Parc de la Creuta del Coll

La Creueta del Coll es un parque resguardado, con un gran estanque que en verano se convierte en una piscina pública, una enorme plaza de 6.000 m2 y espacios donde descansar bajo la sombra de las acacias. Se ha convertido en uno de los lugares de encuentro y de ocio más importante para los vecinos del barrio. La gran plaza, delimitada en parte por una pérgola y protegida al fondo por las paredes de lo que fue una cantera, nos da la bienvenida si accedemos al espacio desde el paseo de la Virgen del Coll. Los caminos suben en medio de una vegetación frondosa de árboles y arbustos.

Ante todo, ya en la parte forestal del parque, se llega a una zona de picnic. Decorada por el verdor de los pinos, en un lado, y la vegetación que ha ido creciendo y que colorea las paredes de la antigua cantera del Coll, en el otro. La vista sobre la ciudad es espectacular.

Historia

El parque de la Creueta del Coll es fruto del aprovechamiento de un espacio que durante muchos años estuvo dedicado a una actividad muy diferente a la actual. Se trata de la antigua cantera del Coll, situada en la falda de una de las colinas que configuran la parte alta de Barcelona. Este origen es el que da carácter y fuerte personalidad al espacio verde.

Biodiversidad

 Junto con las acacias que hay en las zonas de reposo y el pinar y los arbustos mediterráneos de la zona de picnic, en el parque de la Creueta del Coll destacan las palmeras que viven en la manzana que se adentra en la lámina de agua del parque. Por su rareza, vale la pena fijarse en una palmera datilera (Phoenix dactylifera) con dos estipes.

Arte y arquitectura

 Si accedemos por la entrada principal −en el paseo de la Virgen del Coll, justo al lado de la calle de Castellterçol− encontramos un monolito de hierro, alto y esbelto. Se trata de Tótem, de Ellsworth Kelly. En el fondo de la piscina, en una lámina de agua aparte mucho más pequeña y algo elevada, situada entre las paredes de la antigua cantera y un murete de hormigón, encontramos uno de los elementos más preciados de este parque, ‘Elogio del agua, una escultura colosal de Eduardo Chillida hecha con hormigón y de un peso que supera las 50 toneladas. Suspendida sobre el agua, es sostenida por cuatro cables de acero anclados en la roca, lo que confiere a la enorme escultura la sensación de una ligereza sorprendente.

Textos extraídos de www.barcelona.cat

Fotos de la visita realizada en 1999 y bajadas de internet