La mayoría de nuestros mejores árboles proceden de plantaciones realizadas a principios del siglo XIX.
Las especies aconsejadas, la Gleditsia, el Ailanto, la Broussonetia, la Acacia, el Plátano, constituyeron la trama principal del paisaje urbano.
Inicialmente plantados en condiciones favorables de suelo y espacio disponible, estos poco a poco perecen en razón de una evolución de su entorno inmediato y de su límite de ciclo de vida.
Las mismas plantaciones plantadas en parques urbanos disponen de gran vigor a pesar de los años pasados.
Hemos sufrido después de las guerras, una escasa plantación de árboles en las ciudades y las que han sido realizadas, lo han sido en condiciones que no garantizaban su futuro, elección de especies de «efectos inmediatos» de un fuerte desarrollo juvenil, pero de poca longevidad, trabajos ejecutados sin respeto a las reglas del arte, ausencia de mantenimiento cuando jóvenes y abandono de las gestiones tradicionales.
LOS AÑOS SETENTA
La renovación por la planificación.
Plantaciones de polígonos y complejos oficiales.
Voluntad de plantar, pero sin previsiones de mantenimiento.
LOS AÑOS OCHENTA
Los responsables municipales inician campañas de plantación de árboles a la vista de la aparición de corrientes ecologistas de las cuales los representantes municipales se hacen los más ardientes defensores de un elemento de consumo general EL ARBOL.
LOS AÑOS NOVENTA.
El árbol en la ciudad está de moda.
Nuestro objetivo no es entrar en polémicas sino intentar de aportar a los que adoptan decisiones al respecto, a los técnicos y al público en general, los elementos necesarios para comprender mejor el lugar y el funcionamiento del árbol, aprender a conocer y a descubrir el patrimonio arbóreo de su ciudad, escoger y plantar nuevos sujetos, componentes de un futuro paisaje urbano poner en órbita una real política de gestión del árbol a largo plazo para que juntos proclamemos:
EL ARBOL. -UN DERECHO DE LA CIUDAD.
LAS FUNCIONES DEL ARBOL
Funciones sociales.
Acciones psicológicas, de relajación, paseo y salud. Higienistas
Aspectos educativos: Iniciación y sensibilización de los niños a las leyes del mundo biológico es sin duda una buena prevención contra el vandalismo.
Funciones físicas
Inciden en el clima urbano.
Mejoran la calidad físico-química del aire, contribuyen a la disminución de ruidos.
Modificación del clima urbano
Los árboles contribuyen a refrescar el aire de las ciudades
Aumentan los grados de humedad ambiental.
Los árboles bajan la temperatura seguido por la producción de vapor de agua que consume calorías.
Mejora de la calidad físico-química del aire de la ciudad
Los árboles disminuyen las tasas de gas carbónico gaseoso, reducen el número de polvo y de aerosoles por filtración y fijan pequeñas cantidades de gases tóxicos por absorción.
Efectos sobre el ruido
Mejora del cuadro de vida y de la vida biológica
La incorporación de árboles se hace sentir sobre todos los seres vivientes de la ciudad; insectos, pájaros, mamíferos y comunidades vegetales.
El árbol urbano y los animales
En la ciudad, los árboles son el asentamiento de una intensa actividad de avifauna.
El número de pájaros y aves varía en función de la diversidad del medio.
Un viejo olmo El árbol de toda la vida
EL ARBOL. ELEMENTO DE CONTINUIDAD BIOLOGICA
Por el efecto positivo de la vegetación en la introducción de la naturaleza en la ciudad.
Funciones económicas
Las solas contribuciones monetarias del árbol en la ciudad medibles, provienen principalmente del propietario, del aumento del valor de los terrenos y edificaciones próximas a un entorno plantado y por los políticos cuyos beneficios están relacionados con una imagen verde que responde a una imagen de la ciudad.
El árbol y el valor de las propiedades
El valor en un solar a construir de la existencia o no de árboles puede incrementarse en un 20% de su valor.
Las parcelas no incendiadas encuentran siempre un comprador.
Una casa rodeada de árboles se vende siempre mejor y más rápido.
Funciones de representación.
El árbol como elemento del paisaje urbano.
Que esté asolado en alineación o en parques, el árbol continúa alimentando el mito del paisaje urbano.
Michel Corajoud «El paisaje es el lugar donde el cielo y la tierra se tocan».
En la mayor parte de nuestras ciudades antiguas, la vegetación urbana es un simple elemento de acompañamiento de la organización urbana.
Es así como el árbol toma todo su valor y su significación en la ciudad.
El funcionamiento del árbol en el medio urbano
Sevilla.-Bahuinia variegata en la Glorieta de San Diego
El árbol es definido como:
«Vegetal leñoso de gran porte, con un solo tallo desnudo en la base llamado tronco, soportando una estructura compleja de pequeños troncos, que llevan, asimismo, ramas y hojas».
Sistemática y nomenclatura
Los árboles tienen un nombre formado por dos palabras dadas en latín por el género y la especie.
Nombre latín y nombre común.
Los árboles son fanerógamos (del griego Phaneros y Gamos: unión sexual, es decir plantas vasculares de flores. Los fanerógamos se dividen en dos subramas: las gimnospermas (del griego Gumnos: desnudo y Sperma: semilla), plantas de naturaleza leñosa, siendo las más conocidas las resinosas y las coníferas.
Se caracterizan por sus óvulos desnudos directamente accesibles al polen, y las angiospermas (del griego Aggeion: reservas) donde los óvulos, protegidos en un órgano cerrado, el carpelo, alberga semillas dentro de la cavidad el fruto.
Sólo una ligera proporción de las angiospermas son árboles, generalmente llamados persistentes.
En medio de las coníferas se encuentran siete familias en el seno de las cuales se alinean los diversos géneros como Pinus, Cedrus, Taxus… reagrupados a veces en subfamilias o tribus.
La clasificación es más compleja en las angiospermas, mucho más numerosas y diversificadas que las gimnospermas. Los árboles frondosos templados se reparten en cuarenta y tres familias.
En cada familia, diferentes géneros reagrupan las especies que poseen caracteres comunes y relaciones estrechas filogenéticas.
El nombre del género, dado en latín, constituye el primer elemento de identificación de una planta.
La definición de la especie responde a sus caracteres biológicos.
En el seno de una especie, el conjunto de poblaciones naturales son Inter fecundadas. Las separaciones entre las especies corresponden a barreras de esterilidad.
Sevilla.-Brachychiton acerifolia enc/ Torneo.-Monumento al Vendedor de Prensa
Los diferentes subconjuntos de especies:
Las subespecies son conjuntos naturales de población de una misma especie y distintas las unas de las otras por algunos caracteres discriminantes (morfológicas, fisiológicas y constantes). De orígenes geográficos diferentes, las subespecies pueden cruzarse entre ellas, dando productos más o menos fértiles. Por ejemplo: la especie Pino negro (Pinus nigra) es subdividido en siete subespecies, entre ellas el pino negro de Austria (Pinus nigra ssp. nigra) de Córcega (Pinus nigra ssp. laricio .
La variedad es una noción benigna de la subespecie ya que se trata de individuos genéticamente independientes de las de variedades vecinas, pero ocupando áreas de reparto, pudiendo ser comunes.
La forma se distingue por uno o varios caracteres que se transmiten genéticamente, sin correlación geográfica o ecológica. Las formas pueden aparecer por mutación o expresión de un carácter recesivo hasta entonces escondido.
El cultivar (nacido de la abreviación «variedad cultivada”) designa un conjunto de plantas exclusivamente producidas y conservadas por cultivo. Están claramente definidas por caracteres morfológicos, fisiológicos u otros distintivos.
El término cultivar ha sido definido por el Código Internacional de Nomenclatura de las plantas cultivadas. Los cultivares son pues de origen hortícola y obtenidos por cruzamientos, mutaciones, naturales o provocados.
El clon es un conjunto de individuos genéticamente idénticos, provenientes de un sólo individuo en su origen y reproducido por multiplicación vegetativa (esqueje tradicional, injerto, «in vitro»).
Por ejemplo «Robusta» es un clon de chopo.
Estos individuos, genéticamente similares, reaccionan de la misma manera a las variaciones del medio.
Sevilla.-Muelle Nueva York.-Populus x hibrida en vez de Populus nigra var. pyramidalis.-Chopo Lombardo
El híbrido puede ser el resultado de un fenómeno natural.
En general la mayor parte de los híbridos utilizados son de origen hortícola.
Se distinguen los híbridos intergenéticos (entre dos géneros), interespecíficos (entre dos especies) e intraespecíficos (entre dos variedades de una misma especie).
Las raíces, definición y morfología de los diferentes sistemas radiculares
Cabellera radicular: Conjunto de raíces conductoras y absorbentes, poco lignificadas, que se renuevan periódicamente.
Nabo: Raíz nacida de la radícula o de su entorno
Raíz pivotante: Raíz de geotropismo positivo (crecimiento orientado hacia el suelo), nacida del sistema fasciculado o del sistema pivotante, morfológicamente diferente de una raíz oblicua.
Sistema fasciculado: Conjunto de raíces horizontales, oblicuas o verticales insertadas en la periferia de la cepa y de todas las raíces que de allí nacen.
Sistema radicular rastrero-horizontal: Conjunto de raíces desarrollándose en el horizonte orgánico del suelo (O) y sobre el horizonte mineral (A).
El árbol un conjunto funcional
El árbol es un conjunto complejo donde todos los componentes, raíces, tronco, ramas y hojas que aseguran cada uno a su nivel, en el tiempo la satisfacción de sus necesidades elementales.
LAS RAICES. -LAS ALIMENTADORAS QUE TRABAJAN A LA SOMBRA
Las raíces y raicillas son de lejos, los órganos menos conocidos del árbol. Constituyen de uno a dos tercios del peso específico del árbol. Su estudio es delicado por el hecho de la dificultad de acceso y de la variabilidad del medio.
El sistema radicular asegura la nutrición, la fijación o anclaje y el stock de sus reservas alimentarias.
Diferentes tipos de sistemas radiculares
Existen muchos tipos, donde la descripción se basa sobre el reparto de las raíces principales y secundarias.
El sistema radicular puede ser horizontal, pivotante, fasciculado, aunque el sistema puede variar en el caso de la vida del árbol.
Las condiciones del suelo influyen enormemente la disposición de las raíces.
Muy particularmente en la ciudad donde los suelos son compactos a escasa profundidad.
Especies reconocidas como de enraizamiento pivotante profundo pueden desarrollar sus raíces superficiales buscando el oxígeno necesario.
Diferentes tipos de raíces y funciones.
Se distinguen en primer lugar raíces leñosas y no leñosas.
Las raíces leñosas forman un conjunto de gruesas raíces a menudo permanentemente sumergidas.
Aseguran el anclaje del árbol al suelo y permiten su acceso a las fuentes de nutrición y de agua situadas en profundidad.
Alguno como el ciprés calvo pueden emitir raíces aéreas o «neumatóforos».
Las raíces no leñosas comprenden pequeñas raíces o raicillas que forman la cabellera radicular donde se encuentran los pelos absorbentes que multiplican considerablemente la superficie de contacto con el suelo y aseguran la absorción de los elementos minerales.
La duración de vida de los pelos absorbentes es muy corta, del orden de tres o cuatro semanas y el árbol no puede renovarlas, si las condiciones de aireación y humedad del suelo no son satisfactorias
Distribución de las raíces
Las descripciones de distribución de las raíces son teóricas.
Las condiciones locales y en particular las relacionadas con los rellenos urbanos y compactaciones diferenciales, teniendo en cuenta su adaptabilidad pueden provocar modificaciones importantes en los modelos de distribución establecidos.
La mayor parte de la cabellera radicular se sitúa en los primeros centímetros del suelo, teniendo en cuenta su fragilidad, todas las perturbaciones que afectan la circulación del aire y el agua, le son perjudiciales (impermeabilización, compactación, polución, etc.…).
Las raíces no se desarrollan nada más que donde encuentran suficiente oxígeno y agua, en la ciudad las zanjas rellenas con grava o arenas y las de los servicios públicos son un excelente lugar de vida rápidamente colonizada por las raíces.
Equilibrio entre aparato radicular y aparato aéreo
Existe un equilibrio poco conocido en su mecanismo entre la parte aérea y la subterránea del árbol, condicionado y mantenido con cambios permanentes de materia en el conjunto del vegetal.
O sea que toda circunstancia que afecte a la parte aérea defoliación por los parásitos o depredadores o una poda, tendrá consecuencia no menos importante sobre el sistema radicular y a la inversa, toda destrucción del sistema radicular entraña una disminución del aprovisionamiento de agua y sales minerales.
El flujo de savia montante es perturbado y las reservas del árbol afectadas.
Un inevitable debilitamiento aparece, sea de inmediato o muchos años después.
El período crítico para manifestarse parece situarse en el nuevo movimiento de savia en primavera.
LAS MICRORRIZAS. ESAS DESCONOCIDAS
La mayoría de los sistemas radiculares de los árboles en las regiones templadas tienen relación con un hongo.
Se denominan microrriza (myco-hongos y rhice-raíz).
Los micelios del hongo aumentan considerablemente la capacidad de absorción de los elementos minerales del suelo, se multiplica entre cien y mil veces.
Este fenómeno es importante para la absorción del fósforo y el azufre presente en el suelo, sea en pequeñas cantidades, sea bajo formas químicas no directamente asimilables por el árbol.
El hongo abastece igualmente al árbol de substancias de crecimiento (hormonas tipo auxinas).
Puede ser vital introducirlas artificialmente para que los árboles en la ciudad puedan beneficiarse rápidamente.
Presentes en los suelos forestales son raros en suelos urbanos.
LAS PARTES AEREAS. -LAS HOJAS. CAPTADORAS DE ENERGIA.
La luz es captada por las hojas donde la superficie de recepción se mejora en el curso de su evolución. Las hojas son un foco de una intensa actividad fotoquímica que condiciona en gran parte el funcionamiento del árbol.
La «fotosíntesis» se produce gracias a los pigmentos que poseen las hojas y en las ramas herbáceas (en particular la clorofila). Esta reacción permite fabricar substancias carbónicas, necesarias para la vida del árbol, a partir del gas carbónico, el aire y el agua, gracias a la energía solar y expulsan el oxígeno al aire, la «respiración “.
La «transpiración» que existe a todos los niveles de la planta, proviene de la evaporación de casi la totalidad del agua bombeada desde el suelo.
Permite mantener una temperatura aceptable a las hojas y resistir las quemaduras del sol.
Tiene efectos inversos, libera el gas carbónico y consume oxígeno, lo que resulta una degradación por la planta de una parte de sustancias carbonadas para las necesidades de su metabolismo.
La mezcla de los cambios gaseosos (oxígeno, gas carbónico, vapor de agua) se produce a nivel de las estomas quienes aseguran el contacto entre la atmósfera exterior e interior de las hojas.
Las hojas son órganos vitales del árbol, son órganos frágiles con una duración de vida limitada, pero que se renuevan regularmente.
LAS YEMAS, RAMAS, TRONCOS: ESTABILIDAD.TRANSPORTE Y ALMACENAMIENTO.
Además de las hojas y generalmente con un tronco único la parte aérea de los árboles se compone de yemas, ramas.
Las yemas constituyen una
Sevilla.-Catalpa bignonioides var.sulphurea Celtis australis
forma de resistencia del árbol para protegerse de temperaturas extremas
La yema terminal situada en la extremidad de la rama asegura el crecimiento en altura e inhibe el desarrollo de las yemas bajas.
Es de importancia capital.
Las ramas, ramillas, juegan un papel de soporte distribuidor de las hojas, de forma que la luz captada sea la máxima.
Esta busca la luz «fototropismo», toma gran importancia en la ciudad, donde no es raro encontrar árboles desequilibrados, huyendo de los edificios o buscando la luz de las luminarias.
El tronco y las ramas principales forman el esqueleto del árbol.
La zona periférica del tronco situado justo bajo la corteza muy delgada y constituida de algunas capas de células hiperactivas, el cambium que es el sólo responsable del crecimiento en espesor del tronco y las ramas.
El cambium juega un papel importante.
Esto no afecta a las palmeras que, como todas las monocotiledóneas, no posee cambium y no tienen esta posibilidad de recubrir sus heridas.
Su crecimiento sólo es asegurado por la yema terminal.
Contrario a los animales, los árboles no curan los tejidos infectados o heridos no se regeneran se enquistan dentro de los tejidos sanos.
Los organismos patógenos, hongos y bacterias y múltiples esporas presentes en el aire, colonizan rápidamente la herida y empiezan a alterar la madera.
Para hacer frente a las agresiones, el árbol elige dos formas, intenta aislar la zona infectada oponiendo a la progresión de los agentes patógenos barreras químicas, dentro de las cuales se encuentran substancias antifunguicidas y antibióticas desarrollando sobre el contorno de la herida un labio superficial que al final recubre.
Sevilla.-Ficus elastica var.decora San Telmo.-Ficus microcarpa
EL ARBOL UN SISTEMA DINAMICO COMPLEJO. -EQUILIBRIO Y NIVEL DE RESERVAS.
La noción de equilibrio ha sido considerada durante muchos años como un estado entre los flujos correspondientes a las necesidades de la planta (demanda aérea) y los flujos provenientes de la capacidad radicular de suministrar en tiempo real estos elementos (oferta radicular).
A los métodos modernos de producción industrial basadas en el «stock cero», el árbol puede ser asimilado a un aparato de producción en el cual los «stocks» y reservas de materia prima son numerosos y repartidos en diferentes puntos.
En el plan biológico, estas reservas, regularmente renovadas tienen dos funciones principales o mayores.
Defenderse contra las agresiones naturales (sequía, hielos, parásitos.) o las de origen antrópico, sirviendo asimismo igualmente para asegurar el metabolismo basal.
Un gran consumo de reservas o bien una supresión de los órganos portadores de los mismos, disminuye la capacidad de reconstitución de estas reservas y provoca un debilitamiento prolongado
ANATOMIA INTERNA DEL TRONCO Y TRANSPORTE DE SUSTANCIAS
La madera o el xilema comprende un apilamiento de células alargadas, los vasos que aseguran el transporte de la savia bruta.
Se distinguen muy a menudo.
La madera del corazón o duramen, en el interior del cual los vasos a menudo obturados de lignina son muertos y la albura, en la que los vasos están todavía en funcionamiento.
El cambium es una base generatriz responsable del crecimiento en espesor del tronco.
Produce madera (xilema) hacia el interior y liber (floema) hacia el exterior.
El liber o floema forma células particulares: los tubos cribados.
Se trata de una pequeña capa de tejido que asegura el transporte de la savia elaborada (savia descendiente).
La corteza proviene de la fabricación de corcho, por una pequeña base generatriz situada bajo el liber.
Asegurando la protección física y térmica de los tejidos adyacentes.
Por otra parte, la corteza presenta pequeños orificios, las «lenticelas», que permiten los intercambios gaseosos, pero también, eventualmente, la penetración de los agentes patógenos.
Sevilla.-Jacaranda mimosifolia en Jardines de Chapina Jacarandas en Paseo Marques del Contadero
RELACION RAMA/TRONCO Y CIRCULACION DE LA SAVIA
Sobre la circulación de la savia, la rama está unida al tronco sólo por vasos situados bajo la rama.
La zona de intercambio pues es bien reducida.
Esta zona, llamada cuello de la rama, distribuye la savia en toda la rama y en el burlete cicatricial, una vez la rama está muerta.
El cuello de la rama no debe pues jamás ser destruido.
En la axila de la rama y el tronco, los vasos de cada uno son yuxtapuestos, compactos.
No hay intercambios directos.
LA COMPARTIMENTALIZACION
Los trabajos de A. Shigo han demostrado que la madera puede compartimentalizarse.
Es capaz de oponer diferentes barreras a la progresión de la podredumbre.
La compartimentalización o CODIT (Compartimentalización of Decay in Trees.
Compartimentalización de la pudrición de los árboles) es el fenómeno que pone en su lugar barreras y permite aislar las partes sanas de las infectadas.
Parece un control genético y es más o menos eficaz según las especies y los mismos individuos
El Codit se compone de dos partes: la primera tiene por asiento la madera existente antes de la formación de la herida. La primera parte opone tres tipos de barreras a la pudrición:
Barreras transversales. Que se forman en el interior de los vasos oponiéndose a la progresión longitudinal de la podredumbre en la madera.
Barreras frontales. Se implantan a nivel de los contornos de la madera, que se oponen al avance de los microorganismos hacia el interior del tronco o de la rama.
Barreras radiales. Situadas en los radios medulares que bloquean la podredumbre en su progresión lateral.
Después en la herida, el cambium empieza a producir un nuevo tejido, no conductor, protector, pero estructuralmente endeble.
Está constituido de células de paredes finas, atiborrado de substancias inhibidoras. Este tejido constituye la barrera que aísla la madera infectada de la madera nueva que va a ser producida después de la herida.
Esta barrera parece muy fuerte, ya que parece que esta madera nueva prácticamente jamás haya sido objeto de una herida que se haya hecho al árbol.
Por contra, esta barrera, constituida de células poco lignificadas es estructuralmente endeble.
Constituye una zona privilegiada de desgajes o fisuras del árbol, grietas circulares donde pueden partir hacia el exterior otras fisuras radiales.
Compartimentalización de las reservas del árbol
Los trabajos del laboratorio de Fisiología del Árbol de la Universidad de París VII utilizan las reservas (azúcares, almidón, compuestos nitrogenados, lípidos) como herramientas que permiten un acercamiento del funcionamiento global del árbol.
Seguro que no puede ser cuestión de abordar la fisiología de una planta entera y «a fortiori», de un árbol adulto, yuxtaponiendo simplemente los datos relativos a la actividad de sus diferentes partes.
Sevilla.-Cercis siliquastrum en Plaza de America Albizia julibrisin Ombrella en la c/ General Garcia de la Herranz
La importancia de la tarea es la red inextricable de correlaciones entre los órganos que hacen este acercamiento irrealista.
Las reservas, siendo la resultante de las interacciones entre la actividad fotosintética y los pozos de consumo (respiración, crecimiento, desarrollo…) su nivel, su calidad y su disponibilidad son considerados como traducciones del estado fisiológico del árbol.
En efecto, en los árboles, las reservas no son distribuidas uniformemente, pero, localizadas preferentemente en las zonas de almacenamiento
Esta noción de compartimentalización de reservas, propuesta por este laboratorio, se apoya sobre estudios recientes.
Existen zonas de acumulación permanente como la base de los troncos o ciertos tipos de sistemas radiculares en el plátano, la unión entre dos brotes consecutivos sobre los castaños o ailantos, las bases foliares en las palmeras datileras, el engrosamiento de las ramas o de los chupones en el cerezo silvestre y el plátano, las zonas de «cauliflorie» en el árbol de Judea, las ramas cortas de muchas rosáceas frutales…
Las zonas de acumulación transitorias son caracterizadas por una redistribución muy rápida de las reservas hacia otros órganos en desarrollo.
Se trata de órganos variados como las viejas agujas de las coníferas, las escamas de las yemas de ciertos árboles colonizadores, diversos tipos de «nectaires» foliares (glándulas segregadoras de azúcares) o tejidos situados inmediatamente sobre las yemas.
Algunas prácticas son capaces de modificar, suprimir, o crear zonas de acumulación.
El rebrotado aplicado a las jóvenes plantas de ailanto hace desaparecer el papel principal de la raíz principal como órgano de reserva en provecho de las raíces horizontales y de la cepa.
Uno de los efectos más remarcables de la práctica de la poda es la de provocar, de una manera persistente, un trastorno de la compartimentalización de las reservas.
Muñones en las cepas, cabezas de gato, aparecen en ciertas especies; ellas pueden, en algunos casos, constituir zonas preferenciales de almacenamiento de almidón (castaño, plátano) o de azúcares solubles y de lípidos (el tilo).
La poda coordina, en el plátano, suprime la existencia de ciertas zonas privilegiadas como los engrosamientos de ramas principales.
Las podas de formación modifican, muchos años después, el reparto y la evolución estacional de las reservas del tronco en el cerezo silvestre.
Según G. Bory, laboratorio de Fisiología del Árbol de la Universidad de París.
Sevilla.-Platanus xhibrida en calle Torneo Pinus pinea en Avda. Inca Garcilaso
DISTRIBUCION DE RESERVAS. APLICACIONES A LA GESTION DEL ARBOL
Verdaderas cartografías dinámicas de la distribución de reservas
Pueden ser dirigidas u ordenadas, permiten efectuar constataciones de orden fisiológico sobre los efectos de diferentes modos de poda en el medio urbano.
También es posible de posponer a los gestores una práctica nacional de la poda (modos, períodos y niveles de intervención) que, con vistas a mantener el árbol en el mejor estado fisiológico posible, favorece un nivel óptimo de reservas.
Esto puede ser obtenido, de una parte, permitiendo una reconstitución rápida de las reservas (estimulación de la fotosíntesis), por otra parte, evitando quitar zonas de acumulación.
Así, en el plátano, ha sido demostrado que el abandono del mantenimiento regular de las cabezas de gato ha de proscribir al mismo tiempo que su retirada o la separación de la base de los pequeños rebrotes desarrollados sobre antiguas cabezas de gato. Es igual sobre el castaño.
A largo plazo, la poda de aproximación tiene efectos negativos sobre el nivel de reservas en los pequeños rebrotes y las ramas.
Para la poda en cortina de los plátanos, parece preferible intervenir con podas moderadas en verde, más que en período de reposo, donde las reservas son más altas.
En el tilo (Tilia plathyphyllos) se ha demostrado que la poda en verde, practicada al principio del mes de Julio, favorece la reconstitución otoñal de las reservas.
La estabilidad de la compartimentalización debe ser un objetivo para una buena gestión y se deberá evitar todo cambio brusco en la conducción habitual del árbol (paralización de podas, cambio de un sistema al otro…)
El tratamiento por modos de poda diferentes, modificando la compartimentalización y la evolución estacional de las reservas «construye» individuos fisiológicamente distintos, donde se puede suponer que las resistencias al estrés del medio ambiente (frío, sequía…), donde la sensibilidad a los ataques parasitarios, relacionados con el metabolismo glúcido, puedan igualmente ser modificados.
De G. Bory, Laboratorio de Fisiología del Árbol, Universidad de París VII
DE LA ARBORICULTURA URBANA. -PROBLEMATICA CONTEMPORANEA.- Traducción libre de L´Arboriculture Urbaine de Laurent Mailliet y Corinne Bourgery
Sevilla enero 2018