Acceso al jardín desde el encinar

El jardín natural persigue como tendencia principal su sostenibilidad ajustando el consumo de recursos tan vitales como el agua y su elemental mantenimiento.. Reducir tiempos de trabajo al realizar las tareas de la manera correcta y con rigor científico. De esta forma el jardín siempre luce espectacular sin necesidad de una gran inversión.

Una pradera en el que sólo pasamos el corta césped en primavera por los caminos permite al resto de dejar las flores autóctonas desarrollarse ..

No se trata de no hacer nada en nuestro jardín natural, sino de  poner a prueba nuestro conocimiento de la naturaleza, actuar para que los seres vivos con los que compartimos nuestro espacio evolucionen conforme a su inherente desarrollo vital.

La primera clave para entender la complejidad que se esconde tras el concepto de “jardín natural”, la proporciona la propia contradicción que supone aunar en una misma expresión dos términos opuestos. Algo natural es por definición algo sin artificio y un jardín está siempre creado por la mano del hombre. Se trata de una manera de acercarnos a la naturaleza desde nuestra condición de seres humanos transformadores..

Desde este punto de partida, veremos el jardín como una prolongación de los espacios naturales . Prescindiremos de simetrías y ángulos, en favor de un desorden “ordenado” que aporte belleza y armonía, como en la naturaleza. Y, por supuesto, usaremos especies autóctonas para la vegetación y la decoración. Además, así conseguimos diseños poco exigentes en cuanto a consumo de agua y de sencillo mantenimiento.

Son cuatro los conceptos que debemos poner en práctica: paciencia, ética, sensibilidad y equilibrio.

También es interesante que revisemos nuestra idea de funcionalidad y de estética. Detalles como la falta de floración en determinadas épocas del año o la aridez de una parte del terreno, hay que verlas desde otra perspectiva más natural. Apreciar la belleza de los cambios de estaciones del año.

Son numerosas  aquellas especies que pueden funcionar bien en tu zona; que sus requerimientos sean mínimos, funcionando como lo haría en su hábitat sin apenas intervención.

Una vez que tenemos claro que las especie elegidas va a cumplir con aquellos requisitos que se espera de un jardín de estilo naturalista, la selección solo depende de su criterio, sus gustos, tus necesidades y tu presupuesto, porque existe una amplia gama de cultivares obtenidos a partir de flora silvestre de zonas climáticas similares a la de tu entorno. Hay que cuidar no introducir especies invasoras.

Lo prioritario siempre será respetar el medio ambiente y pensar en el cambio climático

Que no lo convirtamos en una moda pasajera, sino que lo practiquemos porque entendemos que el planeta necesita de forma urgente un cambio en nuestro comportamiento y el primer paso es actuar con cautela y siempre pensando en que lo prioritario es respetar el medio ambiente. Las plantas en la naturaleza son sagradas, ojo con la forma en que nos comportamos con ellas.

El principio del jardín natural consiste en invertir la lógica del jardín; buscamos ‘domesticar” a la naturaleza que tiene tendencia a organizarse por su lado sin nosotros, en función del lugar. Bajo los árboles, sería un soto bosque, más a la luz sería una pradera, por ejemplo.

 En vez de intentar crear cosas artificiales (como un césped al ras bajo los árboles, por ejemplo), pensemos en plantaciones y praderas naturales  que van en el sentido de lo que obtendría la naturaleza.

Para tener más éxito, y por tanto menos problemas, mire los vegetales que crecen en los alrededores, en las mismas condiciones que las de su vivienda. Estas plantas tendrán todas condiciones de estar a gusto en su jardín y de simplificarle los cuidados; menos riego, sin tratamientos.

 Es verdad sobre todo para los setos, que a veces son un verdadero rompecabezas en las situaciones difíciles. Pero es lo mismo para los macizos decorativos, sobre todo a base de arbustos y plantas vivaces. Al enumerar las plantas espontáneas de los alrededores, no pensemos únicamente en las formas salvajes, pensemos también en las mejoras hortícolas, con hojas de colores o con flores de colores diferentes. El jardín natural ¡no es un terreno baldío.!

Necesitamos  adquirir conocimientos o recurrir a paisajistas acreditados para conseguir un jardín natural sostenible y adecuado a la climatología de nuestro jardín..

Fotos de las visitas al jardín.