
SANTANDER
Santander.-El paseo de Pereda
El paseo de Pereda es una extensa calle de la ciudad de Santander, en Cantabria (España). Situada en el centro urbano, alberga un largo paseo paralelo a línea del muelle, y llega hasta Puertochico.
Se contempla a lo largo del mismo todo el esplendor de la bahía de Santander.
El incendio de 1941 no afectó a esta vía céntrica, por lo que es una de las más antiguas de la ciudad. Forma un conjunto de edificaciones que van desde fines del siglo XVIII a principios del siglo XX. Hace unos años fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
En el siglo XIX, lo que hoy es el paseo de Pereda, eran muelles mercantiles y los bajos de los edificios eran ocupados por almacenes, navieros y comerciantes. En el paseo de Pereda se encuentran algunos de los edificios más emblemáticos y bellos de la ciudad como el Palacio de la Compañía Trasatlántica Española, destinado en el siglo XIX como hotel, aunque su destino inicial no llegaría a producirse nunca.
Cabe destacar también el edificio que se destina a sede central del Banco de Santander, obra del arquitecto Javier González de Riancho, con popular arco sobre la calle del Martillo y coronado con esculturas de Planes, fue construido sobre 1940.

Se prevé que en 2009 o 2010 el paseo de Pereda alberge bajo su suelo un aparcamiento con capacidad para mil plazas. La obra anunciada por el Ayuntamiento de Santander, requerirá un método de excavación en túnel por el cual no será necesario interrumpir el tráfico durante el desarrollo de las obras, que durarán, aproximadamente, 20 meses.
Otro atractivo importante del lugar, son los jardines de Pereda. Tanto el paseo como los jardines fueron dedicados al novelista cántabro José María de Pereda.
Los actuales jardines se levantan sobre el antiguo puerto de la ciudad y sus muelles mercantiles.
Destaca la escultura de José María de Pereda, realizada por el marchenero Lorenzo Coullaut Valera, en los jardines. Los grabados que se ven rodeando al busto de Pereda, representan escenas de sus obras.
Los jardines se caracterizan por las arboladas que sirven de refugio desde septiembre a marzo a miles de pequeños estorninos, típicos del invierno de Santander.

Santander.- Jardines del Piquío
Los Jardines de Piquío se encuentran en la Avenida Fernández Castañeda, al lado de la Plaza de las Brisas, entre la primera y la segunda playa de El Sardinero. Su nombre es debido a la peculiar forma que simula el pico de un barco adentrándose en el mar. Antiguamente el parque era conocido como Piquillo o Punta del Rostro.
Los preciosos jardines y la pérgola que rodea el promontorio hacen una de las postales más bonitas de la ciudad.
Tiene una extensión de 11.690 m² en los que abunda la vegetación y donde se pueden observar eucaliptos, yucas, tamarindos y palmeras entre otras especies arbóreas.
En la parte exterior que da al paseo hay una hilera de tamarindos ( tarays ) entre los cuales se yergue un viejo eucalipto de 4.20m de diámetro.

El Tamarindo o Taray es un arbusto de 3-4 metros con ramas largas y flexibles, hojas diminutas y flores en color blanco o rosa pálido que resiste muy bien los embates marinos.. En la zona interior del parque entre otras especies destaca un olmo que sobrepasa los dos metros de altura.
Además de la vegetación, otro de los elementos destacados es sin duda su mirador. Un balcón rodeado de pérgolas a modo de túnel vegetal, desde el que se observan unas vistas increíbles sobre las dos playas de El Sardinero, así como la Isla de Mouro, el faro de Cabo Menor, la península de La Magdalena y el Parque de Mataleñas.
Pero además podemos encontrar pequeñas sorpresas. En la parte del mirador que se orienta al mar nos espera una singular mesa de piedra circular. Se trata de “La Mesa Zodiacal”, un trabajo del ceramista D. Víctor González, donde están representados con forma de animales los doce signos zodiacales.
Otro de los elementos que llaman la atención, esta vez en la zona interior del parque, es el monumento astronómico “bola del mundo”. Un monumento que en realidad se trata de un potente instrumento astronómico llamado “Tierra Paralela”. Consiste en una esfera de piedra caliza, de 65 centímetros de diámetro, esculpida en una sola pieza, en la que se representan los océanos, continentes y líneas de referencia configurando el mapa del mundo. Además funciona como reloj de Sol.

Los Jardines de Piquío están perfectamente cuidados por lo que es una gozada visitarlos. Unos jardines donde de día el contraste de verdes de los árboles y arbustos se mezcla con el colorido de las flores y el precioso azul del Mar Cantábrico de fondo, y durante las noches nos sorprende gracias a su preciosa iluminación que lo convierte en un lugar mágico.
Los Jardines de Piquío es uno de esos lugares que no puedes dejar de visitar si te acercas hasta Santander. Es una bonita zona para descansar en uno de sus bancos o simplemente recrear la vista contemplando este marco incomparable de belleza natural. Un rincón precioso junto al mar desde donde se obtienen las mejores vistas sobre El Sardinero, y donde de noche, su magnífica iluminación lo convierte en un lugar lleno de magia

Hay unos bancos para poder sentarse y contemplar las fantásticas vistas.
Originalmente creados por el arquitecto municipal D. Ramiro Sainz Martínez en 1925, los Jardines de Piquío han sufrido posteriores modificaciones conservando y respetando el trazado original. Con el fin de la Guerra Civil, los terrenos de Piquío fueron acondicionados como jardines, aunque fue en el segundo decenio del S. XX cuando se efectuó la definitiva transformación que culminó en una serie de rampas, escalinatas, plataformas y miradores junto a pérgolas ornamentales, complementando así un conjunto de elementos armónico con el paisaje de todo el entorno.

Santander.- Finca Puente San Miguel
La finca perteneció al hombre que descubrió las cuevas de Altamira, Don Marcelino Sanz de Sautuola (1831-88), pero no da muestras de su interés por el arte rupestre. El actual jardín se comenzó con un diseñador de jardines de Sevilla (Javier de Winthuysen) en el 1930, usando un estilo renacimiento . En la década de 1980 este se cubrió con un diseño moderno, por Carmen Añón, utilizando acero y espejos para crear un personaje más sugerente.
Don Marcelino Saenz de Sautuola, hombre erudito e ilustrado decidió, en la segunda mitad del Siglo XIX, introducir en una finca de su propiedad próxima a Santander especies exóticas como los pinsapos, sequoias, magnolios, araucarias y cedros del Líbano, mezclándolas con las propias del lugar como hayas, tilos, castaños y tejos.
El jardín se puede dividir en tres zonas: el jardín antiguo, el jardín de Winthuysen y el jardín nuevo.
El primero de ellos corresponde al núcleo original e incluye la casa solariega. Conserva el carácter naturalista, con el que se diseñó a mediados del siglo XIX, con caminos y suaves paseos ondulados.

La segunda zona mencionada, fue diseñada por el pintor y jardinero sevillano Javier de Winthuysen. Este jardincillo, aunque de reducidas dimensiones, logra crear ámbitos muy diferentes. El primero, con un patio cuadrado con “impluvium”; el segundo, con una fuente y una glorieta, rodeada de seto de boj y grandes árboles; el tercero, con arcadas y rosales trepadores y, el cuarto, con una fuente y una escalinata.
La parte más reciente, el jardín nuevo, diseñado por Doña Carmen Añón, se comenzó a plantar en los años 80. Se construyó una rosaleda en honor de Winthuysen, un gran lago con una cascada, una isla y en ella un pabellón con columnas.

Pero, lo más original, se encuentra al final de un camino con seto de laurel: Un estanque circular rodeado de césped, celosía de hierro, columnas y espejos en los que se refleja el jardín, el lago y la luz creando una atmósfera fantástica y surrrealista.
Una huerta, unos viveros y un pequeño bosque, completan la propiedad.
Monumento vivo a la naturaleza y en especial a los singularísimos árboles centenarios, conservados con su forma natural, sin podas ni mutilaciones, son una muestra de la dedicación, el amor y el interés de sus propietarios, la familia Saenz de Sautuola-Botín. La Finca Puente San Miguel está declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Jardín Histórico desde 1986.

Santander.-Parque de Mataleñas.-Santander
El Parque Municipal de Mataleñas en Santander comprende tres partes diferenciadas: el parque propiamente dicho; el llamado circuito físico o senda para caminar o hacer footing que discurre en caminos paralelos a un arroyo, que desemboca en la Playa de los Molinucos; el Campo Municipal de Golf de Mataleñas.
Todo ello ocupa una finca que era propiedad de D. Angel Pérez Eizaguirre y Dña. Emilia Sanjurjo Igual adquirida por el Ayuntamiento de Santander y abierta al público el 1 de mayo de 1983.

Está totalmente rodeado por un muro y en sus partes laterales discurre el camino peatonal de Cabo Menor y los acantilados.
Es un parque muy bien cuidado con muchas plantas, césped y árboles. Hay muchos senderos de cemento para distribuirse por él. Hay mucho césped donde la gente toma el sol.
La Playa de los Molinucos está ahí cerca, al final de este camino. Hay muchas mesas de madera y bancos para que la gente las utilice. Es muy normal ver a familias merendando después de haber pasado la tarde en el parque o en la playa próxima.

Santander.-Jardines de San Roque
Los Jardines de San Roque se encuentran en El Sardinero entre la Avenida de los Hoteles, calle de la Iglesia por arriba, la Avenida de los Infantes y la Plaza de Italia en la parte inferior.
Está formado por dos niveles llanos a diferente altura, el superior, más cercano a la iglesia, de forma rectangular y el inferior, cercano a la Plaza de Italia, de forma triangular comunicados entre sí con escaleras.
En la parte más cercana, donde el suelo es de losetas, se colocan los asientos para el público en las actuaciones del Auditórium del Sardinero, que se encuentra en estos jardines.
Vemos el escenario y por detrás con su forma característica la estructura para proyectar el sonido hacia el público. Debajo se encuentran los vestuarios. Los asientos para el público se montan para cada ocasión.
Su mayor actividad es en verano, sobre todo en las noches de agosto, en que el Ayuntamiento de Santander suele programar actividades musicales de todo tipo.

Santander.-Parque Las Llamas Santander
El Parque de Las Llamas (oficialmente Parque Atlántico de las Llamas) es un parque urbano de 11 hectáreas situado en la ciudad de Santander en la comunidad autónoma de Cantabria (España). La primera fase de este espacio verde fue abierta al público el 11 de mayo del año 2007, quedando por ejecutar aún 426.000 m2 previstos, hasta casi el límite con La Albericia. Cuando esté finalizado será el parque con mayor arbolado de la ciudad de Santander.
El equipo redactor encargado de su diseño estuvo encabezado por los arquitectos catalanes Enric Batlle y Joan Roig.
La Vaguada de Las Llamas es un espacio natural de más de 800.000 metros cuadrados, que previo al proyecto del parque urbano, era una zona pantanosa y lacustre utilizada en parte para la actividad agraria y que también se veía afectada por el incontrolado vertido de escombros.

Durante el siglo XIX se situaba en esta zona una fábrica de loza que se proveía con la turba obtenida en la vaguada. Hasta principios del siglo XX, y así aparece reflejado en la cartografía histórica, la vaguada estaba ocupada por una de las dos principales rías del municipio de Santander, poseía un complejo de dunas costeras y su ladera norte, situada a la solana, se utilizaba para el cultivo de la vid.
Con el desarrollo urbano de la Segunda Playa de El Sardinero se cortó, o mejor dicho se soterró, el desagüe natural de la ría al abra de El Sardinero, interrumpiéndose, por consiguiente, la dinámica mareal que venía afectando al espacio.
A partir de entonces los únicos accesos a la zona consistían en pequeñas y difíciles sendas que imposibilitaban el uso público y disfrute del humedal por parte de los ciudadanos. Su total abandono propició el vertido incontrolado de residuos, así como el relleno de un área importante del humedal con escombros provenientes de la construcción. Por otro lado, se producía el vertido de aguas residuales urbanas sin ningún tipo de tratamiento previo que contribuían a la degradación de la calidad de las aguas naturales y con ellas de todo el ecosistema en su conjunto.

Los terrenos fueron obtenidos por el Ayuntamiento de Santander de los propietarios particulares mediante gestión urbanística, principalmente a través de permutas, desde el Palacio de Deportes de Santander hasta la Bajada de Polio. Las obras comenzaron en el año 2006.
La obra es de estilo vanguardista, al igual que el Palacio de Deportes de Santander, ubicado justo al lado del mismo y que el Escenario Santander, posteriormente integrado en su extremo Oeste. El proyecto constituye un gran parque urbano, principal pulmón verde de la ciudad, que contendrá una gran cantidad de especies arbóreas cántabras y ribereñas del Océano Atlántico.
El parque dispone de tres aparcamientos y de un carril-bici de 2,5 kilómetros de longitud.
Además contará con diversos equipamientos desde un gimnasio, un anfiteatro, un museo y un jardín botánico que representará toda la flora mundial desde la Antártida hasta el Polo Norte. Se puede acceder al parque desde las inmediaciones del Palacio de Deportes de Santander, del campus universitario, de la Avenida de Los Castros o desde la Avenida de la Constitución.

Desde el Palacio de Deportes hasta el carrizal que recorre el centro de la vaguada, se encuentra un estanque, cuya lámina de agua tiene una profundidad de entre 60 y 90 centímetros. En torno a él hay un graderío, una cafetería y ludoteca, una solana de madera, amplias zonas de juego y deportivas y espacios verdes con 2.400 árboles, terrazas con jardineras.
El aumento continuado de la riqueza y abundancia de especies de aves ha sido constante desde su creación. En el humedal se ha registrado una media de más de 75 especies de aves cada año, además de que 20 especies han llegado a nidificar. El éxito en su recuperación viene reflejado en que gran cantidad de especies migratorias hacen un uso estacional del humedal, consolidándose una importante comunidad de aves acuáticas, y que incluso haya cierta saturación de determinadas especies (fochas comunes, ánades reales o gallinetas)

Por otro lado también se ha producido un incremento negativo de especies invasoras o exóticas, como patos domésticos, cangrejo americano, tortuga de Florida o carpas doradas, liberadas por los ciudadanos. Una proliferación que produce un grave perjuicio a la fauna autóctona al desplazarla.
En el plano político la polémica se sitúa por el modelo de parque que se ha implantado. Desde el nacimiento del proyecto, el parque no ha dejado indiferente a nadie, y la política de Santander se ha visto envuelta en un conjunto de discrepancias sobre qué modelo de parque implantar, lo que ha sido discutido tanto por los diferentes partidos políticos, como por asociaciones culturales y medioambientales de peso en la ciudad
Tales como la Asociación para la Defensa de los Recursos Naturales de Cantabria (ARCA) fundada en 1984 y la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) fundada en 1976. ARCA, asociación ecologista crítica con el proyecto, afirmó que «En lugar de un modelo naturalizado, paisajístico y social, se ha introducido otro arbitrario, artificioso, rectilíneo, fundamentalmente ornamental».
Las presiones y quejas procedentes de las diversas organizaciones, motivaron que el Ayuntamiento de Santander implantara algunos cambios, como la incursión de una mayor parte de arbolado autóctono. En un principio se había estipulado que un 20% del arbolado del parque fuese autóctono, más tarde se amplió a un 54%.
La apertura en el mes de mayo de 2007 del parque, sin terminar la primera fase de construcción y previa a las elecciones municipales del día 27 del mismo mes, fue tachado de electoralista y de incumplir la Ley Electoral al celebrar inauguraciones durante la campaña electoral.
Un año después se inaugura el resto de la primera fase, y Gobierno y Ayuntamiento siguen sin acuerdo sobre la configuración y la financiación de la segunda parte del parque.

Santander.-Palacio de la Magdalena.
El Real Palacio de La Magdalena está situado en la península de la Magdalena, frente a la isla de Mouro, en Santander (España), y fue construido entre 1909 y 1911, por suscripción popular, para albergar a la familia real española. Obra de los arquitectos Javier González Riancho y Gonzalo Bringas Vega, se enclava en el lugar donde estuvo el antiguo fortín de San Salvador de Hano, que protegía la entrada a la bahía.
En 1977, con la compra de la península por parte del ayuntamiento de Santander, se le permite a la universidad utilizar tanto el palacio como las caballerizas, quedando el resto de la península como parque público municipal.
Hoy la primera planta está dedicada a salas de conferencias modernamente equipadas, con salas de traducción, proyectores, etc.
También disponen de comedor.

Reinosa.- Parque de Cupido
Existen en Reinosa varios parques y jardines que impregnan de colorido y belleza natural el paisaje de esta ciudad. Este es el caso del Parque de Cupido, originariamente denominado como el de Casimiro Sainz, en recuerdo del insigne pintor campurriano del siglo XIX, cuya estatua preside este lugar. Los setos y parterres, junto con varios tipos de árboles, como los tejos, los cipreses o los abetos, conforman la vegetación de este rincón que los reinosanos aprovechan como lugar de encuentro y para disfrutar de tranquilos paseos.
También el parque de las Fuentes, que toma su nombre de los manantiales existentes en la zona, presenta un frondoso arbolado de fresnos, sauces, castaños, acacias… De aquí mana el arroyo de las Fuentes o de la Pelilla. Otras zonas verdes de especial relevancia son los paseos de Jiménez Díaz y de San Francisco, emplazados a ambos lados de la carretera que enlaza con Nestares y Campoo de Suso.

Torrelavega.-Parque Manuel Barquín
En Torrelavega encontramos un parque público, el Parque Municipal Manuel Barquín Agüero, que es el centro de los habitantes para ir a pasear, jugar, descansar, donde se ubica parte de la fiesta mayor de La Virgen Grande en Agosto, etc…
La Historia proviene de los inicios del siglo XX, que era esta zona, un agujero llamado El Pozo Hundido. Aquí terminaban las aguas de los alrededores, fue secado y rellenado, con el Alcalde Manuel Barquín Agüero, del cual viene el nombre del parque, inicio un proyecto para aprovechar el terreno, fue en 1947.
El parque lo podemos dividir en dos zonas, una la inferior, la Sombría, pues es donde hay plantados una gran cantidad y variedad de árboles, y algún que otro arbusto, pero predominan los árboles, la mayoría de Hoja caduca y de zonas ombrías, encontramos alguna Palmera escondida, como en un círculo rodeada de Camelias.
De vegetales podemos observar muchos árboles como Plátanos, Cedros, Troanas, Robles, Falsos Castaños (Aesculus) y como he dicho antes alguna Palmera. Bordea por un lado una valla de pitosporo recortado.

En la parte superior encontramos como elemento principal un Auditorio dedicado a un director de la banda municipal de Torrelavega, al señor Lucio Lázaro. Tiene una forma semiesférica de metal y delante suyo bancos que van subiendo una pendiente que hacen posible la visión del escenario desde cualquier banco.
En los lados del anfiteatro hay dos Aucuba japonica que dan un toque de color por sus hojas matizadas y su fruto rojizo. Y detrás sobresalen Eucaliptus sp y resto de ejemplares de la parte inferior.
De plantas que nos encontramos en la parte superior hay muchas mediterráneas como los Tamarindo (Tamarix gallica) que hay detrás del auditorio y que lleva el camino hacia la parte inferior del parque.
Un precioso parque con dos ambientes que no podemos dejar de visitar y contemplar en Torrelavega, donde muchos de sus árboles son centenarios y forman parte del rico patrimonio forestal de Cantabria. Hay un busto con el nombre del alcalde que hizo posible el parque: Manuel Barquín Agüero, del escultor Jesús Otero.
ASTURIAS

Gijón.-Parque Isabel la Católica
El parque Isabel la Católica está situado a orillas del río Piles, en la ciudad de Gijón, Asturias. Es, con una superficie de 151.857 m2, el de mayor extensión de Gijón.
El 20 de febrero de 1941 la Comisión Municipal aprueba la construcción de un nuevo parque en Gijón, que no se considera totalmente terminado hasta 1967.
Se construye en una zona pantanosa, llena de mosquitos, denominada “Charca del Piles” o “Llamarga del Molinón”, situada en la zona Este de Gijón, y para su relleno el ayuntamiento obliga a los contratistas de Gijón a verter los escombros en ella.

Es un ejemplo de recuperación de terrenos degradados, convirtiendo éstos en un hermoso parque con numerosas y diversas especies de árboles.
A pesar de verter más de 40.000 m3 de basuras, escombros y tierras durante 2 años aún quedaron zonas pantanosas en las que no apareció el fondo y es aquí donde se decidió crear los lagos hoy existentes.
El llamado «estanque de los patos» se encuentra en un extremo del parque, anexo al Parador Nacional «Molino Viejo» y del campo de fútbol el Molinón.
Está formado por dos lagos contiguos, uno mucho mayor que el otro, y con dos islas cada uno. Están separados por el riachuelo del Molino.
En el lago pequeño se encuentran dos estatuas. La mayor es del escultor Laviada y representa Las Driadas (según la mitología griega eran ninfas o diosas que cuidaban de los árboles y los bosques), pesa 12.000 Kg. y se instaló en el año 1963 en la isla pequeña.

El llamado «estanque de los patos» se encuentra en un extremo del parque, anexo al Parador Nacional «Molino Viejo» y del campo de fútbol el Molinón.
Está formado por dos lagos contiguos, uno mucho mayor que el otro, y con dos islas cada uno. Están separados por el riachuelo del Molino.
En la isla mayor se instaló una pequeña escultura, llamada Niño con ánsar, que nos recuerda el cariño de los niños por las aves del estanque.
Entre anátidas, fasiánidas, garzas, rálidas, gaviotas, cormoranes, palomas y passeriformes, se pueden ver en el parque 102 diferentes tipos de aves.
En 1954 se adquirieron las primeras aves: 3 parejas de cisne blanco, 1 pareja de cisne negro y 7 patos mandarines. En el parque, cerca de los estanques, hay también un palomar y un aviario con numerosas palomas, galliformes y passeriformes

En 1960 el estanque ya cuenta con 46 cisnes, 19 gansos y 100 patos.
En la actualidad podemos ver 37 diferentes tipos de anátidas.
Además de estas aves, invernan en el parque numerosas aves migratorias: garzas, gaviotas, cormoranes, cercetas, serretas, ánades y porrones.
En el parque, cerca de los estanques, hay también un palomar y un aviario con numerosas palomas, galliformes y passeriformes
Además de múltiples especies vegetales, rosaledas y parterres de flores, el parque cuenta con un enorme estanque formado por dos lagos separador por un riachuelo, en el que habitan multitud de especies de patos, ocas, cisnes… Los más pequeños se lo pasan en grande dándoles de comer gusanitos o pan.
El parque tiene también otras especies animales como pavos reales, palomas, loros, gallinas, gaviotas, etc. Hay un palomar y un aviario, además de un recinto con avestruces.
En el parque hay un circuito señalizado para hacer footing, una pista de karts para enseñanza de educación vial, zonas de descanso, varias zonas de juegos infantiles, un quiosco y chiringuito.
Junto a este parque se encuentra el Parador de Turismo, y muy cerca la Feria de Muestras y el Museo del Pueblo de Asturias.

Gijón.-Jardín Botánico Atlántico
El Jardín Botánico Atlántico de Gijón (JBA), es un jardín botánico de unas 25 hectáreas de extensión, que se encuentra en las cercanías de Gijón, en la comunidad autónoma del Principado de Asturias, España.
Este es el único jardín botánico de Asturias.
Es miembro de la Asociación Ibero-Macaronésica de Jardines Botánicos, y así mismo del BGCI.
El Jardín Botánico Atlántico de Gijón se encuentra cerca del campus y de la Universidad Laboral de Gijón, a unos 3 kilómetros del centro urbano de la ciudad, en unos terrenos de las parroquias de Deva y Cabueñes.
Este jardín situado a dos kilómetros de Gijón ha sido el primero de su tipo en el noreste de España al inaugurarse el 25 de abril de 2003. Tiene una extensión de 150.000 m². Aunque está en proyecto su expansión hasta los 250.000 m². Dentro de todo este terreno se catalogan alrededor de 30.000 plantas de 2.000 especies distintas.

El jardín está divido en cuatro entornos diferenciados, que son el entorno Cantábrico, la factoría vegetal, Jardín histórico de la Isla y el itinerario atlántico.
Para su creación el Ayuntamiento de Gijón promovió un concurso internacional, resultando ganador el equipo multidisciplinar constituido por el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio de la Universidad de Oviedo (INDUROT)(responsable del Proyecto Botánico), el estudio de arquitectura TAU-Noriega formado por Angel Noriega y colaboradores (responsable de la Arquitectura).
La empresa INGENIAqed (responsable de la Museografía) y el paisajista Ricardo Librero (responsable de la Arquitectura del Paisaje).

Las obras se iniciaron en diciembre de 2002 tras tres años de desarrollo del proyecto, participando en la inversión el Principado de Asturias y la Unión Europea a través del Fondo Social Europeo junto al Ayuntamiento de Gijón. Inaugurado el 25 de abril de 2003.
Entorno Cantábrico.-Este entorno está representado por el laurel en la zona de presentación inicial. En este espacio se da cita la diversidad floral del arco cantábrico con bosques, praderas y matorrales, todos ellos con flora cantábrica – atlántica. En esta zona se pueden encontrar hayas, abedules, robles, alcornoques, etc.
Factoría Vegetal .-Este entorno está representado por la vid y el olivo en la zona de presentación inicial.
En este entorno se ambienta la Tierra como una gran fábrica de naturaleza que provee al hombre de materias primas vegetales para el desarrollo de la civilización tal como la conocemos hoy en día.
Esta zona se subdivide a su vez en cinco áreas que muestra la interrelación existente entre hombre y el medio que lo rodea.

Estas zonas son:
Frutales: Nos enseña el uso de estos como alimento, desde los silvestres hasta la explotación mediante cultivos de estos. En esta zona se muestran los frutales usados en la zona del Atlántico.
Huertos: Los cultivos de legumbres, cereales y verduras desde el origen hasta la agricultura actual. Se muestran también las plantas que han servido no sólo como nutriente sino como materia prima para la industria como ropas, tientes, etc.
Hierbas y Simples: Aquí se muestran las plantas aromáticas, especias, plantas medicinales, religiosas y simbólicas.
Plantas indeseadas: Las malas hierbas e invasoras son aquí el tema predominante.

Jardín histórico de la Isla .-Este entorno está representado por el tejo en la zona de presentación inicial.
El jardín de la isla data del siglo XIX, pertenecía al industrial gijonés Florencio Valdés. En él se pueden encontrar camelias, plátanos, un estanque, laberinto de tejos, una piscina y una laguna. Destaca también por sus complejo hidráulicos como el estanque de baños y estanque de La Noria.
Itinerario Atlántico.- Este entorno está representado por un helecho en la zona de presentación inicial. En este itinerario nos adentramos mediante una senda en los seis ecosistemas presentes en el atlántico, que son :
Mediterráneo: Tropical Caribeño: Dedicado a la zona del mar Caribe, con sus manglares y grandes selvas tropicales.
Templado Europeo: Destacan las grandes masas boscosas como los robledales. En este punto cabe destacar la inclusión dentro del jardín de la Carbayera del Tragamón de gran valor ecológico.

Templado Americano: Está zona está dominada por bosques caducifolios
Boreal europeo: La zona norte está representada con la taiga, como los bosques de coníferas
Boreal Americano: Los bosques de coníferas son de mayor diversidad que en Europa.
En este punto cabe destacar la inclusión dentro del jardín de la Carbayera del Tragamón de gran valor ecológico.
Área de Rionda
El Molín de Rionda es un molino de agua de los que antaño plagaban la geografía asturiana.
Equipamiento.- En este jardín botánico se dedica gran espacio a distintas muestras museísticas y didácticas, en forma de exposiciones y audiovisuales:

Edificio de Recepción.-, con una exposición introductoria con el audiovisual «El Planeta Verde», donde se nos muestra la importancia de las plantas para la vida en la tierra y su historia evolutiva.
Quintana de Rionda, se han abierto varios espacios que desarrollan los contenidos de la Factoría Vegetal.
Se distribuyen en la Casa, Cuadra y Molino de la Quintana, se pueden visitar las exposiciones: «Desde siempre», «Plantas para todo», «La evolución de la Dieta Atlántica», «Los Básicos», y «El Herbolario».
El Llagar se ubica otro espacio de museografía: «La domesticación de las plantas».
Finca de La Isla, de unos 40.000 metros cuadrados, que alberga el Jardín Histórico, con una piscina rústica, una laguna de 1.300 metros cuadrados y otros dos estanques, que forman parte de los complejos hidráulicos.
Caseta de Baños del Jardín de la Isla hay un espacio expositivo dedicado a contar la historia de este Jardín romántico.

Asturias.-Gijón.-Jardines de la Fundación Evaristo del Valle.-Sonio
La Fundación Museo Evaristo Valle es un museo dedicado a la trayectoria y obra del pintor gijonés Evaristo Valle. Fundada en 1981, su artífice principal fue María Rodríguez del Valle, sobrina del artista. El museo, inaugurado el 5 de marzo de 1983, acoge obras del pintor gijonés, pero también ha organizado exposiciones temporales sobre otros artistas. Ha sido galardonado con la Medalla de Honor de la Real Academia de San Fernando en 1984 y con una Mención de Honor del Consejo de Europa a través de su comité para el «premio del museo europeo del año» en 1985.
La Fundación Museo Evaristo Valle se sitúa en Sumió, municipio de Gijón. El recinto cuenta con dos edificios, uno construido en 1971 y destinado expresamente a museo, y un antiguo palacio del siglo XIX, remodelado en 1942 y adaptado posteriormente para la exposición.
También se puede pasear por una amplia zona ajardinada, fruto del trabajo, entre otros, del vicecónsul inglés en Gijón William Perlington Mc Alister y del marido de la fundadora, propietario de la finca. Se pueden observar más de 120 especies de árboles y arbustos, muchos de ellos únicos en Europa, además de numerosos elementos ornamentales de comienzos del siglo XX.

Este lugar, conocido también con el nombre de «La Redonda» y situado en el barrio residencial de Sumió, muy cercano a Gijón, llegó tras sucesivas herencias a manos de una sobrina del gran pintor asturiano Evaristo Valle, a cuya obra está hoy dedicado el museo enclavado en sus terrenos.
La Fundación alberga las colecciones que pertenecieron a su familia y el estudio donde pintaba. Los jardines, además, incluyen una interesante muestra de escultura moderna. El parque, con una densísima masa arbórea de magníficos ejemplares, sigue un estilo más o menos paisajista, con amplias praderas verdes en las que se intercalan de forma irregular los más variados arbustos y árboles.
Destaca por su ubicación, su perfecto mantenimiento y por los contrastes que ofrece.
La fantasía llega a límites insospechados, con formas animales de gran tamaño, pero también con aciertos como el seto ondulado de cipreses.
El boj, el tejo y el ciprés son algunas de las especies que se hallan en este cuidado jardín.

Asturias.-Jardines de la Fundación Selgas.-El Pito.-Cudillero
La historia de esta familia es impresionante, pues desde la acomodada posición que ocuparon los padres de los dueños de la Quinta, que eran comerciantes de ultramarinos en esta zona, lograron que tres de sus ocho hijos hicieran carrera y fortuna.
Fue el hermano mayor, Ezequiel el que se trasladó a Madrid y tuvo suerte con los negocios y consiguió amasar una gran fortuna, invirtiendo en bolsa y participando en la construcción del ensanche madrileño del barrio de Salamanca.
Fortunato que era uno de los hermanos pequeños, estudió Bellas Artes y Arqueología y fue, uno de los artífices de la construcción del palacio y de los jardines. El palacio construido a imagen de los palacios renacentistas italianos alberga una magnífica colección de objetos decorativos y de obras arte, entre los que se encuentran cuadros del Greco, Goya, Luis de Morales, etc.

En cuanto a los jardines, estos fueron diseñados con la ayuda de Henry Rigoreau Jouvert, que se había formado en la escuela de jardinería de Versalles, que diseñó el espacio dedicado al precioso jardín francés ordenado y geométrico, lleno de plantas y flores que adorna la entrada a la mansión.
Recorrer los jardines es una delicia, pues se encuentran perfectamente cuidados por el trabajo de los jardineros y vamos descubriendo espacios arbóreos de diferentes especies que los hermanos Selgas fueron consiguiendo de diferentes lugares del mundo, haciendo de los hermosos jardines un museo botánico que lleva a muchos eruditos en el tema a estudiar in situ las curiosas especies de los diferentes países, como pueden ser los enormes secuoyas, y otros árboles emblemáticos como araucarias, Ginkgo biloba, castaños y eucaliptus majestuosos.

Los hermanos fueron comprando terrenos anejos a la finca y consiguieron un espacio de aproximadamente 9 hectáreas, donde construyeron el palacio. Ambos se casaron con las hermanas Fagalde y cuando murieron sin descendencia dejaron la Quinta y su fortuna en una Fundación que lleva su nombre y el de sus esposas y que permite que se conserve su Patrimonio, y que se haya convertido en el orgullo de los asturianos, ya que son cientos de visitantes los que quieren admirar tan magna obra.
«El palacio de Selgas es la perla de la costa y un espectáculo de cultura que es algo más que un simple museo. Uno piensa que ésta es una de las últimas grandes obras de una época que no volverá». De Víctor de la Serna.
OVIEDO

Oviedo.-Campo San Francisco
El Campo de San Francisco, popularmente conocido como el Campo por los ovetenses, es un parque de 9 ha situado en el mismo centro de Oviedo.
Es uno de los lugares más significativos de la capital del Principado de Asturias y auténtico pulmón de la ciudad.
El Campo de San Francisco acoge entre su frondosa vegetación una serie de estatuas dedicadas a personajes estrechamente vinculados a los ovetenses.
Las estatuas fueron realizadas por varios autores a lo largo de las décadas y se fueron situando en lugares representativos del campo para poder ser contempladas por ovetenses y visitantes en una atmósfera artística y natural.
Ubicado en el centro de la ciudad, delimitado por un conjunto de calles, la de Uría al este, la del Conde Toreno al norte, la del Marqués de Santa Cruz al sur y por la de Santa Susana al oeste, dando lugar así a una forma romboidal.

En su interior se pueden distinguir tanto paseos como avenidas, las cuales poseen nombres concretos, así tenemos el Paseo de los Álamos, el Paseo del Bombé o el Paseo de José Cuesta; la Avenida Italia o la Avenida Alemania, entre otras.
El paseo de Los Álamos es paralelo a la Calle Uría, por su parte el Bombé forma un sutil ángulo agudo con la Calle Santa Susana. Las avenidas de Italia y Alemania conectan los paseos de los Álamos y el de Bombé.
Actualmente el Ayuntamiento utiliza las instalaciones del parque para la realización de actos y conciertos de música dentro de la programación cultural de la ciudad de Oviedo
Según la información proporcionada por el Ayuntamiento de Oviedo, el Campo de San Francisco presenta los siguientes equipamientos que van desde el riego automático a zonas de ocio para niños (juegos infantiles destinados a diferentes edades, unos para los más pequeños (de hasta 6 años), y otros para los niños de entre 6 y 12 años); mesas de ping-pong; pistas de «skate»; canastas de baloncesto…

También debe tenerse en cuenta que de los 90.000 metros cuadrados que tiene el Campo de San Francisco, unos 55.000 son zonas verdes, en las que destacan los 955 ejemplares de árboles, de 51 especies diferentes y más de 100 variedades.
Los más abundantes son los castaños de indias, tilos, plátanos de sombra, y arces; pero también hay chopos, fresnos, encinas, laureles, magnolios, crateagus, palmaceas y cedros entre otros.
Algunos de estos árboles tienen unos 300 años, y otros se caracterizan por su altura, como ocurre con el plátano de sombra que supera los 40 metros de altura.
También tiene el Campo de San Francisco una fauna que ahora le es propia. Puede encontrarse en sus jardines, pavos reales (que viven en absoluta libertad), además de otras aves, algunas de las cuales acuáticas, y otras que gustan de zonas húmedas por lo que habitan más cerca del pequeño estanque (ánades pequeñas e incluso cisnes).

También está equipado con diversos elementos Arquitectónicos como el Quiosco de la Música, o los bustos de diferentes personajes ilustres, las esculturas, el quiosco municipal de «La Chucha» ,4 las fuentes (La Cuentona, Fuente de las Ranas, Fuente del pez, Fuente del Caracol, Fuente Clarín, Fuente del Angelín) o el Arco de San Francisco.1
También debe hacerse mención al Estanque de los Patos y al Estanque de Covadonga.
Pese a que el parque está ubicado en una zona con pendiente, cosa que provoca que muchos de sus paseos tengan inclinación, la accesibilidad para personas con movilidad reducida o en silla de ruedas es buena.
De sus accesos, varios de ellos están enrasados a la acera exterior, además, la amplitud de los paseos hace fácil y cómoda la circulación, la cual se ve favorecida por la pavimentación de hormigón. El equipamiento para personas con discapacidades se vería complementado por la existencia en la calle Uría de una cabina con aseos públicos adaptada.
La primera referencia sobre este antiguo bosque se remonta al siglo XIII según la escritura conservada en la Catedral de Oviedo por la que D. Fernan Alonso, canónigo de la Colegiata de San Pedro de Teverga, realiza la donación de una fuente y un prado a la Orden de Frailes Menores de Oviedo. La fundación de un monasterio franciscano en estos terrenos dio origen a un primer núcleo fundacional siendo el conocido Campo el propio huerto de dicho convento.

Los frailes de San Francisco de Oviedo realizaron una serie de reformas en el siglo XIV como la canalización de aguas y el establecimiento de caminos de acceso.
El Campo debió tener su origen en un conjunto de huertas que eran propiedad del Cabildo, de varios conventos y de algunos particulares. En 1534 los representantes de la ciudad y el Cabildo catedralicio acuerdan la conversión de todos los terrenos en un único espacio de uso público.
Ya desde el siglo XV la documentación oficial de la ciudad recoge testimonios sobre el Campo de San Francisco como lugar muy frecuentado por las gentes y mejor salida del núcleo urbano. Contaba por entonces con unos límites más amplios extendiéndose sobre las actuales calle Uría, calle Pelayo, plaza de la Escandalera, calle Toreno y adentrándose en los terrenos de Llamaquique. La parcela que limita con la actual calle de Marqués de Santa Cruz no era pública y común pues se correspondía con la huerta del convento franciscano. Además, el conjunto experimentó grandes transformaciones a lo largo de los años, llevándose a cabo sucesivas urbanizaciones de la zona para hacer frente a nuevas necesidades lo cual llevó a la construcción de paseos, glorietas y caminos arbolados para el soslayo del público.
La Avenida de Italia fue el primer paseo que se abrió, y durante siglos coincidió con el inicio de la carretera a Galicia, desde la actual Plaza de la Escandalera.

Aunque este entorno llamaba al sosiego y la tranquilidad fue utilizado en numerosas ocasiones como sitio de instrucción militar como la realizada por tres mil hombres el 22 de enero de 1590 por el Tercio de 24 Banderas (arcabuceros, mosqueteros, piqueros…), según Tirso de Avilés.
Existió un viacrucis de estaciones de piedra que partía de la iglesia del monasterio hacia la capilla de la Magdalena del Campo vinculado a las celebraciones de la Semana Santa ovetense y restaurado en el siglo XVII.
Las transformaciones que se realizaron durante del siglo XVIII consistieron en la apertura del eje occidental del Campo, el que se llamaría, Paseo del Bombé, en que se construiría un edificio singular, el Salón Bombé
´Durante el siglo XIX, se produje un gran auge urbanístico que marcó definitivamente el Campo con la apertura de las calles Uría y Marqués de Santa Cruz. Se da lugar a un nuevo paseo, el Paseo de los Álamos que es una avenida ajardinada paralela a la recién inaugurada calle Uría. El pavimento del paseo, formando un mosaico es obra de Antonio Suárez.
Al producirse la urbanización que dio lugar a la calle Uría, fue necesario talar el famoso Carbayón de Oviedo, que había crecido en el Campo de San Francisco, y que se derribó en 1879

Hecho que más tarde recordaría el Ayuntamiento de Oviedo con la colocación de una placa conmemorativa en el año 1949, en el suelo de la acera, a la altura del nº 4 de la calle Uría.
La transformación final del Campo de San Francisco en una auténtico parque al más estilo inglés, la llevan a cabo dos alcaldes del siglo XIX, Ramón Secades y José Longoria Carbajal, creando una gran superficie ajardinada, construyendo fuentes ornamentales (como La Fuentona o la Fuente de las Ranas, limitando el Paseo Bombé), obras unidas a las obras hidráulicas que se realizaron durante este siglo en la ciudad.
Parte del bosque estaba ocupado por un huerto que cultivaban los monjes, y todo el entorno, que constituía el límite de la ciudad, dependió del convento hasta la desamortización de 1816, año que fue donado a la Universidad, que lo transformó en jardín botánico.
Es en el siglo XIX, cuando se levanta el quiosco de la música (1899), obra de Juan Miguel de la Guardia, aunque también merecen destacarse otros monumentos que pueden contemplarse en su interior, como la portada románica del viejo templo de San Isidoro o los que forman parte del museo al aire libre de Oviedo, es decir, las esculturas urbanas que por el recinto se dispersan como son los monumentos dedicados a José Tartiere y a Clarín, obras de los escultores como Víctor Hevia y Manuel Álvarez Laviada.

Ya en pleno siglo XX se construyó junto al quiosco de música, una edificación conocida como «La Granja», y que ha tenido diversas utilidades. Inicialmente fue un cabaret, luego una guardería tutelada por la parroquia de San Juan el Real. Actualmente alberga una biblioteca municipal, una escuela de hostelería, así como de salas multiusos.
Tras la desamortización de Mendizábal en 1816 los terrenos citados vinculados a huerto y jardín del convento franciscano pasan a manos del Municipio el cual lo cedió en foro perpetuo a la Universidad en el año 1846 para ser convertido en un jardín botánico y un lago.
Desde entonces ha sido el corazón de la vida social y el pulmón de la ciudad de Oviedo. Cuenta con una gran riqueza botánica con 127 especies diferentes de árboles y arbustos, representando a todos los continentes menos la Antártida y con más de once especies consideradas típicas del paisaje asturiano.
Durante la década de los años cincuenta y sesenta, cerca del estanque, vivieron en cautividad una pareja de ejemplares de osos de Teverga, conocidos con los nombres de Petra y Perico, que llegaron al parque el año 1950, siendo unos cachorros de menos de dos meses.

En un primer momento se les encadenó a unas argollas que les permitían dar paseos de unos 25 metros, los cuales fueron popularmente bautizados como «el tranvía“.
En los últimos quince años (1992-2007) se han realizado una serie de reformas de adecuación que han mejorado este espacio público.
La renovación del saneamiento, los juegos infantiles y el alumbrado con farolas de fundición, la pavimentación y peatonalización con hormigón impreso de sus vías, la recuperación de la Rosaleda y la renovación de los bordillos han sido algunas de las actuaciones realizadas.
Este espacio natural limpio y frondoso se ha convertido durante generaciones enteras en espacio de recreo y paseo..
El pavo real se ha convertido en un icono del Campo de San Francisco conviviendo con los ovetenses en una natural armonía.

Oviedo.-Parque de Purificación Tomas
Situado al pie del Monte Naranco. En la finca llamada Monte Altu (oeste del monte Naranco), fue inaugurado en 1991. En los 133.000 m2 del también llamado parque de Monte Alto, que se asienta sobre un antiguo castro prerromano, se pueden encontrar zonas de merendero, de juegos infantiles, arbolado, cancha de tenis y squash, cafetería, pista para bicicletas, invernadero…
Esta concurrida zona de paseo y recreo lleva el nombre de Purificación Tomás, una histórica socialista, hija y esposa respectivamente de otros dos socialistas históricos, Belarmino Tomás y Rafael Fernández (primer presidente autonómico del Principado de Asturias), que fue concejala del Ayuntamiento de Oviedo en los años ochenta del pasado siglo XX.

Oviedo.-Parque de Invierno–
Parque de Invierno es un parque en Oviedo, la capital de la provincia española de Asturias. Tiene una extensión de doce hectáreas, por lo que es el mayor parque de zona en la ciudad.
Situado en una vaguada entre la A-66 y la ronda de circunvalación, es un espacio verde muy amplio que cuenta con numerosas equipaciones deportivas y el paseo natural hasta Fuso de la Reina.
Este espacio verde, bien equipado, tiene acceso por las calles Muñoz Degraín y Cardenal Cienfuegos. Situado en la zona sur de la ciudad, es lugar soleado con vistas a la sierra del Aramo.
En él destaca un singular jardín en forma de laberinto, con 650 laureles. Inspirado en los diseños clásicos de la jardinería francesa, tiene 300 metros de caminos de unos dos metros de anchura, una superficie de 1.000 metros cuadrados y un acebo en su centro, rodeado de 4 bancos.
Además, cuenta con una típica quintana asturiana, formada por una casona y un hórreo, que en noviembre de 2006 fue cedida a la Federación de Montaña del Principado de Asturias (FEMPA); desde entonces es la casa de numerosos grupos de montaña. La casona, en cuya entrada hay una maqueta del Naranjo de Bulnes o Picu Urriellu, posee dos plantas, con sala de juntas, sala de proyecciones…, que acoge numerosas exposiciones y visitas de escolares.

El Parque de Invierno posee una explanada de cemento en la que se asientan circos y barracas festivas. Aquí se ubica también el Palacio de los Niños, un centro municipal de carácter lúdico. A su lado hay varias piscinas municipales y a un paso se encuentran las instalaciones deportivas universitarias próximas a la residencia estudiantil de San Gregorio.
Especies predominantes: Pinos, Thujas,, Robles, Arces, Encinas, Catalpas, Castaños de indias, Olmos, Abedules, Cercis, Cedros, Liquidambar, Magnolios, Chopos y Fresnos.

Oviedo.-Jardines de la Rodriga.
Acondicionados en el año 2003 por el Ayuntamiento ovetense tras habérselos cedido el Arzobispado de Oviedo, estos jardines están en terrenos que ocupó el antiguo Colegio de la Teresianas «señoritas» y antes la finca del marqués de La Rodriga.
Como afirma Carmen Ruiz Tilve (cronista oficial de Oviedo), fue uno de los bellos jardines privados y escondidos de la ciudad decimonónica, que, años ha, perdió su aspecto asilvestrado y se convirtió en un parque civilizado, con sus crecidos tilos como herencia del pasado.
Oviedo.-Plaza de América.
Es una plaza amplia y circular situada en los terrenos de Llamaquique.
Su denominación fue propuesta por José María Fernández Ladreda y Menéndez Valdés, militar y alcalde de Oviedo durante la dictadura de Miguel Primo de Rivera, con ocasión de la hazaña del «Plus Ultra» -hidroavión con que Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada atravesaron el Atlántico en 1926 viajando desde Palos de la Frontera en Huelva a Buenos Aires-.
Esta plaza estuvo durante muchos años desatendida, hasta su rehabilitación en 1992, año en que se inauguró la monumental fuente que la preside en conmemoración del V Centenario del Descubrimiento de América.
La fuente, que posee luminarias y es visible de noche, tiene una estructura formada por cuatro vasos redondos de diferentes alturas y tamaños, y agrupándose tres de ellos cortando al vaso central. Este vaso central es el de menor tamaño, y su chorro puede alcanzar los 15 metros de altura. Allí se sitúa el templo claretiano del Corazón de María, construido en 1955 y consagrado como iglesia parroquial en 1970.

Asturias.- Jardín de la Fonte Baixa.-Luarca
Se trata de los Jardines de la Fonte Baixa en el Principado de Asturias, a dos kilómetros de Luarca, en la parte alta de la Villa Blanca.
Más conocido como los Jardines de Panrico, haciendo referencia a la conocida empresa española, de la que fue socio fundador el propietario de esos jardines, José Rivera Larraya (1936).
En una extensión total de 20 hectáreas, existen 12 hectáreas ajardinadas, donde nos vamos a encontrar más de 500 especies vegetales procedentes de todo el mundo.
Ese es el resultado de 21 años dedicados a la creación de este pequeño paraíso por parte del empresario madrileño, José Rivera, quién afirmó “ a mí me quita años estar en este lugar”, al recoger el premio que le concedió, en 2011, la Asociación Asturiana de Periodistas y Escritores de Turismo.
Cuando se retiró y trasladó a vivir a Asturias, José Rivera adquirió una pradera que le cautivó por su paisaje, asomando al Mar Cantábrico.

Junto a su segunda esposa, Rosa María Pardo, fueron creando un vergel, que irían ampliando con los años, al adquirir más fincas colindantes.
Plantó abedules, magnolios, castaños centenarios (salvados de una tala segura) o cipreses de Leyland (leilandis) ; secuoyas, rododendros y más de 25.000 azaleas.
Más de 10.000 camelias que pertenecen a 1.000 variedades diferentes (existen alrededor de 5.750 variedades reconocidas), algunas de 200 años.
Las hortensias, muchas de ellas de 3 metros de altura, se extienden a lo largo de cuatro kilómetros y medio.
Especies exóticas, como el milenario ginkgo biloba, el único ser vivo que resistió a la bomba de Hiroshima; helechos de los bosques de Tasmania o la Gunnera manicata de Brasil, con hojas de 2 m de diámetro.

Un bonsái japonés «Acer palmatum atropurpurea» con más de 250 años. Metrosideros excelsa de Guayana o árbol de hierro, que fue de los primeros en plantarse en el jardín.
Y suma y sigue hasta completar una lista de 500 especies que convierten este espacio en un jardín botánico.
El viverista y paisajista asturiano Rafael Ovalle se encargó del diseño de los diferentes espacios de este jardín singular.
Él mismo reconoce que fue un gran reto, por el emplazamiento, las dimensiones y la importancia de su propietario.
El viverista y paisajista asturiano Rafael Ovalle se encargó del diseño de los diferentes espacios de este jardín singular. Él mismo reconoce que fue un gran reto, por el emplazamiento, las dimensiones y la importancia de su propietario. El resultado de su trabajo es un jardín naturalista privado excepcional, con diversidad de plantas que van de las mediterráneas hasta las eurosiberianas. Ovalle considera que no se ha diseñado en España ni en Europa un jardín como éste. Está orgulloso de su trabajo aunque también reconoce que el suelo ácido de la zona, junto a su temperatura subtropical y el alto índice de lluvias, ha contribuido a esta exuberancia.

También hay algo de eclecticismo artístico y a la belleza natural del jardín se unen valiosos elementos de colección.
No en vano, José Rivera había ejercido como anticuario en una conocida casa de subastas de su propiedad en Madrid.
Pero, sin duda, lo que realza aún más toda la belleza de este lugar único , es lo que su propietario llama el ‘paisaje prestado’ que es, según sus palabras, el mar, que se puede contemplar desde los miradores que asoman a todo el litoral de Luarca.
Para él, el mar es el punto de fuga del jardín y, a veces pacífico y otras tenebroso, le da un contraste diferente, en función de la época del año.
También destaca del jardín la policromía estacional: ‘El color estalla en primavera, pero yo prefiero la profundidad del invierno, o esos carmines raros de los liquidámbar en otoño’.
Para los más curiosos, existe un libro que publicaron el año pasado: Nuestro Jardín en Asturias con 359 páginas, de las que el 90% son imágenes realizadas a lo largo de las cuatro estaciones.

Avilés.- Parque de Ferrera, Avilés
El Parque de Ferrera es un parque de estilo inglés situado en pleno centro de Avilés, Asturias.
Durante siglos fue el terreno que los diferentes marqueses poseían para su disfrute en la parte trasera del Palacio de Ferrera; pero en la segunda mitad del siglo XX fue el objetivo de arduas negociaciones entre el ayuntamiento de la ciudad y sus propietarios con el fin de convertirlo en un parque de uso público que finalmente sería inaugurado por el rey Juan Carlos I el 19 de mayo de 1976.
Tiene cuatro puertas de entrada y además, también se puede acceder a él a través de un paso construido para unirlo con la Casa Municipal de la Cultura ya que el parque alberga la antigua Hemeroteca Avilesina.
Esta propiedad perteneció al Marquesado de Ferrera desde el siglo XV, aunque no sería hasta mediados del siglo XVII con la construcción del palacio cuando la adecuaron con el fin de transformarla en unos jardines de estilo inglés que albergaran las caballerizas y que sirviesen también como lugar de recreo para esta ilustre familia avilesina.

Además, incluye también un jardín de estilo francés con varias fuentes en la zona más próxima al palacete, planificada a petición de la marquesa para poder pasear tranquilamente teniendo a su servicio cerca.
Su superficie es de aproximadamente 81.000 m² por lo que durante mediados del siglo XX esta enorme posesión se vio completamente abandonada por sus propietarios debido a los altos costes de su mantenimiento, y el parque pasó a convertirse en algo parecido a una selva virgen.5 Durante la transición española el recién constituido consistorio avilesino adquirió la totalidad de la superficie por 91 millones de pesetas, consiguiendo así la mayor conquista social de la historia de la ciudad al convertirlo en un espacio de uso público

La familia nobiliaria reservó entonces la propiedad de la zona más cercana al palacio, el jardín francés para su exclusivo disfrute nuevamente a petición de la marquesa la cual tenía un apego especial a un ejemplar de haya roja que estaba situada en el límite de los dos jardines, por lo que se tuvo que modificar el trazado original pensado para el parque. Aunque finalmente durante 1998 fue vendido también y anexionado a la zona inglesa, pudiendo ser visitado a ciertas horas del día.
Está dotado de abundante mobiliario de descanso, además de zonas señalizadas y técnicamente dotadas para el ejercicio deportivo que consiste en un circuito señalizado de running que incluye aparatos gimnásticos.
A su vez también brinda al visitante la posibilidad de escuchar algunos domingos conciertos en el quiosco musical que alberga o visitar la Casa Municipal de la Cultura.
Durante la fiesta del bollo, declarada de Interés Turístico Nacional e Internacional, es habitual encontrar el recinto completamente lleno de público celebrando la conocida Comida en la Calle que reúne a distintas generaciones de avilesinos en esta área boscosa, y en la que es habitual comer «bollos preñados» acompañados de sidra.9 Asimismo cabe destacar que en ocasiones hay exposiciones de arte en todo el perímetro del parque y se puede disfrutar de la red wifi perteneciente al ayuntamiento sin coste alguno para el usuario.
Igualmente es digno de mención que el parque ha sido utilizado como escenario por el cineasta norteamericano Woody Allen durante la filmación de su película Vicky Cristina Barcelona acompañado de Javier Bardem, Scarlett Johanson y Penélope Cruz.

Aviles.-Jardin del Muelle
Los parques de El Muelle y el de Ferrera se han convertido con el paso de las décadas en dos de los símbolos de Avilés. Su naturaleza y el contenido artístico de los mismos les han valido para formar parte del inventario de Patrimonio Cultural de Asturias.
El Muelle destaca por su conjunto artístico liderado por sus «El parque de El Muelle fue concebido para pasear, mientras que el Ferrera, al encontrarse en pleno centro de la ciudad, permite un abanico más amplio de posibilidades, también por su extensión y por los edificios que alberga»,
Parte del Jardín escultórico del Muelle, compuesto, en su totalidad, por dos grupos escultóricos y once estatuas, la mayoría de ellas motivos alegóricos de la mitología griega.
Textos y fotografías bajadas de Internet