Viveros de cactus

Se determinan en el mundo vegetal como planta crasas o suculentas aquellas que poseen tejidos carnosos, muy ricos en agua, que les constituye una reserva hídrica en los largos periodos de sequía de las zonas áridas donde tienen su hábitat.

Se encuentran distribuidas en su estado autóctono en todos los continentes, aunque no todas ellas con cactus.

En Sudáfrica viven muchas plantas carnosas, Lithops, Conophytum, Pleiospilus, Lampranthus, Aptemia, Hymenocyclus, etc.… que pertenecen a la familia de las Mesembriantemáceas o como los Aloes, Hawortias, Gasterias, etc.… que pertenecen a las Liliáceas.

El grupo de las Mammillarias, Echinocactus, Cereus, etc.… pertenecientes a la familia de las Cactáceas, son los verdaderos cactus, aunque se denominen todas como tales.

PLANTAS SUCULENTAS

Agaváceas

Aizoceáceas

Mesembriantemáceas

Liliáceas

CACTÁCEAS

Compuestas

Crasuláceas

Asclepidáceas

Euphorbiáceas

Portulacáceas

En un estado más o menos transformado, los cactus poseen tallo, hojas, flores, frutos y raíces como muchas de las especies vegetales conocidas.

 

Jardines de Cactus

TRONCOS O CUERPO

Unas llegan a formar grandes árboles, otras no alcanzan un centímetro de diámetro y altura.

Están constituidas muchas de ellas por segmentos (cladodios) planos o cilíndricos.

Las especies epífitas se parecen mucho a las hojas, mientras que los Cereus y Trichocereus forman columnas más o menos gruesas provistas de abundantes costillas.

Muchas especies son globosas, algunas dotadas de costillas, Echinocáctus, Melocáctus, etc.… otras cubiertas de protuberancias: Mammillaria, Coryphantha, etc…

Los Cereus (cirios) alcanzan formas arbóreas a partir de un tronco principal, a partir del cual nacen las ramificaciones en las que cada 30-50 cm. se aprecia una constricción del diámetro, constricción que corresponde a un periodo de reposo invernal entre dos estaciones de crecimiento.

Pero no todos los cactus emiten ramificaciones; algunas especies se resisten a hacerlo, permaneciendo solitario su cuerpo durante toda su vida. Otras especies emiten ramas a partir del tronco (Cereus…) o bien desde la base del tallo inicial (Trichocereus) pudiendo crecer en forma erecta, inclinada o postrada.

A otros tipos de cactus les nacen hijuelos o retoños que son separados del tallo madre para su reproducción (Echinops, Mammillaria).

LAS RAICES

De ordinario poseen una raíz principal de forma cónica muy ramificada con un sistema radicular esparcido.

Otras veces poseen una gruesa raíz napiforme (Lophophora) o pueden tener forma tuberosa.

LAS HOJAS

Son sólo permanentes y perfectas en contadas especies. Generalmente están ausentes o son caducas, muy rudimentarias, reduciéndose a pequeñas escamas.

Sólo en algunos géneros como la Peireskia y otros poseen hojas verdaderas.

Aparte de los diminutos elementos foliares que se dan en algunas especies, existen en los cactus recuerdos de hojas verdaderas que poseían en sus ancestros: las espinas y los tubérculos.

Se ha demostrado científicamente que las espinas son en realidad porciones de limbo foliar ramificado a lo largo del milenio, mientras que los tubérculos (protuberancias) que existen en muchas especies y sobre los que se sientan las aerolas y espinas, corresponden a bases de hojas.

Ferocactus latispinus.-Ferocactus fordii.-Ferocactus_cylindraceus y Ferocactus_flavovirens

LAS ESPINAS

De forma y colorido variable, algunas carecen de estas. Están producidas por la capa epidérmica del tallo y no conectan con los tejidos leñosos internos.

Sus formas son muy diferentes entre las diversas especies de cactus. Se pueden observar aciculares, cilíndricas, prismáticas, con forma de lengüeta, su porte puede ser desde muy aguda a casi roma y así mismo pueden ser rectilíneas o incluso ganchudas en el extremo.

Las hay con superficie lisa, rugosa, estriada, siendo sus colores muy variables, desde el blanco al rojo, incluso negras.

En algunas especies las espinas se han transformado en pelos de mayor o menor longitud, dando a las plantas que los poseen un especial atractivo.

La existencia de espinas beneficia notablemente a estas plantas, cooperando a su supervivencia frente a los climas adversos donde vegetan en estado silvestre y preservándolas de los daños de los animales.

Los procedentes de zonas expuestas a fuertes insolaciones están dotados generalmente de densa y fuerte espinosidad, que con su sombra disminuyen el efecto del sol sobre el cuerpo de la planta.

Las vainas que cubren las espinas en ciertas Opuntias, así como la existencia de puntas ganchudas en muchas Mammillarias son causa de que algún segmento de las primeras o hijuelo de las segundas quede enganchando en el pelo de los animales, con lo que la naturaleza ayuda a su distribución y dispersión.

Un tipo especial de espina es la que se halla en las areolas de las Opuntias; los gloquidios. Son unas pequeñas y finísimas espinillas que se encuentran agrupadas formando cojincillos con las que debe tenerse cuidado, puesto que si se clavan en los pies producen cierto malestar y cuestan mucho de extraer.

LAS AEROLAS

Es un órgano característico de las cactáceas. Al igual que las yemas de las plantas y árboles que todos conocemos, dan lugar a hojas, brotes y flores, pero además son origen de pelos, cerdas, gloquidios y espinas.

Su forma es de pequeñas almohadillas a menudo cubiertas de pubescencia y que pueden estar situadas a lo largo de las costillas, como en el caso de los cactus de tipo columnar o algunos de forma globular, o bien sobre los tubérculos de numerosas especies globosas.

Las areolas son los órganos homólogos de las yemas de los vegetales superiores. Existen dos formas distintas de su disposición en las diferentes especies de cactus.

Existen dos puntos de vegetación; uno es origen de flores y brotes y otro da lugar a espinas.

Pueden encontrarse juntos en la misma areola (Cereus, Echinópsis, Opuntia) o también es posible que se encuentren separados, situándose uno sobre el tubérculo (punto de crecimiento de espinas), mientras que el otro queda desplazado hacia la axila del tubérculo, siendo este punto donde se producen las flores y brotes. Este desplazamiento se observa en su mayor dimensión en las Mammillarias.

Echinocereus papillosus                                                                                                                Echinocereus fendleri v nova

LAS FLORES

Las flores de algunos cactus son muy atractivas por su forma y colorido y, en algunos casos, por su gran tamaño.

Sus características morfológicas importantes son su ovario ínfero (el fruto queda debajo de la flor) y que no existe una clara diferenciación entre las piezas del cáliz y de la corola, ya que tanto unas como otras son coloreadas.

Las piezas del periantio pueden estar soldadas entre sí únicamente en su punto basal o bien pueden estar unidas a lo largo de gran parte de su longitud formando lo que llamaremos tubo (Cereus) o dando lugar incluso a flores de forma tubular (Cleistocáctus).

Sus colores varían desde el blanco, pasando por el amarillo, verdoso, anaranjado, rosa, rosa escarlata, púrpura y hasta violeta. Están dotadas de un brillo metálico que las hace normalmente agradables a la vista.

El estigma es polilobulado y el ovario se encuentra generalmente cubierto de areolas, brácteas, espinas y pelos.

Son regulares o actinomórficas en muchos casos, aunque existen géneros con flores rizomórficas (Zigocáctus, Cleistocáctus, etc.…).

Generalmente son hermafroditas, o sea que poseen la misma flor tanto órganos masculinos como femeninos.

LOS FRUTOS

Generalmente son bayas carnosas, como el «higo chumbo» de las Opuntia, aunque en algunos cactus son secas (Echinocáctus). Otros tipos de cactus dan origen a cápsulas.

Opuntia ficus indica                                                                                                                           Opuntia linguiformis

LAS SEMILLAS

Sus formas y tamaños varían con las especies, aunque por lo general su diámetro no alcanza a medir un milímetro, a excepción de las Opuntias y algunos otros géneros cuya semilla es más grande y posee una cubierta dura. En las semillas de los cactus pueden observarse formas abarquilladas (Astrophytum) redondeadas, ovales, planas (Opuntia), arriñonadas, etc.

PLANTAS RESISTENTES A CLIMAS DESERTICOS

Las formas de las plantas suculentas, así como el por qué de sus tallos y hojas carnosas residen en las condiciones naturales en las que viven estos vegetales. En su hábitat las lluvias son muy reducidas e incluso en algunas zonas son inexistentes durante varios años. Las cultivadas proceden de zonas semidesérticas, sequías largas y prolongadas y otros periodos más cortos lluviosos.

Hace miles de años, algunas cactáceas primitivas poseían tallos y hojas prácticamente normales. Al variar la climatología en amplias zonas de la tierra, los seres vivos tuvieron que evolucionar hacia estructuras y formas que les permitieran sobrevivir en las nuevas condiciones de medio ambiente, tolerando los extremos termométricos y de sequía a los que están sometidos en sus lugares de origen.

Uno de los peligros que tienen las plantas de zonas áridas es la desecación por transpiración de su agua de reserva a través de los estomas, en los cactus de formas redondeadas la transpiración se reduce notablemente.

Una característica especial que sólo se aprecia en las plantas suculentas es la de posibilidad de asimilación del anhídrido carbónico del aire durante la noche, con lo que evitan el abrir sus estomas durante el día, lo que traería consigo una pérdida de agua.

La ausencia de hojas, su dura epidermis, sus relativamente pocas estomas, la especial estructura de éstos y la cubierta cérea o grasa que muchas especies poseen, hacen de coadyuvantes en orden a una mínima transpiración del agua de reserva.

Algunas especies tienen profundas raíces que exploran las capas del subsuelo donde pueda existir algo de humedad; sin embargo, otras extienden sus raíces de forma muy superficial y llegado el corto periodo de lluvias, desarrollan multitud de pelillos absorbentes que captan la mayor cantidad de agua que les es posible.

El agua absorbida es rápidamente almacenada en los tejidos esponjosos del cuerpo de la planta, los cuales disponen de una estructura celular especialmente diferenciada. A consecuencia de poseer costillas o tubérculos en la superficie del cuerpo, permiten contracciones y dilataciones producidas por admisión y pérdida de agua.

Cómo se desarrollan

Cada año poseen un periodo de crecimiento y reposo.

El crecimiento se inicia en marzo o abril, hasta la llegada del otoño que es cuando se inicia su periodo anual de reposo.

En Julio y agosto, cuando las temperaturas nocturnas son mayores de 23, el crecimiento se ralentiza ya que los cactus, como otras muchas plantas, requieren una alternancia de temperaturas noche-día para poder crecer.

Las flores aparecen según climatología desde principios de primavera hasta otoño las más tardías. No debemos incluir las cultivadas en invernaderos.

Otras especies procedentes de áreas semidesérticas y desérticas se encuentran en plena parada vegetativa en invierno, otras abren sus flores, los Zygocáctus truncatus y otros epitíficos florecen profusamente desde octubre hasta enero.

Su duración de vida depende de cada especie. No obstante, en general, tienen una larga vida y su crecimiento es lento. Las Carnegia gigantea (Sahuaro) de Arizona se les atribuyen 200 ó 300 años.

Adenium obesum.-Rosa del desierto

De dónde proceden

Se encuentran en estado silvestre en todo el continente americano, desde 53 Norte hasta 50 Sur (Tierra de Fuego). Sólo alguna especie de Rhipsalis ha sido encontrada fuera de este continente, posiblemente introducida mediante semillas transportadas por pájaros o por el hombre.

Algunos tipos se han asilvestrado en otras partes del mundo, las Opuntias, principalmente en las regiones mediterráneas, Africa y Australia.

La flora cactácea se hace más frecuente al Sur de EE. UU, en la Baja California, Arizona, Nuevo México y Texas, donde se encuentran Echinocereus, Echinocáctus, Ferocáctus, Mammillarias, Opuntias, así como los sahuaros (Carnegiea gigantea y otros).

En México abundan más de 700 especies, en los trópicos se reducen a la Peireskia, Hylocercus, Epiphyllum, Rhipsalis y otras que viven igualmente epífitas, creciendo sobre los residuos vegetales que se acumulan en las hendiduras de troncos, árboles y rocas en las selvas húmedas y templadas. Brasil, América Central y las Antillas se dan mucho estas especies epifíticas.

En Sudamérica se encuentra una numerosa flora cactácea existiendo especies que toleran temperaturas bajo cero (15-20). No siempre se encuentran en suelos pobres, algunas especies viven en suelos relativamente fértiles, incluso en praderas de Bolivia y Argentina.

Dada la diversidad de procedencias, sus necesidades varían ostensiblemente en cuanto a temperatura, luz, riego y suelo.

CLIMATOLOGIA. – TEMPERATURA, ILUMINACION Y VENTILACION

Por regla general los cactus toleran altas temperaturas, 45C e incluso más, si la intensidad de la luz, la humedad del suelo y la ventilación son adecuadas.

En algunos casos hasta 60 sin que se les produzcan daños. En cuanto a las mínimas, mientras algunas especies pueden soportar incluso los -20C, los del grupo epifítico requieren temperaturas de 8C.

Nunca debe coexistir el frío y la humedad en el suelo o el ambiente que rodea los cactus.

En las zonas litorales del Levante y Sur de la Península Ibérica, Islas Baleares y Canarias, la mayor parte de las especies pueden vivir al aire libre. En zonas de clima continental debemos considerar de forma más estricta la temperatura mínima que soporta cada especie.

Durante el reposo invernal se produce el endurecimiento de las partes de la planta que se desarrollaron en el periodo vegetativo previo. Estos tejidos endurecidos progresivamente desde el otoño, son capaces de tolerar el frío con cierta rusticidad.

La luz o iluminación es fundamental para su cultivo, sin embargo, no todos los cactus resisten intensas insolaciones, algunas proceden de medios ambientes donde los rayos solares son tamizados

Como norma práctica a seguir puede indicarse que las especies provistas de pelos, espinas muy fuertes o densas y cerradas espinosidades requieren pleno sol, el cual ayuda a la formación y el colorido de los pinchos y pelos

Las especies de pocas espinas requieren cierto sombreado lumínico. La iluminación intensa y el sol directo son cosas diferentes. En caso de no disfrutar de suficiente iluminación, su crecimiento es débil y ahilado, toman un color desvahído y se hacen sensibles a las enfermedades parasitarias.

La ventilación es fundamental para evitar un ambiente excesivamente húmedo, sobre todo si son cultivados en interiores.

Cactaceas en cultivo

SUELOS Y ABONADOS

Aunque soportan suelos pobres, los cactus gustan de tierras nutritivas. Su crecimiento será más vigoroso. La riqueza del suelo es variada según cada género.

Un «compuesto estándar» debe reunir: porosidad, moderada riqueza nutritiva, mediana retención de humedad y reacción algo ácida (PH=6).

Mitad mantillo de hojas y arena gruesa en partes iguales puede ser un buen sustrato.

El mantillo debe estar muy hecho, descompuesto. La arena será de tipo silíceo, bien lavada y cuya granulometría esté entre 0,7-2 m2. No debe usarse arena de mar de carácter salino, ni arena de dren ya que tiene tendencia a apelmazarse.

Las turbas del tipo «sphagnum», fibrosas, de color amarillo pajizo o marrón, pueden sustituir al mantillo. Cuidar el PH.

Otra fórmula «estándar» consiste en la mezcla de turba de «sphagnum», tierra ligera de jardín cribada y arena en volúmenes iguales de tierra de jardín deben ser de textura suave, no arcillosa.

La fertilización de los compuestos estándar se llevará a cabo añadiendo un abono que contenga 12% de nitrógeno, 20% de anhídrido fosfórico y 30% de potasa. La dósis adecuada será de 100 gr. por 100 l. de compost en el caso de la primera fórmula; 150 gr. por 100 l., la segunda y 120 gr. por 100 l. la tercera.

Utilizar microelementos, magnesio, cinc, hierro, manganeso y otros elementos menores si el fertilizante usado tiene una riqueza baja o nula en éstos.

Los fertilizantes con alta proporción de nitrógeno deben ser evitados, debilitan las plantas.

Durante la primavera y el verano pueden darse algunos riegos fertilizantes, utilizando abonos solubles, 10-15 de nitrógeno, 20% de anhídrido fosfórico y 30% de potasa, más microelementos.

RIEGO

Las diferencias entre las necesidades de riego dependen de los orígenes de las plantas. En general el riego debe ser moderado, los cactus, aunque proceden de zonas desérticas precisan agua. Resisten largos periodos de sequía, las especies epifíticas son más apetecibles de riegos.

La frecuencia de los riegos depende de muchos factores, climatología, calidad del suelo, capacidad de retención de agua, los riegos deben ser espaciados pero abundantes.

LOS TRASPLANTES

El mejor momento para llevar a cabo esta operación es el mes de marzo-abril, cuando las plantas empiezan a brotar.

Cuando se efectúen trasplantes, debe dejarse el suelo sin regar unos días, 3-6 para que cicatricen las heridas que hemos producido en sus raíces durante la operación de trasplante.

 

Huerto del Cura                                                                                                                   Jardin de cactus

REPRODUCCION DE LOS CACTUS

Multiplicación a partir de semilla

La siembra debe llevarse a cabo en invernadero. El mejor momento es la segunda quincena de marzo o la primera de abril, aunque si disponemos de calor de fondo podemos realizarla todo el año.

La temperatura requerida para la germinación de los cactus y otras plantas suculentas varía con las especies y oscila entre 21 y 30C.

La siembra se lleva a cabo en bandejas de poca profundidad (5-6 cm.) y cuyo fondo posea finos agujeros o en politest.

Las semillas serán frescas, y a ser posible desinfectadas con antelación a la siembra con un funguicida en polvo (TD o Captan).

Las semillas pequeñas deben ser cuidadosamente esparcidas sobre las bandejas.

El suelo para la siembra debe estar compuesto por 7 partes de turba fina de «sphagnum», 2 partes de tierra ligera y 1 parte de arena cuyo grano mida 0,5-1,2 mm. de diámetro.

Una vez esparcidas las semillas se allanará y recubrirá con una ligera capa de arena de río lavada o tierra volcánica cuyas partículas midan en torno a 1 mm. de diámetro, formando una fina capa de 1-1,5 mm. de espesor.

Mantener la humedad constante en el semillero, la germinación tiene lugar a los 7-10 días normalmente, aunque puede ocultarse o alargarse durante semanas e incluso meses.

Cada 7-10 días deben hacerse pulverizaciones con algún producto funguicida (Captan, Oxiquinoleato de cobre, o Benomilo) para evitar la proliferación de hongos causantes de pudriciones a las plántulas.

Cuando las plantas de tipo globular alcanzan un diámetro de unos 7 mm. y las de forma columnar poseen una altura de unos 2,5 cm. son trasplantados con un suelo menos turboso y más nutritivo. Un nuevo trasplante será realizado cuando las plantas lleguen a tocarse entre sí.

Multiplicación por esquejes e hijuelos

Los cactus se pueden reproducir con facilidad mediante esquejes de tallo (cactus columnares, crássulas, Kalanchoes, euphorbias, Mesembriathemáceas de tallos delgados, etc.…) o bien enraizando algún segmento en el caso de las Opuntias, o separando un hijuelo de la planta madre o poniendo a enrraizar las plantas que por alguna causa hayan perdido sus raíces.

Un detalle esencial para el enraizamiento de esquejes o hijuelos de las suculentas en general es que la herida de su base debe estar perfectamente seca en el momento de la plantación. La cicatrización tiene lugar en 1-2 semanas y, en el caso de ejemplares grandes, puede necesitar uno o dos meses. El esqueje debe estar situado en un lugar templado, sombreado y ventilado. Es conveniente espolvorear la herida basal con una mezcla de un producto funguicida y una hormona de enraizamiento…

Siempre interesa que la altura del esqueje sea mejor que la base y, en el caso de los cactus de forma columnar se cortará a bisel toda la periferia de la base, lo cual provoca una mejor emisión de raíces.

La pieza vegetal a enraizar no debe hundirse en el sustrato más allá de 2-4 cm., incluso menos en el caso de ejemplares globulares que hayan perdido su sistema radicular.

El sustrato donde coloquemos el esqueje o hijuelo debe estar ligeramente húmedo. Los riegos posteriores serán moderados. Tanto menor sea la humedad en el suelo cuando más grueso sea el esqueje.

En caso de especies epífitas, el sustrato debe ser más tuberoso y la humedad requerida debe ser mayor.

La reproducción por brotes adventicios tanto en las hojas (Kalanchoe) como en los escapos florales (Agave) o la facilidad de enraizamiento y emisión de brotes en las hojas (Crássula, Sedum, Echevería, Gasteria, etc.…) así como la emisión de raíces a partir de tubérculos (protuberancias en el tallo) son sistemas de reproducción añadidos.

 

Trichocereus.-san-pedro-variety-reproducción                                                                    Vivero de cactus

LOS INJERTOS

Los injertos no tienen especial problema. El porta injerto a utilizar debe ser vigoroso y tener un periodo de reposo simultáneo con el de la especie injertada, a excepción de los que se usen para ejemplares variegados, ya que por carecer de clorofila conviene proporcionarles un porta injerto semiepifítico (Hylocereus), especies de Cereus, Trichocereus, Opuntia, Hylocereus, etc.… pueden ser usados como porta injertos de cactus.

Son recomendables el Trichocereus panhanoi, el Cereus variabilis, el Eriocereus jusbertii e Hylocereus guatemalensis.

El mejor momento para llevar a cabo el injerto es cuando tanto el patrón como el injerto se encuentran en plena vegetación.

Existen varias técnicas de injerto:

  1. a) De caras planas
  2. b) En cuña
  3. c) En cuña invertida
  4. d) En pivote

El de caras planas es el más utilizado, se corta el patrón a unos 6 cm. por encima del suelo dando un corte horizontal limpio. A continuación, se da otro corte de 1 cm. por debajo del primero dejando una superficie lisa y horizontal. Esta rodaja será conservada en su sitio para evitar la desecación del segundo corte. Los extremos superiores de las costillas del patrón deben ser cortados en bisel, pues de no hacerlo así nacerían brotes a partir de las areolas más altas, lo cual restaría posibilidades al prendimiento, además de que los brotes nacidos pincharían a la planta injertada. Realizado lo que antecede, se tomará la planta a injertar y se cortará su base, tras lo cual se separa de rodaja que cubría la herida del porta injerto y se colocará allí la planta a injertar. Esta se frota ligeramente sobre la herida del patrón para que no queden burbujas y para conseguir un perfecto contacto entre ambas superficies.

El patrón y el injerto deben mantenerse unidos durante el periodo de prendimiento con anillas de goma y cualquier otra sujeción.

En el caso de que el injerto tenga un diámetro inferior al del patrón, el injerto debe situarse desplazado respecto al centro de la herida del patrón, para que los anillos vasculares de uno y otro estén en contacto.

Para injertar cactus epífitos (Zygocáctus) el tipo de injerto varía sensiblemente. En este caso pueden seguirse dos técnicas: la primera consiste en descabezar el patrón, abrir un corte vertical en el centro de la herida producida y, tras haber separado los tejidos superficiales del segmento a injertar, insertar éste en el corte vertical realizado en el patrón (conocido como injerto de cuña).

Otro método puede ser dar un corte inclinado en el porta injerto y a continuación separar una delgada capa de tejidos en una de las caras del segmento a injertar, se unen ambas heridas y se procede al atado.

Las plantas, una vez injertadas, deben situarse en un lugar protegido, sombreado y con ambiente caliente durante 10-15 días, manteniendo algo de humedad en el suelo. Las ataduras del injerto pueden ser retiradas de una forma progresiva.

El injerto puede ser también llevado a cabo en plantas suculentas, no cactáceas (géneros Crássula, Kalanchoe, Aeonium, Senecio, Asclepidáceas, Euphorbiáceas,

etc.…)

Drosanthemum floribundum                                                                                                  Drosanthemum hispidum

     SUCULENTAS

Bajo este término están englobadas las familias: Mesembriantemáceas, Agaváceas, Liliáceas, Asclepiadácea, Aizoazeae, Crassulaceae y Euphorbiáceas que son las que destacan por su popularidad y uso de sus géneros y especies en trabajos de jardinería y paisajismo.

Mesembriantemáceas y/o Aizoaceae

Una extensa familia de plantas, la mayoría africanas, muy extendidas en las regiones del Africa austral.

Unas en forma de arbustos pequeños, otras de tamaño muy reducido, constituidas sólo por dos hojas muy suculentas confundidas con el suelo que las rodea (Lithops).

En esta familia nos encontramos con los géneros Drosanthemum, Mesembrianthemum, Carpobrotus, Hymenocyclus, Lampranthus, etc…

Requieren un suelo muy poroso y un riego general más moderado que el recomendado para los cactus.

Su periodo de reposo varía según sus procedencias, algunas de periodos de lluvias invernales y otros veraniegos.

Los géneros y especies más usuales en jardinería son:

Aizoaceae

Aptenia cordifolia

Aptenia cordifolia variegata

Carpobrotus edulis

Carpobrotus acinaciformis

Dysphyma crassifolia

Drosanthemum floribundum

Drosanthemum hispidum

Faucaria vars.

Glottiphyllum linguiforme

Hymenocyclus purpúreo-croceus

Hymenocyclus luteus

Lampranthus aurantíacus naranja

Lampranthus cospicuus rosa

Lampranthus violaceus (violáceo)

Lampranthus zehyeri (morado)

Lithops vars.

Mesembrianthemum crustallinum

Oscularia deltoides

Agaves en el Jardin Botanico de Barcelona

Agaváceas

Plantas muy decorativas y, en algunos casos, de importancia industrial, que en su mayoría alcanzan dimensiones relativamente grandes en diámetro y altura. Poseen hojas más largas, más coriáceas que carnosas, muy ornamentales con aguijones en los márgenes y extremos de las hojas. En el momento de la floración, espectacular en algunas especies, emiten un tallo floral que puede alcanzar hasta 8 m. de alto. Son plantas rústicas en cuanto a suelo y temperatura, muy resistente. El pulque, popular bebida mexicana, se obtiene del Agave atrovirens, del Agave tequiliana se destila el tequila, de otras se extraen fibras (Agave sisalana).

Viven principalmente en México y Suroeste de EE.UU. a excepción de las Sansevierias, cuyo hábitat se encuentra en las zonas tropicales de Africa y la India. Muchas están naturalizadas en España.

Sus géneros y especies más utilizadas son:

Agave americana

Agave americana var. medio picta

Agave attenuata

Agave bracteosa

Agave ferox

Agave franzzosinii

Agave lophantha

Agave salmiana var. ferox

Agave sisalana

Agave victoria-reginae

Beaucarnea recurvata

Beschorneria yuccoides

Cordyline australis

Dasylirion serratifolium

Dracaena fragans var. massageana

Dracaena marginata

Furcraea bedhingausii

Furcraea selloa

Aloe marlothii                                                                                                                     Aloe ciliaris

Liliáceas

Una de las familias que incluye plantas muy interesantes suculentas para plantación en jardines, casi todas procedentes de Africa del Sur. Sus hojas son más o menos alargadas, de textura carnosa, no poseen fibras y se disponen en roseta, algunas veces carecen de tallo.

Las flores están agrupadas en tallos simples o ramificados en muchos casos, son pequeños, tubulares de color amarillo o rosa.

Por su origen muchas de estas plantas crecen y florecen en invierno, en verano, su época de reposo, deben ser mantenidas secas. En medicina se utiliza el jugo de sus hojas.

Sus principales géneros y especies son:

Aloe arborescens

Aloe brevifolia

Aloe ciliaris

Aloe ferox

Aloe marlolhii

Aloe mitriformis

Aloe plicatilis

Aloe saponaria

Aloe x spinosissima

Aloe variegata

Aloe vera

Haworthia vars.

Stapelianthus pilosus                                                                                                           Stapelia grandiflora.

Asclepidáceas

Distribuidas principalmente en Africa y en otras regiones cálidas del globo: Arabia, India, Islas Canarias…

Sus formas son distintas entre las especies, unas formadas por pequeños grupos de características, tallos carnosos y sin hojas, que miden pocos centímetros de longitud, mientras que otras, naturales de zonas más húmedas, tienen largos tallos provistos de hojas.

Sus flores tienen formas características estando formada, a excepción de las Ceropegia, por cinco segmentos estrellados.

Las flores de las Asclepidáceas poseen cinco estambres agrupados con el estigma formando un conjunto llamado ginostegio, que da lugar a un curioso sistema de polinización.

Son plantas sensibles al frío y requieren suelo poroso, pero con cierto poder de retención de agua, ya que necesitan más humedad que los cactus.

Sus principales géneros y especies son:

Ceropegia woodii y vars.

Caralluma vars.

Stapelia vars.

Aeonium arboreum                                                                                                                    Aeonium arboreum var.atropurpurea

Crasuláceas

Casi todas las plantas de esta familia se adaptan a la sequía y un cierto número de ellas son de zonas desérticas.

Se las encuentra lo mismo en zonas áridas que en zonas alpinas.

Poseen hojas suculentas dispuestas en roseta a lo largo de los tallos. Sus flores son simétricas y están agrupadas en inflorescencias de tipo cincinio.

Sus exigencias en cuanto a suelo, temperatura y riego, varían mucho según su hábitat. Una característica especial de esta familia es la facilidad que muchas de sus especies poseen de ser multiplicadas mediante esquejes de hojas.

Conocidas y utilizadas en jardines las especies siguientes:

Aeonium arboreum

Aeonium arboreum var. atropurpúreum

Aeonium canariense

Cotyledon urbiculata

Crassula portulácea

Crassula falcata

Crassula arborescens

Echevería vars.

Kalanchoe beharensis

Kalanchoe blossfeldiana

Sedum acre

Sedum pachyphyllum

Sedum sediforme y vars.

Sempervirens arboreum

Euphorbia pulcherrima                                                                                                                Euphorbia millii

Euphorbiaceae

Esta familia esta distribuida a lo ancho y largo del globo. Entre sus especies suculentas algunas son nativas de España, conocidas vulgarmente como «lechetreznas» ya que poseen savia con aspecto lechoso. Su forma y tamaño varían mucho desde pocos centímetros hasta 10 m. El látex es un líquido blancuzco y denso que causa irritaciones y se les atribuyen propiedades médicas.

Las flores son pequeñas y poco aparentes. Están reunidas en grupos y reciben el nombre de ciatios.

Un ciatio está formado por una flor femenina desprovista de periantio, rodeada por cinco grupos de flores masculinas reducidas a un sólo estambre.

Sus espinas están conectadas con los tejidos internos del tallo, por lo que este sufre un desgarro si se quieren arrancar, cosa que no sucede en los cactus.

La mayoría son nativas de Africa, aunque nos las encontramos en América y Asia en menor cantidad.

Todas tienen tallos carnosos y, en algunos casos, producen hojas todos los años, pero suelen caer pronto. En otras, son muy pequeñas o incluso están ausentes.

Los géneros y especies más usuales son:

Euphorbia balsamífera

Euphorbia canariensis

Euphorbia candelabrum

Euphorbia caput-medusae

Euphorbia marginata (a)

Euphorbia milli

Euphorbia pulcherrima (ac)

Euphorbia resinífera

Euphorbia tirucalli

Gynura aurantiaca

Compuestas

En esta familia, una de las más grandes del mundo vegetal, también encontramos algunas plantas suculentas.

Sus flores son compuestas y nos recuerdan a las margaritas.

Entre las más conocidas están las:

Othonópsis cheirifolia

Senecio vars.

Gynura aurantíaca etc…

Portulacáceas

En esta familia encontramos como suculentas las siguientes plantas más utilizadas en jardinería:

Carpobrotus edulis

Portulacaria affra

Portulaca grandiflora

Carpòbrotus edulis

PLAGAS Y ENFERMEDADES MAS USUALES

Algunas de las plagas y enfermedades más usuales en las plantas crasas y suculentas son:

Cochinillas. –

Varias especies de cochinillas (cóccidos) atacan a las plantas crasas y suculentas.

En las especies atacadas aparecen muchos pequeños «escudos» blanquecinos o de color marrón que miden 1-2 cm. de diámetro adheridas a la planta.

Bajo cada uno de estos escudos se halla el cuerpo de una hembra o un macho succionando los jugos de la planta. Las puestas de huevos pueden encontrarse también bajo estos caparazones.

Podemos tratarlas con Diazinon o Fenitrotion.

Cochinillas algodonosas

Estas cochinillas son móviles, tienen un cuerpo blanco y están cubiertas con abundante secreción cerosa con aspecto algodonoso o harinoso. Se trata de Pseudococcus generalmente.

Pueden ser tratadas con los mismos productos que las anteriores.

Otras cochinillas algodonosas atacan las raíces, son pequeños insectos de color claro que viven sobre las raíces de las plantas succionando sus jugos, destruyendo sus sistemas radiculares.

Pueden aparecer en primavera, cuando un cactus se resiste a brotar, debemos inspeccionar sus raíces.

Podemos tratarles con riegos de Diazinon o Fenitrotrion. Retirar la tierra y sumergir las raíces en una solución insecticida.

Araña roja

Son pequeños ácaros de color rojo o rojo pardo, apenas distinguibles a simple vista. Atacan la epidermis de las plantas produciendo manchas más o menos grandes y de apariencia cenicienta, amarillenta y blanquecina. Les favorece la sequedad ambiental.

Tratamientos como Kelthane, Dimetoato. Repetir las pulverizaciones. Pulverizaciones frecuentes con agua son también un buen medio de lucha, si la plaga no está muy difundida.

Mosca blanca

Son pequeñas moscas que atacan a muchas plantas ornamentales, principalmente en invernaderos. La especie más frecuente es la Trialeurodes vaporarium (conocida como mosca blanca de los invernaderos) aunque otras especies de este tipo pueden igualmente causar daños.

Se posan generalmente en el envés de las hojas, segregan una «melaza» que suele infectarse de «negrilla», afean las plantas y las debilitan a consecuencia de sus pinchos.

Tratamientos con Malathion en pulverización o fumigaciones de Sulfolepp.

Pulgones

Son muchas las especies de pulgones que atacan los brotes tiernos y hojas de muchas plantas suculentas, chupando la savia y abollando los brotes tiernos.

Tratamiento con Fenitrotion.

Nemátodos

Su tamaño es microscópico, viven parasitando las raíces de las plantas atacadas, causando la aparición de nudosidades.

Sus síntomas aparecen en las partes aéreas de las plantas atacadas que se nota que no brotan.

Desinfectar suelos antes de la plantación.

Preparando un envio de Echinocactus grussonii                                                    Echinocactuis grussonii en cultivo

Rosquillas negras

Orugas de color gris de 3-5 cm. de longitud que se enrollan sobre sí mismas. Producen daños en las partes jóvenes de las plantas.

Tratar con cebos envenenados. Salvado y Servín.

Podredumbre de los semilleros

Hongos de las especies Pythium, Rhictozomas, Phytophthora son los agentes que las causan.

Atacan las plántulas de los semilleros e incluso el embrión de las semillas antes de su siembra.

Se extienden con facilidad en toda la superficie del semillero causando graves mortandades.

Tratar con Benomilo y Captán alternando la aplicación del producto. Pulverizar cada 8-10 días. Airear el semillero y utilizar sustratos esterilizados.

Podredumbre húmeda

El hongo Phytophthora cactorum es el causante de las podredumbres del cuello y raíces. Se aprecia la decoloración de la planta y un ablandamiento de los tejidos interiores que se tornan viscosos, acuosos y de color marrón o negro.

Tratar con Oxicloruro de cobre con Zineb, Captán utilizar tierras esterilizadas en la plantación. No excederse en los riegos, cuidar que exista una buena ventilación.

Si observamos síntomas de prudrición, cortemos la planta por encima del lugar afectado hasta la parte sana, dejemos secar la herida y tratemos la planta como si fuera un esqueje a enraizar.

Fusariósis

Son afecciones criptogámicas producidas por hongos del género Fusarium.

Pueden atacar por las raíces o por la zona apical.

El ataque puede aparecer y secar una planta en dos o tres días.

Otros producen manchas ovales o redondas de color rojizo y borde amarillento.

Tratar con TMTD u Oxicloruro de cobre con Zineb.

Podredumbre gris del cuello

Ataca a muchas plantas y también los cactus y suculentas. Se trata del hongo Botrytis cinerea, se multiplica con gran facilidad a través de la gran cantidad de esporas que produce.

Sus síntomas son la decoloración de los tejidos, produciendo viscosidad. Se introduce a través de los tejidos hacia la zona medular.

Se desarrolla con calor, 15-20C, y humedad.

Tratar con Benomilo y/o Captán.

Bacterias

Muchas enfermedades son producidas por bacterias. Son seres microscópicos que se introducen a través de las heridas invadiendo las plantas por los tejidos, produciendo pudriciones, originando manchas, pústulas y tumoraciones.

Tratar con estreptomicina.

Nota.-Consultar la aplicación de los productos fitosanitarios que se describen para combatir las plagas,ya que con las nuevas legislaciones algunos pueden estar prohibidos.

 

SEVILLA OCTUBRE 2017