PARQUE METROPOLITANO OLIVAR DEL ZAUDÍN. TOMARES, SEVILLA por José Elías Bonells, asesor técnico en jardinería y paisajismo.

El Parque Metropolitano  Olivar El Zaudín se sitúa  en pleno Aljarafe, en el término municipal de Tomares Sevilla. El Aljarafe es un territorio situado al occidente de la ciudad de Sevilla, en el borde derecho de la vega del Guadalquivir, y poblado desde épocas prehistóricas. Constituía el campo de Sevilla en el sentido más genuinamente agrícola, complementándose en sus usos y producciones de cereales, frutales y olivos.

Con suelos de distintas calidades que pueden agruparse en dos grandes tipos: suelos grises (ricos en caliza) y suelos rojos (con poca caliza en superficie con unas posibilidades inmejorables para el cultivo del olivar). La parcelación y transformación de numerosas fincas de olivar en nuevas urbanizaciones ha propiciado la desaparición de la actividad agrícola.

El paisaje agrario aljarafeño ha estado secularmente asociado, pues, al olivar, pero desde los años 60 ha sufrido una intensa y rápida transformación, lo que ha provocado profundos cambios en el paisaje agrícola andaluz, que se han hecho notar especialmente en el Aljarafe. Ello provocó la desaparición de aquellos olivares centenarios y de la ya escasa presencia de la vid y ha dejado a los cereales relegados a pequeñas zonas.

De forma general, los efectos ecológicos de los procesos urbanísticos son diversos, lo que produce la pérdida y fragmentación de la vegetación natural, la alteración de la composición de especies y la creación de nuevos tipos de hábitat. También afecta al aumento de la temperatura en la zona y a la degradación de la calidad del agua. De tal modo que el paisaje del olivar, un paisaje agrario vivo y funcional, exige protección contra distintos tipos de agresiones, como las provocadas por las grandes infraestructuras y equipamientos, la contaminación de suelos y aguas, así como los procesos erosivos, siendo también especialmente necesarias las medidas de preservación de tierras de cultivo ante la presión urbanizadora.

El olivo está históricamente ligado al paisaje andaluz desde tiempos inmemoriales y en la actualidad representa una importante alternativa en términos de desarrollo local y protección del paisaje. El cultivo del olivar contribuye de forma notable a la sostenibilidad de nuestros paisajes agrarios y de nuestros recursos naturales.  Pero es también algo más y mucho más profundo: es un signo de identidad cultural, un elemento enraizado en nuestras formas, costumbres y expresiones, que se ha ido consolidando además como la base indispensable de la llamada dieta mediterránea.

Biodiversidad y naturaleza.

El Olivar del Zaudín es un ecosistema de olivar adehesado que se ha convertido en el pulmón verde del Aljarafe. Se asienta en un entorno natural situado en la cuenca del arroyo Las Fuentes, con un sistema lagunar formado por un total de cuatro lagunas que a su vez cuentan con diversas especies de fauna (aves, principalmente) y flora, lo que supone un gran valor ecológico que durante la ejecución de las obras se ha procurado conservar.

El Parque en sí poseía un gran valor ecológico por la gran diversidad de especies que se desarrollan en el mismo. Sorprende la existencia de especies que se utilizan en el arte de la jardinería que sobreviven en las extremas condiciones de vida de un olivar. Me refiero a la existencia con mucha profusión de vincas –Vinca major- o de acantos –Acanthus mollis- que la naturaleza ha reproducido en el olivar, así como las praderas de palodú o regaliz –Glycyrrhiza glabra- que mantienen el verdor del parque en los más calurosos días de verano.

A principios de primavera las praderas se cubren de  amarillo con el vinagrillo –Oxalis pes-caprae-, seguido de la floración de las margaritas de verano –Chrysanthemum coronarium- y así se van repitiendo las floraciones de las distintas especies, borrajas –Boragus officinalis-, las campanillas -Convolvulus vars-, las caléndulas –Caléndula arvensis-, la hierba de la tórtola -Silene colorata- y otras muchas, hasta que en verano, asoladas por el sol, bastantes  desaparecen hasta la llegada de las primeras lluvias de otoño.

Las grandes zarzas –Rubus ulmifolius- que han invadido a los olivos existentes se han dejado en su estado natural para que sirvan de albergue para la nidificación y alimento de las aves.

Aves, reptiles e insectos.

Según la Concejalía de Medio Ambiente – Ayuntamiento de Tomares El Olivar del Zaudín tiene una función tampón que minimiza el impacto de las ciudades sobre las comunidades de animales que buscan refugio y alimento en este magnífico enclave que debemos cuidar.

Este ecosistema tiene una gran diversidad de formas de vida, siendo predominante el grupo de las aves con más de 40 especies avistadas (jilguero, verderón, verdecillo, abubilla, busardo ratonero, buitre leonado, gaviota reidora,  carbonero, herrerillo, mirlo, pardillo, mosquitero, cetia ruiseñor, ruiseñor, gallineta, pato real, garza real, buitrón, halcón peregrino, cernícalo, mochuelo, autillo, golondrina, avión común, vencejo, garcilla bueyera, garcilla común, cigüeña blanca, águila calzada, milano negro, tórtola turca, alcaudón común, alcaudón real, lechuza blanca, cogujada común, colirrojo tizón, estornino negro, tarabilla común, curruca capirotada, curruca cabecinegra, petirrojo…).

En primavera el Zaudín constituye un lugar óptimo para el avistamiento de insectos en general y por su vistosidad de mariposas tanto nocturnas como diurnas (Zerynthia rumina, Colias crocea, Tomares ballus, Pieris brasssicae, Vanesa atalanta, Vanesa cardui, Papilio machaon, Poliomnatus icaro).

Este parque cuenta con representantes del mundo de los reptiles como la culebra bastarda, la culebra herradura, la culebrilla ciega o la lagartija colilarga.

A lo largo de todo el arroyo se pueden encontrar gran cantidad de especies acuáticas que van cambiando a lo largo de su curso;  peces dentro de sus lagunas como la gambusia y la carpa;  anfibios, siendo la rana perezzi la más abundante; y mamíferos como el ratón de campo o el erizo.”

Respeto a las condiciones medioambientales

Nuestra principal preocupación desde los primeros trabajos ha sido respetar las condiciones medioambientales del espacio, dotado de una gran biodiversidad de especies, principalmente de herbáceas que a través de las estaciones aparecen y desaparecen ofreciendo sus mejores galas en cada estación del año y procurando minimizar los impactos ambientales que se producen en cualquier obra.

Las principales plantaciones se han basado en la incorporación de olivo  -Olea europea variedad Picual- para complementar en algunas zonas los existentes. Olivos de recuperación con una antigüedad de cuarenta años, jóvenes con respecto a los existentes que en pocos años han de igualarlos en desarrollo. La plantación de olivos ha sido de una de las mayores aportaciones en materia de arbolado.

Han prevalecido en todas las plantaciones proyectadas las especies autóctonas; a los olivos se han incorporado los algarrobos –Ceratonia siliqua-, arboles de hoja persistente con hojas de color verde oscuro en contraste con los del olivar, situados en lugares estratégicos dentro de la zona de actuación del parque.

Los encuentros de los paseos mejorados para adecuar el parque al uso público se señalan con la plantación de grupos de cipreses –Cupressus sempervirens var. Stricta-, la verticalidad de los cipreses y su contraste de color verde oscuro con el grisáceo de los olivos orientan al caminante.

De la plantación de árboles en el parque, destacamos la presencia del almez –Celtis australis-, nativo de la cuenca mediterránea y Europa central, con gran aclimatación en Andalucía. Plantado como árbol de sombra, su crecimiento no es rápido, y son longevos formándose  sin necesidad de podas, manteniendo su estructura original.

Amparando al arroyo de la Fuente y con el fin de aislarlo de las construcciones próximas  e indicar por dónde discurre, la mayor parte del año sin agua, se han plantado árboles considerados de ribera que marcan el paso de los arroyos: álamos blancos –Populus alba-, álamos blancos piramidales -Populus alba var.pyramidalis-, también conocidos como chopo bolleana, chopos lombardos –Populus nigra var.pyramidalis-,  fresnos –Fraxinus angustifolia- y mimbreras –Salix viminalis-.

También se han plantado algunas moreras péndula –Morus alba var. Péndula- e hiquera común –Ficus carica-, junto con la mayor aportación de almendros –Prunus dulcis-, sobre todo en los paseos que nos llevan al Aula de la Naturaleza, en los alrededores de las lagunas y a la entrada del parque por el camino de Villamanrique.

En lo que se refiere a la plantación de arbustos estos se han concentrado en la margen del parque paralela a la calle Rosa de Luxemburgo, con la idea de formar una masa vegetal que mitigue el impacto visual de las construcciones desde dentro del parque, junto con los árboles se han plantado adelfas. –Nerium oleander-, tarajes –Tamarix gallica-, viteagno  –Vitex agnus castus-, espinos majoletos –Crataegus oxyacantha- y retamas –Retama monosperma-, entre otros.

Con el fin de formar una barrera de protección de las lagunas existentes para pacificar la reproducción de la fauna se concentraron en esta zona una plantación de arbustos autóctonos tales como arrayanes –Mirthus communis-, lentiscos –Pistacia lentiscus-, labiérnagos –Phyllirea angustifolia-, madroños –Arbutus unedo-, olivillas –Teucrium fruticans-, durillos –Viburnum tinus- y saladitos –Atriplex halimus-, junto con almendros –Prunus dulcis-, que sustituyeron a los piruetanos –Pyrus sylvestris- previstos en primera instancia y Espino albar –Crataegus monogyna- para que con sus frutos se alimenten las aves y la fauna existente. Las plantaciones deben ser controladas en sus volúmenes, sin que pierdan su aspecto natural de cada especie y cumplan con la finalidad con que fueron plantadas.

Las lagunas artificiales existentes colmatadas de aneas -Thyfa angustifolia-, considerada planta acuática invasora, deberán ser aclaradas periódicamente para evitar la colmatación de las lagunas donde anida la mayoría de la fauna existente en el parque. Se ha incorporado el lirio acuático amarillo -Iris pseudoacorus- en alguna de  las márgenes de las lagunas.

Acompañando los paseos que desde la entrada al parque por el Camino de Villamanrique nos llevan al Aula de la Naturaleza y desde allí a las lagunas, se han plantado la mayoría de los pequeños arbustos de hoja persistente aromáticos, flanqueando ambos lados de los paseos junto con almendros –Prunus dulcis- como árboles, madroños –Arbutus unedo- como arbustos y Abrótano hembra –Santolina chamaecyparyssus-, romero en sus variedades -Rosmarinus officinalis-, romero rastrero –Rosmarinus officinalis var. Rostrata-, espliegos –Lavándula angustifolia- y alhucema –Lavándula dentata-.

Junto a las pasarelas construidas de entrada al parque por la calle Rosa de Luxemburgo se realizó la concentración de palmitos –Chamaerops humilis-, única palmera autóctona de la península, que nos encontramos en muchos ecosistemas andaluces.

A la entrada del Aula de la Naturaleza, amparado en las jardineras construidas, se ha plantado un jardín con plantas aromáticas donde podemos encontrar:

           Alhucema -Lavandula dentata-,

           Romero africano – Eriocephalus aromaticus-,

           Espliego – Lavandula angustifolia-,

          Salvia de Aragón – Salvia officinalis-,

          Romero – Rosmarinus officinalis-,

          Tomillo .-  Thymus vulgaris-,

          Santolina – Santolina chamaecyparissus-,

          Torongil -Melissa officinalis-,

          Estragón – Artemisia dranunculus-,

          Orégano – Origanum mejorana-,

          Romero rastrero –Rosmarinus officinalis var.postratus-.

Su mantenimiento ha de suponer la renovación de algunas especies con otras anuales para poder diversificarlas y presentar el mayor número en las clases didácticas que se realicen desde el aula.

La carencia de agua para el riego de las plantaciones durante los dos primeros años de arraigue de las plantaciones efectuadas y más ante un año de sequía como el que ha precedido a las mismas, ha de suponer un esfuerzo en el mantenimiento de las plantaciones, después de estos años más críticos el parque ha de ser hídricamente sostenible, como lo ha sido el olivar durante toda su existencia.

La característica principal de la intervención en el medio natural Olivar El Zaudín para su conversión en parque, ha residido en mantenerlo en su estado natural. No se trataba de hacer un parque a la antigua usanza con la incorporación de especies ornamentales, sino trabajar a favor de la naturaleza, conservando su biodiversidad.

Sevilla, noviembre 2017