
La historia de Medina Azahara comienza con Abderraman, III, y su decisión de construir una ciudad a las afueras de Córdoba, entre los años 936 y 976. Ciudad que en su conjunto va a aglutinar las labores tanto administrativas como residenciales del califato.
Aprovechando la orografía, se diseñó una ciudad a partir de las alturas existentes , donde la terraza superior estuvo ocupada por la función privada y residencia de la familia real, así como la función gubernativa.
En la altura inferior es donde se desarrolló propiamente la ciudad con los servicios propios. El abastecimiento de agua se desarrollaba utilizando la antigua canalización de época romana. La conexión con la ciudad de Córdoba se realizaba a partir de tres puentes que salvaban los arroyos existentes. De estos puentes aún se conserva el puente de los Nogales.
Los materiales que se utilizaron en su construcción nos hablan del gran interés por parte del monarca de mostrar su gran poder y supremacía. Los fastos de la corte se desarrollaban en un escenario con piedras areniscas, mármoles portugueses, estanques y jardines. Debieron ser impresionantes las recepciones en el llamado Salón Rico de al-Hakam II (961-976) con el protocolo de palacio y los jardines.






Medina Azahara.-Celtis,cipreses.madroños,higueras etc…son el mundo vegetal.
Medina Azahara: Declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 2018.
Medina Azahara, la fastuosa y misteriosa ciudad que Abd-al Rahman III mandó construir a los pies de Sierra Morena, a ocho kilómetros de Córdoba capital, encierra, incluso en su nombre, historias legendarias. La tradición popular afirma que, autoproclamado Abd al-Rahman III califa en el 929 d.C., y tras ocho años de reinado, decidió edificar una ciudad palatina en honor a su favorita, Azahara. Sin embargo, recientes estudios aportan fuertes evidencias de la causa que impulsó al califa a fundar Medina Azahara. Una renovada imagen del recién creado Califato Independiente de Occidente, fuerte y poderoso, uno de los mayores reinos medievales de Europa, se acepta como el origen más probable de la nueva Medina.
Se dispone la ciudad en tres terrazas rodeadas por una muralla, situado el Alcázar real en la más superior y la intermedia. La zona más baja se reservó para viviendas y la mezquita, edificada extramuros. Las fuentes históricas apuntan a la participación de unas diez mil personas que trabajaban diariamente en su construcción. Abd al-Rahman no escatimó en materiales para lograr el efecto buscado: la insignia del poderoso reino que gobernaba. Ricos mármoles violáceos y rojos, oro y piedras preciosas, además del cuidado trabajo artesanal de los mejores canteros y las legendarias contribuciones bizantinas, ayudaron al encumbramiento del preciado proyecto.




Parte del alcázar tenía carácter público y era donde se sucedían las visitas oficiales. En la parte más alta se sitúa el Salón Alto, dispuesto en cinco naves con arcadas. Más abajo se encuentra el Salón Rico. La estancia se divide en tres naves con arcos de mármol rojo y azulado, siendo las laterales ciegas y abierta la central. La decoración de ataurique (motivos vegetales labrados) y la riqueza e los materiales han configurado el nombre del engalanado recinto, completado con baños y abierto al Jardín Alto, de gran hermosura. Se desarrolla este jardín en cuatro zonas, quedando el punto de intersección ocupado por un pabellón y cuatro albercas. Una de éstas, la enfrentada al Salón Rico ha pasado a la leyenda por cobijar en su interior mercurio y bañar el grandioso recinto con destellos de mil colores. Un complejo de calles en rampa empinada nos conduce al gran pórtico oriental, por donde accedían las grandes embajadas que recibía el califa. Delante del mismo se abría una gran plaza en la que se concentraban las tropas y el personal de las ceremonias protocolarias. A extramuros de la medina se emplazó la mezquita, levantada en poco más de un mes.
Este solemne recinto sufrió grandes destrozos a través de las sucesivas guerras que asolaron al-Andaluz a principios del siglo XI, transformando en ruinas Madinat al-Zahra. El esfuerzo por crear una ciudad ideal tan sólo duró setenta años, efímera vida para la que fuera «favorita» del primer califa.
http://www.museosdeandalucia.es/web/conjuntoarqueologicomadinatalzahra
Fotos realizadas es distintas visitas al monumento en varios años ,diapositivas digitalizadas.-