emergente de aquel momento.
Los Jardines de Laribal son una de las perlas del Parque de Montjuïc y pasearse por ellos es un autentica delicia. La riquísima vegetación, junto con el agua que baja por cascadas y se escurre delicadamente en medio de amplias barandillas, los bancos de ladrillo y las plazoletas, crean un conjunto de una belleza excepcional.
Es un lugar en el que estar, para contemplarlo e ir descubriendo los miles de detalles que lo configuran, con una armonía difícil de superar.
Los Jardines de Laribal, de gran valor histórico, están formados por terrazas, caminos, plazoletas, pequeños estanques y una vegetación lozana y consolidada. Una serie de terrazas sobrepuestas están unidas entre sí por caminos y atajos de gran pendiente, con tramos de escaleras intercalados de diseño siempre diferente. Pérgolas de ladrillo visto, piedra y pilares blancos dan sombra a las zonas más llanas, adornados los pretiles con macetas. La vegetación, exótica en su mayoría, es rica y variada en especies.
La vegetación preexistente, desde plantas autóctonas hasta árboles frutales del pasado agrícola de la montaña, se integró en los jardines con un concepto de jardinería renovador y original, que sigue libremente la inspiración de los antiguos jardines árabes y de los «cármenes» de Granada, con una gran presencia de azulejos de cerámica, aguas ornamentales y el cultivo de plantas de flor en macetas colocadas en barandillas y alféizares.

Las escaleras del Generalife
El agua es la esencia del jardín, con pequeños y grandes estanques. Para conectar la parte superior del parque con los Jardines Amargós, actualmente Jardines del Teatre Grec, Forestier diseñó una escalera inspirada en la de los jardines del Generalife, con cascadas en los pasamanos, estanques con fuentes en los rellanos y bancos de piedra para reponerse y disfrutar del frescor y el sonido del agua
Los jardines de la Font del Gat
Unas pérgolas mirador llevan de unos jardines a otros, unidos por ejes de rampas, escaleras y cascadas que desembocan a través de la pendiente que va desde la parte más alta de los jardines Laribal hasta el paseo de Santa Madrona e integran la popular Font del Gat y un edificio decimonónico.
Se trata de un conjunto de caminos, terrazas y rincones que se adaptan al relieve con escaleras, rampas y una cascada monumental con cuatro secciones separadas por caminos y canales, que van conectando los diferentes tramos
Todo está cubierto por un espeso follaje mediterráneo y árboles frutales, como nísperos e higueras y palmeras de enormes copas. lo miramos desde abajo, junto al paseo de Santa Madrona, vemos que los altísimos cipreses situados al inicio de la cascada acentúan la verticalidad del conjunto.
La rosaleda de la Colla de l’Arròs
Una glorieta de cipreses, con una pequeña fuente en el centro, marca el inicio de un recorrido que, debajo de una pérgola con pilares de terracota, conduce a un patio ovalado y recluido también rodeado de cipreses: la rosaleda de la Colla de l’Arròs
Jardines mediterráneos
Estos jardines, incluidos en el recinto de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, obtuvieron una gran reputación. Sus autores, Jean Claude Nicolas Forestier y Nicolau M. Rubió Tudurí, crearon un nuevo estilo paisajístico de raíz mediterránea.
El jardín se configura en diferentes planos, con aire de patio, que están rodeados de cipreses e hileras de aligustres. En diferentes parterres rectangulares se han plantado antiguas variedades de rosales. En el centro destaca un pequeño estanque cuadrangular con azulejos esmaltados, presidido en la parte superior por Estival, una escultura de un desnudo femenino en mármol que contempla la rosaleda y, más allá, Barcelona.




La plaza del Claustre
De hecho se trata del jardín de Sant Miquel, junto al paseo de Santa Madrona, en el que destacan tres grandes plataneros que ya existían antes de que Forestier diseñara los jardines.
Al fondo, los muros de lo que antes había sido una antigua cantera confieren a esta parte de los jardines Laribal un aire recluido y claustral. Y de aquí viene su nombre. A la derecha encontramos un corredor que comunica con los jardines del Teatre Grec. Una conexión que se resuelve con un pasillo que sale de la plaza del claustro, un espacio recluido que como el teatro griego aprovecha los muros de una antigua cantera.
Vegetación
Entre otras especies, hay pinos carrascos (Pinus halepensis), pinos piñoneros (Pinus pinea), laureles (Laurus nobilis), naranjos amargos (Citrus aurantium) y cipreses (Cupressus sempervirens). Como exponentes de la vegetación autóctona encontraremos también pinos australianos (Casuarina cunninghamiana), eucalipto (Eucalyptus globulus), cipreses de Lambert (Cupressus macrocarpa) y cedros del Himalaya (Cedrus deodara).
Las escaleras del Generalife están rodeadas de grandes acacias (Robinia pseudoacacia) y arbustos como el aligustre (Ligustrum lucidum) y el pitosporo (Pittosporum tobira), junto con la adelfa (Nerium oleander) y el evónimo del Japón (Evonymus japonicus).
En macetas de terracota lucen las elegantes hojas de salón (Aspidistra elatior) y los geranios (Pelargonium sp.), al tiempo que las glicinias (Wisteria sinensis) y los rosales de Banksia (Rosa banksiae) cubren las pérgolas. En diferentes lugares de los jardines encontramos plantas aromáticas, como la lavanda (Lavandula angustifolia), el romero (Rosmarinus officinalis) y otras especies tapizantes como la hiedra (Hedera helix).
En los jardines de Laribal también encontramos pinos australianos (Casuarina cunninghamiana), eucaliptos (Eucalyptus globulus), cipreses de Lambert (Cupressus macrocarpa), cedros del Himalaya (Cedrus deodara) y, en la plaza del Claustre, tres grandes ejemplares de platanero (Platanus X hispanica).
Francesc Cambó comisario de la Exposición Internacional de Barcelona y encargó el ajardinamiento a Jean Claude Nicolas Forestier a lo ayudó Nicolau M. Rubió i Tudurí, que en 1917 se convirtió en director de la Dirección de Parques Públicos y Arbolado de la ciudad


JARDINES DE MIRAMAR
Los jardines de Miramar se encuentran en la montaña de Montjuïc, fueron realizados entre 1919 y 1923, con motivo de la Exposición Internacional de Barcelona de 1929, siendo también obra de Jean-Claude Nicolas Forestier y Nicolau María Rubió i Tudurí.
Los jardines se sitúan en una explanada en el Mirador de Miramar, una balconada a 60 m de altitud desde donde se observan unas magníficas vistas panorámicas de la ciudad y el puerto de Barcelona. Tras este espacio se sitúa el Hotel Miramar, un edificio construido como restaurante de la Exposición Internacional de 1929, y que entre 1959 y 1983 fue la sede de TVE en Cataluña; en 2006 fue reconvertido en hotel. El jardín está formado por diversos parterres de flores bordeados de setos bajos, así como árboles de diversas especies. En su parte central hay una fuente, y decoran este espacio tres esculturas de figuras femeninas: Fertilidad (1929) y Serenidad (1929), de Josep Clarà, y La vendimiadora (o Pomona, 1927), de Pablo Gargallo.
Destaca en los jardines un paseo de Phytolacca dioica.-Ombues que ya existía


JARDINES DEL PARLAMENTO
Este espacio ocupa el centro del recinto ante el Parlamento de Cataluña y se trata sin duda de la pieza jardinera y paisajística más valiosa y seguramente de uno de los ajardinamientos más elegantes y nobles de la jardinería hecha en Cataluña. Proyectada en 1916 por el ingeniero y paisajista francés J.C.N. Forestier, es también una de las unidades paisajísticas que menos transformaciones ha sufrido y que se conserva con más fidelidad al proyecto original. Es sin duda una de las perlas del patrimonio jardinero de Cataluña.
Una de las premisas que Forestier y sus auxiliares tuvieron presentes en el momento de diseñar el futuro jardín frente al entonces Museo de Arte y de Arqueología de Barcelona era la de no interferir en la altura de los edificios del siglo XVIII recién rehabilitados y que se conservaran en el futuro las adecuadas proporciones entre jardín y edificios.
Sin perder de vista el carácter clásico que se proponían dar el jardín, este debía armonizar con las construcciones y si fuera posible enaltecer las destacando su carácter noble, por eso se configuraron los parterres hundiéndolos por debajo del nivel usual del suelo, con la formación de los límites con el elemento más humilde y doméstico de la construcción, con sencillos ladrillos. En la misma línea de actuación y buscando los efectos artísticos propios de las técnicas de jardinería también se limitaron las alturas de los árboles: unos, como en el caso de los naranjos escogiendo variedades enanas, de crecimiento moderado; en otros como los plátanos, mediante técnicas de poda encaminadas a extender su crecimiento en sentido horizontal a partir de una determinada altura. Con estos recursos estrictamente jardineros se pretendía mantener un juego de volúmenes y alturas que perduraran en el tiempo. Otro de los méritos del ajardinamiento original, que cabe destacar por la novedad aportada al diseño de jardines de nuestro país, fue la habilidad de incluir en este espacio creado según las líneas del más riguroso espíritu del neoclasicismo grupos de vegetación autóctona como tomillos, hinojos, lavandas y romeros en los parterres, cosa que no se había visto nunca en un jardín urbano. Las agrupaciones de arbustivas de los cuatro ángulos del jardín estaban formadas por adelfas, mimosas, lilas, arrayanes, aligustres y evónimos que crecían mezclados entre ellas como si fueran especies salvajes, favoreciendo la diversidad, -término tan de moda actualmente- y el contraste con los parterres floridos de rosales, claveles, campánulas, pensamientos , que formaban la corona oval de parterres en torno al muro, también oval de cipreses recortados. Los cipreses proporcionaban un fondo oscuro sobre el que contrastaban los colores de los parterres floridos.
El centro de la composición era y es todavía, una majestuosa plaza ovalada con un estanque también ovalado definido con ladrillos redondeados y rodeado por vegetación baja recorte. En el centro del lago luce la escultura Desconsol de Josep Llimona. La plaza queda delimitada por unos bancos de mármol blanco empotrados en los cipreses formando otra corona ovalada. El contraste cromático entre el mármol y el verde oscuro de los cipreses crea un efecto distinguido y elegante.


PARC DEL GUINARDO
El parque del Guinardó se encuentra en el distrito de Horta-Guinardó de Barcelona. Fue creado en 1918 con un diseño de Jean-Claude Nicolas Forestier, con ayuda de su discípulo Nicolau María Rubió i Tudurí. Fue remodelado y ampliado en 1977 por Joaquim Casamor.
El parque se encuentra en la colina del Guinardó, una de las estribaciones que se adelantan desde la sierra de Collserola en el llano de Barcelona. En el terreno había una finca rústica, el Mas Guinardó (actualmente Casal de Entidades del distrito), que alojó a Miguel de Cervantes cuando visitó Barcelona; también se dice que fue la casa del bandolero Perot Rocaguinarda.
En 1910 pasó a ser propiedad municipal, y se encargó el proyecto de ajardinamiento de la zona al paisajista francés Jean-Claude-Nicolas Forestier, quien fue ayudado por Nicolau María Rubió i Tudurí, inaugurándose el parque en 1918. La intervención se centró en la zona oriental de la colina, mientras que el resto se dejó como zona forestal.
El proyecto de Forestier era de carácter mediterráneo y clasicista, en la línea iniciada con el parque de María Luisa de Sevilla y con el proyecto de ajardinamiento de la montaña de Montjuïc. En él tenía un especial protagonismo el agua, que desde una alberca situada en la cota más alta de esta vertiente oriental de la colina se derramaba hacia abajo a través de una serie de canales y terrazas con pequeñas cascadas y piscinas, con lo que el ambiente en esta zona está pleno del murmullo del agua.
El resto de los elementos del parque, como muros, escaleras y bancos, están realizados en piedra en estilo rústico, lo que proporciona una gran naturalidad a esta zona del parque. En este ámbito se encuentran también varias zonas de juegos infantiles, un bar y un área de picnic, así como una fuente denominada Fuente del Cuento, originaria de 1739 y de gran popularidad en el barrio.
En la entrada del parque por la avenida de la Mare de Déu de Montserrat se halla El niño del aro (1961), de Joaquim Ros i Bofarull, una famosa estatua de un niño conduciendo un aro que se ha convertido en el elemento más emblemático del parque y en un símbolo del barrio. La vegetación se compone en la zona histórica de especies ornamentales como olivos, mimosas, jacarandas y acacias, así como un buen número de algarrobos. La zona forestal está poblada con especies típicamente mediterráneas como pinos, cedros y encinas, así como zonas de sotobosque. En 1977 el parque fue remodelado, urbanizándose las terrazas inferiores con áreas infantiles y un escenario para espectáculos al aire libre. En 1991 se construyó un puente para enlazar el parque con la calle Mühlberg, por encima de un barranco que anteriormente había sido explotado como cantera. Por último, en 1997 se permeabilizó la zona forestal con caminos y nuevas plantaciones vegetales.
El parque del Guinardó fue el primer trabajo conjunto de los dos paisajistas, un campo de pruebas y de experimentación del que luego saldrían a más de un modelo y tipología de jardín autóctono, el Jardín Meridional, parques como los Jardines de Laribal, los jardines de la Tamarita o el Turó Park.


INFORTUNIO DE FORESTIER EN BARCELONA
Fue entre el reinado del Sr. Cambó y el advenimiento del Directorio cuando no se peca de gentil con el arquitecto-jardinero Forestier quien presentó su estudio en mayo del 1919 y en octubre Puig i Cadafalch proyectaba un jardín el de los naranjos situado en el entronque con los jardines de Laribal con la Exposición. En el mismo lugar que había proyectado Forestier.
Tenemos que entender de este episodio como evidencia de una apropiación cada vez mayor por parte de los arquitectos de las áreas de la Exposición que estaban proyectando y en consecuencia del desplazamiento del jardinero del Sr. Cambó.
El hecho es que alguna incidencia desconocida supuso la retirada de Forestier ,el cual no aparece por Barcelona hasta transcurridos cuatro años más tarde, momento en que realiza Miramar ,desapareciendo poco después de una manera casi definitiva del panorama de realización de la Exposición; la simple comparación cronológica de estos episodios con los políticos que aparecen en el país ( el Directorio Civil de Primo de Rivera no se produce hasta 1923 ) pone en crisis de que la caída de Forestier fue Nicolau María Rubio quien en una conferencia pronunciada en el otoño del 1929 en el Colegio de Arquitectos, atribuyó exclusivamente a la francofobia desencadenada como consecuencia de los acontecimientos políticos españoles .Mas aun si tenemos en cuenta que Forestier sigue apareciendo episódicamente en 1928 para resolver el acabado “ los pequeños surtidores y los tubos luminosos “ de la Avenida de María Cristina.
Podemos decir ,después que hemos reparado tan bien como hemos podido el agravio en gran medida gracias a las gestiones de Rubio Tuduri que durante este tiempo había actuado frecuentemente de mediador entre Forestier y los parques y jardines que se estaban construyendo y fue el quien lo nombró Miembro permanente de Concurso internacional de rosas que desde 1929 organizaba el Ayuntamiento de Barcelona en los jardines del Palacio de Pedralbes a través de la Dirección de Parques y Jardines Públicos ,parecido al que Forestier había instituido en La Bagatelle en Paris y al mismo tiempo consiguió del Marques de Foronda que concediera al jardinero de Montjuic, la medalla Conmemorativa de la Exposición Universal de Barcelona 1929.
Amargós había dado a Cambó la idea de los jardines de Montjuic “ Sert ,el pintor, conocía a Forestier, lo había visto en Sevilla resucitando prodigiosamente los viejos jardines que se perdían.
Forestier el arquitecto internacional de los jardines, hombre con gran experiencia y habilidad para rodearse de colaboradores eficaces.- cosa que le permitía aceptar encargos de una envergadura cada vez mayor-fue introducido a Barcelona como especialista capaz de interpretar el programa ideológico de una burguesía ambiciosa y contradictoria que aspiraba a incidir en el poder central del Estado ,simultáneamente, a su afirmación nacionalista.
Capaz de analizar los problemas en todas sus dimensiones, uno de los grandes alicientes de su obra barcelonesa es la sensible interpretación que supo hacer del clasicismo en el planteamiento general de los problemas ,mediante el filtro del mediterraneísmo.
Si bien dotado de una amplia gama de conocimientos y recursos ,se le acusa al contrario de cierta debilidad en proponer soluciones concretas de diseño en los elementos frecuentes que muchas veces se resuelven por medio de un hábil recurso de soluciones reiteradamente aplicadas.


Palau del Marqués d’Alella y el jardín de la finca Muñoz Ramonet
La finca de Can Fabra perteneció a Fernando Fabra i Puig, segundo marqués de Alella, que fue alcalde de Barcelona entre mayo de 1922 y septiembre de 1923.
Entre 1912 y 1914, el arquitecto Enric Sagnier, autor del Templo Expiatorio del Sagrado Corazón, en el Tibidabo, y del edificio que acoge en la actualidad el Museo del Modernismo de Barcelona, entre otros, construyó la casa principal, un edificio novecentista de planta rectangular con cuatro pisos, dos torres y una logia de arcos de medio punto en la entrada. La fachada principal destaca por su decoración de volutas y ménsulas de piedra tallada, mientras que los remates de las torres son de inspiración plateresca.
El diseño del jardín, que se proyectó en 1916, se encargó al paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, introductor en España del llamado «jardín mediterráneo» y artífice en la Ciudad Condal de los jardines de Laribal y Miramar, en Montjuïc. El elemento principal del proyecto era un estanque rectangular con un surtidor de agua rodeado de rosales y pérgolas en forma de U. El jardín, de 4.123 m², tenía una estructura de terrazas con escaleras para acceder a sus distintos niveles.
Tras la Guerra Civil, en 1945, el empresario que controlaba los contingentes de importación del algodón, Julio Muñoz Ramonet, adquirió la finca junto con su hermano Álvaro y, entre 1956 y 1957, se encargó una remodelación del jardín al paisajista Joan Mirambell i Ferran, quien cambió la estructura y la orientación, desplazó la pérgola y sustituyó la platabanda de flores de la zona lateral de la torre por una piscina.
A su muerte, en 1991, Muñoz Ramonet legó la totalidad de su finca, formada por el edificio principal, los jardines, el inmueble anexo donde vivía su madre y la colección de arte del interior del palacio, que incluía muebles, joyas y pinturas de Goya y El Greco, al Ayuntamiento de Barcelona, pero el legado quedó paralizado por la impugnación de sus hijas, en un largo litigio que duró quince años. Finalmente, tras reconocerse judicialmente la propiedad municipal, el jardín se restauró y abrió al público en el 2016.
Las esculturas todas femeninas cinco son de Josep Dunyac “ Desnudo de pie peinándose de 1940 “ “ Mujer agachada de 1024 “ “ Mujer apoyada sobre espigas de 1925 “ “ Desnudo 1937 “ “ Figura femenina sentada de 1928” y la Diana Cazadora es de Vicenç Navarro.


PARQUE MATALEÑAS, en Santander, antiguos de Valdenoja
Esteban Sainz, Historiador y Director de la Escuela-Taller de Santander
Defiendo que el Parque de Mataleñas sea declarado BIC con la categoría de Jardín Histórico por su cuidado diseño y por la belleza de su entorno. La finca de Valdenoja -hoy, Mataleñas- fue propiedad de Ángel Pérez de Eizaguirre, importante armador y naviero, para la cual encargó un proyecto a Jean C.N. Forestier (1861-1930), ingeniero francés considerado uno de los grandes maestros mundiales de la arquitectura de jardines
Se conocen dos planos suyos para Valdenoja, fechados en París en 1918 y 1919, pero es difícil determinar cuál fue su aportación real, ya que la zona norte -estanque, bosque y pradera- responden a las ideas de Javier de Winthuysen (1874-1956)
Se conserva su proyecto original fechado en 1930, así como descripciones realizadas por el propio autor. Winthuysen fue, sin duda, el más importante paisajista español de la primera mitad del siglo XX, desde su puesto de Inspector Nacional de Parques y Jardines Artísticos.


PROYECTO DE FORESTIER PARA EL PALACIO DE LIRIA
Liria es una residencia singular por su ubicación, lejos del paseo del Prado, que era la zona residencial de la corte de la época, y por sus inusuales jardines. Su construcción la inició en 1767 el gran arquitecto madrileño Ventura Rodríguez por encargo del III duque de Berwick, Jacobo Fitz-James Stuart, descendiente directo, aunque ilegítimo, del rey Jacobo II de Inglaterra y VII de Escocia. La XIII duquesa de Alba de Tormes, María del Pilar Teresa Cayetana de Silva y Álvarez de Toledo, famosa por liderar la vida cultural madrileña de la Ilustración y por su relación con Goya.
Fue casada a los doce años con su primo, José Álvarez de Toledo y Gonzaga, XV duque de Medina Sidonia, con la intención de que el ducado volviera al apellido originario, pero, al morir sin descendencia, el título pasó por proximidad de parentesco a Carlos Miguel Fitz-James Stuart y Fernández de Híjar-Silva, VII duque de Berwick y VII duque de Liria y Jérica. Cayetana de Silva vivió hasta su muerte a caballo entre las dos residencias madrileñas habituales de los Alba, el palacio de la Moncloa (hoy en día residencia de la presidencia del Gobierno) y el de Buenavista, en Cibeles (actual cuartel general del Ejército), que tras ser expropiado por el Ayuntamiento pasó a ser residencia de Manuel Godoy, I duque de Alcudia
Los jardines del palacio de Liria, que en origen debieron ser geométricos al gusto francés, fueron remodelados al estilo inglés, más romántico, y nuevamente en la zona trasera al modo versallesco; esta parcela está presidida por un estanque con un grupo escultórico del siglo XVIII. Hay estatuas de animales fantásticos dispersas por varias zonas, y en un rincón se halla un singular cementerio de mascotas, donde los duques han enterrado a sus perros predilectos con curiosas lápidas.
En 1916 el XVII duque de Alba encargó al jardinero Forestier la reforma de la parte posterior para que recuperara el estilo primitivo, de acuerdo con el edificio dieciochesco. Es el jardín, al estilo francés, que podemos ver en la actualidad desde los balcones que miran al norte.


JARDINES DE MORATALLA
*Situación geográfica : Hornachuelos a 42 km de Córdoba.
*Villae romana , restos arqueológicos en el Palacio de Viana de Córdoba provenientes de Moratalla.
*S. XII se denominaba Murad.
*En 1240 es conquistada por Fernando III el Santo.
*En 1562 aparecen los primeros documentos de propiedad a favor de los marqueses de Villaseca.
1927 hereda a su padre Fausto Saavedra y Collado como III Marqués de Viana (1902-1980)
*1980 hereda su esposa Sofía Amelia Lancaster (1902-1982) todas sus posesiones hasta su muerte 2 años más tarde.
*1982. El título de IV Marqués de Viana recae en el sobrino de Fausto y también la propiedad de Moratalla, Jacobo Fernando Fitz-James Stuart Gómez (1947_).
*1988 se vende Moratalla a la sociedad Palacio de Moratalla S.L. del que forma parte de la misma Ignacio Medina Fernández de Córdoba, Duque de Segorbe de la Casa Medinaceli.
*1989 Se vende a una sociedad panameña.
*2019 Moratalla pasa al Banco Popular por deudas.

Los primeros Jardines en Moratalla son de entre 1850 y 1870, y se realizan por encargo del IX Marques de Villaseca posteriormente, en 1914, se efectúa una ampliación en la que en la que interviene el arquitecto paisajista francés J.C.N.Forestier, que es contratado por el II Marqués de Viana”.
El resultado, “un espléndido jardín de estilo romántico con una vegetación exuberante”. Inicialmente “la finca contenía 2.000 fanegas de tierras, en la actualidad consta de 22 hectáreas, 8 de jardín propiamente dicho y el resto de huerta ornamental.
Los jardines cuentan con varias partes diferenciadas y que se han ido incorporando a lo largo de la historia, según ha ido evolucionando.
El jardín del s. XIX: Es el jardín que nos recibe al principio de la visita, y el más antiguo del conjunto. Está compuesto por un seto de Boj (Buxus sempervirens), que delimita parterres de formas sinuosas que asemejan una flor. En el interior de estos parterres se encuentra una masa de Agapanto (Agapanthus africanus), completando el conjunto una cúpula de Plátanos de sombra (Platanus xhispanica) y una doble alineación de Castaños de indias (Aesculus hippocastanum).
La floración de los Agapantos azules y blancos son un espectáculo de color a finales del mes de mayo”.
La Avenida de Acceso, ampliación realizada por Forestier, y que destaca por sus ocho terrazas, cada una de ellas con ornamento característico y peculiar.
En la primera terraza, se erguían en un pedestal de mármol las cuatro alegorías a las estaciones del año (Venus, Flora, Diana, y Andrómeda), en el año 2005 fueron retiradas para su limpieza”. En el centro de la terraza hay un enorme jarrón que presenta figuras con animales y herramientas de caza, asimismo, dos figuras sentadas son las asas.
En la segunda terraza aparece una mesa circular con bancos. Es un reloj solar y que lleva sobre su tablero los signos del zodíaco.
A continuación se accede a la tercera terraza, donde nos encontramos un estanque con forma de estrella de ocho puntas, a la que habíamos accedido a través de dos escaleras simétricas de tres peldaños.
La cuarta terraza es una de las que más llamó mi atención.
En ella encontramos el laberinto, un singular juego de agua que comienza en un estanque semicircular.
En la quinta terraza hay un estanque de forma poligonal, en la sexta, otro estanque de formas estrellada y semicircular. En el centro de la séptima terraza existe otro estanque con forma de estrella de ocho puntas.
Durante todo este trayecto nos ha estado acompañando un hermoso canalillo de ladrillo que une los distintos estanques y juegos de agua de la avenida. Por supuesto nos dio paso a la última de las terrazas, la octava, cuyo estanque rectangular se encuentra lleno de Nenúfares (Nymphea alba).
Siguiendo esta avenida llegamos hasta la gran verja de hierro que mencione al principio. Está realizada al más puro estilo versallesco, y fue diseñada por el propio Forestier
Los dos enormes jabalíes de piedra que custodian el acceso en realidad “al principio Forestier proyectó colocar leones según los planos originales”, “pero fueron sustituidos por los jabalíes, que son un animal más adecuado a la zona donde nos encontramos”.
Se regresa por la Avenida, pero esta vez en sentido ascendente.
Los dos taludes laterales estaban llenos de especies diferentes: Cipreses, Cedros, Fresnos, Moreras, Adelfas, Plumeros, Manzanos, Prunos, Opuntias, Árboles del amor, Nísperos, Buganvillas, Lirios, etc.


Todo en un permanente contraste de color orquestado por el otoño
Nuestro siguiente emplazamiento es La Fuente Del Recreo un jardín dividido en tres terrazas. Comienza en una escalera doble que cobija un arco donde se encuentra la figura de un Cupido sentado.
Pasando por otra escalera, son múltiples en este lugar, llegamos a una fuente circular que alberga una masa arbustiva de Cala (Zantedeschia aethiopica).
De aquí parte un canalillo que desemboca en un estanque semicircular construido en piedra de rocalla. “El antiguo Paseo de los Bambúes se regaba a través de aquí, y el agua llegaba hasta el río Bembézar. Ahora está de forma salvaje con plantas en su mayoría autóctonas”.
Accedemos por el camino de las Espireas hasta La Pradera de Violetas, una ventana al valle del Guadalquivir Cordobés, una gran cúpula dorada de Plátanos y donde antiguamente crecían las violetas, pero que hoy en día se encuentra plantado de grama (Stenotaphrum secundatum)
Vamos por la parte trasera del palacio y dejamos atrás La Casa del Guarda Mayor, pasamos por la huerta de Naranjos para, una vez allí, seguimos un camino que nos conduce hasta La Fuente del Venado, así denominada por estar coronada por un ciervo de hierro fundido.
El conjunto se compone de una montaña de lastras de pizarra de Sierra Morena, sobre el que se levanta el venado.
En su mitad caía un enorme caño de agua a un estanque, también construido en pizarra.
Para finalizar, nos introducimos en la huerta, para recorrer algunas alineaciones de Naranjos y, tras descender una fuerte pendiente, llegamos hasta La Fuente de Doña Leonor. Allí nos espera un frontón de ladrillo del que brotaba un caño de agua natural de manantial que se vertía en un estanque. La fuente “fue realizada en 1913 y bautizada con ese nombre por la hija del II Marqués de Viana. Sirvió en su día de zona de baños”.
Atrás dejamos Los Jardines de Moratalla, declarados de Interés Histórico Artístico en 1983..



Casa del Rey Moro en Ronda
La Casa del Rey Moro es un palacio situado en el casco antiguo de la ciudad de Ronda, España.
Se trata de un edificio de planta de irregular y laberíntica, con numerosas escaleras que sirven para salvar los desniveles y una fachada con dos torres de distinta altura que se adapta a la curva de la calle.
La parte posterior de la casa se asoma al profundo tajo que forma el Guadalevín a su paso por Ronda a través de terrazas ajardinadas a distintos niveles
En el interior se conserva una mina de origen árabe para la captación de agua, que llega hasta el fondo del tajo a través de unas escaleras que descienden en unos 60 metros.
A partir de la conquista cristiana de Ronda, todo lo que tuviese que ver con la mina quedó envuelto en misterio.
De ahí que, cuando en el siglo XVII se descubrieron restos de cal en sus paredes con inscripciones de cruces y grafitos con el nombre IHS (Jesucristo), muchos lugareños no tardaron en relacionar estas inscripciones con el supuesto cautiverio que habría sufrido un caballero cristiano entre los muros de la mina, cuando la ciudad aún se encontraba bajo dominio musulmán
Hoy, la antigua instalación de abastecimiento de agua forma parte de la casa palacio del Rey Moro, situada en la cuesta de Santo Domingo.
Aunque no se han hallado pruebas documentales de su construcción, sí que se sabe que la casa, de estilo neomudéjar, data del siglo XVIII.
Tal vez influidos por las leyendas que circulaban sobre la mina de agua, los primeros propietarios de la casa, unos parientes de los marqueses de Salvatierra colocaron sobre su puerta el retrato de un rey musulmán tal y como se lo imaginaban en la época.
La siguiente propietaria fue la duquesa de Parcent quien, harta de las leyendas que circulaban sobre la mina, mandó sellar el pozo y encargó al paisajista francés Forestier (1861-1930), diseñador del Parque de María Luisa de Sevilla, el trazado de los bellos jardines que hoy adornan la casa, una de las pocas obras andaluzas de este francés innovador.

LA MASIA DE CAL PLA.-CUNIT.-TARRAGONA
La masía de Cal Pla es un edificio modernista de Cunit situada en la carretera de Cunit a Clariana y muy próxima al trazado de la autopista C-32, del cementerio municipal y del torrente de Cunit. A escasos metros tiene la masía de Sant Antoni que junto al Castell representan la estampa del tradicional Cunit marítimo y rural. Forma parte del patrimonio arquitectónico municipal a proteger.
La entrada al recinto se caracteriza por una gran avenida de tierra con árboles de hoja caduca hasta la fachada de bienvenida. La masía destaca por su torre modernista que es fácilmente visible desde las urbanizaciones próximas. El edificio tiene 1.954m2 de superficie edificada ocupando 987m2 de suelo; la superficie total del recinto, solamente contabilizando avenida de entrada y jardines se estima en 41.516m2
Hasta principios del siglo XX la masía no destacaba arquitectónicamente, siendo una masía como las de los alrededores; fue a partir de la su compra por parte un capitán de barco de origen mallorquín que la modificó siguiendo las líneas arquitectónicas del modernismo catalán y construyó los jardines característicos dando al conjunto el aspecto actual, el cual no ha variado sustancialmente en los últimos años.
Los jardines que rodearon la casa incluyendo su gran avenida de entrada fueron diseñados por el arquitecto paisajista francés Jean-Claude Nicolas Forestier, que había diseñado en la misma época el paisajismo de la montaña de Montjuïc para la Exposición Universal de Barcelona de 1929 y el Parque de María Luisa en Sevilla para la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929).
Los últimos años fue habitada por la familia Ferrer-Benítez hasta la muerte de Roser Ferrer. El anterior propietario la apostó en una timba de póker, su hijo la volvió a comprar para venderla a los actuales titulares.
Actualmente es objeto de actos vandálicos debido al abandono del mantenimiento por parte de sus propietarios, además la parte opuesta a la facha que da la bienvenida a los invitados fue quemada en el incendio que se declaró en los bosques cercanos en el año 2005, en la actualidad aún se pueden ver dichos efectos ya que no ha sufrido ninguna restauración después de dicho accidente.
Noviembre 2019