
Jardines contemporáneos
Su característica principal es la miscelánea de estilos, donde predominan los gustos personales del propietario y las nuevas necesidades que impone un nuevo estilo de vida.
El jardín se funde en el entorno y busca complicidad con el medio natural en el que se inserta.Toma como base la incorporación de plantas autóctonas encajándolas en el paisaje que las rodea, se incorporan al jardín plantas silvestres y plantaciones informales en un intento de acercarse a la naturaleza, reproduciendo el mundo vegetal. (Piet Oudolf)
No existen pautas fijas de actuación, pudiéramos decir que siguen la moda de corte clásico, naturista, con claridad y líneas sencillas, sin olvidar las más atrevidas e innovadoras.
La tendencia actual sigue el paso de la arquitectura hacia un estilo minimalista con la adaptación de muchos elementos del paisajismo tradicional.
Las plantas se adaptan al diseño poniendo acento en especies vegetales olvidadas.
Las gramíneas y las tapizantes han vuelto a encontrar su sitio en el jardín.

El jardín clásico
El jardín clásico es sinónimo de refinamiento y buen gusto inspirado en los cánones del arte de la jardinería que renació en los siglos XV y XVI y cuya influencia todavía persiste en estos casos.
El diseño es formal, se organiza con criterios básicos de orden geométrico, proporción y simetría en torno a un eje principal.
Las divisiones que lo configuran se trazan con setos formales, formando parterres a base de figuras geométricas.
El suelo se cubre de arenas de colores, césped, gravillas o ladrillos triturados reservando algunos parterres a la flor para dar mayor cromatismo al jardín.
Si el terreno es con desniveles, se recurre al aterrazamiento utilizando muros y escalinatas, en piedra natural o de mampostería. Los elementos ornamentales en piedra o mármol o incluso bronce o hierro, marcan puntos focales dentro del diseño.
El agua esta omnipresente en fuentes, cascadas y motivos acuáticos buscando perspectivas dentro del jardín.
Las plantas elegidas deben ser importantes, de crecimiento lento, domesticadas, resistentes y longevas para que perdure el diseño del jardín inalterable el mayor tiempo posible. Se aplica la topiaria.

El jardín japonés
El jardín japonés, repleto de símbolos que encarnan algún aspecto de la naturaleza, nos debe producir una atmósfera de paz y serenidad.
Pocos elementos decorativos pero cuidadosamente colocados con gran significación en el jardín.
También aquí el agua jugará un papel importante, ya sea en forma de una pequeña cascada, un lago o estanque, una pequeña fuente de estilo o podremos utilizar su simulación con gravillas y arenas rastrilladas, arroyos secos.
El agua permanece quieta y callada, acentuando la sensación de placidez y quietud, combinada con piedras y rocas dispuestas asimétricamente en el jardín, bien equilibradas en su conjunto que nos simbolicen la presencia de montañas.
Los paseos o sendas sinuosas, laberínticas a veces, huyen de la línea recta, sortean verjas y pantallas de bambúes y nos conducen a pabellones o puntos de interés.
Las plantaciones no son selváticas, aisladas pueden ser recortadas de forma ornamental simulando figuras o en su crecimiento natural bambúes, juníperos, acers, ginkgos, etc…
Los elementos decorativos de piedra tradicionales del jardín japonés pueden cobrar protagonismo si están acertadamente colocados, luminarias, puentes, arroyos secos de guijarros, etc… .

El jardín mediterráneo
En el jardín mediterráneo el espectáculo del verde dominado por el agua, el sutil aroma de las flores, la luz y las sombras han de ofrecer sus principales características.
Los pórticos umbrosos, emparrados y pérgolas, fachadas y muros encalados cubiertos por trepadoras en flor definirán su estilo.
El clima árido y seco, soleado, y sus acentuados relieves nos posibilitarán la creación de muros y escaleras, las plantas deberán supeditarse a las condiciones climáticas, más que en otros estilos de jardín.
Por su histórica influencia islámica al agua se le da un uso decorativo, imaginativo, pero a la vez práctico en la irrigación del jardín.
Fuentes, surtidores y estanques deben ser distribuidos estratégicamente a lo largo del jardín, configurando zonas estanciales y potenciando los espejos en las láminas quietas de agua que transmiten sentimientos de paz y tranquilidad en el conjunto del jardín.
Son jardines de gran colorido donde la luz del sol añade los matices de sus colores intensos, azules, amarillos, rojos, blancos, anaranjados en sus tonalidades más llamativas con las sombras.
La floración debe hacerse notar durante todo el año, el clima nos lo permite, las masas de arbustos y trepadoras con perfumados aromas tendrán aquí un gran protagonismo.
Una buena selección de plantas xerofíticas puede ahorrar muchos gastos de mantenimiento posteriores.
Debe ser un jardín para disfrutar y pasear que nos cree zonas sombreadas, en el que podemos integrar bellas esculturas y detalles ornamentales.
Senderos de gravilla, enarenados o los más utilizados con pavimentos de materiales sencillos, ladrillos, guijarros, etc… darán carácter al jardín.
Las luces y las sombras que crearán los árboles a las distintas horas del día deben ser consideradas como aspectos primordiales del jardín.
En Andalucía el intenso color de la vegetación se funde con el toque leve de la cal y el ocre de sus blanqueadas casas y el albero de sus paseos, la arquitectura se une a la naturaleza consiguiendo efectos esplendorosos.
Podemos utilizar volúmenes alternos de bojes o arrayanes recortados en macetas de barro cocido.
Los tiestos y macetas tradicionales albergando una amplia variedad de plantas son distribuidos estratégicamente en los patios.
En algunos jardines destacan las aficiones de sus propietarios, ya sea cultivando especies determinadas de plantas: rosales, hortensias, cactáceas, iris, etc… o esculpiendo el arte topiario dando caprichosas formas a las plantas recortándolas en forma de esculturas vegetales, creando un mundo insólito, distinto, lleno de imaginación.
Se mezclan estilos dejando que la belleza de cada estación se despliegue en libertad.
Cada rincón es diferente en forma, color y volumen. Son mil jardines en uno.
Originalidad, elegancia y perspectivas deben ser tres objetivos que deben marcarse en el diseño.
Un buen diseño paisajístico contribuye a subrayar la belleza del edificio.
“ La primera impresión es la que cuenta».

Coherencia, estética y misterio, tres criterios difíciles de compaginar en un espacio pequeño
Para conseguirlo utilicemos la sencillez, no destaquemos muchos elementos, focalicemos la vista a un elemento importante, optemos por plantas de crecimiento medio y lento que se adapten poco a poco al carácter del jardín, procuremos que no se vea la tierra, utilicemos el «mulching» orgánico o mineral con cortezas o gravas.
El tamaño reducido de un jardín no es obstáculo para que este luzca espléndido, íntimo… debemos sacarle el máximo partido al espacio.
El perfume de las plantas aromáticas es el alma del jardín, no debe ser olvidado.
Los detalles ornamentales nos revalorizarán los rincones creando focos de interés, pero hay que dosificarlos con acierto y evitar su proliferación.
El agua siempre será atractiva en un jardín pequeño. La elección de los pavimentos y un estudiado juego de floraciones con las plantas elegidas pueden resolvernos el problema de decoración.
Cada especie o elemento debe tener un sentido para lograr un conjunto funcional y bello a la vez.
En los pequeños jardines debemos priorizar la ordenación del espacio, compartimentándolo si es posible, con vallas de hierro o madera, cambios de nivel o utilizando setos que aporten intimidad…
Debemos marcar desde el inicio el estilo propio del jardín, huyendo de las mezclas de plantas inadecuadas que producen sensación de confusión y desorden.
Los cambios de nivel, cuando puedan establecerse, son otra forma de conseguir mayor profundidad o diferentes escenas al jardín.
También aquí el agua puede jugar un papel importante para componer algún rincón.
La elección de las plantas adecuadas, como en todos los jardines, será fundamental, se buscarán especies de crecimiento medio o lento, evitando las de crecimiento desmedido y agrupándolas por tamaños de crecimiento o época de floraciones.
Las trepadoras en jardines pequeños ocupan poco espacio y dan frondosidad y elegancia.
Podemos colocar algún elemento ornamental que dé soporte a alguna vista preferente: una escultura, un jarrón, una pérgola, una fuente, un banco, etc… pueden resultar atractivos o tal vez un simple macetón de barro cocido o alguna piedra antigua, pueden ser protagonistas.

Los pavimentos nos ayudan al recorrido por el jardín, de su correcto planteamiento depende en muchas ocasiones el resultado global de la obra paisajística.
La piedra natural sola o combinada con adoquines de granito, el simple ladrillo bien dispuesto, los cantos rodados, los enchinados, las piedras talladas con pasos japoneses, el hormigón, las traviesas de ferrocarril, la madera, el garbancillo, la arena, el albero, etc… pueden utilizarse de mil formas en los paseos del jardín cuidando que no desentonen en su estilo.
Se prestan a todo tipo de gustos y fantasías y juegos de color y textura, con una sola condición: que sean cómodos, fáciles de andar y sobretodo resistentes al sol, el frío y al calor y los bruscos cambios de temperaturas.
Su función debe conjugar lo estético con lo funcional, son la estructura viva del jardín, nos determinan los recorridos y nos conducen sabiamente uniendo ámbitos, lugares, estancias donde podemos descubrir nuevas y sorprendentes perspectivas del jardín.
La piedra natural, qué duda cabe que es uno de los más elegantes pavimentos que nos pueden aportar muchas soluciones, el granito, las piezas de sillería calizas o areniscas, también el ladrillo macizo permite una infinidad de dibujos y combinaciones, como veremos más adelante.
La madera ofrece grandes posibilidades, pero debe ser de muy buena calidad cuando está expuesta al sol y a temperaturas extremas, es más apropiada en climas fríos y húmedos bien tratada con productos que eviten su pudrición
Las siempre socorridas traviesas son más resistentes. Los pavimentos prefabricados de hormigón ofrecen también una extensa gama de posibilidades, sobre todo en jardinería pública.
Punto aparte merecen los suelos naturales, de diferentes texturas y orígenes pueden ser empleados.
Desde la gravilla al albero, desde la tierra volcánica al ladrillo triturado, mármol o picón, las arenas gruesas, el albero etc… así como la corteza de pino u otros troncos triturados en pavimentos orgánicos blandos.
Un jardín sevillano
El armónico contraste de color creado por la mezcla de lirio y arcos de cipreses componen la arquitectura vegetal verde y compacta del jardín, con los sobrios volúmenes creados con los setos de ciprés y boj.
La vista va perdiéndose por un jardín lleno de rincones diferentes a los que va conduciendo un sendero rústico de albero y cal.
Capiteles y bases de columnas romanas hacen las veces de sillas y mesas.
Todo un lujo para un mimado jardín.
Un banco de granito apoyado sobre la pared ocre da un tono característico de la arquitectura y el paisajismo sevillano.
El intenso verde de la vegetación complementa el toque leve de la cal y el albero, convierten esta superficie en un espléndido jardín andaluz conformando patios separados por verjas de hierro.
La transición de los patios al jardín se realiza con suave elegancia combinando pavimentos y elementos tradicionales, pozos, albercas, fuentes, etc…
Elegidas una por una, las plantas del jardín representan la fuerza de la naturaleza, árboles de sobria elegancia enmarcan el diseño mezclados con otros árboles exóticos.
Todas las fachadas han sido invadidas por plantas trepadoras, principalmente buganvillas y jazmines que contribuyen a multiplicar el verde en el jardín.
Setos de arrayán y boj crean rincones especiales donde se sitúan las masas de plantas con floraciones de color en tonos azules, amarillos, blancos y rojos invadiendo el espacio con sus perfumes…

El orden y los contrastes de tonos verdes marcan el ritmo del jardín
La arquitectura se ha unido a la naturaleza se combinan olivos y cipreses con explosión de tonalidades azules, Teucriums mezclados con Lavándula o los elegantes Agapanthus, creando un paisaje ordenadamente asilvestrado.
El jardín debe ser s un ejemplo de sobriedad que no resta protagonismo al entorno.
Los caminos poco a poco deben ir convirtiendo en un campo salvaje donde aparecen los bosques de encinas, alcornoques o algarrobos y árboles de Judas rellenados con monte bajo.
El diseño de este jardín rivaliza con la naturaleza de su entorno.
Los tiestos y macetones albergan una amplia variedad de especies.
Un rincón destinado al arte topiario con caprichosas esculturas hechas con boj, puede dar un toque personal y fantástico, insólito, distinto, lleno de imaginación, que exprese las grandes aficiones de su propietario.
Como anticipo del mundo que espera al visitante, el jardín va descubriéndose poco a poco, antiguas variedades de rosas, setos recortados, masas de flor, etc…
En terrenos abiertos muy amplios, en un jardín de inspiración clásica, la solución puede ser delimitarlo con setos y muros que creen rincones de distintos ambientes llenos de flores.
El orden geométrico en el que se disponen los setos, un gran macetón como elemento central, un pavimento elegido nos puede ofrecer un jardín ordenado y simétrico.
Podemos dar un toque de romanticismo con la ubicación de esculturas.
De todos modos la concepción global del diseño será la clave del trazado del jardín.
Las plantas cuidadosamente elegidas, pueden componer casi un jardín botánico en miniatura, donde distintas flores aparecen desde la primavera al otoño, adaptadas al gusto del propietario y al clima local.
Originalidad, elegancia y perspectivas son los objetivos que hay que marcarse antes de iniciar el diseño del jardín
Una estructura que permita disfrutar de cada ángulo, de cada vista, tener mil jardines en uno.
Las reglas básicas de la simetría dominan todo el diseño y garantizan un acierto seguro.
Si el color debe ser una prioridad absoluta, deberemos elegir cuidadosamente las plantas para que las flores vayan apareciendo de forma continuada en las distintas zonas del jardín en los tonos que se elijan: azul-blanco-gris o amarillo-rojo-rosa, etc… en las distintas estaciones del año…

Espacio, orden y movimiento: en el huerto del jardín francés.
Alfombras de césped con parterres bordados, realizados con borduras de boj. Desertadas por excesiva mano de obra en el mantenimiento.
Acudimos a la hora de diseñar el huerto a la funcionalidad unida a la ornamentalidad.
Cuando el dueño desea un jardín huerto, se estructurarán los distintos compartimentos para plantar en su interior plantas aromáticas y culinarias.
El diseño en cuadrícula de los parterres recuerda a los antiguos huertos de los monasterios.
Los frutales, hortalizas, legumbres y flores se cultivan mezcladas con las hierbas aromáticas, más que de utilidad estos huertos desempeñan una función decorativa. Las flores cortadas para la casa.
Los caminos y paseos deben invitar a gratificantes paseos de carácter monástico que resulten un placer para la vista y el olfato.
Para los caminos se elige la gravilla fina, escrupulosamente limpia y cuidada.
Un conjunto de enmarcados parterres con boj contiene plantas aromáticas (Lavanda, Salvia, Santolina, Romero, Tomillo, etc…)

Un romántico diseño inglés
No es fácil encontrar un jardín que sea una verdadera obra de arte, sin embargo cuando se encuentra, no hay nada que haga borrar esta impresión.
Cada arbusto, cada planta, cada flor debe ser plantada con criterios profesionales; orientación, luz, crecimiento, sentido rítmico, épocas de floración, etc… el diseño del jardín ingles debe ser equilibrado.
No debe sobrar nada, ni tampoco faltar nada, debe ser una obra creada para disfrutarla con los cinco sentidos y vivir en ella cada estación del año.
Un bonito diseño paisajístico contribuye a realzar la belleza arquitectónica del edificio.
Una buena disposición de plantas consiguen una entrada natural que realza la casa y a sus propietarios.
El juego de alturas y materiales, son los contrastes con la vegetación.
El orden debe ser el auténtico protagonista del jardín.
Los caminos y senderos rectilíneos o sinuosos según el estilo del jardín, bordeados o no con plantas deben ser cuidados.
La entrada de la casa es la primera impresión del jardín, donde el visitante queda marcado por el primer vistazo, debemos procurar una perfecta armonía con el estilo arquitectónico de la casa, debe despertar curiosidad y el deseo de visitar el resto del jardín, debe ser coherente, misteriosa y estética.
Las claves del éxito pueden ser su sencillez: destacar siempre un elemento principal, una puerta, una ventana, una estatua, una tinaja, un banco, una planta…..
Debemos elegir plantas de crecimiento medio o lento, que se irán adaptando con el tiempo.
Las plantas deben ordenarse por colores, texturas y formas. No convertirlo en una jungla.
El color y el diseño del pavimento debe elegirse con cuidado: terracotas, gravillas, albero en jardines mediterráneos, piedras de sillería, adoquines y pizarras son perfectos para climas fríos.
La entrada puede inspirarse con el estilo de la vivienda y debe permanecer viva y atractiva todo el año.
Si es posible, la tierra no debe verse, puede practicarse el «mulching».
Pueden ser elementos importantes, plantas talladas en arte topiario: Lauros, Vudús, Taxis, Eugenia, Tujas etc…
Un árbol bien elegido puede ser el verdadero protagonista y el estandarte de la casa, evitando los de crecimiento rápido. En cada estilo de jardín se utilizan arboles determinados, el olivo y el ciprés en el jardín mediterráneo el tejo en el jardín ingle o la encina y el alcornoque en el jardín de Andalucía, la camelia Galicia o la Magnolia en el Norte….

Jardines pequeños
El tamaño reducido no es un obstáculo para que un jardín luzca espléndido.
La clave está en saber ordenar los espacios.
Una buena solución es el cultivo en contenedores, tiestos, macetones, cántaros, etc…
Agradables rincones floridos se pueden conseguir con composiciones muy estudiadas.
Las plantas trepadoras ocupan poco espacio y aportan color, frondosidad y elegancia.
Los pequeños detalles se convierten en protagonistas…
Las piedras naturalizan el espacio a la vez que protegen las ligninas.
Los detalles revalorizan los rincones, las rejillas en espaldera, los estanques, las fuentes, etc… el agua siempre es atractiva en los jardines pequeños.
Un juego de pavimentos puede crearnos espacios distintos en un pequeño jardín, los muros, celosías y vallas nos pueden acortar vistas; cada especie o elemento debe tener un sentido para lograr un conjunto compacto y funcional.

Podemos proceder a la compartimentalización del espacio en zonas (estar, lectura, juegos de niños, etc…) con setos bajos o vallas de hierro o madera, e incluso con cambios de nivel.
Las jardineras colgantes sobre muros y ventanas, si no hay demasiado suelo, pueden ser una solución para albergar plantas.
Crear un jardín con estilo, no hacer demasiadas mezclas con plantas inadecuadas que den sensación de confusión y desorden.
La elección de las plantas es de vital importancia, sobre todo conocer su normal desarrollo.
Complementan el diseño los elementos decorativos, éstos agrandan el espacio, lo ordenan y dan puntos de simetría, dirigen las vistas, son detalles de arte y sobre todo definen los gustos de los propietarios del jardín, pero no podemos abusar de ellos, no se trata de hacer un museo.
Recuerdo un jardín visitado en Holanda, el Fankrever Hofke de dimensiones reducidas .El jardín esta subdividido en distintas escenas sobre una superficie de terreno de 1.400 m2 en una parcela de 110 m. de fondo por 12 m. era un verdadero ejemplo de aprovechamiento de los espacios del jardín, dándole una diversidad y profundidad admirable.

Suelos y pavimentos
De su correcto planteamiento depende en gran parte el resultado global de una obra paisajística.
La piedra de sillería es uno de los pavimentos más elegantes, señoriales y duraderos para zonas frías y húmedas.
El adoquín y el granito para jardines urbanos, junto con hormigones que producen losetas de diferentes tonos blancos y grises.
Las mezclas de gravas de color, hormigón y césped, con libertad de diseño a juego con el resto del jardín, con una sola condición: la resistencia
Un suelo de falsa simetría puede conseguirse con losetas de piedra blanca y líneas de ladrillo, los cantos rodados enmarcados con adoquines de granito, ladrillos de mil formas, piedras naturales, etc… nos pueden dar soluciones para cada caso.
Las traviesas de ferrocarril, troncos rústicos, maderas o gravillas, caminos de ladrillo bordeados de setos, albero, garbancillo…o pavimentos ecológicos tipo aripaq terrizos, naturales y resistentes.
La piedra, el hormigón y el ladrillo sobreviven sin dificultad a la humedad, las heladas y el calor.
Los pavimentos del jardín han cambiado según las modas, pero ha habido siempre una aspiración permanente al resultado bello y práctico, que no desentonen con el estilo del jardín.
La norma de la construcción del sendero es la libertad del diseño.
Se presta a todo tipo de gustos, fantasías y juegos de color y textura, con una sola condición: que sea resistente a la humedad, el sol, el frío, el calor y los bruscos cambios de temperatura.
El ladrillo macizo debe estar bien cocido, la madera es muy resistente a la humedad, aunque menos al sol y el calor, debe ser de muy buena calidad.
Debe colocarse volada sobre rastreles para que corra el aire por debajo. Además debe ser tratada por procedimientos auto-clave. Los pavimentos prefabricados, desde el hormigón al gres, ofrecen también una extensa gama de soluciones.
El hormigón impreso se presta a adoptar múltiples formas. Los suelos naturales son de diferentes texturas y orígenes que se emplean en caminos y senderos. Gravilla, arena gruesa, albero, cascotes de teja vieja, ladrillo molido, lava volcánica…
De todos modos la piedra natural es el pavimento más elegante y el que más soluciones aporta junto con el granito, la piedra de sillería, etc.

Las zonas de estar
Umbrías, frescas, con muebles cómodos y cercano a la casa; así es el perfecto comedor de verano.
La sombra de un buen árbol, el frescor y la humedad proporcionado por una pequeña fuente, la prudente presencia de las especies aromáticas, una zona pavimentada en la que se asiente bien el mobiliario, una situación próxima a la casa, grandes macetones de flores que permitan tenerlas durante todo el año.
El color blanco en el mobiliario siempre será un acierto en el jardín.
Los puntos más altos del jardín son los especialmente adecuados para la instalación de un senador, si el jardín tiene bastante superficie…
La sombra o el sol dependiendo de la época, el l agua y la lectura son buenos compañeros en el jardín, aunque procurando que el sonido que produce no sea excesivamente fuerte.
Un banco aislado y protegido, flores, silencio… los mejores aliados para una lectura al aire libre.
Hay que buscar los sitios más tranquilos del jardín, alejados de la casa, de la zona de juegos, de la vecindad…
Un seto, una tapia baja o plantas de porte medio son suficientes para crear bellos rincones, para ubicar barbacoas, invernaderos, zonas de bonsáis, plantas aromáticas, etc…
Dejar medio ocultas algunas zonas del jardín hace aumentar el interés por descubrirlas. Es mejor acotar espacios pequeños y poner detalles que los personalicen: una fuente… una estatua, un reloj solar….

Las plantas vivaces ocupan espacios reducidos resultando muy apropiadas para jardines pequeños donde se aprecian mejor, se acomodan a todo tipo de suelos, hay variedades para cada situación.
Deben agruparse por colores procurando que las floraciones vayan escalonadas en el tiempo. Sin embargo, debemos combinarlas en variedades afines en clima, suelo, orientación, ph y necesidades de agua.
Deberán estar separadas de los arbustos de 60 a 80 cm., la distancia de plantación según desarrollo desde 50-60 cm. a 30-35 cm., el suelo deberá ser preparado procurándole un buen drenaje.
Antes de la plantación extender una malla antihierbas o una vez plantadas cubrir el suelo con gravilla o corteza de pino o cualquier otra materia orgánica triturada en un espesor mínimo de 12 cm. para evitar las malas hierbas, colocarlas en lugar soleado, regar sin encharcar el suelo ni mojar las flores, precisan unos cuidados básicos como podas, pinzamientos, aclareos, divisiones de mata, escarificados, tratamiento sanitarios y abonados.
Bien adaptadas, cada año florecen con mayor vigor. Fáciles de reproducir la mayoría.
Composiciones de plantas vivaces con rocalla pueden ser un detalle singular en el jardín

Elementos para la decoración del jardín
Cualquier detalle en apariencia insignificante puede cambiar todo el estilo del jardín: estatuas, macetones, fuentes, relojes, bancos, pérgolas… son mucho más que elementos decorativos, si se ubican adecuadamente.
Un jardín puede verse beneficiado por un elemento que resalte un rincón apagado, unos macetones que flanqueen, una entrada o un punto de color que contraste entre el follaje verde.
Los elementos decorativos deben ser significativos y muy bien elegidos.
La terracota en los jardines mediterráneos, la madera en los jardines de montaña, el cobre y la cerámica para jardines vanguardistas.
El hierro y la piedra son los elementos más nobles para un mobiliario tan elegante como vistoso y detalles de arte que parecen brotes del jardín y se convierten en testigos mudos del paso de las estaciones.
Un rincón para el detalle que pueda ser romántico, poético, personal, tradicional o sorprendente siempre está en el jardín. Hay que saber encontrarlo.
Antiguos elementos de labranza (arados, trillos, veladoras,…) son elementos muy atractivos en jardines de campo.
Los jardines de corte mediterráneo tienen las antiguas piezas de arquitectura y escultura (tinajas, columnas, capiteles, ruedas de molino, tinajas…) son un aliado decorativo de primer orden.
En los jardines suntuosos buenas piezas escultóricas son puntos focales importantes.
Muchas veces un sólo detalle bien escogido es más que suficiente.
Iluminación
Cualquier espacio al aire libre, por pequeño que sea, debe estar iluminado por razones estéticas, ambientales y por supuesto de seguridad.
Una buena iluminación debe resaltar las sombras y los matices de su jardín. Todos los jardines, independientemente de su tamaño, tienen características distintas y solo se “iluminarán bien” si se tienen en cuenta todas estas características. La iluminación debe servir para complementar el diseño de su jardín, para que pueda usar el jardín durante más tiempo. Piense en su estilo de vida en el exterior. ¿Cómo le gustaría disfrutar de su jardín? ¿Dónde y cuándo necesita luz? Elabore un plan de iluminación que se adapte a sus necesidades y expectativas.
Hoy en día en el mercado hay una amplia gama de luminarias que nos aportan soluciones óptimas para cada espacio.

Macetas o tiestos
Debemos aprovechar los valores decorativos de los tiestos de barro cocido, de origen mediterráneo, deben ser los grandes aliados del jardín, como soportes para plantas o como elementos decorativos.
Las macetas de barro cocido ganan con los años, el tiempo les va dando una pátina que contribuye a embellecerlos.
Su color y su textura armonizan con muchos estilos.
El diseño nos facilita muchas formas para adaptarlas al estilo del jardín.
Vallas y cerramientos
Desgraciadamente y por motivos de intimidad y seguridad se usan poco en los jardines españoles…
Delimitan espacios sin restringir vistas, a la vez que dan un toque de distinción al jardín.
En color madera dan rusticidad, pero si la madera es tratada y pintada en tonos oscuros dan aspecto de elegancia y sobriedad.
Debemos utilizar maderas resistentes a la intemperie: teca, roble, olmo, castaño, encina, acacia, etc… como también podemos utilizar lamas de madera, caña, bambúes, juncos, mimbres, brezo.

Las plantas favorecen estas vallas.
Troncos de madera dispuestos cruzados unos sobre otros, vallas de madera pintadas de blanco, vallas de aspecto rural con troncos oscurecidos por el paso del tiempo, empalizadas de bambú, madera y piedra natural.
Las fuentes adosadas a paredes son un gran recurso estético para pequeños patios y jardines.
Surtidores de cañas de bambú, fuentes de piedra, etc… cada entorno pide su diseño y material adecuado: cabezas mitológicas labradas en piedra, conchas marinas de bronce, surtidores, piletas, etc…
Libertad de ideas y un criterio muy claro son los puntos de partida para una elección.
La piedra es uno de los materiales más versátiles que, además resiste muy bien las inclemencias del tiempo.
Los metales como el hierro o el bronce, el cobre o el zinc, muy utilizados, son muy duraderos pero con ellos cualquier fuente alcanza un fuerte valor estético.
En ocasiones la mezcla de piedra y metal resulta armoniosa.
Las puertas de entrada reflejan el estilo, son la antesala y promesa de lo que encontraremos al cruzarla.
Debe reflejar la personalidad de la casa y el jardín.

La elección de las plantas
El laurel, un arbusto sobrio y elegante.
El robusto roble requiere espacio amplio para expandir su copa.
La encina adaptable y agradecida en climas secos.
Uno de los más exquisitos aromas: la Lavándula en el jardín seco
Huelen como el azahar pero son celindas.
Tan hermosa como su nombre es la rosa.
Espontáneos en toda Europa, los arces son apreciados.
El lilo es el arbusto más clásico de la jardinería castellana.
Los almendros cuando florecen en febrero son los reyes del jardín.
La adelfa, uno de los arbustos más resistentes y floridos de los climas cálidos.
El limonero siempre tiene un lugar en los jardines andaluces.
Los arriates de flor son, sin duda los puntos más llamativos del jardín. La armoniosa combinación de colores y especies es la clave para sacar el máximo provecho.

Árboles en flor
La floración de los cerezos y los almendros, los manzanos
Sombras naturales
Las sombras pueden ser el mejor mérito de un jardín o su peor defecto. Hay que plantar especies vegetales adecuadas, tapizados de hiedras, aspidistras, ophiopogones, fatsias, etc…
Plantas trepadoras
Enredándose entre plantas y ocultando la parte menos atractiva del jardín, son siempre fuentes de belleza y color.
En muros antiguos o fachadas con historia realzan su nobleza, las trepadoras tiene mil aplicaciones.
En muros y fachadas, pérgolas, columnas y estructuras, en contenedores o como tapizantes.
El clima, el diseño, la función y las plantas de alrededor, son los criterios que marcan las especies a elegir.
Arbustos
El estilo del jardín nos va a indicar el tipo de arbustos a emplear.
El conjunto de una masa de arbustos debe proporcionar una estructura equilibrada.
No hay que olvidar la competencia por el suelo.
Al seleccionar las variedades habrá que tener en cuenta el resto de las plantas.
Es importante determinar su utilidad. Los podemos elegir tanto por sus flores como por la variedad de sus hojas, las hay de todas formas y tamaños.

Concebir el jardín como un todo.
Si no existe unidad y armonía entre los distintos elementos que lo componen, las sensaciones emanadas serán muy negativas: desasosiego y desconcierto.
Orden, simetría y claridad de ideas.
«Hay que considerar que la moda de utilizar sólo plantas autóctonas tiende a ser excluyente y supone un empobrecimiento cultural». José Luís Camino (Paisajista autodidacta).
Ornamentación
El aspecto arquitectónico y ornamental del jardín incide directamente en el resultado final del proyecto paisajístico: vallas, estanques, bancos y esculturas deben complementar su belleza.
La explosión de color define el macizo de flor.
Uno o dos colores dominantes armonizarán siempre cuando los otros sean de menor intensidad.
Los jardines monocromáticos resaltan más las formas de las plantas y resultan muy elegantes.
Los contrastes fuertes de color son muy llamativos pero hay que emplearlos con sumo cuidado. Los tonos oscuros deben ocupar los primeros planos y contrastarlos con colores claros.
Las tonalidades claras se pueden situar en segundo plano. Los luminosos: blanco, amarillo claro, oro y naranja se deben colocar en el último plano.
En el jardín conviven plantas procedentes de todos los continentes. Hay que conocerlas, su procedencia, comportamiento, época e floración, mantenimiento, propagación etc….
También abundantes, las áreas constituidas por rocallas que sirven para dividir las diferentes zonas y para marcar puntos de transición.
Muros coronados por setos, con plantas colgantes que rompen la regularidad.
Cómo debe ser el jardín
«El jardín forma parte de una tradición histórica y cultural propia de cada pueblo».
Elegir una casa con jardín es optar a una forma de vida, contar con un paraíso particular.
«Un jardín ha de ser atractivo y cambiante a lo largo del año, se debe sentir la explosión de la primavera, la frescura del verano, el color del otoño y la desnudez del invierno».
El jardín es un ser vivo que hay que ocuparse de mantenerlo con la estructura con la que fue creado.
Para restaurar hay que tener una preparación técnica y un fondo cultural especifico…
Los jardines son expresiones del espíritu.
Se debe captar lo que hay en ellos y captarlo con sensibilidad y verificarlo con el conocimiento.
En un jardín de aspecto natural deliberado hacen falta a de vez en cuando puntos de referencia, focos de atención, que ordenen el desorden.
Cualquier detalle sirve como foco de atención.
Magnífico el jardín mediterráneo, llenos de aromas, luces y sombras acompañado por el constante murmullo del agua.

Las 10 claves del éxito de un jardín, son estas:
El orden.-
Ha pesar de la apariencia espontánea o silvestre todo debe ser minuciosamente pensado y colocado en su justo sitio.
La luz.-Omnipresente, que el clima regala generosamente.
El color.-Sencillo y armonioso, con destellos suaves, no agresivos.
El pavimento.-La piedra, el pavimento por excelencia, ha sido utilizada con profusión.
El mantenimiento.-Plantas adaptadas al clima y constante presencia del agua
Un jardín sostenible.
La integración.-Casa y jardín deben ser compatibles.
La vitalidad.-Debe ser un diseño que con las plantas viva y crezca todo el año.
La arquitectura.-Sencillez de líneas.
La floración.-Escalonada en las cuatro estaciones.
La concepción global. Un diseño global con mil concepciones con cabida para todo tipo de actividades.

RESTAURACION DE UN JARDIN
La restauración de un jardín es uno de los mayores retos a los que se pueden enfrentar un paisajista.
Todos sus conocimientos técnicos y su sentido artístico van a ser puesto a prueba.
Antes que nada hay que evaluar el estado del jardín, ver si ha perdido toda su personalidad o todavía puede apreciarse su diseño como obra antigua.
Respeto a la historia, en el nuevo diseño surgido de la obra restauradora, es obligado el respecto y mantenimiento de los árboles y objetos que han sido testigos de su desarrollo.
Opiniones de algunos paisajistas
Leandro Silva.-paisajista uruguayo
Si no hay arte, no hay jardín.
Forma, color y textura deben ser temas tratados con gran profundidad.
«El secreto seguramente debe estar en la lenta asimilación del uso de los materiales- ladrillo, agua, vegetales- utilizados sabiamente durante siglos.
Esto permite llegar al máximo conocimiento de sus posibilidades expresivas».
Jorge Subirana paisajista catalán
«Creo que ninguna obra, por bien terminada que esté, nos deja totalmente satisfecho».
«Utilizar materias primas de la zona para conseguir armonía con el entorno… emplear en lo posible flora autóctona o la que se adapte de forma natural… y adoptar una actitud de respeto y humildad con la naturaleza… ya que este es el mejor favor que podemos hacerle».
Hay que distinguir entre diseñar y proyectar, la confusión es patente; en jardinería y paisajismo se proyecta como en arquitectura, se moldea como escultura y se emplean cromatismos como en pintura.
El diseño se aplica a la moda, mobiliario urbano, fuentes, juegos de niños, etc…
Existen una serie de condicionantes, entre otros, los elementos vegetales, seres vivos, por lo que el jardín no es diseño, es imaginación y pensamiento.
Teresa Muñoz paisajista
La jardinería está de moda y se «ajardinan» muchos espacios, pero con demasiada frecuencia el tema no se trata con el debido respeto, profesionalidad, ni tan siquiera con el cariño que requiere.
El jardín es la expresión de una idea creadora del hombre y en él, las plantas son el material más importante, si no se conocen con profundidad, es imposible obtener buenos resultados.
«Transmitir una serie de sensaciones que el hombre necesita encontrar en el jardín es en definitiva lo que hará que se sienta atraído por él y lo disfrute».
Sevilla octubre 2004