Por José Manuel Sánchez de Lorenzo-Cáceres

Euphorbia es un género amplio y cosmopolita, con alrededor de 2.000 especies distribuidas por todo el mundo, ausente solamente en las floras del Artico y del Antarctico. Al ser un género tan variopinto y al que pertenecen tantas especies, ha sido subdividido en numerosos subgéneros y en 25 secciones, aunque se está estudiando su simplificación, siendo el subgénero Euphorbia el más numeroso en especies y el que comprende la mayor parte de las euforbias suculentas, muchas de ellas con aspecto cactiforme.

Una de las características principales de las euforbias es su peculiar inflorescencia, denominada ciatio, que en esencia consiste en un pequeño receptáculo que contiene por lo general una sola flor femenina rodeada de varias flores masculinas. La flor femenina carece de perianto y consiste en un ovario trilocular y un estilo con 3 estigmas bífidos, mientras que las flores masculinas carecen igualmente de perianto y se reducen a un estambre sobre un pedicelo; esta estructura floral se completa con 5 lóbulos que alternan con 5 nectarios o glándulas, las cuales poseen formas y colores diversos. En ocasiones alrededor del ciatio existen brácteas de aspecto foliáceo y coloreadas, que a menudo le dan a la planta un interesante aspecto ornamental, pues aunque los ciatios suelen ser de reducido tamaño, a veces se agrupan en inflorescencias más o menos densas. El fruto es una cápsula tricoca que se separa violentamente en 3 mericarpos, cada uno conteniendo una semilla.

Dos ejemplos de evolución convergente:
A.
Cereus hildmannianus; B. Euphorbia candelabrum;
C.
Polaskia chichipe; D. Euphorbia pulvinata

Las euforbias suculentas africanas y muchos de los cactus americanos son un claro ejemplo de lo que se denomina evolución convergente, en la que organismos no emparentados o de parentesco
muy distante, evolucionan de una forma similar como respuesta a condiciones del medio parecidas, como es la aridez, llegando en ocasiones a parecerse de una forma asombrosa. Es por ello que muchas personas ajenas a la botánica confunden unas y otras, englobándolas bajo la denominación genérica de cactus.

Pero si nos fijamos en algunos detalles podremos distinguir las euforbias de los cactus, como por ejemplo en sus espinas, que en los cactus nacen siempre en las aréolas, o por la presencia del látex
lechoso en euforbia, por cierto muy cáustico, y no digamos si tienen flores o frutos, ya que la inflorescencia (ciatio) es inconfundible, al igual que sus frutos tricocos. Otra característica a resaltar en el caso de muchas de las euforbias suculentas es la ausencia de hojas y la transformación de las estípulas en espinas. En otras ocasiones las espinas tienen su origen en el pedúnculo de la inflorescencia, que es persistente y se endurece.

Dentro del extenso mundo de las euforbias suculentas, reciben la denominación de “euforbias medusoides”, aquellas especies caudiciformes, a menudo rastreras, con un tallo principal grueso, toscamente tuberculado, con frecuencia enterrado total o parcialmente en el suelo y con la parte superior más o menos plana, de la cual parten radialmente varias series de tallos finamente tuberculados que no ramifican. El nombre “medusoide” alude a la cabeza de Medusa, una ninfa marina de la mitología griega que tuvo relaciones con Poseidón, provocando que Atenea le confiriera un aspecto monstruoso, convirtiendo su pelo en serpientes. En su mayoría son originarias de Sudáfrica, siendo poco complicado su cultivo, resistiendo un poco el frío, si no es intenso, así como largos periodos de sequía. La siguiente relación incluye todas las especies que pueden incluirse dentro del grupo de euforbias medusoides, siendo las más populares o las que con mayor probabilidad podremos encontrar a la venta en viveros, E. caput-medusae L., E. flanaganii N.E. Br., E. esculenta Marloth y E. pugniformis Boiss., las cuales son descritas al final de forma breve. Algunas especies no son fáciles de identificar por el parecido entre ellas, especialmente si no tienen flores, y en la nomenclatura botánica existen muchas sinonimias que también podrían confundirnos. La siguiente relación recoge los nombres aceptados actualmente para las 26 euforbias medusoides sudafricanas.

Euphorbia albipollinifera L.C. Leach
Euphorbia arida N.E. Br.
Euphorbia audissoui Marx
Euphorbia baliola N.E. Br.
Euphorbia braunsii N.E. Br.
Euphorbia caput-medusae L.
Euphorbia clavarioides Boiss.
Euphorbia colliculina A.C.White, R.A.Dyer & B. Sloane
Euphorbia crassipes Marloth
Euphorbia davyi N.E. Br.
Euphorbia decepta N.E. Br.
Euphorbia duseimata R.A. Dyer
Euphorbia esculenta
Marloth
Euphorbia filiflora Marloth
Euphorbia flanaganii N.E. Br.
Euphorbia fortuita A.C.White, R.A.Dyer & B. Sloane
Euphorbia friedrichiae Dinter
Euphorbia huttoniae N.E. Br.
Euphorbia inermis Mill.
Euphorbia maleolens E. Phillips
Euphorbia melanohydrata Nel
Euphorbia multiceps A. Berger
Euphorbia namaquensis N.E. Br.
Euphorbia namibensis Marloth
Euphorbia pentops Marloth ex A.C.White, R.A.Dyer & B. Sloane
Euphorbia procumbens Mill.

Euphorbia caput medusae

Euphorbia caput-medusae posee un tallo corto, parcialmente subterráneo, de 15-20 cm de diámetro, en forma de tronco de cono invertido, de donde se originan radialmente numerosas ramificaciones ascendentes o decumbentes, de sección circular, de hasta 75 cm de largo y 3-5 cm de grosor, de color verde oscuro o verde grisáceo, cubiertas de tubérculos cónicos, prominentes y dispuestos en espiral. Los ciatios se agrupan hacia el ápice de los tallos, y poseen un involucro
ancho y cupuliforme de hasta 12 mm de diámetro, con 5 glándulas nectaríferas de color verde, de 1,5-6 mm de diámetro, con el margen dividido en 3-6 apéndices lineares, blancos, enteros o
dentados. Cápsulas subsésiles, verde-grisáceas, glabras, de 6-7 mm de diámetro. (Son sinónimos E.
bolusii
N.E. Br., E. ramiglans N.E. Br., E. marlothiana N.E. Br., E. muirii N.E. Br., E. tuberculatoides
N.E. Br., E. macowanii N.E. Br. y E. confluens Nel)

Euphorbia flanaganii

Euphorbia flanaganii tiene un tallo principal cilíndrico-obcónico, de 3,5-5 cm de diámetro, que se eleva sobre el suelo 2-5 (-10) cm; es achatado en el ápice, de cuya zona parten numerosos tallos dispuestos en 3 o 4 series, al principio erectos y más tarde decumbentes, de hasta 5-10 cm de largo y 6-10 mm de diámetro o más, tuberculados, con los tubérculos algo dentados y sin espinas. Ciatios solitarios, olorosos, abundantes, producidos solamente en la zona central libre, sobre
pedúnculos de unos 4 mm de largo, con un involucro ligeramente cupuliforme, de hasta 6 mm de diámetro, con 5 glándulas nectaríferas oblongas, de 1,5-2,5 mm de diámetro, separadas, extendidas, con el margen exterior irregularmente dentado, de color amarillo brillante. Cápsulas
sésiles, verdes, glabras, de 4-6 mm de diámetro. (Son sinónimos E. ernestii N.E. Br., E. gatbergensis
N.E. Br., E. franksiae N.E. Br., E. woodii N.E. Br., E. passa N.E. Br. y E. discreta N.E. Br.)

Euphorbia procumbens

Euphorbia procumbens posee un tallo principal grueso y subgloboso, de 5-10 cm de altura y 5-8 cm de diámetro, oculto parcialmente en el suelo, truncado en el ápice, con un área central más o menos libre, tuberculada, ligeramente deprimida, y 2-3 series radiales de numerosos tallos, ascendentes al principio y decumbentes más tarde, de 2-3,5(-20) cm de largo y 6-8 mm de diámetro en la base, estrechándose hacia el ápice, cubiertos por pequeños tubérculos hexagonales o romboidales. Ciatios solitarios, abundantes, alrededor del área central libre y ocasionalmente en la base de los tallos jóvenes, con un involucro ligeramente cupuliforme, con 5 glándulas de reniformes a ovadas, de 1,5-2,5 mm de diámetro, amarillo-verdosas, con el margen diminutamente dentado. Cápsulas sésiles, inicialmente pubescentes o papilosas, verde-grisáceas, de 4-6 mm de diámetro. (Son sinónimos E. pugniformis Boiss. y E. gorgonis A. Berger)

Euphorbia esculenta

Euphorbia esculenta tiene un tallo principal obcónico o claviforme de 10-20 cm de grosor, enterrado en gran parte en el suelo, con numerosos tallos cilíndricos de 5-20 cm de largo y 1,5-2 cm de grosor, extendido-ascendentes, tuberculados, que se disponen alrededor formando una roseta de hasta 50 cm de diámetro. Ciatios solitarios, agrupados hacia el final de los tallos, con un involucro anchamente cupuliforme de 3,5-6 mm de diámetro, con 5-6 lóbulos pubescentes, blancos o rojizos, y 5-6 glándulas elíptico-reniformes de 1-2 mm de anchura, verdosas o verde-rojizas. Cápsulas sésiles, glabras, verdegrisáceas, de 5-7 mm de diámetro.

Bibliografía sobre el tema:

Bruyns P.V. (2012). Nomenclature and typification of Southern African species of Euphorbia. Bothalia 42: 217-
245
Bruyns P.V. (2022). Euphorbia in Southern Africa. 2 vol. Springer.
Frandsen R. (2017). Succulents of Southern Africa. Honeyguide Publications. South Africa.
Möller A. & Becker R. (2019). Field guide to the succulent Euphorbias of Southern Africa: 1-320. BRIZA
White A.C., Dyer R.A. & Sloane B.L. (1941) The succulent Euphorbieae (Southern Africa). 2 vol. Abbey Garden Press. Pasadena. California.