Hoy voy a seguir insistiendo sobre el magnolio de la esquina de la catedral, he intentado indagar cuando fue plantado en esta esquina a través de fotos antiguas de la ciudad y como mucho me da que fue plantado a principios en la década de los 40 por el tamaño que ha ido alcanzando a través de los años.

Jardines de la Lonja desde el Coliseo España.-1931
Foto de la esquina de la Catedral en 1934

El Magnolio en la esquina de la catedral sin el monumento a Martinez Montañés en el año 1965

Monumento a Martinez Montañés al pie del Magnolio estuvo instalado desde 1967 hasta 1985 que de nuevo ocupó su sitio en la Plaza del Salvador

Antonio Burgos escribía en un Recuadro en 1999 sobre este Magnolio

“ Yo recuerdo tardes de silencio y campanas, de pregones por las esquinas, cuando estaba ya florecido el magnolio del Alfolí, frente a Correos. En el barrio nos daba la hora cierta de los días plenos de esta primavera tardía, compás y atrio del verano. Nos decía que ya había pasado la Majestad en Público del Sagrario, con los carráncanos yendo entre marchas de la Banda de Soria y mantones de Manila por los colgados balcones de Varflora, de Malhara, de San Diego. El magnolio de la Catedral nos anunciaba el Corpus, la alternativa de uno del Aljarafe quizá en la plaza de los toros, la tropa cubriendo la carrera y rindiendo sus armas a la Custodia. Estaba florecido el magnolio del Alfolí y ya Sevilla sonaba a verano. Bajaban los vencejos, una y mil veces, desde la cruz arzobispal que remata la Puerta de la Ascensión de la Catedral a los adoquines de la calle.”

La Asociacion Amigos de los jardines de la Oliva en 2011 escribían en su blog

“En Sevilla los magnolios están bien representados. Los más antiguos se encuentran en los Jardines del Alcázar, en el denominado Jardín de la Danza, frente al estanque de Mercurio. Hay otro plantado junto a la Catedral, que tuvo la suerte de librarse del arboricidio cometido en la Avenida de la Constitución con motivo de su reurbanización… Los de la Avenida Rodríguez Caso y los dos de la Glorieta de la Concha en el Parque de María Luisa, tienen unos portes magníficos; los del parque de Amate y el del parque Celestino Mutis, son de porte mediano, y el más reciente fue plantado en los Jardines del Cristina junto a la estatua de la Duquesa de Alba.

Magnolia de la Esquina de la Catedral sin Martinez Montañes en el año 1965
Magnolio en la esquina de la Catedral con el Monumento a Martínez Montañés

El magnolio es un árbol ornamental cuyo nombre científico es Magnolia grandiflora L. y que pertenece a la familia de las Magnoliáceas. Es originario del sudeste de los Estados Unidos de América, concretamente de la península de la Florida y de los estados colindantes; en Europa fue introducido en el año 1737. Este árbol es de crecimiento lento, y cuando es plantado en solitario llega a superar los 20 m de altura. Su copa, conformada por ramas gruesas y algo nudosas, es abierta, bastante densa y de silueta cónica. Su tronco es corto, robusto y ramificado casi desde la base, y su corteza, de color gris negruzco, es lisa y algo escamosa, pero sin asperezas. Su madera, de color amarillento, se utiliza para la fabricación de muebles.

Sus hojas son perennes, alternas y simples, de 8 a 16 cm de longitud y de 5 a 9 cm de ancho, de color verde oscuro por el haz y tabaco claro por el envés. Tienen forma ovalada con la punta aguda, su textura es coriácea y sus márgenes lisos pero algo ondulados, y el nervio central es prominente. Su pecíolo es grueso y corto (de 2 a 2,5 cm de longitud) y está cubierto de vellosidades pardo-rojizas.

Sus flores son solitarias, muy vistosas y grandes, de unos 25 cm de diámetro y de textura cerosa; son además melíferas y exhalan un agradable perfume. Al abrirse son de color amarillo pálido, pero una vez abiertas toman el color blanco. La corola está formada de 6 a 12 pétalos dispuestos helicoidalmente; el cáliz lo componen tres sépalos caedizos y los estambres, de color purpúreo, están colocados en espiral. En Sevilla la floración del magnolio tiene lugar entre los meses de mayo y junio.

Sus frutos maduran a mediados de otoño, tienen aspecto de piña y miden unos 10 cm de longitud. En realidad, estos conos están formados por numerosos folículos de estructura leñosa, y cada uno de estos folículos contiene en su interior una semilla aplanada de color rojo escarlata, que mide algo más de un centímetro de longitud y que al madurar pende de un cordón denominado funículo que la deja entrever dentro del fruto.

En el ABC del  7 de junio del 2014  en su recuadro bajo el titulo “ Salvar al magnolio de la Catedral “ ponía de manifiesto

“ Y el magnolio siguió en su esquina. Pero este año, ay, apenas está dando flores. El magnolio de la Catedral está enfermo, espelechando como un perro callejero sarnoso. Sus hojas han perdido el brillo y las ramas su poderío. Se le ve seco. Apenas ha dado magnolias. ¿Quién riega el magnolio? ¿Lo riegan acaso? ¿Está enfermo este magnolio monumental o es que la indolencia municipal de la ciudad arboricida lo ha dejado secar? Se libró de la tala de árboles que Monteseirín hizo en la Avenida para su dichoso tranvía, pero no del abandono y el olvido. Yo creo que ni las dos flamencas que bailan para los turistas bajo su sombra se han enterado de que hay que salvar al magnolio de la Catedral. ¿El concejal de Parques y Jardines dice usted? Ese, menos todavía, ¿usted no ve cómo tiene al pobre magnolio? Yo creo que ese señor ni sabe qué significan los magnolios en la Sevilla del ruiseñor sobre la piedra del atardecer en la Catedral de Luis Cernuda.  “

El Magnolio manifestando su agónica decrepitud cada vez más alarmante  desde el  año 2017
Magnolio en la esquina de la Catedral en el año 2016.poco afectado por las obras llevadas a cabo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

El 13 de junio de 2016 escribía yo mismo en mi blog editado por la Plataforma Ciudadana Parques y Jardines de Sevilla donde alertaba del estado de decrepitud que mostraba el magnífico y singular magnolio (Magnolia grandiflora), existente junto a la Catedral en el mismo espacio que en su día cobijo a Martínez Montañés, hoy en la Plaza del Salvador.

Comentaba que anteriormente existía un parterre con plantaciones a pie del Magnolio, hace pocos años suprimieron el parterre y pavimentaron su superficie, dejando un miserable alcorque para este árbol singular.

Magnolio esquina de la Catedral en 1957 con su arriate contorneado de arrayanes.

Los síntomas de asfixia de raíces son evidentes por falta de oxígeno y elementos nutritivos, al igual que ocurrió con el laurel de Indias de la plaza San Leandro, junto a la viajera Fuente del Pato, al pavimentar la plaza

Perforaciones para airear las raíces con entrada de oxigeno que lo necesitan e inyecciones de abono le son necesarias, esperemos que alguien se apiade del estado actual del árbol y actúe en consecuencia aplicándole con sensibilidad las medidas que exige para su recuperación

 

Seguramente será otra víctima de la peatonalización de la Avenida que además de dejarnos sin sombra, ha traído daños subsidiarios a su entorno.

Escritos y loas al magnolio no le han faltado pero su estado cada vez es más grave, lamentaremos su perdida cuando ya nada sea posible para salvarlo, llevamos años viéndolo agonizar sin que se adopte ninguna solución practica que existe para salvarlo y por su longevidad siga durante años embelleciendo este pequeño rincón, ofreciendo flores y dándonos el oxígeno necesario captando polvo contaminante y ofreciendo su pequeña sombra en la isla de calor en que se ha convertido  la Avenida de la Constitución.

Doctores tiene la Iglesia para resolver el desatino de quienes, con buena fe, pero ignorantes de lo que podía ocurrir decidieron pavimentar el pequeño jardín que albergaba esta esquina.

Se esta a tiempo si se actúa con diligencia, sino lamentaremos como tantas veces la insensibilidad a estas pequeñas cosas que han hecho Sevilla tan grande.