Alajar desde la Peña de Arias Montano

 En un hermoso valle, en el corazón del Parque Natural de la sierra de Aracena, entre montes de encinas y castaños, Alájar, declarado Conjunto Histórico-Artístico, guarda un misterio, sagrado y telúrico, que ya sintió Alí-Jaled, cuando en el año 1114, con sus tropas entró en La Peña, y desde entonces fue el sitio de oración de La Laxar árabe.

La Peña de Alájar de Arias Montano domina el pueblo. Aquí hay una gruta con un Palacio Oscuro. Y aquí se retiró en el siglo XVI a meditar Arias Montano, en un promontorio de roca caliza con vistas sobre el pueblo de Alájar, la sierra de Aracena e incluso el mar, que está a 80 kilómetros.

En la peña de encuentra el santuario de Nuestra Señora de los Ángeles , levantado en el siglo XVI. Donde se alberga la imagen titular, a la que se tiene una gran devoción en este serranía, a la que acuden hermandades de todos los pueblos cada 8 de septiembre, cuando se celebra la romería.

La iglesia parroquial, con una esbelta torre del siglo XVIII. Consta de nave, presbítero y camarín, además de sacristía, vivienda y anexos. La nave, con fuertes deformaciones en planta, tiene dos arcos transversales apuntados, que arrancan de pilares adosados.

Peña de arias Montano Arco de los Novios

La peña luce una portada almohadillada que llaman el arco de los novios porque, dicen, que novios que pasan, novios que se casan. Más allá, una espadaña o campanario que se asoma al horizonte, custodiada por dos garitas.

Precisamente, llamará la atención del viajero dicha espadaña, pintoresca cuando menos, de estilo neoclásico (reconstruida tras la destrucción por un rayo), acompañada por sendas garitas apilastradas, de planta circular y bóveda de media naranja, ambas de origen desconocido, pero de estilo renacentista.

La portada almohadillada, delante de la ermita, consta de dos semicolumnas y un arco, además de las mochetas en derrame y unos arranques de muros a modo de contrafuertes. Lo más probable es que se tratara de la puerta de acceso al antiguo jardín que creó en este lugar Arias Montano.

La peña además es conocida como “Peña de Benito Arias Montano”, no era un personaje cualquiera, era el bibliotecario de Felipe II, alquimista y eremita que solicitó permiso para regresar a Alájar, aunque el rey se lo denegó, quizás por el temor real (en sentido monárquico y de veracidad) que pudiera perfeccionar sus ya avanzadas prácticas esotéricas.

Arias Montano tenía una pequeña habitación junto a la ermita donde se decía que guardaba importantes documentos esotéricos así como otros más de índole personas.

Arbol singular por su antigüedad y emplazamiento.-Cercis siliquastrum.-1998

Y en el jardín un árbol del amor.-Cercis siliquastrum ( hoy desaparecido) que llamaba poderosamente la atención por su gran copa con ramas apuntaladas para mantener su  grandiosidad, un ejemplar singular que no hemos sabido conservar como monumento vegetal.-A él va dedicado este pequeño relato que tuve la suerte de poder inmortalizar en la foto.

Cercis siliquastrum, comúnmente llamado árbol del amor,1​ ciclamor, algarrobo loco o árbol de Judas, es una especie arbórea de la familia de las leguminosas (Fabaceae).

Árbol caducifolio de talla pequeña, cuya altura habitual se sitúa entre 4 y 6 metros. Alcanza su máximo crecimiento sobre los veinte años. Al comienzo de la primavera (fundamentalmente en el mes de marzo-abril) se cubre de flores rosas, que aparecen antes que las hojas. El tronco es de madera lisa y clara, tornándose tortuosa y negra con la edad. La copa es abierta e irregular.

Las hojas son simples, alternas, glabras, de redondeadas a cordiformes, de 7 a 111 cm de longitud, con el ápice redondeado y pecioladas. La inervación es palmeada. Son de color verde claro en el haz y de tono ligeramente glauco (gris-azulado) en el envés. Las hojas jóvenes pueden tener una tonalidad rosada, y aparecen tardíamente, ya en abril.

Huelva.-Peña de Arias Montano.-Quercus rotundifolia 1998

Detalle de las hojas y las silicuas.

Las flores son hermafroditas, con una corola papilionácea de color rosa-lila o blanca. Tienen 1-2 cm de longitud y se agrupan en racimos de tres a seis flores que aparecen antes que las hojas, en marzo-abril, sobre las ramas y también sobre el tronco (caulifloria). Los frutos son legumbres indehiscentes con una estrecha (1-2 mm) ala ventral, de color rojizo a marrón oscuro según el grado de maduración. Son colgantes, muy numerosas y miden unos 6-10 por 1,5 cm. Maduran en julio y permanecen en el árbol hasta la siguiente floración. Las semillas son ovoideo-oblongas, algo comprimidas, de color pardo, con hilo apical y sin endosperma.

Juntos en la misma explanada figuran, hoy todavía unas magníficas encinas